MollyPues decido ir a mi habitación, pero siento como tocan la puerta principal y voy deprisa bajo la mirada de ambos. Tengo mucha hambre, ya los dejaré tranquilos pero debo comer. Abro la puerta y veo que es comida china. A mí me encanta y el olor hace que mi estómago ruja. Ellos no dicen palabra alguna y lo agradezco.Tomo la comida sin pagar, y salgo derecho a mi habitación. Entro y comienzo a comer. Escucho murmullos afuera pero nunca me ha interesado la vida de nadie, mucho menos la de ellos. Solo me importa mi hijo y yo.Después de comer la deliciosa comida, que me duchara, y recostara en la cama y comenzara a leer pasan casi tres horas, escucho ahora que tocan la puerta de mi habitación. Me acomodo y le digo que abra. Entra y me mira, su mirada no me transmite nada, es un hombre muy indescifrable.Me analiza el rostro y baja la mirada a mi cuerpo. La sigo también y es que me doy cuenta que ando en el vestidito de dormir, es muy corto y transparente. Lo usaba en mi casa al es
MollyCreo que esto se está saliendo de control y mis nauseas matutinas igual.¿Casarme?No voy a casarme con él, casarse para mí es algo SAGRADO, tengo ese concepto desde niña. Me casé con Dereck porque lo amaba y no quiero volver a pasar por algo así. Después de estar casada una vez sé por experiencia que no sucederá de nuevo. Esa persona arruinó todos los buenos conceptos que tenía sobre el amor y el matrimonio.Tomé la decisión de mudarme con Tohbías, pero una cosa es vivir con él y otra muy distinta es demostrar ante el mundo que estoy casada con él, aunque tengamos un hijo en común, no sucederá.Veo que me mira descifrando mis pensamientos y ante su mirada penetrante me siento desnuda. Rápidamente la aparto y bajo mi cabeza para llenarme de fuerza.—No voy a casarme contigo —determino desafiante, no me importa lo que haga, nadie puede obligarme.Se pasa las manos por la nuca y me dice en respuesta:—Vale, respetaré tu opinión al respecto por ahora. Te doy dos meses más para qu
Molly Dolor, intenso y fuerte es todo lo que siento ahora mismo. Lágrimas, muchas lágrimas corren mis mejillas. Pero ahora mismo no estoy preocupada por el maldito dolor ni por siquiera el estado en que me encuentre, ya que ando desnuda solo con una mísera manta encima y debo estar más roja que un tomate de tanto llorar. Solo tengo miedo, temor, ansiedad, nervios. Un conjunto atómico de características explosivas en mi persona. Cuando se juntan esas cuatro me pongo en este estado. O sea ¿quién rayos no estaría preocupado? Estoy embarazada y solo llevo tres miseras semanas de gestación y fue un gran tropezón el que di. Esta etapa del embarazo es la más riesgosa, la de más cuidado y atención. Y después de tanta psicoterapia mental que me di para tener este bebé, lloro porque no pase nada malo.Siento que me lleva fuera de la habitación y sigue recto hasta la entrada principal conmigo aún en brazos. Al salir de la residencia veo a todos sus guardaespaldas rodearlo y seguirlos hasta
Molly Los días y las noches pasaron después de ese día. Recuerdo que le di una bofetada bien sonora y que cuando giró nuevamente su cara en mi dirección, solo vi arrepentimiento. Yo solo voltee mi espalda y salí hasta mi habitación. Desde ese día no lo miro a la cara y él creo que no se halla con valor de hablarme, ni siquiera para preguntarme si he comido algo. Mi rutina estos días de reposo se resume en baño, cama y comida. Suena aburrido pero la verdad estaba agotada, no sé si es por el embarazo o por qué otra cosa pueda ser pero me pasaba prácticamente todo el tiempo durmiendo.Cuando era la hora de almorzar o cenar al parecer él se encargaba de que me dejaran la comida en la encimera, lista para yo comerla. Llegaba super tarde del trabajo o sabrá dios de que lugar y solo se encerraba en su habitación, a veces nos cruzabamos en la cocina y yo solo le pasaba por el costado sin mirarlo siquiera. Después de lo que me dijo solo se tiró tierra arriba y así espero que pasen estos n
