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Algunos golpes de realidad

__ ¡Kagisho, no sé qué rayos te pasa, pero ahora lo que necesito es llegar a la mansión! Y lo voy hacer contigo o sin ti. __ le dijo Lea tomando el bolso de piel con el que solía ir a trabajar, guardo el otro más pequeño con su celular dentro y salió del auto. Fue hasta donde esperaban los taxis fuera de la disco, subió a uno, dio al conductor la dirección y el taxista puso el auto en marcha. Jensen la vio subir al taxi y casi termina revolcado en el suelo por intentar abrir la puerta para detener a Lea, mientras gritaba que se detuvieran. Corrió a su auto molesto abrió la puerta y saco a Kagisho tirándolo de la ropa, golpeó al joven chofer en el rostro y lo sacudió como si fuera un trapo viejo.

__ ¿A dónde se fue Lea, a dónde se fue? Deja de gimotear y dímelo de una vez maldito imbécil__ le gritó Jensen casi frenético.

__ A la mansión, señor Jensen, se fue a la mansión. __ logro decir Kagisho asustado, Jensen lo tiro con furia al suelo y subió tras el volante.

__ ¿Y por qué demonios no la retuviste en el auto? ¿Te pareció mejor dejarla ir? Estoy rodeado de imbéciles.__ le dijo Jensen acelerando el auto y dejando surcos de goma quemada en el asfalto.

Cuando Lea pago el taxi, dirigió sus pasos a la entrada de la mansión, el sonido del motor del auto de Jensen derrapando a sus espaldas la hizo correr un poco fuera de la calle que rodeaba la fuente ante la entrada de la mansión. Él bajó casi antes de que el auto se detuviera por completo o al menos eso le pareció a Lea. La tomo tan fuerte del cuello y tan rápido que ella apenas tenía noción de lo que estaba pasando.

__ ¿En serio crees que puedes plantarme así?__ le gritó Jensen al tiempo que rebuscaba en el bolso que colgaba del brazo de ella sin dejar de apretarle el cuello. Cuando saco el móvil de Lea, la soltó empujándola haciendo que ella callera al suelo a unos pasos de él tosiendo, por el apretón en el cuello. Jensen intento revisar el teléfono pero estaba bloqueado, dio unos pasos hacia ella pero Lea se arrastró lo mejor que pudo lejos de él. Con esto solo consiguió irritarlo más, Jensen azotó el móvil contra el piso haciéndolo añicos y cayó sobre ella en el suelo amenazador. La sostuvo de los hombros para que no se moviera.

__ ¡Jensen, por Dios suéltame, me haces daño!__ logro decirle Lea, intentando que el miedo que sentía no la traicionara __ No entiendo que te ocurre ¿Qué te ha puesto así?

__ Tú me has puesto así, tú m*****a perra ¡Y créeme mi intensión ahora es hacerte daño, mucho daño! Podría comenzar con tu familia, voy a cargarme a tu maldito pueblo, y si continuas en plan rebelde conmigo y no comienzas a comportarte como una prometida muy amorosa. Mandare a matar a tu puto abuelo y créeme me va encantar, un negro inservible menos en el mundo. Tu hermano sigue después, pero ahora comenzaré por ti, ya te tengo a mano y necesitas un buen correctivo m*****a zorra. __ le dijo Jensen levantando la mano para golpearla, pero algo lo golpeo a él antes, haciéndolo caer sobre ella totalmente inconsciente.

Lea sintió como si flotara el mareo nublaba sus sentidos, no sabía si la habían llegado a golpear o si solo había sido el susto. Pero si notó que alguien la llevaba en brazos y la dejaba sobre su cama. En la mañana, se fue al hospital en su moto, tan temprano que ni siquiera habían despertado los de servicio. Tenía que participar ese día en una operación y necesitaba estar calmada así que eso hizo tomo un sedante ligero y se encerró en su consulta. Ese día solo tenía dicha operación programada para las 3:00 de la tarde, así que dormiría todas esas horas su cuerpo y su mente lo necesitaban mucho. Programó la alarma de su reloj para una hora antes y se perdió en el mundo de los sueños.

