Primeros roces bruscos

__ Lo sé, Lea, pero no tenemos que llevarnos mal, podemos intentar ser amigos y además, aunque vayamos a casarnos por conveniencia, tenemos que cubrir las apariencias ¡Tú lo has dicho! Así que no estará mal que nos vean juntos de vez en cuando.

__ Sí, en eso tienes razón, Jensen, no hay porque llevarse mal, está bien dejare que me lleves a trabajar. __ le dijo Lea aparentando una calma que no sentía. Del auto de Jensen bajó el chofer que era un hombre de su aldea al igual que Gustav, solo que más joven, ella le dio las llaves de la moto y el casco para que él la regresara a casa y se montó junto a Jensen en el auto. Cuando Jensen arranco un silencio incomodo los envolvió, hasta que el propio Jensen lo rompió.

__ Sabes, Lea, esto también es difícil para mí. Yo sé que tenías tus planes, pero yo tenía los míos también. Realmente yo pretendía seguir siendo soltero hasta el final de los tiempos, sé que da risa comparado con tus planes futuros. Pero bueno cada quien con sus cosas.

__ Pero vas a seguir siendo soltero y puedes tener a la mujer que quieras, a mí no me importa. Nada más lejos de mi intención causarte problemas. Espero que esto pueda terminar lo antes posible, supongo que para ti será igual.

__ Ves, por eso debemos salir juntos, conversar y planear como vamos a llevar esto a cabo, pues las cosas no son tan fáciles como tú crees. Cualquier cosa que hagamos fuera de las reglas del testamento si llega a ser descubierta, adiós herencia. Entonces los billones del abuelo van a pasar a ser divididos entre toda mi familia, menos yo claro que solo tendré la oportunidad de vivir varado en esta m*****a propiedad.

__ ¿En serio? __ le dijo Lea sin la más mínima muestra de interés.

__ ¡Mjum! Hasta que llegue mi hora y entonces la propiedad y los billones que siga dando la mina, serán la herencia del próximo Arlington que caiga en desgracia.

__ ¡Familia rara que tienes! __ le dijo Lea sin apartar la mirada del camino ya habían salido de las afueras y estaban transitando las calles de Joburg, todo aquello le resultaba tan irreal. Pero ella tenía que mantenerse muy atenta, aquel tipo no estaba bien de la cabeza eso era evidente, algo no le funcionaba bien, esos cambios repentinos de humor y aptitud eran una señal de peligro. Tenía que andar con cuidado.

__ No te lo voy a discutir, los Arlington somos gente muy peculiar. Pero tu familia tampoco se queda atrás__ le dijo el riendo, aunque ella no sabía de qué, pero había captado la indirecta en sus palabras. Era cierto que la familia de ella tampoco era un buen ejemplo de cordura. Cuando llegaron al hospital Lea se despidió de Jensen del modo más cordial que pudo y le dijo a la hora que terminaba su turno para que él pudiera pasar por ella.

Apenas entró fue a cambiarse a las taquillas, y su amiga Leslie le asalto a preguntas.

__ ¿¡Dime que ese pedazo de hombre es tu prometido!?

__ Por desgracia, sí.

__ ¡Por desgracia! ¿Te has vuelto loca, lo has visto bien?

__ Por dios, Leslie, controla tus hormonas, ese tipo es un patán racista y para colmo no está en sus cávales.

__ ¿Estás segura? Mira que te miraba de un modo cuando bajaste de su auto.

__ Sí, con deseo. Eso es puro instinto animal y nada más. __ le dijo Lea en tono apagado.

__ ¿No me digas que estás pensando en el otro patán? Ese al que le salvaste la vida en la carretera. Mira que ya te conté como dejo a su novia hablando mal de ti cuando ella estuvo de visita aquí. Además, como te acabo de decir tiene novia.

__ ¡Sí te callaras me harías tan feliz, Leslie! Me atormentas, eso es lo que me revienta de ti, esa mala maña que tienes de decir algo y querer que una salga corriendo hacer lo que tú quieres. Tiene novia, perfecto ¡A MI QUE DIABLOS ME IMPORTA!__ terminó de decir gritando.

__ ¡Ups, lo siento, Anekka, no sabía lo estabas llevando tan mal! Tienes razón que tenga novia no es impedimento__ le dijo Leslie y se interrumpió cuando vio la cara con que la miraba Lea.