Molly Ahora mismo me viene a la mente Esaú. Yo de pequeña leía mucho la biblia, y Esaú cambió su derecho de primogénito, de recibir la herencia que le dejo su padre por ser el primer hijo en nacer, lo cambió por un plato de lentejas. ¿Soy igual que Esaú? Realmente tengo ganas de comer eso joder. ¿Por qué acepté casarme? Las lágrimas me corren por las mejillas. Me rugen las tripas y siento que nada podría ir peor. «—Pero él no es Dereck—dice mi voz interna.—No, claro que no, al menos a Dereck lo amé una vez, al menos sentí que me amaban cuando me casé por primera vez— le respondo triste» Por Tohbías no siento nada, solo odio y repugnancia o eso quiero creer. Si me caso por lo menos me queda la conciencia tranquila y si lo hago será por mi hijo, por él y por su bienestar. Tocan la puerta y la abro, Tohbías me da la bolsa con lo que pedí y los ojos me brillan de la emoción. ¡Al finnn! Brinco de felicidad al cogerla como una niña pequeña al cumplirle su capricho. Siento la mira
Molly Que absurdo, no me considero una persona celosa. Ni siquiera estando con Dereck.—Claro y el cielo es violeta —digo con sarcasmo, él solo se comienza a reír de mis pesadeces.—¿Vamos al restaurante amor? —pregunta casi en burla imitando mi tonito.—Tú comenzaste y debemos hablar sobre eso. Sé que quieres que finja que somos una pareja y demás, pero quiero tener un nulo contacto físico contigo —comento ya hablando bastante seria.Él al escucharme cambia la cara, antes estaba relajado y ahora tiene cara de pocos amigos. —Lo intentaré —manifiesta Tohbías y ahora si abro los ojos sorprendida.—¿De qué rayos hablas Tohbías? Recuerda que no soy tu maldita mujer, me voy a casar contigo porque cumplo mi palabra y entiendo perfectamente que nuestro hijo lo necesita, pero hasta ahí las clases. No voy a permitir que me toques sin mi consentimiento, te recuerdo que ahora mismo puedo marcharme y hacer todo por mi cuenta —expongo rápido elevando el tono, casi amenazante. Tengo que ponerle
Molly Vuelvo mi mirada a los reporteros que no paran de hacernos fotos y videos, trato de sonreír. Pero lo que sucedió hace un instante no deja de repetirse miles de veces por mi cabeza. Siento un cosquilleo en la parte baja de mi estómago y como me sudan las manos. Puedo sentir su tensión desde donde estoy. Él no me mira a los ojos sino que se despide cordialmente de todos en la sala, toma mi mano fuertemente y me jala para salir de aquí. Cuando nos montamos en el auto de vuelta a el apartamento todo se mantiene en silencio. Ni siquiera nos miramos. Ninguno de los dos al parecer tiene nada que decir. Al entrar al apartamento voy directo a mi habitación. Me encierro y me tiro en la cama bien tendida estrujándola a mi paso. Me paso la mano por la cabeza una y otra vez pero no se me sale de la mente el delicioso beso. ¡Jodidos labios! Me tomó desprevenida y más aún al recordar que solo le dije en la mejilla y en la frente. Nunca respeta los límites, ¿y si me hubiese dado una crisi
Molly La veo de frente y no ha cambiado nada. Siempre con su porte autoritario y su voz mandona. Siempre odié eso de ella. Nunca recibí ese cariño de padres del que todas mis compañeras del colegio presumían. Mientras a todas las iba a recoger alguno de sus padres, a mí solo me mandan a Hugo.No es que odiara a Hugo, al contrario le tengo demasiado cariño como para odiarlo, sino que cada día al salir del colegio siempre esperaba a uno de ellos. Y nunca se presentaron, ni una sola vez en mis dieciocho años del colegio. Para ellos todo fue trabajo y más trabajo. Vivíamos juntos y en casa todo eran etiquetas y modales. Jamás pude estar en pijama un domingo por la casa. —Las señoritas siempre andas arregladas —decía todo el tiempo.Y lo más jodido de todo es, que llegaba a casa de mis compañeras y envidiaba ver lo que realmente era tener una familia. Una de verdad, de esas que te preparan el desayuno y antes de dormir te cuentan cuentos de pequeña, de esas que al ir para el colegio te