MANAOS. —Apúrate amor, tenemos que ir a una farmacia. —Deja la prisa, primero vamos a comer, no has comido nada desde el desayuno, así que vamos no quiero que te desmayes, mira que la doctora eres tú no yo. Comimos en el mismo centro comercial, luego fuimos a la farmacia, como toda una pareja de enamorados, Juan Carlos no me suelta la mano, recorrimos el centro comercial siempre tomados de la mano, total cuando terminamos nuestras compras ya estaba anocheciendo. —Amor, vamos a quedarnos está noche aquí en Manaos, es muy de noche para tomar carretera y además estoy cansado necesito que la doctora me dé un masaje. Dime, ¿nos quedamos? No me puedo negar, esa mirada y esa sonrisa me desarma. —¿Juan Carlos habías estado antes en Manaos? —Sí amor, en realidad lo había visitado en pocas ocasiones. Estamos caminando tomados de la mano rumbo a la salida del centro comercial cuando escucho una voz llamando a Juan Carlos. —Juan Carlos, Juan
MANAOS: HABITACIÓN DE EVALUNA. —Amigo, disculpa el fastidio, pero necesito hablarte, no me puedo dormir. —¿A qué se debe esa falta de sueño? —Por favor, no me regañes, no me juzgues, sólo quiero que me comprendas, que me escuches. —Habla, estoy aquí para escucharte. —Ya lo mío con el arquitecto terminó. Le pedí que saliera de mi vida, creo que es mejor así, yo no conozco nada de su vida, lo más seguro es que tenga pareja y sólo se está divirtiendo conmigo por el tiempo que esté aquí, ya no quiero más engaños, con Gael mantuve una relación de más de tres años, pensé que lo conocía y mira lo que resultó, me estaba engañando en mis narices y yo sin darme cuenta, entonces que puedo esperar de alguien que apenas estoy conociendo. Édgar, estás muy callado, ¿por qué no me hablas? —Me pediste que te escuchara y eso es lo que estoy haciendo. —¿Averiguaste lo que te pedí? —No, quedaste en enviarme sus datos y no me lo enviaste, de él solo c
SIGUIENTE DÍA. El viaje de Manaos hasta llegar a Yamabé lo hicimos en un aterrador silencio, Juan Carlos no me hablaba, sólo yo lo hacía y para cosas esenciales como: sigue derecho, ten cuidado con los animales que cruzan la vía, más adelante está el paso de un riachuelo. Él solo se limitaba a conducir, pero lo hacía muy veloz, por eso me atreví a decirle. —Juan Carlos no vayas tan rápido, esta vía no es muy buena, ten cuidado. —Evaluna, quien conduce soy yo, sé lo que hago, además quiero llegar al pueblo lo más rápido que pueda, todavía nos falta el viaje en lancha. —¿Y eso por qué? ¿A qué se debe tanta prisa? —Me urge trabajar, mientras más rápido lo haga, más rápido terminaré con la construcción, necesito irme a España. —Ya veo, seguramente allá tienes cosas que atender. —Sí, así es. —Si te duele tanto lo que dejaste, ¿por qué te viniste? —Lo hice por mí papá. —Pero puedes hacer algo, debes tener a alguien en quien tú co
Ya han pasado varios días desde el viaje a Manaos y Juan Carlos me habla sólo para asuntos de trabajo, trata de evitarme. Es mejor así, además yo se lo pedí, pero no lo puedo negar me duele mucho, a veces me provoca correr hasta él y abrazarlo, extraño sus besos, sus abrazos. Allí está, tan cerca y a la vez tan lejos, me gustaría acercarme, pero no, así lo extrañe mucho, no seré yo quien rompa el trato, se ve tan hermoso, ¡Dios!, la verdad es que es un hombre muy atractivo, no me extraña que tenga novia o mujer, así me guste mucho no voy a permitir que me vuelvan a engañar. Estoy tan concentrada en mis pensamientos que no puedo escuchar a uno de los jóvenes del pueblo que me está llamando. —Doctora, doctora, la llaman por radio. El muchacho tuvo que gritar para llamar mi atención, el grito hizo que Juan Carlos volteara a verme. —¿Se identificó? —Sí, es el ingeniero Gael. Juan Carlos me queda mirando, esperando mi respuesta al muchacho.
SĀO PAULO: CASA DE LOS OLIVEIRA. —Buenas noches cariño, ¿qué tienes?, te veo preocupada. —Si estoy preocupada, como es posible que tu hija se haya ido para esa selva y aún no hemos tenido noticias de ella, se supone que debe regresar para arreglar su problema con Gael, ese muchacho anda como desesperado. —¿Habló contigo? —Si, me llamó para pedirme disculpas por lo que había pasado, reconoció que ese fue un error, que él ama a tu hija y yo le creo, su mamá también me llamó, está muy apenada, me dijo que Gael les había contado todo, ellos adoran a Evaluna, su papá está muy molesto con Gael; sin embargo y a pesar de lo que ocurrió están convencidos que se aman, por lo tanto están esperando que todo se resuelva de una vez para así continuar con los preparativos de la boda. —¿Tú también estás deseando que todo se resuelva? —Por supuesto, Imagínate que van a pensar nuestras amistades si se enteran que Evaluna canceló la boda. —Eso es lo único que te
SĀO PAULO: CASA DE LA FAMILIA DE SOUZA. —Arthur por favor, tienes que tranquilizarte, ¿quieres que te dé un infarto? —¿Cómo quieres que me tranquilice?, acaso no te das cuenta de la cantidad de dinero que he perdido. Mi esperanza estaba en el matrimonio de la hija de Oliveira con Gael, ahora resulta que no hay boda, que bonito y tu hijo de brazos cruzados, por cierto allí viene, llegó en buen momento. —Hola papá, escuché mi nombre, ¿estaban hablando de mi? —Por supuesto que estábamos hablando de ti, estoy muy molesto contigo, como es posible que hayas cometido tamaña burrada y encima en tu propia oficina, tú eres idiota acaso, dime lo qué piensas hacer para solucionar esa estupidez. —Papá cálmate, te va a dar un ataque al corazón, mira cómo estás de rojo. —Eso mismo se lo acabo de decir, pero él no me hace caso. —Yo lo que quiero es que esté inepto me aclare cómo carajo piensa solucionar ese error. —Papá ya, deja de insult
PUEBLO DE CUBARÁ. Han sido días de una constante locura, parece que todo el tiempo estuviese montada en una montaña rusa, donde la adrenalina baja y sube constantemente por mi cuerpo, jamás imaginé que la pasión y el deseo me hicieran compañía constantemente, sólo basta un pequeño roce de sus dedos en mi piel para que mi cuerpo se erice, un pequeño gesto en su mirada para que corra a refugiarme en sus brazos, dormimos juntos, nos despertamos juntos, siempre en sus brazos. Mi galán no puede ver la construcción de lejos, se mezcla con los hombres del pueblo como un trabajador más, cuando lo veo sin camisa con su cuerpo sudoroso, su pelo alborotado y sus labios mojados por el sudor que corre de su frente, eso me vuelve loca, parezco una adolescente viendo a su galán preferido, él sabe lo que ocasiona en mí, me sonríe y continúa su trabajo y con la mirada me dice: “ estamos pendiente” Estoy tan absorta recreándome en tanta belleza que no siento a Naran cuando se
OFICINA DE GAEL. —Buenos días, ¿el ingeniero se encuentra en su oficina? —Sí, pero no quiere ser molestado. —Yo no soy molestia para el ingeniero, a mí me va atender. —Perdone señorita Gina, pero el ingeniero me dio orden estricta que no la dejara entrar a la oficina. —¿Cómo es eso, impidió mi entrada a su oficina? Pues lo siento, pero a mí me va a oír, así no quiera. —Señorita por favor, no me busque problemas. —Lo siento por ti, pero ni tú, ni nadie me van a impedir entrar a la oficina de Gael y no se te ocurra impedirme el paso, porque te la vas a ver conmigo. La secretaria no dijo más nada, solo levantó sus manos como diciendo, “haga lo que usted quiera” Gina entra como un huracán a la oficina. —Gina, ¿qué haces aquí? —Como dice el refrán: “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña “ —¿Por qué eres tan imprudente?Te dije que esperaras mi llamada. —¿Hasta cuando iba a esperar? Me despediste del trab