En la mansión de los Lambert, la misma mujer que ya había desgraciado lo suficiente la vida de su hijo como para ya no ser deseada ahí hablando con la mujer a la que había arrastrado a ese sitio de perdición.Sin dejar de sonreír la una a la otra, compartían aquel momento con copas de vino en sus manos y platillos de bocadillos en la mesa central.—Señora Victoria, ¿cree que el plan funcione? —Preguntó Tábata.Victoria suspiró. —La realidad es que no te puedo asegurar nada en este momento, mi hijo ha cambiado tanto que hay veces en que lo desconozco.Tábata bajó la mirada. No iba a decir lo que pensaba pero sabía perfectamente que incluso si Brandon había cambiado tanto como ella decía, la señora Victoria nunca había estado ahí para él, para monitorear sus cambios y aprender de ellos hasta que pudiera aceptarlos como parte de su hijo.—Lo único que me importa es que Brandon se libere de aquella maldita relación a la que yo nunca debía de acceder. Bueno, aunque si decimos la verdad e
Prontamente los recuerdos que más dolían continuaron siendo transmitidos en su cabeza.Bastó solo una abrir y cerrar de ojos para que Brandon viera a Cristal levantar su mano derecha con tanto odio, tanta impotencia para al final, sentir como esta se estampaba en su mejilla derecha. — ¡No soy tu máquina de alumbramiento, que te quede claro, imbécil! —Dijo Cristal justo antes de sentir como las mujeres la tomaban una de cada lado para volverla a guiar de regreso a la sala. Brandon se llevó la mano a la mejilla para después, posar la mirada en ella. La sonrisa de burla se pintó en su rostro. Demasiado ingenua era ella si pensaba que aquel golpe lo haría arrepentirse de lo que le estaba haciendo. — ¡Es demasiado tarde, querida inocente! —Brandon levantó la voz al ver como se la llevaban lejos de él. Podría ser fuerte, por primera vez Cristal probaba que era fuerte ante él y por primera vez, Brandon sintió no pelear con la pared. El juego se hacía cada vez más divertido. Sería un plac
Sus ojos, sus gestos, la manera en la que tomaba los palillos, la manera en la que sonreía al hacerle saber que la comida estaba deliciosa. Ella simplemente era un sueño, un sueño del que no quería separarse nunca.Era buen momento para admitirlo, él estaba enamorado de ella. No sabía en qué momento eso sucedió, simplemente pasó y ya. Él estaba enamorado de la mujer que podría ser aquel amor del pasado.Ahora que la tenía más de cerca se daba cuenta que era más bella de lo que él mismo pensó, aquella vez que bailó con aquel vestido, aquella vez que la vio bailar con otro hombre el baile de los novios, la vez que la vio hacer lo que quería en las cenas familiares, ella realmente era única, la única mujer que él quería en su vida para siempre.—He terminado —dijo Cristal alejando el recipiente de ella con una sonrisa genuina en el rostro.Brandon la miró. Por un segundo ella volvió a ser la misma niña inocente que debió de haber sido antes del matrimonio que tanto la había lastimado. Un
De regreso en la empresa, sabiendo a Cristal trabajando y que seguro lo iba a ser hasta tarde, caminó hasta la salida de la compañía y justo cuando sintió que estaba a punto de subir al elevador, los ruidos de los tacones de una mujer fueron escuchados. Era Cristal.—Cristal —llamó él haciendo que el elevador e detuviera para que ella también pudiera entrar. — ¿Sucede algo, Cristal?—Surgió una emergencia y necesito al equipo para que me ayude con todo lo que acababa de surgir —dijo ella manera acelerada.A los ojos de Brandon ella lucía verdaderamente desesperada por lo que estaba pasando. Si tan solo su propia esposa tuviera la confianza de decirle a su esposo por lo que estaba pasando, él sin duda la ayudaría.— ¿Qué necesitas? —Preguntó Brandon sin darle la mirada, como si de esa manera mostrara que a él no le importaba.—Solo necesito una persona que pueda ser el testigo de todo el trabajo que tengo que hacer para el nuevo proyecto. Eso es todo, solo espero alguien esté des
Tiempo que regresaba, tiempo que ella no parecía disfrutar más. Habiendo rodado más de mil veces en su cama, queriendo encontrar la posición correcta para descansar cuando la realidad era que era su mente junto con los recuerdos lo que no la dejaban descansar. ¿En qué momento todo cambió entre ellos? ¿En qué momento ella comenzó a rogar por un minuto de su atención? No era que en el pasado Brandon hubiera mostrado estar siempre para ella pero al menos sabía Tábata que tan pronto como lo llamara, él iba a estar ahí, un poco más tarde, un poco más temprano pero siempre contando con su presencia.Los recuerdos volvieron a ella. En un pasado solo era tres: Brandon, Wyatt y ella. En ese momento nada le preocupaba a ella más que fuera Brandon quien siempre viera su amor.Tres de la mañana, ¿qué podía estar haciendo Brandon en ese momento? ¿Era posible que él estuviera descansando tranquilamente a lado de una mujer a la que no tuvo el tiempo de conocer cómo conoció a Tábata? El solo hec
Cristal levantó sus cosas sin esperar por su esposo. Si tan solo ella le hubiera dado la mirada se hubiera dado que la única intención que él tenía era de decirle que hacían buen equipo, que no había nada que ellos no pudieran a hacer pero lamentablemente se daba cuenta que Cristal era más orgullosa de lo que él imaginó podía ser. —Hey, Brandon, ¿podemos hablar un minuto? —Preguntó Enrique.—Sí, ¿sucede algo?—Es urgente. —Comunicó el hombre caminando adelante haciendo que Brandon lo siguiera.Con mil ideas en la mente, queriendo saber qué era lo que había hecho mal a los ojos de Enrique, lo siguió. Ya no quería más problemas, ya era suficiente con los que tenía.Enrique entonces llegó a la oficina de Brandon, pasando él primero como si se tratara del dueño. —Ahora, ¿qué es lo que hice mal? —Preguntó Brandon tomando su lugar.— ¿En cierto que trabajaste con Cristal el proyecto?—Sí, ¿por qué? —Contestó Brandon sin preocuparse mucho por lo que su amigo fuera a decir.— ¿Y lo dices as
Ligeramente el recuerdo se borró de su mente.—Señorita, puede pasar, el señor Lambert ya está esperando por usted. —Dijo la secretaria haciéndola salir de su mundo de recuerdos. —Muchas gracias —dijo Tábata tomando su bolso y su folder negro para después, seguir camino a la oficina de Brandon.Bastó que ella abriera la puerta para encontrarse con aquel ser que siempre iba a ser a que su mundo se desestabilizara. Su corazón comenzó a golpear más fuerte, un sudor frío le recorrió el cuerpo al saber que esos sentimientos no debían de ser reales, no cuando Brandon no la quería.Simplemente él siempre le iba a robar el aliento. Simplemente él y su divina perfección de hombre.—Tábata —pronunció Brandon al mismo tiempo que se levantaba de su lugar para ir hasta ella.Ella sonrió. —Hace tiempo que no nos vemos. Creí que te habías olvidado de mí.—No digas eso, Tábata.— ¿Por qué no? Estuve intentando llamarte muchas veces pero ya veo que has tenido mucho trabajo.—Tábata.—Como sea, no cre
Caminando de un lado a otro, sabiendo que si seguía intentando trabajar, sus pensamientos serían bloqueados por la imagen de Cristal como venía pasando desde la última vez que se habían quedado a solas trabajando en algo que claramente Cristal pudo haber hecho mientras él la dejaba sufrir.Queriendo desconectarse de todo eso, Brandon salió de su oficina con la idea de ir por un café por sí solo mientras las imágenes de Cristal se desvanecían de su cabeza.Caminando rumbo aquel lugar de donde podía tomar el café y unas cuantas galletas, se encontró con la secretaria de Cristal.Sin duda siempre iba a encontrar algo de ella a dondequiera que fuera.—Señor Lambert, buenas tardes.—Buenas tardes, Eliot. —Dijo él queriendo resistir las ganas de preguntar por su esposa. —Con permiso —dijo ella con una sonrisa en el rostro, dispuesta a irse.— ¿Y qué hay de la señorita Bennett? ¿No ha pedido los informes que yo tengo? —Preguntó Brandon sabiendo que eso claramente no iba a pasar.—No, ayer l