Lo que menos le importaba ahora era que el otro chico que le quitaba el sueño en el buen sentido de la palabra, tuviera novia. Estaba más preocupada por el que le quitaba el sueño en el mal sentido ya no le parecía tan factible aquel matrimonio de apariencias. Ese tipo estaba loco y ella no veía la forma de salir de aquel problema. Si al inicio había creído que su mala situación se podía solucionar, ahora no estaba para nada segura, por el contrario, la cosa parecía peor que al inicio.

Al finalizar su día de trabajo como no tenía guardia pidió un taxi y se largó sin recordar que Jensen iría por ella. Le pidió al taxista que la dejara en la entrada de la propiedad Arlington, pero no tomo el camino de la casa se desvió totalmente y se fue a una de las cascadas cercanas a la casa dentro de la propiedad. Allí estuvo por horas, meditando sobre la hierba de la orilla con el teléfono apagado. Intentaba relajarse, pero no lo consiguió del todo, pues se sentía vigilada observada, aunque por más que miraba a su alrededor de vez en cuando no veía nada. Llegó a pensar que eran sus nervios, pero en realidad eran sus instintos los que le avisaban de que el peligro andaba al acecho.

Volvió a la mansión pasadas las 8.00 de la noche y Jensen la esperaba en uno de los salones de la casa.

__ ¡Vaya, vaya a fin de cuentas la señorita no perdió el camino a casa! __ le dijo él con ironía.

__ Esta no es mi casa, Jensen ¿Y qué te hizo pensar que no volvería tenemos un acuerdo o no?

__ Sí, lo tenemos no lo he olvidado, perece que eres tú quien no tiene buena memoria. Yo fui a buscarte al hospital y ya te habías largado.

__ ¡Oh, eso! Lo siento, lo olvide créeme.

__ ¿Lo olvidaste o simplemente no querías ir conmigo a ningún lugar? Mira que lo sepas bien, estoy siendo súper lindo contigo, pero me estoy hartando.

__ Lo olvide, créelo si quieres. Y me importa poco si eres lindo conmigo o si me muestras tu peor cara, deja de amenazarme taimadamente.

__ Solo es una verdad, no una amenaza, no seas paranoica. El tema es el siguiente tú y yo debemos casarnos y hacer vida de casados al menos para la sociedad, aunque no nos miremos la cara dentro de esta casa. E ir pensando en el tema de los hijos, por eso tenemos que hablar para ver cómo le vamos hacer.

__ Mira el día que llegué a esta casa estabas negado a casarte y dije ¡bien! porque yo tampoco quiero ni muerta ser tu esposa y no pasaron 5 segundos y ya no te parecía tan mala idea casarte ¿Qué rayos te pasa no entiendo? Y Dios me libre de llegar tan lejos con esta historia y tener que tener hijos contigo.

__ Creo que estas algo alterada, Lea, baja la voz__ le dijo burlón y continuó__ No me pareció mala idea después, porque me pareciste alguien razonable. Ya lo estoy dudando, y saca esas ideas raras de tu cabeza de que cambie de opinión por tu lindo trasero. Es lindo sí, pero negro y eso no me va ¿Si me entiendes no? Tu colorcito de piel no me la pone dura. __ le dijo Jensen riendo otra vez sin venir al caso y dejándose caer en una butaca mullida que tenía a su derecha.

__ ¡Eres un asco de persona! ¿Sabes?

__ ¿Por qué Lea, solo porque no me gustan las negras?

__ No, no es por eso, Jensen, eso es lo de menos aquí. De hecho, tu animadversión hacia mi color de piel solo facilita las cosas, al menos para mí. Pero igual eres un asco de persona y el hecho de que no te des cuenta es aún peor.

__ Está bien, señorita perfecta, yo soy un asco ¿y tú qué piensas hacer al respecto?

__ En realidad nada, Jensen. Porque no me importa, solo estoy interesada en salir de esta pesadilla cuanto antes.

__ Lo vez, entonces pequeña no te resistas más a la situación en la que nos han puesto nuestros mayores. Intentemos llevarnos lo mejor posible y ponernos de acuerdo en cómo vamos a llevar esta situación.

