Capítulo 2

Tohbías

Al ver en el estado que se encuentra y lo que grita la doctora, corro rápido por esas pastillas. 

Se la mete en la boca pero esta mujer aún sigue dando gritos.

—¡Alejate Dereck! ¡No me toques!¡Nooooooo!

Esas cosas que grita con lágrimas corriéndole por las mejillas. No sé quién rayos es Dereck, pero carajos, algo me hierve por dentro al verla en ese estado y que haya sido por un tal gilipollas llamado Dereck.

Siento que la presión en mis muñecas se desvanece al oír hablar a la doctora. 

Y me giro al escucharla.

—Vamos a llevarla a una sala más tranquila, le puse un sedante, durará un poco así ya dormida. Sabía que esto ocurriría —reprocha la doctora mirándome con cara de pocos amigos.

—No fue mi culpa —me defiendo ya que veo que me acusa con la mirada.

—No te voy a decir nada más Tohbías, ayer te hable sobre Molly y te recomendé ser yo quien se lo dijera. Ahora ya acabaste de confirmar que esta embarazada de tu hijo y si quieres que nazca saludable. —La señala y me dice a mí nuevamente—: esto es lo primero que debes evitar, ella debe estar calmada. Todo lo que le suceda a ella se refleja en el que será tu futuro hijo y ni hablar de las pastillas que debe tomar en cada crisis

Me da la espalda y se marcha, llegan unos enfermeros y ponen a Molly en una camilla y se la llevan de la sala. La miro con un poco de preocupación en la cara.

¿Que le habrá sucedido para que actúe así? 

¡Ni siquiera me acerqué a ella!

Siento el teléfono sonar y lo saco, veo el nombre de Lisa y contesto:

—Habla  —digo serio.

—Señor, tiene que venir, los inversores están aquí esperando por usted —musita en tono bajo que casi ni la escucho. 

«Ni que yo diera tanto miedo joder» 

—Lisa, te dije que cancelaras mi cita de esta mañana. No me hag....

—Lo siento señor, no volverá  a suceder se lo prometo, no lo escuch... —Cuelgo antes de que termine.

Es mi secretaria y odio que sucedan estas cosas, siempre anda en el espacio estelar cuando hablo con ella.

Suelto un largo suspiro y me dirijo a la sala donde se encuentra Molly. He odiado toda mi vida correr detrás de las mujeres y véanme aquí, buscando a una loca trastornada que dicen que será la futura madre del próximo heredeo a la firma McAdams Corporation.

«Maldita enfermera» 

Al entrar a la habitación donde se encuentra, veo su cabello largo color cereza desparramado por la almohada. Me acerco y veo más de cerca su rostro. Tiene labios carnosos y piel blanca como la nieve, unas ligeras pecas en sus mejillas rojas de tanto llorar. 

Ahora veo como se desliza por una de estas una lágrima. La limpio antes que llege al final y de pronto, abre los ojos. 

Me le quedo mirando y ella con temor se sienta en la cama, veo como trata de taparse el cuerpo con las manos. 

Observo incrédulo su acción y escucho que me dice:

—Todo pasó de verdad por lo que veo —suelta por lo bajo en suspiro pesado y vuelve y me mira—. Primero te diré que no me sacaré la barriga, segundo no me sacaré la barriga y tercero has de cuentas que esto no sucedió, no te voy a buscar nunca ni mi hijo tampoco, así que por favor déjame tranquila —añade e intenta levantarse de la cama.

—¿Cuándo dije que quería que te sacaras la barriga? Es mi hijo también y aunque no nos conozcamos, porque es obvio que no te has dado cuenta de quien soy —mascullo poniendo los ojos en blanco y frustrado de tanto drama—, quiero ser el padre de ese hijo, ese pequeño no crecerá sin padre y nada me lo impedirá —afirmo totalmente serio, ganándome toda su atención ya que se queda perpleja con lo que dije.

Veo que se me queda mirando fijamente como si detallara cada facción de mi rostro y a su vez abre su boca en forma de O. Yo puedo ver que al parecer calló en cuenta de quien soy. 

Río para mis adentros y tuerzo una sonrisa altanera.

—¡Sí! Yo soy Tohbías McAdams, de McAdams Corporation.

