Sus ojos, sus gestos, la manera en la que tomaba los palillos, la manera en la que sonreía al hacerle saber que la comida estaba deliciosa. Ella simplemente era un sueño, un sueño del que no quería separarse nunca.Era buen momento para admitirlo, él estaba enamorado de ella. No sabía en qué momento eso sucedió, simplemente pasó y ya. Él estaba enamorado de la mujer que podría ser aquel amor del pasado.Ahora que la tenía más de cerca se daba cuenta que era más bella de lo que él mismo pensó, aquella vez que bailó con aquel vestido, aquella vez que la vio bailar con otro hombre el baile de los novios, la vez que la vio hacer lo que quería en las cenas familiares, ella realmente era única, la única mujer que él quería en su vida para siempre.—He terminado —dijo Cristal alejando el recipiente de ella con una sonrisa genuina en el rostro.Brandon la miró. Por un segundo ella volvió a ser la misma niña inocente que debió de haber sido antes del matrimonio que tanto la había lastimado. Un
De regreso en la empresa, sabiendo a Cristal trabajando y que seguro lo iba a ser hasta tarde, caminó hasta la salida de la compañía y justo cuando sintió que estaba a punto de subir al elevador, los ruidos de los tacones de una mujer fueron escuchados. Era Cristal.—Cristal —llamó él haciendo que el elevador e detuviera para que ella también pudiera entrar. — ¿Sucede algo, Cristal?—Surgió una emergencia y necesito al equipo para que me ayude con todo lo que acababa de surgir —dijo ella manera acelerada.A los ojos de Brandon ella lucía verdaderamente desesperada por lo que estaba pasando. Si tan solo su propia esposa tuviera la confianza de decirle a su esposo por lo que estaba pasando, él sin duda la ayudaría.— ¿Qué necesitas? —Preguntó Brandon sin darle la mirada, como si de esa manera mostrara que a él no le importaba.—Solo necesito una persona que pueda ser el testigo de todo el trabajo que tengo que hacer para el nuevo proyecto. Eso es todo, solo espero alguien esté des
Tiempo que regresaba, tiempo que ella no parecía disfrutar más. Habiendo rodado más de mil veces en su cama, queriendo encontrar la posición correcta para descansar cuando la realidad era que era su mente junto con los recuerdos lo que no la dejaban descansar. ¿En qué momento todo cambió entre ellos? ¿En qué momento ella comenzó a rogar por un minuto de su atención? No era que en el pasado Brandon hubiera mostrado estar siempre para ella pero al menos sabía Tábata que tan pronto como lo llamara, él iba a estar ahí, un poco más tarde, un poco más temprano pero siempre contando con su presencia.Los recuerdos volvieron a ella. En un pasado solo era tres: Brandon, Wyatt y ella. En ese momento nada le preocupaba a ella más que fuera Brandon quien siempre viera su amor.Tres de la mañana, ¿qué podía estar haciendo Brandon en ese momento? ¿Era posible que él estuviera descansando tranquilamente a lado de una mujer a la que no tuvo el tiempo de conocer cómo conoció a Tábata? El solo hec
Cristal levantó sus cosas sin esperar por su esposo. Si tan solo ella le hubiera dado la mirada se hubiera dado que la única intención que él tenía era de decirle que hacían buen equipo, que no había nada que ellos no pudieran a hacer pero lamentablemente se daba cuenta que Cristal era más orgullosa de lo que él imaginó podía ser. —Hey, Brandon, ¿podemos hablar un minuto? —Preguntó Enrique.—Sí, ¿sucede algo?—Es urgente. —Comunicó el hombre caminando adelante haciendo que Brandon lo siguiera.Con mil ideas en la mente, queriendo saber qué era lo que había hecho mal a los ojos de Enrique, lo siguió. Ya no quería más problemas, ya era suficiente con los que tenía.Enrique entonces llegó a la oficina de Brandon, pasando él primero como si se tratara del dueño. —Ahora, ¿qué es lo que hice mal? —Preguntó Brandon tomando su lugar.— ¿En cierto que trabajaste con Cristal el proyecto?—Sí, ¿por qué? —Contestó Brandon sin preocuparse mucho por lo que su amigo fuera a decir.— ¿Y lo dices as
Ligeramente el recuerdo se borró de su mente.—Señorita, puede pasar, el señor Lambert ya está esperando por usted. —Dijo la secretaria haciéndola salir de su mundo de recuerdos. —Muchas gracias —dijo Tábata tomando su bolso y su folder negro para después, seguir camino a la oficina de Brandon.Bastó que ella abriera la puerta para encontrarse con aquel ser que siempre iba a ser a que su mundo se desestabilizara. Su corazón comenzó a golpear más fuerte, un sudor frío le recorrió el cuerpo al saber que esos sentimientos no debían de ser reales, no cuando Brandon no la quería.Simplemente él siempre le iba a robar el aliento. Simplemente él y su divina perfección de hombre.—Tábata —pronunció Brandon al mismo tiempo que se levantaba de su lugar para ir hasta ella.Ella sonrió. —Hace tiempo que no nos vemos. Creí que te habías olvidado de mí.—No digas eso, Tábata.— ¿Por qué no? Estuve intentando llamarte muchas veces pero ya veo que has tenido mucho trabajo.—Tábata.—Como sea, no cre
Caminando de un lado a otro, sabiendo que si seguía intentando trabajar, sus pensamientos serían bloqueados por la imagen de Cristal como venía pasando desde la última vez que se habían quedado a solas trabajando en algo que claramente Cristal pudo haber hecho mientras él la dejaba sufrir.Queriendo desconectarse de todo eso, Brandon salió de su oficina con la idea de ir por un café por sí solo mientras las imágenes de Cristal se desvanecían de su cabeza.Caminando rumbo aquel lugar de donde podía tomar el café y unas cuantas galletas, se encontró con la secretaria de Cristal.Sin duda siempre iba a encontrar algo de ella a dondequiera que fuera.—Señor Lambert, buenas tardes.—Buenas tardes, Eliot. —Dijo él queriendo resistir las ganas de preguntar por su esposa. —Con permiso —dijo ella con una sonrisa en el rostro, dispuesta a irse.— ¿Y qué hay de la señorita Bennett? ¿No ha pedido los informes que yo tengo? —Preguntó Brandon sabiendo que eso claramente no iba a pasar.—No, ayer l
Cuando llegaron finalmente a la casa que habían estado compartiendo por tanto tiempo Cristal y Brandon, él le abrió la puerta para que ella pudiera bajar más rápidamente. Ahora que lo notaba un poco más, ahora que pensaba en lo que había sido su viaje un viaje en silencio, sin mucho que decir, sin palabras del uno para el otro, Cristal dejándole ver lo cansada que estaba al mismo tiempo que cerraba los ojos ligeramente y se perdí en sus pensamientos o quizá, en la nada, nunca Brandon lo sabría, fue como se dio cuenta de cuán cierto era lo que la secretaria de su esposa le había dicho. Eliot tenía razón, ella no lucía bien en lo absoluto.Si por él hubiera sido, se hubiera ido al hospital más cercano pero la verdad es que ninguno le debía nada al otro como para que se mostraran toda amabilidad cuando antes solo se habían mostrado las ganas que tenía de terminar el uno con el otro. —Vamos, Cristal, ya llegamos —habló Brandon con amabilidad.Cristal bajó del auto con cuidado.A Bran
Frente al escritorio, estando sentada frente a la silla que Brandon ocupaba y la que no estaba ocupando en el momento, Tábata sonrió, llevaría su plan con calma, haría que nadie sospechara, se mostraría genuina como siempre lo había con la diferencia que ahora solo era una mentira, ella no estaba dispuesta a soportar más los malos tratos de Brandon, ella le había dado pero nunca había obtenido nada de vuelta. Le había dado la oportunidad de quererla despacio, lentamente, casi sin que él mismo lo notara peo él simplemente se cegó por el mundo a su alrededor y después, por una mujer que llegó de pronto, de la que nadie sabía de su existencia para pasar a ser la señora de Lambert. Brandon debía de estar por llegar y ella estaba dispuesta a esperar un poco más por él. A su mente llegó la conversación que había tenido con la madre de Brandon. Tenía que funcionar, tenía que funcionar lo quisiera o no porque si ella era descubierta, todo el mundo se vendría abajo. Haciendo reposa