__ Yo solo pretendía que nos casáramos, tú vives aquí o donde quieras y yo en otro lugar. Tú sigues siendo billonario, mi gente obtiene los beneficios y yo hago mi vida. __ le dijo Lea, Jensen se puso de pie camino hasta donde ella y se puso tan cerca que sus cuerpos se rosaron. Lea pudo notar por encima de la ropa lo excitado que estaba él. Resultaba tan absurdo que la dejara notarlo después de lo que le acaba de decir, otra señal de que él no estaba bien de la cabeza. Era inconstante descuidado, voluble, y ella tenía que estar atenta a todas esas señales. Y obviamente él estaba disfrutando frotar su erección contra el vientre de ella. Lea fingió que no lo notaba y esto enfrió a Jensen un poco.

__ Me gusta como piensas, Lea, pero no es así como lo quiero ¡Y como yo soy quien ha heredado todo, tú incluida en el paquete, ya sabes! Mejor mételo en tu cabecita desde ahora, yo soy quien dicta las reglas aquí. __ terminó de decirle Jensen con sus labios rozando los de ella. Lea no supo qué otra cosa hacer, que huir a su habitación. No se había equivocado con Jensen estaba loco, pero al parecer más de lo que ella había calculado, en el encuentro de esa mañana en el garaje.

Esa noche Lea durmió sobresaltada y ni siquiera salió a comer se acostó tal y como había llegado del hospital después de cerrar la puerta. Cuando amaneció el hambre y el agradable olor del desayuno recién hecho la despertó. Abrió los ojos poco a poco y Jensen le dio los buenos días con una sonrisa, esta vez su sonrisa era tranquila, lo hacía lucir inofensivo, hasta un poco infantil. Lea se sentó algo asombrada y Jensen puso la mesilla del desayuno sobre sus piernas.

__ Debes apurarte un poco para que no llegues tarde, nuestro chofer te llevara al hospital y después te recogerá a la salida. Él te llevara a mi encuentro, hoy daremos un paseo juntos y cenaremos fuera.

__ ¿Ni siquiera vas a preguntar si quiero ir? __ le dijo Lea intentando no provocarlo, pero quería ver cómo reaccionaba, necesitaba hacerse una imagen completa de su estado para luego consultar con algún especialista mental en el hospital.

__ No tienes más opción que ir, pero por educación te preguntare ¿Te gustaría ir a cenar conmigo hoy, Lea?

__ Creo que estaría bien. __ le dijo ella intentando sonar segura y sonriendo antes de llevar otro bocado a su boca, en la que Jensen detuvo su mirada por unos segundos y luego movió la cabeza como si intentara deshacerse de una mala idea.

__ Ya quedamos entonces. __ le dijo el antes de salir de la habitación.

Lea estaba en su consultorio revisando una historia clínica de un paciente para la operación que tenía el médico titular con el que ella estaba haciendo su residencia. Leslie entró en la oficina y se sentó sin ser invitada como era su costumbre. Anekka había conocido a Leslie en la universidad y desde el primer momento le había encantado la aptitud despreocupada de la joven rica, blanca y para nada racista que se le acercó para ofrecerle un trabajo de medio tiempo como modelo. Leslie tenía muy buen sentido cuando se trataba de escoger modelos y esa vez su novio de turno que era fotógrafo hacia una campaña para una crema y la piel de Anekka era envidiable. Después de eso no se separaron más, se hicieron las mejores amigas. Leslie le mostro como conducirse en sociedad y eventos sin que se sintiera un bicho raro. Y ella la ayudo a ser objetiva y responsable, logro que la alocada heredera, se diera cuenta de que no le gustaba ser médico, pero si enfermera. Así fue como Leslie cambio una carrera por la otra.

__ ¿Me disculpas por lo de ayer?

__ Lo intentaré. __ le dijo Lea sin despegar la vista de los papeles.

__ Sabes no te entiendo, ¿por qué no mandas todo a volar si tanto te desagrada la idea?

__ Es complicado, Leslie, mi familia y todo mi pueblo están de por medio. Pero créeme que voy hacer todo lo posible por deshacerme de este matrimonio. Discúlpame tú también ¿sí? En estos días yo también he estado insoportable, te prometo que cuando tenga más tiempo te cuento bien de que va todo esto.

