Un despacho inmenso, el mismo al que ella había entrado mil y un veces después de que supiera lo que matrimonio arreglado, había rogado tanto en ese lugar porque ese matrimonio no sucediera que podía caminar por ahí a ciegas.Tantos recuerdos vinieron a su mente solo para que al final, ella entrara una vez más estando casada con quien le pidió a su abuelo no casarla. Poco le importó.—No diré nada más de lo que viene en ese contrato. No explicaré más y no harás más preguntas de las que tienes permitidas, ¿de acuerdo? —preguntó el abuelo de Cristal mientras sacaba el contrato de su caja fuerte al mismo tiempo que pensaba en la mejor forma de mentirle a su nieta.— ¡De acuerdo! —Dijo Cristal de manera decidida. Finalmente el documento por el que ella estaba esperando salió en aquel folder amarillo. Cristal no pudo evitar mirarlo hasta que la mano de su abuelo dejó caer el documento frente a ella.—Aquí está y no hay nada más que ese documento.Cristal miró a su abuelo para después, a
Ocho en punto de la noche, seguramente a él se le había olvidado llegar a ese lugar que siempre fue de ellos, el mismo que fue testigo de las veces que Brandon tomaba hasta quedarse dormido sobre la barra en la que ella estaba en ese momento, Una lágrima quiso salir de sus ojos y más allá que de sus ojos, era de su alma. No entendía, ¿cómo Brandon era capaz de cambiar en un abrir y cerrar de ojos? Acaso, ¿había hecho ella algo mal?Esas palabras, esas dulces palabras que él le dedicaba, esos besos en la frente, esa cercanía que tenía el uno hacia el otro, esos sentimientos que florecían por cada vez que él la miraba a los ojos. Él nunca estuvo enamorado de ella, él nunca vio a Tábata como ella siempre espero que él la viera en su corazón. Y ni por eso, ella había perdido la esperanza de que el día en que él se diera cuenta llegaría. Le había pedido matrimonio, de una u otra manera, le había pedido matrimonio, no podía haber mejor mujer para él que ella, eso lo llevaba en claro Tábat
—El amor del pasado debe de quedar atrás —dijo Sebastián.Y detrás de ellos, Brandon Lambert se acercó de manera casi sigilosa. Si por él fuera hubiera escuchado toda la conversación, lamentablemente en ese momento la vista de Sebastián captó a Brandon detrás de su prima. El odio lo invadió. ¿Era ese el momento para amenazarlo?—Cristal —llamó Brandon sin dejar de mirar a Sebastián.Inmediatamente ella volteó. — ¡Oh, Brandon!—Lo siento, tengo que irme, acabo de recibir un mensaje de parte de la empresa.No era mentira, justo antes después de dejar la foto en su lugar, un mensaje de parte de su secretario llegó.—Por favor, ve con cuidado. —Dijo Cristal sin sentimiento alguno.Sebastián todo lo que supo fue mirarlo. — ¿No quieres que te deje en casa?—No, no te preocupes por eso, ve tranquilo, y ve con cuidado, Sebastián podrá llevarme.Dicho eso, Cristal desvió la mirada haciéndole saber que no le importaba más lo que él tuviera que decirle. Brandon, entendiendo aquella referencia,
La soledad había llegado a su corazón, la soledad la estaba matando, de pronto nada de lo que había en esa fue deseado, no importaba la vida en el futuro, no importaba el mismo aire que estaba respirando porque cuando la soledad llega, cuando el amor mata más de lo que sana, solo se pide una pausa,, un descanso de esa vida cruel que ha sido dada a nosotros, ¿cómo era posible ser tan joven, con una vida entera por delante y al mismo tiempo, sentirse tan solo, deseando que la muerte llegara en cualquier momento?Sus ojos se llenaron de lágrimas, las pareced blancas, la cama matrimonial y sobre todo, esa foto donde Brandon sonreía como solo ella lo había visto sonreír una sola vez en su vida.Cristal cayó de rodillas en el suelo mientras lágrimas rebeldes fluían. La soledad la estaba matando. No había nada que ella pudiera hacer cuando era su abuelo quien había escogido ese destino para ella, todo lo que Cristal podía decir es que estaba destinada a sufrir, el sufrimiento de esa vida er