Después de la cirugía Lea se dio un baño y se cambió de ropa para irse del hospital cuando salió de su consultorio se encontró en el pasillo con Jensen y con el ramo de flores más grande que había visto en su vida. Ella siguió de largo tratando de ignorarlo y fingiendo que no le temía. Pero él no pensaba rendirse y dio una pequeña carrera tras ella para rebasarla y arrodillarse ante Lea. Y ahí estaba otra vez el indicio de que a él le patinaba el cerebro ¿Cómo era posible que alguien tan racista como él estuviera arrodillado ante ella exponiéndose a tamaño ridículo, frente a todo el personal del hospital?

__ ¡Ponte de pie por dios todos nos miran!__ le dijo Lea en un susurro.

__ Solo si me perdonas por lo de ayer.__ le dijo Jensen con una sonrisa infantil que distaba mucho de lo que él realmente era.

__ ¿Esto se va hacer un hábito?

__ ¿Esto que, Lea? ¿Traerte flores? No entiendo. Si lo deseas te traigo flores todos los días, no puedo creer que eso te moleste, por lo general todas las mujeres aman las flores.

__ ¡No, Jensen, las flores no! me refiero a lo de pedir disculpas, el otro día fue por lo del garaje, después me diste un desayuno como disculpa también y ahora esto.

__ Ah, ya comprendo. De ti depende, Lea, que haga el hábito de disculparme contigo y no el de imponerme. Tú decides cuál de los dos te gusta más.__ le dijo Jensen en un tono amenazador poniéndose de pie.

__ Nada de lo que venga de ti me gusta.__ le dijo Lea echando andar de nuevo pero esta vez con Jensen a su lado.

__ ¡Ahí está esa terquedad otra vez, me exaspera tanto! Sobre todo porque en realidad es solo pose, sé que estas muerta de miedo.__ le dijo Jensen y Lea hubiera deseado decirle en la cara (¿Y bueno te gusta que este aterrada?) Pero prefirió no provocarlo más.

__ No es terquedad, Jensen, es que el sentimiento es mutuo, tú también me exasperas.

__ Bueno está bien como sea.__ le dijo él cuando alcanzaron la salida bajo las miradas indiscretas, curiosas y hasta envidiosas de algunas chicas del personal del hospital. Lea camino al parqueo y subió a su moto.

__ ¿Dónde está tu auto, Jensen?__ le dijo Lea poniéndose su casco.

__ Tengo demasiado dolor de cabeza como para conducir, así que vine hasta aquí en taxi.

__ ¿Y porque no te trajo Kagisho?

__ ¡Porque serás tan preguntona!__ le dijo Jensen poniéndose la mano en la frente de modo dramático__ Kagisho esta indispuesto y no podía conducir, lo deje descansando, no soy un monstruo como para forzarlo a trabajar ¿Crees que nos puedas llevar a casa?

__ En todo caso a la mansión, Jensen, no considero ese infierno mi casa.

__ Ahí vas otra vez, ok, Lea ¿Crees que puedas llevarme contigo hasta Isla Arlington?

__ De hecho sí, será mejor que lleguemos juntos así apenas llegar tenemos una conversación definitiva, hay un par de cosas que tengo que dejarte claro.__ le dijo Lea a Jensen y fue él quien subió a la moto con un frio de desconfianza en el estómago. Ella había estado todo el día en el hospital con tiempo de sobra para tramar como deshacerse de él ¿Seria eso? Lo mejor era mantener la calma y según como ella se comportara dejarla hablar o callarla para siempre.

Cuando llegaron a la mansión, Lea dejo la moto en el mismo lugar que se estaciono sin la menor intención de llevarla al garaje. Miro todo a su alrededor con un aire diferente le pareció que veía la mansión por primera vez. En su pensamiento solo estaba la idea de que esta sería la última vez que pisaba aquella propiedad.

__ Enviare a alguien a guardarla en el garaje.

__ No creo que nadie se la robe, Jensen, además no voy a demorar mucho y no quisiera tener que volverla a sacar.

__ ¿Tienes que trabajar en la noche hoy? ¿Sabías que mi familia es una de los mayores accionistas de ese hospital? No tienes que ir si no quieres.

__ Me asquea lo irresponsable que eres. Pero no, no tengo que trabajar en la noche el tema es que es muy posible que esta sea la última vez que entró aquí.

