(Bajo tus garras) la preferida del Millonario
(Bajo tus garras) la preferida del Millonario
Por: ADa
capitulo 1

Hoy trabajé como mula, estoy cansada, llevo mis manos a mis bolsillos y solo tengo cinco mil pesos, con esto puedo tomar el micro—suelto un suspiro. Sigo caminando y siempre tengo la costumbre de sujetar bien mi bolso.

Finalmente, llegué a la estación, hago la fila para esperar mi turno, ya que hay personas delante de mí, luego de esperar unos cuantos minutos arrastro mis pies para entrar al micro, pero un sujeto detrás de mí, me coloca un pañuelo en la nariz y este emana un extraño olor, trate de poner resistencia, pero me fue inútil, ya que el líquido que tenía el pañuelo hizo que mi visión se volviera borrosa y de inmediato mi cuerpo se desplomó al suelo.

Despierto debido a la fuerte voz de un tipo que va dentro del auto, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que hay dos hombres más, o sea, serían tres en total.

–¿Qué hacen? Por favor no me hagan daño— digo indignada, estos hombres visten de negro y usan capuchas, el que va movilización suelta una carcajada como si mis súplicas resultaron un chiste, ellos hacen caso omiso a mis palabras.

—Mujer, si coopera, todo será más fácil. Te daré un consejo si eres buena con el jefe te irá excelente—lo dice el tipo que va a mi derecha, él me mira por unos segundos y después saca una capucha negra, pero esta es diferente a la de ellos, la diferencia es que está no tiene por dónde ver–pequeña te tendré que poner esto–yo niego, pero él me jala del brazo de manera brusca y me la pone en la cabeza, no veo, no veo nada.

–Jack asegúrese de que no vea–dice el que va a mi izquierda.

–Tranquilo, ella no ve nada–afirma el de la derecha, entonces Jack fue el que me puso la capucha, luego siento su mano en mi muslo y una ola de asco aterrizó en mi piel.

–¡No pases tus asquerosas manos en mis piernas!–me quejo.

—¿¡Jack que haces!? ¡No ves que es la mujer del jefe!— dice otro.

– ¡Qué mujer!, bájame por favor— mi cuerpo tiembla como gelatina, cosa que para ellos les provoca risa.

—Silencio, mujer barata, guarda tus sermones para el jefe—dice el que va a mi izquierda.

—Llegamos, zorrita—dijo otro.

Luego de algunos minutos llegamos, en todo el viaje los hombres no dejaban de hablar sobre mí, el tal Jack se pasaba de mano larga con Migo, mientras que sus colegas lo regañaban. En realidad, no solo me manoseo las piernas, sino también los senos, y me susurraba al oído: "Si no fueras la mujer del jefe, juro que te haría mía hasta cansarme" Las puertas del auto se abren y ellos salen, no quería

bajar, tenía mucho miedo de saber hacia quién me llevarían, por lo tanto, puse un poco de resistencia agarrándome del sillón delantero, luego uno de ellos me jala fuerte de la camisa para sacarme, pero yo no me dejaba, seguía aferrada al sillón.

—Moisés ándate y sácala, ¡el jefe está desesperado!—dice uno.

—Esta mujer es una testaruda, no quiere salir…

—¡Quítate!—solo los escucho discutir, ¡no veo ni una pizca de luz, mi cara está empapada de sudor, esta capucha me está volviendo loca. De momento siento que me toman del cabello y de un brusco jalón, me tumban del asiento y me quitan la capucha, miro a mi alrededor y estamos en un callejón o algo así, además huele a basura, miro a los tres hombres los cuales están enojados.

—Mira mujer, si no sales estaremos obligados a golpear tu lindo rostro de blanca nieves–dice el que iba a mi izquierda. Lo reconozco por el lunar que tenía en su mano. No pongo más resistencia, así que hago caso a lo que quieren.

—Así es linda, sé obediente—dijo Jack. Su voz es única como la de un monstruo.

