Cristal levantó sus cosas sin esperar por su esposo. Si tan solo ella le hubiera dado la mirada se hubiera dado que la única intención que él tenía era de decirle que hacían buen equipo, que no había nada que ellos no pudieran a hacer pero lamentablemente se daba cuenta que Cristal era más orgullosa de lo que él imaginó podía ser. —Hey, Brandon, ¿podemos hablar un minuto? —Preguntó Enrique.—Sí, ¿sucede algo?—Es urgente. —Comunicó el hombre caminando adelante haciendo que Brandon lo siguiera.Con mil ideas en la mente, queriendo saber qué era lo que había hecho mal a los ojos de Enrique, lo siguió. Ya no quería más problemas, ya era suficiente con los que tenía.Enrique entonces llegó a la oficina de Brandon, pasando él primero como si se tratara del dueño. —Ahora, ¿qué es lo que hice mal? —Preguntó Brandon tomando su lugar.— ¿En cierto que trabajaste con Cristal el proyecto?—Sí, ¿por qué? —Contestó Brandon sin preocuparse mucho por lo que su amigo fuera a decir.— ¿Y lo dices as
Ligeramente el recuerdo se borró de su mente.—Señorita, puede pasar, el señor Lambert ya está esperando por usted. —Dijo la secretaria haciéndola salir de su mundo de recuerdos. —Muchas gracias —dijo Tábata tomando su bolso y su folder negro para después, seguir camino a la oficina de Brandon.Bastó que ella abriera la puerta para encontrarse con aquel ser que siempre iba a ser a que su mundo se desestabilizara. Su corazón comenzó a golpear más fuerte, un sudor frío le recorrió el cuerpo al saber que esos sentimientos no debían de ser reales, no cuando Brandon no la quería.Simplemente él siempre le iba a robar el aliento. Simplemente él y su divina perfección de hombre.—Tábata —pronunció Brandon al mismo tiempo que se levantaba de su lugar para ir hasta ella.Ella sonrió. —Hace tiempo que no nos vemos. Creí que te habías olvidado de mí.—No digas eso, Tábata.— ¿Por qué no? Estuve intentando llamarte muchas veces pero ya veo que has tenido mucho trabajo.—Tábata.—Como sea, no cre
Caminando de un lado a otro, sabiendo que si seguía intentando trabajar, sus pensamientos serían bloqueados por la imagen de Cristal como venía pasando desde la última vez que se habían quedado a solas trabajando en algo que claramente Cristal pudo haber hecho mientras él la dejaba sufrir.Queriendo desconectarse de todo eso, Brandon salió de su oficina con la idea de ir por un café por sí solo mientras las imágenes de Cristal se desvanecían de su cabeza.Caminando rumbo aquel lugar de donde podía tomar el café y unas cuantas galletas, se encontró con la secretaria de Cristal.Sin duda siempre iba a encontrar algo de ella a dondequiera que fuera.—Señor Lambert, buenas tardes.—Buenas tardes, Eliot. —Dijo él queriendo resistir las ganas de preguntar por su esposa. —Con permiso —dijo ella con una sonrisa en el rostro, dispuesta a irse.— ¿Y qué hay de la señorita Bennett? ¿No ha pedido los informes que yo tengo? —Preguntó Brandon sabiendo que eso claramente no iba a pasar.—No, ayer l
Cuando llegaron finalmente a la casa que habían estado compartiendo por tanto tiempo Cristal y Brandon, él le abrió la puerta para que ella pudiera bajar más rápidamente. Ahora que lo notaba un poco más, ahora que pensaba en lo que había sido su viaje un viaje en silencio, sin mucho que decir, sin palabras del uno para el otro, Cristal dejándole ver lo cansada que estaba al mismo tiempo que cerraba los ojos ligeramente y se perdí en sus pensamientos o quizá, en la nada, nunca Brandon lo sabría, fue como se dio cuenta de cuán cierto era lo que la secretaria de su esposa le había dicho. Eliot tenía razón, ella no lucía bien en lo absoluto.Si por él hubiera sido, se hubiera ido al hospital más cercano pero la verdad es que ninguno le debía nada al otro como para que se mostraran toda amabilidad cuando antes solo se habían mostrado las ganas que tenía de terminar el uno con el otro. —Vamos, Cristal, ya llegamos —habló Brandon con amabilidad.Cristal bajó del auto con cuidado.A Bran
Frente al escritorio, estando sentada frente a la silla que Brandon ocupaba y la que no estaba ocupando en el momento, Tábata sonrió, llevaría su plan con calma, haría que nadie sospechara, se mostraría genuina como siempre lo había con la diferencia que ahora solo era una mentira, ella no estaba dispuesta a soportar más los malos tratos de Brandon, ella le había dado pero nunca había obtenido nada de vuelta. Le había dado la oportunidad de quererla despacio, lentamente, casi sin que él mismo lo notara peo él simplemente se cegó por el mundo a su alrededor y después, por una mujer que llegó de pronto, de la que nadie sabía de su existencia para pasar a ser la señora de Lambert. Brandon debía de estar por llegar y ella estaba dispuesta a esperar un poco más por él. A su mente llegó la conversación que había tenido con la madre de Brandon. Tenía que funcionar, tenía que funcionar lo quisiera o no porque si ella era descubierta, todo el mundo se vendría abajo. Haciendo reposa
Miles de recuerdos en su mente ninguno de ellos bueno, ni siquiera recordaba un solo momento de plena felicidad a lado de Brandon. Había estado con él una sola vez, él había sido el primer hombre en su vida pero al final, ¿para qué? Nada de eso significaba nada cuando él estaba enamorado de otra mujer?Recostada en la cama, teniendo el celular a su lado, pensando que en cualquier momento Brandon le llamaría para saber cómo estaba, su celular sonó.Con cuidado lo tomó. No, no era Brandon, ¿hasta cuándo iba a entender que a él no le importaba?Era la llamada de Wyatt.—Habla Cristal, ¿necesitas algo? —Preguntó ella con seguridad.—Cristal, soy yo, Wyatt.—Sí, ¿necesitas algo?— ¡Wuoo! Un poco agresiva, ¿no es así?Cristal cerró los ojos. Wyatt no tenía la culpa de todo lo que le estaba pasando a Cristal con Brandon.—Lo siento, lo siento, Wyatt, no, no sé qué es lo que me pasa, lo siento. ¿Necesitas algo?—Me debes una cena desde hace mucho tiempo, ¿no lo recuerdas ya? Estabas muy o
Y justamente después de que Cristal le dijera a Wyatt lo que quería de comer y entregarle los ingredientes, Wyatt le pidió que simplemente se sentara en el pequeño comedor que estaba en la gran cocina de esa casa.Cristal no se veía nada bien, tampoco se veía exactamente mal como para llevarla a un hospital. Cristal solo parecía que estaba cansada, sin nadie que estuviera cerca de ella para ayudarla, para escucharla, para ofrecerle u hombre si quería llorar o incluso, para compartir todos aquellos chistes de lo que ella se quería reír. Ahí estaba Wyatt, a su lado, queriendo que ella lo viera como la persona en la que podía confiar, a la persona que le podía contar todo lo que ella quisiera.— ¡Seré el mejor chef del mundo! —Dijo Wyatt poniéndose el delantal para comenzar a cocinar.Cristal, estando sentada casi frente a él no pudo evitar sonreír ante las palabras y la actitud de Wyatt. Nunca antes hubiera imaginado que de esa manera ellos terminarían compartiendo un buen momento
Siendo cuidadosos pero a la vez, costándole mucho trabajo, Brandon entró en la habitación de aquel hotel que había reservado para pasar la noche. Tan pronto como se asegurara que Tábata estaba bien, tan pronto como la pusiera en la cama y la cubriera con las sábanas blancas, él saldría rumbo a Cristal. Ni siquiera había tenido el tiempo de hablar con ella para saber cómo estaba.Había estado tan ocupado con la conversación de Tábata, con todo eso que le estaba diciendo con respecto a sus sentimientos por él que ni siquiera había pensado en Cristal y no porque se hubiera olvidado de ella sino porque no quería manchar el amor que sentía por ella.Por Tábata ya no sentía nada, nunca lo sintió. No le sorprendía que ella sintiera todo eso por él, le sorprendía que ni siquiera tenía la fuerza para hacerle frente a aquellas palabras de la mujer que había sido su amiga por tanto tiempo. —Vamos, Tábata, vamos, con cuidado —dijo Brandon al momento que pondría el cuerpo de Tábata en la cama.