__ No te comprendo.__ le dijo Jensen abriendo la puerta para ella, después de que Lea entró, él la siguió y caminaron hasta la biblioteca ya dentro.

__ ¿Que no entiendes? Es exacto lo que te acabo de decir es muy posible que esta sea mi última noche aquí o que ni siquiera pase la noche. Esta situación es insostenible, llevo varias semanas aquí y no logramos entendernos. Pensé que querías lo mismo que yo, un matrimonio de apariencias por un tiempo, pero que sea algo mutuo, parejo, no que yo sea tu títere y que baile al son de tu música y tus caprichos.

__ ¿Lo dices por lo que pasó ayer al regreso de Melville?

__No, Jensen, lo digo por todo. No solo por eso, supongo que ayer estabas demasiado borracho. Entonces creo que lo mejor es detener toda esta locura ahora.

__ Tienes razón, Lea, creo que me he sobrepasado mucho contigo. Pero si te marchas me quedo en la miseria, voy a ser mucho más pobre que las personas de tu pueblo ¿Por favor dame otra oportunidad?

__ No lo sé.__ le dijo ella temerosa de que él tuviera otro explote, mientras que Jensen se servía un trago.

__ Te diré que haremos, ¡¿si quieres claro?! __ se apresuró a decir cuando vio la forma en que ella lo miraba__ Duerme esta noche aquí y piénsalo bien, te prometo que no voy a tratarte como un juguete ni te voy a imponer mis deseos.

__ Bueno está bien__ le dijo ella tranquila, sabía que lo mejor sería no contrariarlo por el momento__ ¿Pero necesito saber qué es lo que quieres de mí, que es lo que esperas?

__ Te seré sincero, Lea, ni siquiera yo mismo lo sé.__ le dijo Jensen antes de vaciar el vaso de un solo trago.

Tres semanas después….

Marcos escuchaba todo el informe de sus jefes de inversión y finanzas, atentamente con una expresión impenetrable en el ceño. En la reunión estaban también los representantes de dos de sus socios y casi todos los puntos de la reunión habían sido abordados. Solo tenían que revisar el corte del último mes y listo, podría por fin salir de aquella m*****a sala de reuniones. Su mayor interés ahora radicaba en hablar con Atticus su hombre de confianza. Este le tenía noticias sobre la chica que lo había salvado en la carretera, de eso hacía ya casi un mes y estaba ansioso por lo que Atticus le podría decir. Y esa ansiedad no era buena estaba seguro de que Atticus no le tenía buenas noticias. Cuando la odiosa reunión llego a su fin la voluptuosa pelirroja que estaba en la sala, representante de uno de sus socios dejo que los demás se retiraran para poder hablar a solas con Marcos.

__ ¡Un millón por tus pensamientos!__ le dijo ella al oído poniendo sus manos sobre los hombros de él, pero antes de que pudiera masajear los fuertes músculos él se quitó ambas manos de ella de encima y se puso de pie.

__ ¡Date a respetar, Lucinda!

__ No estoy haciendo nada que manche mi reputación ¿O sí? __ le dijo ella melosa al oído y esta vez él la rechazo poniéndose de frente a ella antes de hablarle otra vez.

__ Estas siendo una puta ofrecida y eso lo detesto. No me niego a un buen coqueteo y hasta una provocación, si tengo ganas de sexo. Me has mostrado que no llevas ropa interior, te he ignorado y como creíste que no lo había notado me lo has vuelto a mostrar, de un modo tan evidente que has logrado empalmar ha media reunión. Tenías a todos los asesores exitados. De ahí que la distracción que provocaste dilatara más todo el asunto que estábamos tratando. Has hecho que eso me irrite porque he perdido tiempo gracias a ti y mi tiempo es dinero.

__ ¡Pero!

__ No me interrumpas__ le dijo Marcos cortante__ Y respóndeme ¿Vez que hayas despertado algún deseo por aquí? __ le dijo Marcos apartando parte de su saco para dejar a la vista la portañuela de sus pantalones__ Exacto eso no ha pasado, por eso te pido educadamente deja de ser una puta ofrecida o le diré a tu jefe que prescinda de tus servicios.__ Termino de decir y la antes provocativa pelirroja salió de la sala de reuniones como si fuera un cachorro de basurero maltratado, dando una pequeña carrera hacia el elevador.

Por su parte él salió de la sala de reuniones también pero hacia su oficina, no podía pensar en otra cosa que en hablar con Atticus. Cuando entró su hombre de confianza ya lo esperaba, se puso de pie en cuanto vio a Marcos entrar y dejo a un lado el periódico que estaba leyendo.

__ Buenas noches, señor.

__ Buenas noches, Atticus ¿Qué tienes para mí?__ le pregunto en un tono que no dejaba ver ni el más mínimo asomo de la ansiedad que sentía.

__ Bueno, señor, puedo decirle que la joven que me envió a buscar, se ha casado. Atendiendo a un compromiso pactado desde su infancia, según me informó el propio abuelo de la muchacha.

__ ¿Casada dices?

__ Sí, señor Marcos, casada, aunque supongo que la remuneración que usted quería hacerle llegar no sea problema para ella por el contrario debe venirle muy bien ahora que se ha casado. Pues por lo que estuve viendo en su pueblo…__ Atticus se interrumpió en cuanto vio que Marcos levantaba el dedo índice.

__ No pedí tu opinión, ni tus impresiones al respecto, Atticus ¿Qué hay del otro asunto?__ le preguntó sin el más mínimo asomo de sentimientos.

__ Uno de los tipos fue hallado muerto en un galpón abandonado en el barrio de Soweto. Además el forense confirmo que el tatuaje que llevaba en el cuello es de una de las casas de la mafia Zulú.

__ Perfecto hay que encontrar al otro y vivo por supuesto, pero además quiero que identifiques a que casa pertenece el tatuaje y hagas al jefe de ellos venir ante mí cuanto antes. Yo no tengo problemas con los Zulúes, desde hace años cuando intentaron quedarse con parte de las minas del abuelo Roger. Tenemos un acuerdo de paz, pero si han decidido romperlo ahora que el viejo murió… no pienso detenerme.

__ ¿Lo cree posible, señor? Su abuelo murió hace dos años, por que esperar tanto para tomar acción.

__ Cada persona es un mundo, Atticus, ellos tendrán sus razones. Pero algo me dice que tienes razón y que no son ellos, tengo la impresión de que fue alguien más. Que utilizó a gente de la mafia Zulú para ocultar su identidad.

__ Podría ser, el problema es ¿Quién?

__ Tengo una sospecha pero solo eso, hare otras averiguaciones y luego te diré. Ahora llama al forense y pregúntale que tiempo el estima que lleva ese tipo con el tatuaje hecho. Quiero saber si es algo de años o si es reciente.

__ Enseguida, señor Marcos.

__ Eso nos puede dar varias respuestas, con ese dato podemos saber si es nuevo en las filas y le impusieron la misión de eliminarme como prueba de valía o si es uno de sus hombres de hace tiempo. Quiero fotos de ese tatuaje, Atticus, necesito que en cuanto las tengas las lleves a los tatuadores de las diferentes casas y verifiques si es auténtico o solo una imitación. Has eso antes que nada, no quiero que agitemos un avispero con los Zulúes en vano, asegurémonos antes de que es auténtico. Y que los tipos no son simples farsantes.

__ ¡Como, usted, diga! __ le dijo Atticus caminando hacia la puerta__ Ah, señor casi lo olvidaba, su primo Jensen llamó a mi número ayer. Quería saber de usted, me dijo que no lograba contactarlo.

__ ¡En qué nuevo problema se habrá metido! Según supe por el primo Armand el día que me accidente, cuando se hizo la lectura del testamento Jensen fue quien heredó Isla Arlington. Solo espero que no haya cometido una locura.

__ Viniendo de Jensen se puede esperar cualquier cosa, señor.

__Sí, es cierto, mañana a primera hora le llamo, porque lo que es ahora o está dormido o esta de juerga. Y si está haciendo una cosa o la otra no va responder.

__ En eso tiene razón, hace semanas atrás antes de viajar hacia acá estuve antes por Isla Arlington, casualmente de noche y presencie una escena deplorable, él iba a golpear a una joven. No sé quién era ella pero estaba tan aterrada que se desmayó, entre Gustav y yo la llevamos a una habitación y a Jensen a otra.