__ Bueno está bien, y ahora me voy que debo dar una ronda a ver qué tal los pacientes. __ le dijo Leslie y salió del consultorio__ “Ojalá mi vida fuera la mitad de interesante que la tuya Lea” __ pensó la otra mientras se alejaba por el corredor.

En Isla Arlington, Jensen se paseaba por su habitación, su mente estaba hecha un lio y no sabía cómo remediar todo aquello. Había intentado varias veces comunicarse con su primo Marcos él siempre tenía un buen consejo para Jensen. Pero debido a los negocios de este no había podido dar con él. Como era posible que aquella mujer le pudiera gustar tanto si solo llevaba viéndola unos cuantos días, además estaba aquel otro problemita de que ella era negra. No comprendía porque aquella atracción física lo atormentaba tanto, sin contar el hecho de que ella no se sintiera ni remotamente atraída por él. Eso ya era demasiado, quien se creía ella que era para despreciarlo así. El curso de sus maquinaciones fue interrumpido por Gustav.

__ ¿Me mandó llamar, señor Jensen?

__ ¡Eh, sí, sí, Gustav! Pasa y siéntate en aquel sofá. __ le dijo cordial al mayordomo que se quedó asombrado con el buen trato repentino.

__ Es su habitación, señor, no debo sentarme.

__ Sí yo te lo mando, sí. __ le dijo volviendo a ser autoritario y caprichoso, y Gustav se sentó__ Quiero que me hables de Lea, Gustav.

__ ¿Qué es lo que usted desea saber de ella, señor? __ pregunto el mayordomo con humildad. Gustav era un hombre mayor, ya peinaba canas en su encrespado cabello y algunas arrugas comenzaban adornar la comisura de sus labios y el borde de sus ojos. Era una persona noble, fiel y estaba al servicio de los Arlington desde que tenía recuerdos, conocía a cada uno de los nietos del difunto señor Roger, pero con el que más empatía tenia era con Marcos, el único de todos que le prodigara verdadero cariño al abuelo. Jensen al igual que los otros solo visitaban al abuelo por interés y compromiso. Gustav más que nadie detestaba la idea de tener que trabajar para Jensen.

__ ¡Todo, negro atolondrado, todo! Las cosas que le gustan, las que no, que está estudiando en ese vendito hospital, quienes son sus seres queridos y quienes sus enemigos, sus amigos y si ha tenido novio o si lo tenía antes de que tuviera que comprometerse conmigo ¿Entiendes? ¡Todo!

__Sí, comprendo, señor__ le dijo Gustav ocultando su disgusto, pero no tenía más remedio que hablar y hablar con la verdad porque cualquiera de los otros miembros de la servidumbre podía decirle todo a Jensen__ La niña Lekka es maravillosa, inteligente.

__ ¿La niña Lekka? __ le interrumpió Jensen.

__ Sí, Lea Anekka es el nombre completo de ella, solo su abuelo el niño Thabo su abogado y hermano de ella y unos pocos como yo le decimos Lekka de cariño para acortar su nombre.

__ ¡Ah bien! Continua.

__ Ella está terminando su especialidad en cirugía general en el hospital que pertenece a la familia Arlington. Como usted sabe su familia es quien ayuda a mi pueblo, en cuestiones de economía y estudio __ le dijo y Jensen asintió con la cabeza__ Sus seres queridos, el señor Naudé su abuelo paterno y su hermano Thabo, no tiene enemigos ella es muy querida en el pueblo. Amiga tiene una en el hospital, pero no sé dónde vive. De sus gustos no sabría decirle, señor Jensen, solo que ella es sencilla, eso sí. Y en cuanto a compromiso o novio no, ella siempre ha estado centrada en el estudio y en nuestro pueblo ella era intocable hasta que pasara el plazo de 5 años en las cuestiones del testamento de Roger. Si en esos 5 años no ocurría lo que ha pasado con usted ella podría casarse con quien quisiera.

