Mientras en la oficina del señor Brown, Enrique terminaba de entender todo lo que había pasado hacía tan solo unos segundos.—No, es que eso no puede ser posible. Me niego a creerlo. —Dijo Enrique mientras la cabeza le daba mil vueltas.—Así como lo has escuchado, ella es la esposa de Brandon Lambert.— ¿Cómo lo sabes? ¿Por qué nadie me dijo nada? ¿Tú lo sabías desde el principio?—Ella me pidió no decir nunca nada, ella necesitaba un impulso que le hiciera salir adelante y traer de vuelta su libertad.— ¡De qué libertad me estás hablando? ¡Ella es la esposa de Brandon!— ¡Esposa bajo contrato! —Dijo el hombre defendiendo a Cristal, pues el mejor que nadie sabía lo que era vivir una vida que nunca antes quisimos.—Al final es su esposa y es lo que importa, no puedo creer que su misma esposa pretenda hacerle esto, convertirse en su rival.—Más que ser la rival de los Lambert ella pretende ser la rival de su propio abuelo, el señor Bennett.— ¿Por qué? ¿Está no es ninguna película
Un poco desorientada, sabiendo que Brandon se había ido temprano e inclusive, no había dormido con ella esa noche, no pudo dar con una idea de la persona que podría estar tocando a su puerta.Con cuidado y debido a los zapatos altos que usaba, bajo las escaleras. Podría estar destrozada, podría estar sintiendo que el alma se le iba del cuerpo per jamás lo iba a representar en su estado físico.Esa mañana vestía un vestido negro, un poco más corto de lo normal con unos tacones altos al mismo tiempo que su cabello castaño y ondulado caía por sus hombros.Suspirando fuertemente abrió la puerta. Ya no quería ser recibidora de más sorpresas, estaba harta de lo mismo.Y tan pronto como abrió la puerta de cristal se dio cuenta que una mujer de no más de cuarenta y cinco años, cabello rojizo, vestida muy elegante, se quitaba los lentes oscuros frente a ella mientras una sonrisa invadía su rostro Debió de imaginarlo, siempre debió de ser ella a la que tuviera en la mente antes que a cualquier
En la mansión de los Lambert, la misma mujer que ya había desgraciado lo suficiente la vida de su hijo como para ya no ser deseada ahí hablando con la mujer a la que había arrastrado a ese sitio de perdición.Sin dejar de sonreír la una a la otra, compartían aquel momento con copas de vino en sus manos y platillos de bocadillos en la mesa central.—Señora Victoria, ¿cree que el plan funcione? —Preguntó Tábata.Victoria suspiró. —La realidad es que no te puedo asegurar nada en este momento, mi hijo ha cambiado tanto que hay veces en que lo desconozco.Tábata bajó la mirada. No iba a decir lo que pensaba pero sabía perfectamente que incluso si Brandon había cambiado tanto como ella decía, la señora Victoria nunca había estado ahí para él, para monitorear sus cambios y aprender de ellos hasta que pudiera aceptarlos como parte de su hijo.—Lo único que me importa es que Brandon se libere de aquella maldita relación a la que yo nunca debía de acceder. Bueno, aunque si decimos la verdad e
Prontamente los recuerdos que más dolían continuaron siendo transmitidos en su cabeza.Bastó solo una abrir y cerrar de ojos para que Brandon viera a Cristal levantar su mano derecha con tanto odio, tanta impotencia para al final, sentir como esta se estampaba en su mejilla derecha. — ¡No soy tu máquina de alumbramiento, que te quede claro, imbécil! —Dijo Cristal justo antes de sentir como las mujeres la tomaban una de cada lado para volverla a guiar de regreso a la sala. Brandon se llevó la mano a la mejilla para después, posar la mirada en ella. La sonrisa de burla se pintó en su rostro. Demasiado ingenua era ella si pensaba que aquel golpe lo haría arrepentirse de lo que le estaba haciendo. — ¡Es demasiado tarde, querida inocente! —Brandon levantó la voz al ver como se la llevaban lejos de él. Podría ser fuerte, por primera vez Cristal probaba que era fuerte ante él y por primera vez, Brandon sintió no pelear con la pared. El juego se hacía cada vez más divertido. Sería un plac
Sus ojos, sus gestos, la manera en la que tomaba los palillos, la manera en la que sonreía al hacerle saber que la comida estaba deliciosa. Ella simplemente era un sueño, un sueño del que no quería separarse nunca.Era buen momento para admitirlo, él estaba enamorado de ella. No sabía en qué momento eso sucedió, simplemente pasó y ya. Él estaba enamorado de la mujer que podría ser aquel amor del pasado.Ahora que la tenía más de cerca se daba cuenta que era más bella de lo que él mismo pensó, aquella vez que bailó con aquel vestido, aquella vez que la vio bailar con otro hombre el baile de los novios, la vez que la vio hacer lo que quería en las cenas familiares, ella realmente era única, la única mujer que él quería en su vida para siempre.—He terminado —dijo Cristal alejando el recipiente de ella con una sonrisa genuina en el rostro.Brandon la miró. Por un segundo ella volvió a ser la misma niña inocente que debió de haber sido antes del matrimonio que tanto la había lastimado. Un
De regreso en la empresa, sabiendo a Cristal trabajando y que seguro lo iba a ser hasta tarde, caminó hasta la salida de la compañía y justo cuando sintió que estaba a punto de subir al elevador, los ruidos de los tacones de una mujer fueron escuchados. Era Cristal.—Cristal —llamó él haciendo que el elevador e detuviera para que ella también pudiera entrar. — ¿Sucede algo, Cristal?—Surgió una emergencia y necesito al equipo para que me ayude con todo lo que acababa de surgir —dijo ella manera acelerada.A los ojos de Brandon ella lucía verdaderamente desesperada por lo que estaba pasando. Si tan solo su propia esposa tuviera la confianza de decirle a su esposo por lo que estaba pasando, él sin duda la ayudaría.— ¿Qué necesitas? —Preguntó Brandon sin darle la mirada, como si de esa manera mostrara que a él no le importaba.—Solo necesito una persona que pueda ser el testigo de todo el trabajo que tengo que hacer para el nuevo proyecto. Eso es todo, solo espero alguien esté des
Tiempo que regresaba, tiempo que ella no parecía disfrutar más. Habiendo rodado más de mil veces en su cama, queriendo encontrar la posición correcta para descansar cuando la realidad era que era su mente junto con los recuerdos lo que no la dejaban descansar. ¿En qué momento todo cambió entre ellos? ¿En qué momento ella comenzó a rogar por un minuto de su atención? No era que en el pasado Brandon hubiera mostrado estar siempre para ella pero al menos sabía Tábata que tan pronto como lo llamara, él iba a estar ahí, un poco más tarde, un poco más temprano pero siempre contando con su presencia.Los recuerdos volvieron a ella. En un pasado solo era tres: Brandon, Wyatt y ella. En ese momento nada le preocupaba a ella más que fuera Brandon quien siempre viera su amor.Tres de la mañana, ¿qué podía estar haciendo Brandon en ese momento? ¿Era posible que él estuviera descansando tranquilamente a lado de una mujer a la que no tuvo el tiempo de conocer cómo conoció a Tábata? El solo hec
Cristal levantó sus cosas sin esperar por su esposo. Si tan solo ella le hubiera dado la mirada se hubiera dado que la única intención que él tenía era de decirle que hacían buen equipo, que no había nada que ellos no pudieran a hacer pero lamentablemente se daba cuenta que Cristal era más orgullosa de lo que él imaginó podía ser. —Hey, Brandon, ¿podemos hablar un minuto? —Preguntó Enrique.—Sí, ¿sucede algo?—Es urgente. —Comunicó el hombre caminando adelante haciendo que Brandon lo siguiera.Con mil ideas en la mente, queriendo saber qué era lo que había hecho mal a los ojos de Enrique, lo siguió. Ya no quería más problemas, ya era suficiente con los que tenía.Enrique entonces llegó a la oficina de Brandon, pasando él primero como si se tratara del dueño. —Ahora, ¿qué es lo que hice mal? —Preguntó Brandon tomando su lugar.— ¿En cierto que trabajaste con Cristal el proyecto?—Sí, ¿por qué? —Contestó Brandon sin preocuparse mucho por lo que su amigo fuera a decir.— ¿Y lo dices as