Caminamos hasta un pasillo lleno de barro y oscuridad, ellos abren un portón y me hacen entrar a la fuerza, al entrar veo a un hombre sentado en un sillón cruzando sus brazos.

–Jefe, aquí le trajimos a la mujer.

El hombre se levantó del sillón y caminó hacia mí, es muy alto y su mirada me causa mucho miedo.

—Hermosa, por fin llegas–arquea una ceja.

–Mira, no tengo ni idea de lo que está pasando, lo único que quiero es irme de aquí, ¿Sí?–él sonríe y dice que no, con su dedo índice.

—Cómo te diré... A decir verdad llevo años enamorado de ti. Por cierto, perdona por hacerte traer de esta espantosa manera.

—¿Enamorado?–pregunto.

–Si mi vida, enamorado–sonríe dulcemente.

–Sabes que en estos momentos hay personas que están buscándome, tengo una familia allá fuera–digo para tratar de convencerlo.

—¡Cállate!, ya eres mía—Él pasa sus manos por mi cabello dándome una caricia, pero yo lo esquivo, luego pasa su dedo índice por mis labios, él me mira con deseo y eso me repugna, abrí mi boca enriquecer un mordisco en su dedo, él grita y me maldice una y otra vez.

Inmediatamente Jack me da una fuerte trompada en el estómago, quedé sin aliento y poco a poco me fui cayendo al piso hasta quedar arrodillada.

–Eres una perra muy molesta, nadie se atreve a agredir al jefe.

—¡Jack Cállate!—dijo el hombre que acababa de morder—¿No ves que es mi mujer? Guarda respeto hacia ella. Y tu amada mía, no me he presentado aún, soy Yusuf lember–me guiño su ojo derecho.

No puede ser, este es "Yusuf Lember" el hombre que es acusado de cometer decenas de asesinatos, soborno, microtráfico y narcotráfico, pero los rumores no concuerdan con su belleza, ¿Cómo es posible que una persona tan hermosa sea tan mala? Míralo, parece un ángel caído del cielo.

Es que lo veo y no lo creo, si él no me hubiera dicho su nombre jamás hubiera pensado que era ese terrible narcotraficante.

Su cara es perfecta, su larga nariz hace que sus ojos verdes resalten la belleza que tiene.

Y sus labios, ni hablar, parecen tallados por la misma virgen de Guadalupe.

–Llévenla a casa–dice Yusuf sin apartar sus ojos de mí. Esos ojos llenos de maldad.

–¿A dónde vas jefe?–pregunto el hombre que iba conducía.

–Iré a arreglar unos asuntos, chicos sean cuidadosos con ella, y mucho ojo, no dejen que escape, porque los mato a todos, ¿Entendido?

Yusuf se agachó y tomo mi mentón.

–No tengas miedo, conmigo vas a hacer feliz–me quedé helada, esas manos que sostenían mi mentón, eran las manos de un asesino.

El dejo un beso en mi frente y se colocó de pie, luego dio unos cuantos pasos y salió del callejón.

Jack me ayudó a levantar el piso, mientras que los otros vigilaban la zona.

Ya vamos en el auto, y otra vez ellos colocan la calurosa capucha en mi cabeza, estoy cansada, quiero escapar, quiero ver a papá, aunque lo odie, pero quiero verlo. Al fin y al cabo no dejes de ser mi padre.

Minutos más tarde llegamos a lo que se podría llamar "mi nuevo hogar", ya que el auto paro del todo y ellos sacaron a bajar.

–Te voy a encerrar hasta que venga Sara, ¿entendido?–jack, me susurra al oído, no sé quién es Sara. Y ni siquiera puedo ver.

Como si mis palabras tuvieran poder el retirar la capucha de mi cabeza, y veo, veo la inmensa mansión, esto parece un palacio.

No me dio tiempo de analizar bien la mansión, ya que Jack me llevo a una pequeña habitación que está en la planta baja.

Bueno, por lo menos está mejor que el callejón al que me llevaron, hubiera sido mejor que me trajeran directamente para la mansión, no veo la necesidad de ir a ese apestoso lugar.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo