Siendo cuidadosos pero a la vez, costándole mucho trabajo, Brandon entró en la habitación de aquel hotel que había reservado para pasar la noche. Tan pronto como se asegurara que Tábata estaba bien, tan pronto como la pusiera en la cama y la cubriera con las sábanas blancas, él saldría rumbo a Cristal. Ni siquiera había tenido el tiempo de hablar con ella para saber cómo estaba.Había estado tan ocupado con la conversación de Tábata, con todo eso que le estaba diciendo con respecto a sus sentimientos por él que ni siquiera había pensado en Cristal y no porque se hubiera olvidado de ella sino porque no quería manchar el amor que sentía por ella.Por Tábata ya no sentía nada, nunca lo sintió. No le sorprendía que ella sintiera todo eso por él, le sorprendía que ni siquiera tenía la fuerza para hacerle frente a aquellas palabras de la mujer que había sido su amiga por tanto tiempo. —Vamos, Tábata, vamos, con cuidado —dijo Brandon al momento que pondría el cuerpo de Tábata en la cama.
Una nueva mañana había llegado, una mañana que se mostraba vacía. Los ojos de Cristal se abrieron poco a poco, los rayos de sol entrando por su ventana hicieron a que el cuerpo de Cristal se sintiera cálido. Tan pronto como se fue dando cuenta del lugar donde despertaba y de la manera en que lo hacía, miró el vestido con el que estaba descansando. Seguramente la noche había sido larga hasta el punto de haber dormido de esa manera.Conforme se fue haciendo consciente de la realidad a su alrededor, sus ojos se abrieron de manera sorpresiva al darse cuenta que a lado de la cama, sobre ella recargado estaba la última persona con la que hubiera imaginado despertar.Ni siquiera recordaba lo que exactamente había pasado una noche atrás, Brandon no había llegado a dormir pero y si al final, ¿él si había llegado a dormir? ¿Y había visto a la orilla de la cama a su mejor amigo incluso si ya no parecía serlo más? ¡No, él no pudo verlos! Él pensaría cualquier otra cosa.Pero al final, seguí
Y tal como ella lo había dicho, después de una hora ellos salían de ahí, siendo acompañados el uno por el otro siendo solo compañeros, solo socios de trabajo y nada más, incluso si había un papel que seguía diciendo que ellos estaban casados ante la ley y quizá, ante sus familias.Lo cierto era que Cristal había cambiado mucho desde el momento en que adquirió un papel importante en aquella empresa. ¿Qué era lo que podía sentir Brandon ante eso? Nada más que felicidad por ella, porque la sabía capaz de triunfar a dondequiera que ella fuera, pues lugar que pisaba era lugar que bendecía con lo que ella era. Cuando llegaron afuera, Cristal sacó las llaves de su bolsa haciéndole saber que ella iba a ser la que manejara. Era claro que no quería sentirse bajo el control de nadie en ningún aspecto de su vida. — ¿No quieres que maneje yo? —Se ofreció Brandon.Cristal lo miró y después, sonrió. —No, gracias, gracias, yo puedo manejar. ¡Oh! Si es que quieres llevar tu auto está bien, nos ve
Con pasos lentos y una sonrisa en el rostro, Cristal se acercó a Brandon en el momento en que él la detuvo de esa manera, como si se tratara de aquella mujer con la que él se había casado en un principio, era hora de hacerle saber que aquella mujer ahora había quedado atrás. Era hora de hacerle saber que de ahora en adelante ella no iba a ser tratada así por él ni por nadie.—Eso es lo único que te importa a ti, ¿verdad? —Preguntó ella con la mirada puesta en él. —Eso es lo único que te hace fuerte, ¿no es así? El poder que los demás te pueden dar no importa qué.— ¿Por qué haces esto, Cristal?— ¿En verdad no lo sabes?— ¡No! ¡No, explícame porque no entiendo en quién te has convertido ahora!— ¡Me he convertido en la persona que tú querías ver al final! En esa mujer me he convertido y es por eso que no voy a dejar que a las demás chicas de aquí, pasen por lo mismo que yo he pasado. ¿O es que te da miedo que una mujer sea más de lo que tú puedes ser? —Preguntó ella con la sonrisa má
Y mientras en el mundo de Cristal parecía haber una pequeña esperanza, en el mundo de Brandon todo se estaba acabando, ya no le importaba el poder en sus manos, ya no le importaba el dinero que poseía, el gran apellido que debía hacer renacer día a día, nada de eso importaba cuando él sentía que Cristal se lo llevaba todo con el solo hecho de sonreír y hablar, y seguramente, pensar en Wyatt.El licor moviéndose en su copa, el nudo de la corbata casi deshecho. No parecía tener ganas de ver llegar un nuevo mañana si ella no estaba. Estaba solo en su vida, la única amistad femenina que pensó lo podía entender había estado con él cuando él le dijo que eso sería lo último que ella iba a pasar entre ellos, mientras que su amigo estaba con su esposa, con la mujer que quería arrebatándole todo.—Hijo, ¿qué rayos estás haciendo? —Preguntó una mujer detrás de él la darse cuenta de la botella a su lado y la copa en la barra. La señora Victoria estaba ahí.— ¿Qué quieres, mamá? —Preguntó Bran
¿Qué significó el paso de los días después de todo lo que había pasado entre Brandon y entre Tábata, de la misma manera que había pasado entre Wyatt y Cristal? ¿Qué significo todo lo que vino después? La realidad era que de la misma manera que Cristal nunca llegó a saber si Brandon llegó esa noche a la casa y encontró a Wyatt a lado de Cristal o no, Brandon tampoco llegó a saber qué la había hecho cambiar tanto estando a lado de Wyatt.¿Acaso no recordaba que Wyatt había sido el primero en decirle que ella no era más que una caza fortunas, una mujer que quería la vida resuelta sin importar lo que tuviera que hacer? ¿Acaso no lo recordaba? Porque si era así, Brandon no se molestaría en hacerla recordar aquellos momentos.De una u otra manera Wyatt también la había lastimado al hacerla menos fuerte con aquellos comentarios, al hacerla sentir nada pero sin duda, lo que no sabía Brandon es que Wyatt había mostrado ser más hombre al sincerarse con ella y comenzar a tratarla como siempre
De camino al restaurante que Wyatt había prometido a Cristal, sin decir nada, no habiendo tema de conversación entre los dos, Wyatt la observaba ir en sus pensamientos. Ella estaba profundamente enamorada de aquel hombre, ella… seguro no había manera en que ella se lo pudiera sacar de la cabeza ni mucho menos del corazón.—Ya casi llegamos, Cristal —dijo Wyatt.— ¿Sí? —Preguntó ella sin ponerle mucha atención. Wyatt solo suspiró. No importa cuánto le fuera a costar, él la iba a lograr enamorar, él no iba a descansar hasta que viera en él a la persona que era digan de sostener su corazón. Era un juramente y más tarde que temprano lo iba a lograr.Cuando finalmente llegaron y entregaron el auto a las personas encargadas de eso, Wyatt la ayudó a subir las pequeñas escaleras de aquel restaurante.Finalmente una sonrisa se pintó en el rostro de ella. Ahora era consciente de lo que estaba viendo a su alrededor. Sin duda Wyatt siempre iba a buscar la manera de estar cerca de ella a
Llevándose el cabello hacia atrás de manera casi desesperada, Wyatt se alejó un poco de Sebastián, quien les estaba diciendo lo que estaba pasando con Cristal.— ¡Nunca debiste de hacer a mi prima trabajar de esta manera, ella ahora se encuentra un poco delicada! —Dijo Sebastián levantando la voz.— ¡No fue mi intención!— ¡Por supuesto que no fue tu intención que las cosas llegaran hasta este punto! Tú querías que ella siguiera trabajando más.— ¿Cómo está en ella en este momento? —Brandon preguntó no queriendo escuchar más las palabras de Sebastián.— ¿Ahora sí te importa saber cómo está ella? —Continuó Wyatt detrás.Todo el mundo se había volteado en contra de Brandon, y no era que ellos estuvieran exagerando pero lo que ninguno de los sabía era que había sido la misma Cristal la que había insistido tanto en trabajar para no descuidar el proyecto que tenía, pensando que en cualquier momento Brandon iba a ser quien la iba a traicionar.— ¡Cállate, imbécil! —Dijo Brandon.— ¡Es sufic