__ ¡Bueno está bien, Gustav, puedes retirarte! __

Cuando el mayordomo salió de la habitación, Jensen siguió con sus pensamientos. No quedo del todo complacido con dos de las respuestas de Gustav. Alguien tenía que odiar a Lea o al menos sentir envidia por ella y en cuanto a lo del novio era obvio que el viejo no se enteraba de nada. Que estudios ni que nada, ella tenía que haber estado con alguien en todo ese tiempo y si no era así bien. Pero ahora era evidente que alguien le gustaba, ella estaba enamorada de alguien. Jensen no tenía dudas de eso, él era un hombre bien parecido y lo sabía, tenía muy buen físico y era consciente de eso y además se preocupaba por mantenerlo. No era posible que ella no se interesara por él aunque fuera físicamente, había otro hombre en su territorio y él tenía que saber quién. Estaba seguro de que del pueblo de ella no era, ella no tenía pinta de que le gustara un hombre que fuera menos que ella y era evidente que en su pueblo de la generación de ella solo ella y su hermano se habían interesado por superarse y ser alguien en la vida. El tipo tenía que ser de fuera. Sumido en aquella marea comenzó a buscar la ropa que se pondría para salir con ella a cenar. Además ella era culta, educada había tenido la libertad de ir a la universidad era imposible que no hubiera tenido algún novio. Sin dejar de mencionar el hecho de lo reacia que estaba a casarse, obviamente ella no estaba muy feliz con guardarse por años para un Arlington.

Y además había estado bastante tranquila cuando el se acerco a ella excitado, de hecho lo había ignorado, como si el fuera mas de lo mismo, si era tan virgen como se suponía debería haber salido huyendo del contacto físico con él. Y solo lo había hecho cuando el acerco sus labios a los de ella. Había varias cosas que él no lograba comprender. Tenia que saber a toda costa porque ella no se sentía atraída por él.

3

En un galpón inmundo del barrio de Soweto hablaban un hombre blanco sin cejas, de dimensiones gigantescas y dos hombres negros. Amparados por lo apartado del lugar y que la noche estaba a punto de caer.

__ Realmente si tu jefe cree que vamos aceptar esta miseria está en un error. Nosotros hicimos el trabajo muy bien, no tenemos la culpa de que la princesa intocable de los Naudé haya arruinado todo. __ dijo el más bajo de los dos negros.

__ ¡Mmm! __ fue todo el sonido que emitió el sin cejas mientras negaba con la cabeza.

__ Dile a tu jefe que si quiere que reanudemos el trabajo que pague bien el primer trabajo y que pague como se debe la reanudación. __ le dijo el otro, el gigantón sin cejas en un movimiento súper velos impropio de su musculatura y tamaño exagerados, atrapo el cuello del más alto y con un apretón de la mano facturó las vértebras cervicales del hombre que se desplomo muerto en cuanto él lo soltó. El otro dio un grito ahogado propio de una mujer antes de permaner con los ojos desorbitados mirando, sin poder decir palabra o moverse siquiera.

__ Message from my boss! ¹__ le dijo el gigantón señalando el cuerpo inerte a sus pies__ Silence! ¹˙¹__ termino de decir en un inglés lamentable y con acento raro, luego se fue dejando al tipo sin saber qué hacer con el cuerpo de su amigo muerto.

El matón sin cejas se subió a un auto negro se dirigió hacia el hospital de los Arlington en Joburg a continuar con su trabajo que consistía en vigilar a la princesa intocable de los Naudé, como la había llamado el más bajo de los dos hombres con los que él se acababa de encontrar. Su tarea diaria consistía en vigilarla y decirle a su jefe todo cuanto hacia ella, que no era otra que Lea Anekka Naudé.

Mensaje de mi jefe¹/Silencio¹˙¹

Cuando el hombretón llegó al hospital tuvo el tiempo justo para verla subir en el auto que le había enviado Jensen y seguirla. El chofer dejó a la joven en un bonito restaurante en el barrio de Melville, Lea entró y enseguida fue conducida hasta la mesa de Jensen. Que lucía un aire bohemio que ella no se esperaba, en alguien tan quisquilloso como él.

__ Nunca pensé que escogerías Melville para salir a cenar. __ le dijo ella sin ocultar su sorpresa.

__ Me encanta la vida nocturna de esta zona, tiene muy buenas discotks. __ le dijo Jensen tomando un poco de su copa antes de agregar__ y quiero que vayamos a una al salir de aquí.

