Capítulo 95
En ese momento, Daniela no sabía si había ganado o perdido. Desvió su mirada hacia Juan Carlos, en la otra banca, que parecía sentir lo mismo. Su abogado asintió cuando vio que su cliente anhelaba una respuesta y Juan Carlos sonrió de oreja a oreja. A Daniela le pareció que le clavaban un hierro al rojo vivo en mitad del vientre y lo retorcían dentro de ella. Buscó en su abogada algo de consuelo, pero no lo encontró. Julia esquivaba sus ojos sin disimular siquiera. Dedicaba toda su atención a recoger los documentos que tenía sobre la mesa y meterlos en una cartera negra de cuero. Daniela sintió que un puño le apretaba el corazón al tiempo que el mal presentimiento aparecía de nuevo. No eran buenas noticias lo del régimen de visitas.

Cuando Juan Carlos se estaba retirando, corrió tras él, y lo agarró del brazo y lo obligó a volverse hacia ella.

—¡Desvergonzado! —exclamó—. ¿Cómo te atreves a insinuar que soy una mala madre?

—Si tienes algo que decirme, más te vale hacerlo en privado.
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo