capitulo tres

Hago mis necesidades, me miro al espejo y estoy toda demacrada, lavo mi cara con abundante agua y luego la seco, que raro no escucho la voz del maniático, ¿Será que se fue?

Lo odio, me cae mal, no sé cómo hace para ser tan lindo, la verdad él es el hombre más hermoso que he visto, es un chico sexy ya la vez malo. Creo que eso lo hace ver apuesto ¡Ya basta!, ¿qué idioteces digo?

Estoy tan ensimismada en mis pensamientos que no escucho la voz de Sara.

–¡Señora! ¡Su esposo la está esperando!–a decir verdad Sara me cae mal, nada más por el simple hecho de trabajarle a semejante monstruosidad. (Yusuf).

–¡Ya salgo!–digo mientras abro la manija para salir.

Al salir no veo a Sara, acomodo mi uniforme, el cual está un poco sucio, aún tengo mis pies descalzos, ya decía el porqué sintió frío, ahora que recuerdo deje los tacones en la planta baja.

Bueno y que más da, no es tiempo de estar interesada en como me veo, ahora lo que importa es, escapar de las garras de este narco.

¡Espera!… Estoy sola, no veo a nadie, esto es buena señal, tomo un suspiro y con cuidado me asomó para verificar si viene alguien. Esta es mi oportunidad de escapar.

Camino de puntillas, hasta llegar a la sala de estar, elevo mi mano para tomar la manija, la giro y está abierta, de inmediato mi corazón estalló de felicidad. Por fin me iré.

Tras abrir la puerta me percató de que ya ha oscurecido, la mansión por fuera es espectacular, los leones de monumento que están en la entrada se ven tan reales en la noche.

Salgo con cuidado y cierro la puerta detrás de mí, miro de izquierda a derecha y no hay nadie, qué raro, de seguro Yusuf salió.

El portón de la mansión está cerrado, no sé cómo hacer para ir del otro lado, no tengo llaves ni nada, lo único que me tocaría será treparlas, pero creo que me haré daño porque el portón tiene unas enormes puntas filosas.

Corro hasta el portón con la esperanza de encontrar una manera para poder irme, pero la voz de Yusuf hace que la ilusión de escapar se desvanezca.

–Amor, ¿Qué intentas hacer?–él está del otro lado del portón, no sé cómo lo hizo, pero jamás lo vi, mis ojos se abrieron como plato luego de ver el arma que sostiene en sus manos.

Él se da cuenta de que yo tengo la mirada clavada en el arma y dice.

–Ah, lo siento–guarda el arma–solo estaba arreglando un asunto.

¿Qué clase de asunto se arregla con un arma?

–Emily, ¿Ya estás lista?–hijo.

–Sí, de hecho, estaba buscándote –miento.

–Ah, ya veo, ¿Puedes darte media vuelta?–hace un círculo con su dedo.

–¿Para qué?–le pregunto, no sé qué quiere ahora.

–Creo que la ropa te vendrá–doy media vuelta y él pega un silbido cuando ve mi trasero–¿Te han dicho que tienes un trasero sexy?–niego de inmediato, de hecho soy virgen.

Él saca las llaves y abre el enorme candado que protege el portón y luego entra, veo como da leves pasos para acercarse a mí, para poner sus abrazos en mis caderas.

–Emily, me tienes loco de amor–sus ojos se cristalizan y eso me intimida. En serio, este hombre es hermoso.

–Yusuf, lo siento, pero no puedo estar contigo–él aprieta mis caderas y eso duele.

–Mi vida, no digas eso, verás que pronto te enamorarás de mí, y vamos a hacer felices–niego a todo lo que dice.

–¡No!–le grito–no entiendes que no, no podemos estar juntos, tú eres una mala persona, y si estamos juntos mi vida correría peligro a cada momento.

–Retira lo dicho–me ordena, yo meneo mi cabeza, negando de que no retiraré lo dicho y él se enoja–Eres muy grosera–me toma del cuello con sus manos grandes y me da un apretón.

–Me haces daño–exclamo, me estoy ahogando, apenas puedo respirar.

Su mirada es fría, y acosadora a la vez, pero no me dejaré, no me dejaré vencer de esta idiota, llevo mis manos hasta su cara y sumerjo una de mis uñas en su ojo.

No estoy seguro de que sí, le rompí el ojo o solo fue un rasguño, pero este acto hizo que él me soltará, él pone sus manos en su cara y se queja.

–¡Maldición! ¡¿Qué hiciste?!–aprovecho la ocasión para poder escapar, ya que él, dejo el portón abierto cuando entró. Corro por las hierbas que adornadas afueras de la mansión, puedo escuchar el sonido de los grillos, tengo miedo, de pequeña siempre le tuve pánico a los grillos.

Corro sin mirar atrás, cuando pensé que había ganado la pelea, me encuentro con una escolta en la salida de la mansión, este hombre estaba de espaldas.

Baje la velocidad, ya que él también tiene un arma en sus manos, ahora que lo miro más de cerca es uno de los que me trajo hasta aquí.

Me escondí detrás de un auto que estaba estacionado. Intenté abrirlo, pero estaba cerrado, tengo que pensar en algo productivo. Bueno, usaré una distracción que vi en una serie, esperemos que a mí me funcione igual que al protagonista.

Tome una piedra y la lancé lejos, crucé mis dedos esperando su funcionalidad y para mi suerte el guardia se acercó al sonido que ocasionó el impacto de la piedra contra el suelo.

¡Sí!, de inmediato salgo del escondite, logré escapar del escolta.

Esto es un bosque, tal parece que la mansión está oculta, claro estamos hablando del narco más reconocido. Se esconde como rata de alcantarilla.

Los árboles emanan el olor de las hojas y el frío de la brisa toca mi piel. Corro como si este fuera mi último día de vida.

Minutos después.

He corrido un montón, ya mis pies arden y duelen, tanto que creo que me he hecho una vejiga, pero eso no es excusa para dejar de correr, tengo que liberarme de las garras de ese felino.

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