__ Solo si volvemos temprano, Jensen, mañana participo en una intervención quirúrgica.

__ ¿Es por tu trabajo o es que no quieres que tu novio te vea conmigo? __ aprovecho Jensen para preguntar, mirándola mientras bebiendo otra vez de su copa.

__ Yo no tengo novio, Jensen. __ le dijo Lea dudando, pues la imagen de Marcos volvió a su mente y la ocupó por completo, él sería el novio perfecto pensó.

__ Respuesta incorrecta, incluso dudaste al responderme. La respuesta correcta, Lea, es la siguiente; Mi único novio eres tú Jensen__ le dijo Jensen y Lea no pudo evitar reír y reír con ganas__ Que bueno que te parezca divertido, Lea.

__ Es que las cosas que se te ocurren, no dejan de sorprenderme. Tú y yo solo somos novios de apariencia estaría mal de mi parte darte una respuesta así.

__ ¿Y entonces te parece más correcto darme una respuesta falsa?

__ No es falsa, Jensen, es más yo nunca he tenido novio mi abuelo no me lo permitía, eso no quiere decir que nunca me haya gustado alguien ¡Claro!

__ ¡Ves eso está mejor, Lea!__ le dijo Jensen en el momento en que un camarero llegó con lo que Jensen había pedido para los dos antes de que ella llegara. Él estaba tratando de asegurarse de que todo lo que le había dicho Gustav era cierto y hasta el momento todo iba bien, al parecer el viejo no le había mentido.

__ ¿Y tú, que hay de ti, has tenido que renunciar alguna chica por todo este lio? __ le dijo Lea antes de llevar un bocado a su boca.

__ Yo nunca he renunciado a ninguna chica, siempre he tenido suerte con eso. Pero ahora estoy teniendo problemas de conquista contigo, te haces la dura y eso me revienta sabes.

__ ¡Sí que estas para bromas esta noche!__ le dijo Lea restándole importancia a la confesión taimada de Jensen, era notable que él se estaba enfrentando, a un conflicto interno muy fuerte__ Esto está buenísimo ¿Qué es? __ preguntó Lea fingiendo no saber que comía para cambiar el tema.

__ Ni idea, pedí lo más caro de la carta y listo, delicia. Yo nunca he tenido buen tino con la comida, me como lo que sea__ Mintió Jensen pues no quería que ella se diera cuenta de que intentaba impresionarla__ El que siempre ha tenido buen gusto para la comida, bueno para todo en general, es mi primo Marcos. Es una fiera te va encantar conocerlo. __ le dijo Jensen y Lea palideció al escuchar aquel nombre, comenzó a toser y tuvo que tomar agua__ Lea te has puesto color ceniza ¿Estás bien?

__ Sí creo que he tragado muy rápido, voy al lavado un segundo, no te preocupes no es nada. __ disimulo Lea y tomo su pequeño bolso de mano, el más grande lo había dejado en el auto. Cuando estuvo en el baño del restaurante se echó un poco de agua en el rostro, se secó con un pañuelo y se quedó viendo su reflejo en el espejo. Su mente solo se repetía la misma cosa, no podía ser, no podía ser el mismo Marcos. Necesitaba aclarar esa duda con urgencia, saco su móvil del bolsito de mano y le envió un mensaje a Leslie, recordó que su amiga estaba de guardia en el hospital. Lea podía esperar hasta la mañana cuando fuera a trabajar para averiguarlo, pero no podía, no quería, la ansiedad no se lo permitía. Leslie podía buscar en el registro de pacientes y le diría si el chico al que ella había salvado, su Marcos, era un Arlington. El mundo no podía ser así de cruel con ella, ¿cómo no se le ocurrió antes memorizar su apellido? Es que en aquellos momentos ella intentaba no darle más importancia de la que merecía, pero con todos los sucesos de los últimos días en su vida, se dio cuenta de que no era solo atracción lo que sentía por aquel hombre al que había salvado en la carretera.

Cuando salió del lavado Jensen la esperaba en la puerta y casi choca con él.

__ ¿Mejor?__ le dijo él.

__ Sí, estoy bien te dije que no era nada.

__ Bien vámonos de aquí, a otro lugar.

__ No creo que pueda seguir comiendo, Jensen.

__ Bien entonces iremos a una disco un rato y no te preocupes ya le dije al gerente de esta pocilga que los voy a demandar, incluso llamé a tu hermano para que se haga cargo.

