¡Holiwis! Bueno... será hasta después de la boda, si es que no se entera antes. ¿Verdad? No quiero defender a Fla, pero en cierta medida tiene razón., no es buena idea abrumar a una novia a punto de casarse y mucho menos, si la novia está embarazada. Lo que menos quiere Fla, es que Maya esté preocupadas de cosas ajenas a su día especial y se entiende. ¿Ustedes qué opinan? Las leo en los comentarios, saben que son oro para mí. Les mando un abrazo y nos leemos mañana, a la misma hora y por el mismo canal :^
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Nueva York, Estados Unidos.Despierto con las ahora familiares y desagradables náuseas matutinas. Corro al baño, apenas logrando levantar la tapa del inodoro a tiempo para devolver lo poco que había en mi estómago. Es una rutina que odio, pero a la que me estoy acostumbrando.Mientras me enjuago la boca, mi mente vuelve a la discusión de anoche con Cory. Aunque me apoyó como siempre, su frustración era evidente. "No puedes seguir ocultándoselo", dijo con una mezcla de preocupación y firmeza. Le prometí que le contaría a Maya sobre Owen después de su luna de miel, pero no estaba completamente convencido. Sus palabras resuenan en mi mente: "Tienes que ser honesta con ella".Finalmente, me doy un baño, me visto y salgo al frío aire de noviembre. Hoy es un día especial; Maya y yo hemos planeado una jornada en el spa. Después de todo el estrés, ambas necesitamos relajarnos y mimarnos un poco. Además, me ayudará a distraerme de la ansiedad constante que siento al pensar en Owe
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Norwich, N.Y, Estados Unidos.Miro por la ventana mientras las nubes se tiñen de naranja y morado, filtrando algunos rayos de sol a través de las cortinas. La tranquilidad del momento me envuelve y, sin querer, mi mente viaja al verano pasado. Él y yo, solos en el apartamento, éramos un universo aparte. Tras cada acalorado encuentro, solíamos quedarnos en silencio. Me abrazaba a él, buscando una conexión más profunda, deseando entenderlo mejor, pero siempre había un muro infranqueable a su alrededor. Owen era un enigma que nunca pude resolver, un misterio que, a pesar de mis esfuerzos, se mantenía fuera de mi alcance.Nueva York, Estados Unidos. Once semanas atrás.Después de un arrebato pasional en la sala, nos quedamos recostados sobre el sofá, envueltos en el suave resplandor del atardecer que entra por las ventanas, creando un ambiente íntimo y cálido. El calor de nuestros cuerpos aún se siente en el aire, y nuestras respiraciones continúan agitadas, tratando de rec
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Norwich, N.Y, Estados Unidos.Le dejo un beso a mi madre en la sien y salgo temprano hacia la casa de los padres de Joshua, decidido a estar allí para él durante todo el proceso. Aunque mis amigos llevan casados por el civil algunos meses, hoy es diferente, ya que estarán sus familias y amigos presentes y eso cambia la experiencia que vivieron en Las Vegas. Joshua está notablemente nervioso y con razón; así que hago lo posible por dedicarle palabras de aliento, intentando calmarlo.—Josh, hoy es el día que tanto has esperado. Maya y tu bebé son tu mundo, y en unos momentos, comenzarán una nueva etapa juntos —le recuerdo—. Además, me preocupé de que todo estuviera en orden. Todo va a salir perfecto —aseguro. Le doy una palmada en la espalda mientras revuelve su café.—Gracias, hermano. —Me sonríe un poco más tranquilo—. Sé que puede parecer absurdo que esté tan nervioso, pero ahora todo tiene un sentido real para mí. —Asiento, comprendiendo su sentir.Los padres de Joshua p
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗ Norwich, N.Y, Estados Unidos. El sol de mediodía se filtra a través de las ligeras nubes de noviembre que lentamente han comenzado a cubrir el cielo. Tomo una bocanada de aire, mientras observo a lo lejos la carpa donde se realiza la recepción. El lugar está adornado con pequeñas luces, flores lilas y blancas que ondean con la brisa fresca del otoño. Es un escenario idílico para una celebración, pero mis pensamientos están lejos de la belleza del entorno. Me mantengo lo más alejado posible de Flavia, agradecido por estar sentado al otro extremo de la mesa durante el almuerzo. A mi lado, los padres de Joshua y mi madre, no han dejado de conversar animadamente. Mientras una mezcla de resentimiento y desdén que apenas logro disimular, me atraviesa cada vez que nuestras miradas se cruzan. Me pregunto cómo pudo manipularme de esa manera, ocultando un embarazo que claramente avanzaba mientras nos entregábamos a una pasión efímera y peligrosa. La celebración avanza con su pro
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Norwich, N.Y, Estados Unidos.El aire frío de la noche me envuelve mientras la arrastro lejos de la carpa. Mi mente es un torbellino de emociones; no puedo seguir reprimiendo este volcán de sentimientos que amenaza con estallar. Flavia refunfuña palabras en italiano, tironeando su brazo para que no la lleve más lejos, pero mi determinación es inquebrantable. Necesito respuestas y las necesito ahora.Llegamos a un rincón más tranquilo. Flavia se abraza a sí misma, sus ojos reflejan miedo y confusión. Tomo una bocanada de aire, intentando controlar la rabia que bulle dentro de mí.—Jamás imaginé que fueras ese tipo de mujer, Flavia. —Mis palabras son duras y directas—. ¿¡Cómo pudiste meterte conmigo mientras estabas embarazada de otro hombre!? ¿¡Cómo te atreviste a jugar conmigo de esa manera!?Flavia comienza a llorar desconsoladamente, sus lágrimas caen sin cesar. Entre hipidos, intenta decir algo, pero sus palabras son incoherentes. Niega con la cabeza repetidamente, trat
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Norwich, N.Y, Estados Unidos.Tyler, Hanna y Cory entran corriendo por el pasillo, notablemente preocupados. Me detengo un momento para mirarlos, pero luego sigo caminando de un lado a otro, incapaz de quedarme quieto.—¿Cómo está? —pregunta Tyler, mirando hacia el pasillo por donde se llevaron a Flavia.—No lo sé... —respondo, apretando la mandíbula—. Se la llevaron hace unos minutos.—Owen, necesitas calmarte —dice Hanna con suavidad, apretándome el hombro—. Ella va a estar bien. Los médicos sabrán qué hacer.—¿Tú lo sabías, verdad? —le pregunto a Cory, que está tan afectado como yo. Mi amigo me sostiene la mirada unos segundos y asiente con cansancio.—Y antes de que me digas nada, no era mi responsabilidad darte la noticia —responde más serio que nunca—. Prácticamente la tuve que obligar a venir a la boda de su mejor amiga, temerosa por cómo ibas a reaccionar ante su embarazo. —La información me pega con fuerza por unos momentos, pero asiento en su dirección, incapaz d
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Norwich, N.Y, Estados Unidos.La enfermera sale de la habitación de Flavia, frunce el ceño apenas me ve frente a la puerta y bufa mientras niega.—Señor, no puede quedarse en el pasillo. Por favor, retírese a la sala de espera —señala con firmeza, su tono es amable pero autoritario.Asiento, sintiendo el peso de la frustración en mis hombros. «No he conseguido nada con Flavia y eso que apenas hemos cruzado palabras», pienso mientras camino hacia donde están mis amigos. Apenas me ven salir, los tres corren hacia mí, llenándome de preguntas.—¿Cómo está Flavia? ¿Y los bebés? —pregunta Hanna, con los ojos llenos de preocupación.—Están bien —respondo, intentando sonar más seguro de lo que me siento—. A Flavia la están monitoreando y… por primera vez pude ver y escuchar a mis hijos —comento, esbozando una sonrisa—. Son mellizos —añado, con un toque de orgullo—, aunque todavía no se puede saber su sexo. —Se relajan visiblemente, aliviados por la noticia.—Eso es increíble, Owen
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Norwich, N.Y, Estados Unidos.Me incorporo lentamente, sosteniéndome en el lavabo, tras vaciar mi estómago como cada mañana. Al mirarme en el espejo, veo cómo mi cara refleja perfectamente lo agotada y abrumada que me siento; mi rostro pálido y unas oscuras ojeras delatándome.La noche anterior fue un torbellino de emociones y recuerdos. La boda, Owen, Cory, el hospital... Todo volvió a mí en un torrente incesante de pensamientos, que sólo abrazando la chaqueta de Owen y aspirando su aroma, lograron apaciguar mi cabeza y que, para mi mayor sorpresa, me ayudó a conciliar el sueño rápidamente. Sí, puede que sea una sentimental por sentirme de esta manera, especialmente después de cómo me humilló ayer por la tarde, exigiéndome respuestas. Sin embargo, siento alivio al saber que ya conoce la verdad sobre nuestros hijos. Ya no tengo que esconderme ni sentirme asustada todo el tiempo. Además, pronto volveré a Italia con mi abuela; solo debo soportar su presencia unas horas más