__ ¿Crees que ella lo haya denunciado, Atticus? ¿Por qué no comenzaste contándome todo esto?__ le dijo Marcos molesto.

__ No me pareció importante hasta ahora que lo hemos analizado.

__ Yo te diré cuando una cosa es importante y cuando no, Atticus.

__ Sí, señor__ le dijo Atticus bajando la mirada.

__ Entérate de que abogado se está haciendo cargo de Isla Arlington y por ende de Jensen. Quiero ese dato a primera hora de la mañana.

__ Así será, señor ¿le espero para llevarlo a casa?

__ No, Atticus, yo voy a conducir mi auto. Puedes retirarte a descansar, gracias__ Marcos vio a Atticus retirarse, le irritaba mucho la manía que tenia de intentar decidir cuándo decirle qué y qué decirle. Sabía que no lo hacía por mal, Atticus solo intentaba ahorrarle problemas y Jensen era solo eso, problemas. Pero era su familia, y la familia era lo primero. Cuando se quedó solo en su oficina dejo de pensar en Atticus y Jensen tan rápido como comenzó, su mente vago por todo lo que sabía hasta ahora de los hombres que intentaron matarlo y volvió irremediablemente a pensar en ella, Anekka la cirujana que le había salvado la vida, para enfermarle el corazón. Desde que había dejado de verla sentía un vacío imposible de llenar, igual al que había sentido al perder a su abuelo. No era posible que ella se hubiera casado, él no había soñado la química que existía entre ellos. No podía estar enamorada de otro, claro que no, Atticus le dijo que estaba comprometida desde niña, lógico solo eso podía ser. Malditos meses en los que habían estado atado a los negocios y no había podido buscarla el mismo.

El amanecer no tardó mucho en llegar para Marcos pues la verdad era que él se había acostado muy tarde en la noche. Solo tomó café en la cocina de su ático aunque en el comedor le habían servido un desayuno de rey. Aun con la tasa de café en la mano caminó descalzo a su despacho, sobre el escritorio había varios documentos y un sobre. Se sentó dejo la tasa a un lado de la mesa y revisó el contenido del sobre, eran las fotos de uno de los que atentaron contra su vida el tipo tenía el cuello deforme por una fractura en la nuca, pero se podía ver bien el tatuaje, pero no se distinguía el dibujo. Anexada a las fotos había una nota donde el forense le decía que la piel estaba muy maltratada como para saber cuánto tiempo hacia que se había hecho el tatú. Esto lo decepcionaba un poco, pero aún se podía preguntar entre los que hacían ese trabajo, si alguno reconocía el rostro de muerto. Lo demás sobre la mesa eran documentos sobre sus negocios y una invitación. En un inicio pensó que era para alguna cena benéfica, como a la que había asistido la semana anterior organizada por su prima. O tal vez alguna subasta o cualquier otra chorrada de sociedad. Pero la palabra Isla en el sobre llamó su atención, quito los documentos que no permitían ver el sobre completo de la invitación. Y el corazón se le puso en los pies, no sabía porque tenía aquella sensación tan desagradable pero la sentía. El sobre era una invitación que le hacía Jensen a su boda. Claro que tenía que sentirse mal, el loco de Jensen no tenía en sus planes casarse, él no era de los que se casaba. ¿O acaso se sentía mal por algo más? Sin pensarlo más ni abrir el sobre siquiera tomo su móvil y llamó a Jensen.

__ Acabo de ver la invitación a tu boda ¡Solo di que es mentira!__ le dijo algo cortante a su primo en cuanto este contestó.

>>Pues qué más quisiera yo que fuera mentira, jeje, pero no lo es<<__ le dijo Jensen riendo en un tono un poco triste.

__ ¡Te están obligando! ¿Cierto? ¿Acaso tiene que ver con la chica que me dijo Atticus que ibas a golpear, su familia te ha hecho responder por ello?

>>Sí y no, primo, no es tan fácil de explicar<<

__ Son unos interesados en vez de denunciarte a la policía te piensan casar con ella. Deben estar interesados en lo que heredaste.

>>Sí que eres de pensamiento rápido, Marcos, no es tan así ¿Vas a venir?<<

__ ¿Pero no me estas llamando para que te libre de esto?__ le dijo Marcos sin dar crédito a lo que oía.

>> No, primo, la verdad es que me quiero casar. En un principio no quería pero después de verla creo que me he enamorado. Además casarme con ella es una de las condiciones que el abuelo Roger puso en la herencia. << Tras las palabras de Jensen Marcos sintió que aquella mala sensación crecía.