__ No hagas algo así con ellos, Jensen, el problema fue mío.

__ Ya veremos, Lea, ya veremos. __ le dijo tomándola de la mano y guiándola a la salida. Subieron en el auto y Lea volvió a sentir esa sensación de ser vigilada.

Cuando entraron en el club de Melville que Jensen escogió, un grupo de mujerzuelas se reunieron en torno a él en cuanto lo vieron llegar. Lea Anekka siguió hasta la barra y se sentó. Por un segundo se sintió bien, al fin estaba alejada de Jensen, después de haber hecho el trayecto hacia el club con el tratando todo el tiempo de poner sus manos sobre alguna parte de su cuerpo. Ya fuera un muslo o los hombres. Le encantó la idea de que se fuera un rato con esas mujeres así ella podía esperar el mensaje de Leslie en paz, lo único que la mantenía intranquila era que la sensación de estar siendo vigilada volvió asediarla. Entonces escucho un susurro en su oído “Stai sola carissima?” Lea no entendió bien lo que escucho el sonido de la música era muy fuerte y cuando se volvió no había nadie, solo quedo el olor de un perfume masculino, con cierto toque fresco de alcanfor, al parecer la mescla del perfume y alguna colonia aftershave. Entonces su teléfono vibró y dejó de buscar al desconocido, que tal vez ni había hablado con ella, para leer el mensaje que recibió de Leslie.

>Lea, deja ese asunto estar, no revuelvas más el tema de ese tipo y céntrate en tu presente<

M*****a sea tu estampa Leslie, porque diablos tú y todos los demás se creen con derecho a opinar en mi vida y tomar decisiones por mi__ pensó Lea antes de irse de la barra rumbo a la salida para volver a casa, pasó junto a Jensen sin decirle una palabra y él no podía creer que ella estuviera ignorándolo de aquel modo otra vez. Tal y como lo había hecho el día anterior, al irse del hospital antes de que él pasara por ella como habían quedado. Jensen desde el lugar en el que fingía atender y divertirse con aquellas chicas, no hacía otra cosa que vigilar a Lea. La vio inquieta, incluso pudo ver al tipo que se acercó a ella pasando por detrás y que parecía haberle dicho algo al oído a ella, solo que Jensen no alcanzó a verle el rostro. Estuvo pendiente del número de veces que ella revisó su celular, y como se molestó al leer algo en el teléfono poniéndose de pie de pronto. La vio caminar aparentemente hacia él y pensó que ella vendría a decirle que deseaba irse, ¡pero no! ahí estaba ella toda rebelde dueña de sí misma, le pasó por el lado como si él no existiera y salió. Jensen sabía que Lea no podría regresar a la mansión sin él, pues el chofer estaba advertido, pero no pudo evitar salir tras ella a ver qué diablos iba hacer. Ella tenía que comprender de una vez que ya no era dueña de su voluntad.

Cuando Lea salió por fin de la disco y alcanzó la calle, busco con la mirada el auto en el que habían llegado. Dirigió sus pasos hacia el auto, subió en el asiento trasero y le pidió al chofer llevarla a casa.

__ Lo siento, Lea, pero solo recibo órdenes del señor, Jensen. Nunca creí que ahora que te vas a casar con él te sintieras tan superior __ le dijo el muchacho al que ella conocía bien pues era de su pueblo__ nunca te creí de esas.

__ Yo no te estoy dando una orden, Kagisho, yo sería incapaz de hacer eso. Solo te pido por favor que me regreses a la mansión. Sabes bien que yo nunca me he sentido superior a ninguno de ustedes __ le dijo Lea casi en tono de súplica, realmente no esperaba que el joven se fuera a negar, no tenía por qué.

__ Lo siento, Lea, pero solo puedo llevarte a Isla Arlington si el señor Jensen así lo desea o lo manda. Y disculpa si no te creo y prefiero creer las cosas que nos decía Víanne de ti, al parecer ella tenía razón. Si no se sienten superiores a nosotros tú y tu familia ¿Por qué te han dado esta oportunidad a ti y no a otra de las chicas del pueblo? Tú ya tenías un futuro, ellas no.

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