—¡Vaya! —exaltada se levanta rápidamente de la camilla.

Me pasa por el lado y tomo su mano cuando veo que verdad se irá.

—Aún no he terminado de hablar contigo.

—Pues yo sí. —Me suelta de un tirón ya que me toma desprevenido y acelera el paso a la puerta, pero soy más rápido que ella, ya que soy mucho más alto.

—¿Cúal fue la parte de "No he terminado de hablar" no entendiste? —bufo un poco más alto y veo que su rostro cambia. 

Pero cuando voy a señalar su bolso para que lo tome e ir hablar en otro lugar. Al levantar mi mano ella se echa hacia atrás y pone las manos en su cara, incrédulo me quedo al ver su reacción. 

«¿Acaso pensó que la iba a golpear o qué rayos le sucede a esta mujer?» 

—¿En serio pensaste que iba a pegarte?

Baja las manos y veo como su respiración se ralentiza y la miro a los ojos, veo miedo y mucha desconfianza. Es una mujer muy transparente y fácil de leer por sus expresiones faciales.

—Emmm, lo siento, solo me asusté un poco. Me iba porque creo que necesito un respiro sobre todo esto. He pasado años huyendo a estas cosas —asegura señalándome—, hasta que al final me encuentra. Te voy a dar mi número y luego me llamas en otro momento. Mejor hablemos cuando esté mas calmada —dice la peli cereza que habla sin parar, algo que me causa gracia. 

Tiene una personalidad bastante controvertida.

—Y la verdad no me interesa quién seas, solo necesito un respiro.

—Yo desocupé hoy mi día porque realmente me urge hablar contigo y no es que solamente quiero ser el padre de mi hijo. Sino que necesito que te vayas a vivir a mi casa por.... estos próximos nueve meses —declaro ya sin aguantarme, no tengo mucho tiempo libre y tengo que hacerle entender mis objetivos rápido. 

No me puedo arriesgar a que pierda esa barriga.

—¿Que quieres qué?

Ahora sí la escucho gritar por segunda vez desde la conozco.

Veo como pierde sus cabales en un nanosegundo y vuelve a gritarme: 

—¡Estas completamente loco si crees que me voy a vivir con un desconocido que dice ser el padre de mi hijo!

Odio que me griten y esta ya es la... ¿Tercera vez en el día o la cuarta?

¡Joder creo que se equivocó de persona! 

—Lo siento pero sí lo harás, no necesito tu teléfono móvil porque ya lo tengo, sé donde vives. Solo te dire que mañana mismo a las 7:30 te iré a recoger a tu casa y espero tengas todo listo para esa hora. Me importa una m****a lo que digas o lo que pienses, hasta que nazca ese niño no te moveras de donde yo pueda verte. ¿Entendiste o te soy mas específico? —bramo de carretilla a gritos igual y en tono amenazante.

Veo que traga grueso tras mis palabras y realmente me importa un pepino lo que piense. He perdido bastante tiempo por las buenas, por eso nunca escojo esta forma de tratar a las personas. 

¡Dándoselas de pensar las cosas! El tiempo para mí es dinero, como para estar corriendo tras una mujer y no una cualquiera, una media loca y conmigo es: ¡Te vas o te vas!

—Pero yo no pued... —la interrumpo.

Esta situación es como una bomba que acaba de explotar, jodiendo planes, jodiendo inversiones y jodiendome a mí.

—Mañana a las 7:30 y más te vale no huir, se todos tus recorridos de memoria ¡Y nunca jamás he caído tan bajo al golpear a ninguna mujer! y escúchame bien —contesto serio, muy serio y me le acerco, puedo sentir su respiración contra la mía ya que ella no quita la mirada penetrante y asustada de mis ojos.

—¡Nunca pero nunca lo haré! —afirmo para luego largarme con un fuerte tirón a la puerta y sin esperar que respondiera.

He perdido dinero, tiempo y ahora mi completa paciencia con todo este asunto. Me largo del lugar y me subo en mi auto para dirigirme a casa de mi padre y veo que me siguen mis hombres. Allí me espera otra bombea en explosión, sé que no se tomará bien esta noticia, lo sé.

Suspiro tocándome la nuca. ¡Espero calmarme en el camino!

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