Pensando en lo que había visto en la habitación, en la nueva habitación de su esposa, Brandon tomó asiento tomando su libro favorito. Había sido una noche muy pesada, negocios aquí, negocios allá, esperando llamadas de la gente china solo para que le dijeran que sí a todo lo que él dijera, realmente había sido una de las peores noches. Ahora no parecía tener más fuerza y aun así, sabía que en un par de horas tenía que presentarse en la empresa.Quince minutos después, el desayuno de Cristal estuvo listo, con el plato y el licuado en mano, pasó cerca de donde Brandon estaba, él realmente parecía cansado, el libro en sus manos parecía caer en cualquier momento, con las pocas fuerzas que tenía se notaba que hacía un esfuerzo sobre humano para mantenerse despierto. Quizá si la situación fuera otra, quizá si él fuera el mismo hombre que seguía estando en su memoria, ella hubiera hecho algo por él, le habría dado de desayunar y después lo habría ayudado para que tomara un descanso, así solo
Más de media hora se había ido desde el momento en que vio cómo Cristal se había ido iba tan arreglada que parecía que iba a tener una entrevista de trabajo cuando realmente, todos ahí sabía que no lo necesitaba. Brandon podría ser lo que ella quisiera, podría ser el peor hombre sobre la tierra, podría ser quien más daño le había hecho pero lo que siempre llevaba en mente es que a una mujer y mucho menos, a quien había quedado a su cargo por la razón que fuera, no le debía de faltar nada cuando ella le iba a dar el niño que necesitaba para seguir siendo la figura que era en la empresa de los Lambert.Para ese momento, ya no sentía estar tan cansado, no sabía si era porque había descansado un momento o era porque se había metido tanto en sus pensamientos que ya no se sentía cansado.Brandon finalmente dejó el libro que estaba leyendo a un lado, pronto tendría que volver a cambiarse para el nuevo día que le esperaba.De pronto, su celular sonó. Una sonrisa se dibujó en su rostro al
La sorpresa que sintió Cristal en el momento en que el profesor dio la orden. La hizo girar su cuerpo completamente a la persona que acababa de entrar. Quizá si ella hubiera ido primero con él se hubiera ahorrado toda esa molestia.El profesor frente a ella no tuvo que escuchar más para admitir el cambio de proyecto. — ¿Cómo que la vamos a dejar cambiar el proyecto nada más porque sí? —preguntó el director quien ya se veía muy molesto.—Lo siento, señor —Cristal se dirigió al profesor —. Si es necesario, vendré más tarde, ¿le parece?—No es necesario, ya está dicho, si quieres cambiar sería bueno que lo intentaras, recuerda que los maestros dicen, entre menos graduados, mejo, o al menos este país es así.Para ese momento Cristal se dio cuenta que la persona frente a ella no estaba interesado en el proyecto de ella porque viera potencial sino porque veía una manera de hacerla perder.—Ya debes de conocer al profesor Enrique, ¿verdad, Cristal? —preguntó el director. —él está a cargo
Molesto por lo que acababa de escuchar salir de los labios de su amiga y a la única que le había hecho tantas promesas que no pudo mantener, golpeó su escritorio al momento que tomaba asiento. Habían pasado tantas cosas, Tábata había dicho tanto, ella mejor que nadie sabía qué era lo que Brandon pensaba del matrimonio, a ella le había dicho que se casarían para que al final, él terminara casado con cualquier otra mujer con la que ya no veía un infierno cada vez que llegaba a casa. Las emociones habían cambiado, eso era un hecho. Ahora Cristal se había vuelto misterio frente a sus ojos, Cristal ya no parecía ser la niña manipuladora que él creyó que era cuando vio su firma en el contrato, había algo más en ella que le estaba provocando sentir algo más.Sin tener más que hacer, sin tener con qué excusa ir detrás de Tábata y explicarle lo que estaba pasando, ahí se quedó pensando en lo que no había pensado desde el momento en que vio aquella foto. Sin más, sacó un folder de su escritorio