__ ¿Quieres decir, que para heredar la fortuna debes casarte con alguien cualquiera o con esa mujer en particular?

>> Con ella en particular. Las locuras del abuelo ya sabes<<

__ No, no sé el abuelo siempre fue muy lúcido hasta donde yo recuerdo.__ le dijo a Jensen molesto.

>> Como tú digas, siempre fuiste su preferido. Veo que no te ha hecho gracia la noticia ¿Pero vendrás a mi boda cierto?<<

__ ¡No me la perdería por nada del mundo!__ le dijo Marcos con frialdad.

>> Perfecto, quiero que seas mi padrino ¡Sabes, primo, ya sé lo que te pasa! Tienes envidia de que yo, que soy el mala cabeza irresponsable, me vaya a casar antes que tú. <<

__ Como tú digas, Jensen, ¿me quieres de padrino? ¡Eso seré! Pero no siento envidia yo también he conocido a alguien, cuando estuve convaleciente en el hospital.

>> En serio, Marcos, tienes que venir, voy a colgar porque por tu tono de voz percibo que no estás bien ¿Algún problema con los negocios? <<

__ Nada que no se pueda resolver, Jensen, o que me impida ser tu padrino de bodas. Ahí estaré, quiero conocer a la desquiciada que te acepto como esposo__ le dijo Marcos riendo intentando no dejar salir sus emociones y en cuanto Jensen colgó, Marcos lanzó el teléfono que se hizo añicos contra la pared__ ¡MALDITA SEA!__ gritó Marcos y en dos zancadas llegó junto a su escritorio, descolgó el teléfono y le ordeno a su secretaria fijándose en la fecha de la invitación que le había enviado Jensen__ Reorganiza mi agenda necesito viajar dentro de tres semanas a Joburg y estar lo más libre posible de hecho atenderé la mayoría de los negocios desde allá.__ Le dijo y colgó. Se sentía ansioso y desesperado se dejó caer en una silla y respiro profundo con la vista fija en el móvil destrozado. Esas casualidades que estaban tomando forma en su mente no podían existir. La mujer con la que iba a casarse Jensen seguro era alguna ricachona nieta de una familia de allegados del abuelo y su cirujana no era rica. Además Atticus le había dicho que ella había honrado un compromiso de años al casarse y Jensen aún no se casaba. Aun había esperanza para él y su cirujana. Él haría que se divorciara y mandara al carajo todo ese lio del compromiso ¿y si se había casado por la iglesia? ¡La llevaba al vaticano anularlo! Estallo en carcajadas en cuanto tuvo ese pensamiento. Se estaba volviendo loco, necesitaba calma y un móvil nuevo en que estaba pensando cuando lo destrozó, al menos ese no era el móvil de trabajo. Ahora lo más importante era centrarse en los malditos que le habían hecho el atentado, tenía que encontrar al que quedaba vivo, era obvio que quien los había enviado los estaba eliminando. Ya tendría tiempo de buscar a su amada cuando llegara a Joburg, pero esta vez no perdería tiempo. Dejar las cosas personales para después, no le estaba dando resultado esta vez. Aunque si lo analizaba nunca antes fue personal, solo había deseado mujeres y las había tenido en el momento que deseo. Las postergaba para después y cuando terminaba con sus negocios ellas estaban ahí esperando, ninguna salía corriendo a casarse para honrar un compromiso familiar. Se preguntaba por qué entre tantas mujeres decidió enamorarse de una complicada e impaciente además ¿Por qué demonios ella se había casado? Saberlo y pensar en ese hecho le hería el alma, sentía que no podía respirar bien y la garganta se le quemaba. La ansiedad se apoderaba de cada centímetro de su cuerpo y si pensaba en que ella tenía que estar con ese otro hombre. Deseaba que la tierra se abriera y lo tragara, que el mundo entero terminara, él estaba seguro de que no se estaba engañando ella también estaba enamorada de él, pero tal vez no había podido esperarlo. Atticus entró en la oficina en ese momento y Marcos se sintió agradecido de poder pensar en otra cosa que no fuera ella. Su hombre de confianza le traía buenas noticias ya tenía varias de las cosas que él le había pedido.

__ Señor cuando leí el informe del forense donde decía del deterioro de la piel del muerto, tome una copia de las fotos y las hice llegar a los tatuadores por correo electronico. Y hubo uno que lo reconoció, tiene su taller en el propio Soweto y puede decirnos de que aldea Zulú es el difunto.

__ Pues manos a la obra, no hay tiempo que perder, pongamos al día los pendientes aquí y en cuanto estemos en Joburg haremos esa reunión con el jefe de la aldea Zulú a la que pertenece el difunto ¿Por cierto ya tienes el número del abogado de Jensen?

__ Sí, señor Marcos, aquí esta.__ le dijo Atticus extendiéndole una tarjeta.

__ ¡Perfecto! Quiero que contactes con el notario de mi abuelo, quiero una copia del testamento ¡Y es para ayer!__ le ordenó a Atticus mientras caminaban al ascensor.

4

Lea entró en la cocina de la mansión, tomó una manzana de sobre la mesa, la lavo y le dio un mordisco. Luego se volvió hacia la cocinera que era una señora mayor también de su aldea.

__ ¿Lucy, como está tu hija menor?

__ No finjas que te importa, Lea Anekka.__ le dijo la mujer en tono bajo pero brusco con marcada molestia.

__ ¿Qué sucede, Lucy? Por supuesto que me interesa la salud de tu hija. Yo misma estuve pendiente a ella cuando estuvo en el hospital.

__ Sí, eras maravillosa, Lea Anekka, pero comienzo a creer que Víanne tenía razón cuando decía que ustedes y en especial tú se sentían superiores al resto de las personas del pueblo.

__ Lucy, no me digas que ahora vas a creer en las palabras venenosas de Vianne, sabes muy bien que ella habla desde el despecho y el dolor de que mi hermano la dejara.

__ Y razón tiene, pues la dejo por una mujer que le presentaste tú, una blanca insulsa. Traicionaste a una amiga de la infancia por esa blanca que conociste el otro día.

__ Las cosas no fueron exactamente así, Lucy. Y Víanne nunca fue mi amiga de la infancia, mi torturadora desde la infancia puede ser, pero nunca fue mi amiga__ le dijo Lea y la mujer la miro por encima del hombro con expresión de quien está oliendo algo desagradable__ Pero si vas a darme la espalda muy bien, eres otra decepción de las tantas que he tenido en estas últimas semanas.__ le dijo Lea un tanto triste un tanto resignada.

__ Tu falsa tristeza no me va convencer, si de verdad eres tan buena ¿por qué no has ido a la casa del servicio a interesarte por la salud de Kagisho?

__ ¿Pero Kagisho esta acá, en la casa del servicio? __ le preguntó Lea sorprendida.

__ Sí, ¿¡donde más estaría!?

__ Cuando le pregunte a Jensen por él, me dijo primero que estaba indispuesto y después me dijo que Kagisho había pedido unos días.

__ Y como el señor Jensen es tan bueno con todos nosotros le dio los días. ¿Cierto? ¡Ilusa!__ le dijo Lucy con ironía y Lea no tuvo otro remedio que quedarse callada porque ella conocía la peor cara de Jensen mejor que nadie en aquella Mansión.

__ Iré a verlo.__ se limitó a decir Lea seria y salió caminando.

__ Espero que tu visita no empeore la situación del pobre.

__ ¿Por qué lo dices?__ le dijo Lea deteniéndose en la puerta de la cocina y volviéndose hacia la cocinera__ ¿Qué es lo que no me estás diciendo Lucy?

__ Sera mejor que lo descubras tu misma, no me toca a mí decirlo.__ le dijo la mujer, volviendo a sus calderos y dándole la espalda a Lea.

__ Para no tocarte, has dicho bastante.__ le dijo Lea Anekka y se marchó de la cocina.

A travesó un pasillo para salir a un salón del té que se comunicaba con la terraza, su intención era salir de la mansión para ir a la casa donde vivían los empleados. Y no alcanzo a ver a Jensen entrar en la cocina, se notaba que había estado escuchando, por el modo furtivo en que entro cuando salió Lea.

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