Aliados peligrosos

__ ¿Qué pretendes, Lucy? __ la mujer se volvió asustada al escuchar Jensen tras ella.

__ ¿De… de que me habla señor?__ dijo nerviosa.

__ Tú sabes de que hablo.__ le dijo Jensen mientras se sentaba a la mesa de la cocina en un tono que no cabía duda de que Lucy estaba en serios problemas __ Por tu conversación osada con mi prometida creo que manejas mucha información sobre los demás. Así que imagino que sepas que Lea hace poco estuvo a punto de abandonarme y por supuesto también a ese compromiso estúpido al que está obligada para que ustedes sigan teniendo la vida tranquila de la que disfrutan.

__ No entiendo porque me dice esto, señor. __ le dijo Lucy sin levantar la mirada.

__ Te lo digo, Lucy porque me costó mucho convencer a Lea de quedarse y darle una oportunidad a nuestro compromiso, así que si Lea discute conmigo por tu causa van a estar en graves problemas tú y el inútil de Kagisho.__ le dijo Jensen con la vista fija en los ojos de la cocinera que lo miraba aterrada con los ojos muy abiertos, temblando como una hoja sin toda aquella soberbia con la que le había hablado a Lea hacia unos minutos.__ ¡Arréglalo!__ Le dijo Jensen como cuando uno manda a un perro a morder algo en un tono de voz tan bajo y amenazador, que ella solo entendió lo que él decía porque estaba como hipnotizada viéndolo. La mujer ya entrada en años algo gruesa salió corriendo de la cocina torpemente en busca de Lea. A la salida tropezó con Gustav.

__ ¿A dónde vas, Lucy? Casi me echas por tierra, mujer.__ le dijo el mayordomo pero ella lo ignoro cuando Gustav entro a la cocina vio a Jensen sentado a la mesa.__ ¡Ah, es que está usted aquí, señor! Debí imaginarlo.

__ ¿Por qué?

__ Ya sabe por qué, señor Jensen. Bien sabe que todo el personal de servicio le tiene terror a usted. __ le dijo Gustav con toda despreocupación.

__ Te estas volviendo osado, Gustav ¿Ser acaso que tú eres el único del servicio que no me teme?

__ No tengo por que, señor, sabe cuántas veces limpie sus mocos cuando era niño.

__ Lo imagino, pero seguramente si te despido no vas a estar tan feliz.__ le dijo Jensen sonriéndole.

__ Me hará un favor, así podre jubilarme de una vez y cobrar mí parte de la herencia de su abuelo sin que tenga que cumplir la condición que el dejo para que yo pueda obtenerla.

__ ¡Ja!__ rio Jensen__ Que escondido te lo tenías, Gustav, así que tú eres otro de los herederos del viejo loco de Roger__ Jensen se puso de pie__ Ojala ese maldito viejo pudiera morir mil veces más del modo más doloroso posible, lo odio tanto __ dijo entre dientes molesto__ Cómo es posible que me pusiera al nivel de un negro inmundo como tú ¡Es lo que me faltaba!__ le dijo Jensen antes de salir de la cocina y Gustav se quedó sonriendo disfrutando por un momento de la reacción de Jensen.

Habían pasado dos meses desde que Lea fuera a vivir en la mansión, y todo era un caos en su vida. Su hermano Thabo no le dirigía la palabra desde el día que la llevo a la mansión y habían discutido tan fuerte. La relación de ella y Jensen era insostenible y peligrosa. Las cosas se habían clamado un poco pero no del todo, después de haber puesto los puntos sobre las ies la noche en que lo llevo en su moto Jensen estaba menos empeñado en discutir con ella. Pero el ambiente en la mansión seguía siendo nocivo.

Lea dio vuelta en uno de los costados de la inmensa estructura de la casa principal y vio a unos cuarenta pasos la casa destinada al servicio. Se dirigió hacia allí y casi llegando a la entrada escucho la respiración entrecortada de Lucy que venía corriendo para tratar de alcanzarla. Lea se volvió y vio a la gruesa mujer haciéndole señas de que la esperara mientras movía su voluminoso cuerpo en una torpe carrera. Pero no se detuvo a esperarla se limitó a continuar su camino estaba molesta con las cosas que le había dicho Lucy y ahora solo quería hablar con Kagisho y saber que había pasado en realidad y porque estaba indispuesto. Cuando llegó ante la habitación que tenía escrito sobre su puerta chofer, toco dos veces y espero.

__ ¡Adelante!__ Se escuchó la voz del joven y Lea entró. Al pasar y verlo no pudo evitar un suspiro de sorpresa. Kagisho estaba acostado con un brazo enyesado y el rostro ennegrecido en varias zonas y un ojo tan hinchado y cerrado que daba dolor de solo verlo, con una partidura sanguinolenta en el parpado inferior.

__ ¿Qué fue lo que te sucedió, Kagisho?__ le dijo Lea con hilo de voz.

__ Tú, me sucediste tú. Siempre se ha tratado de ustedes, tú y tu familia. Esta paliza me la gane el día que te marchaste en taxi de la discotek de Melville y no quisiste escucharme.

__ ¿Jensen, te hizo esto?__ le dijo Lea esperando ansiosa a que la respuesta fuese no.

__ ¡No!__ resonó la voz sofocada de Lucy a sus espaldas__ Claro que eso no lo hizo el señor Jensen, lo hiciste tú, Lea, es tu culpa__ Dijo la mujer alcanzando a intercambiar una rápida mirada con Kagisho que Lea no pudo ver.

__ ¡¿Entonces…?!__ le preguntó a Kagisho esperando la confirmación.

__ Entonces nada, Lea, ese día tú te marchaste en el taxi y el señor Jensen trato de detenerte. Como no pudo vino hacia el auto como una furia, se subió tras el volante y me dejo allí parado al borde de la calle. Luego de regreso a casa me asaltaron y ya vez el resultado de tus pataletas de niña mimada.

__ Yo no tenía idea de que estabas así, yo lo siento mucho Kagisho en verdad yo...

__ Ustedes siempre han sido privilegiados y eso los hace caprichosos, no piensan ni por un instante en que pueda ser de la vida de los demás.__ la interrumpió él.

__ Vuelves otra vez con la misma cantaleta, pero no te has detenido a pensar en que yo me estoy casando en contra de mi voluntad, para que ustedes no sean expulsados de la mina y puedan trabajar.

__ ¿Si no querías por qué no cediste el lugar? __ le dijo Kagisho molesto.

__ Porque, por desgracia la joven que se despose con el Arlington heredero debe ser una Naudé ese requisito lo impuso el difunto. No es mi m*****a culpa.__ le gritó Lea perdiendo la paciencia por completo.

__ ¿Y cómo haría él para saber si la chica que viniera aquí sería una Naudé o no? No tiene como, a fin de cuentas esta muerto. Además estoy seguro de que el propio Jensen ni se ha molestado en saber a qué familia del pueblo perteneces.__ le dijo Kagisho.

__ Eso no te lo voy a discutir, solo desearía que mi abuelo fuera tan creativo y razonable como tú.__ le dijo Lea caminando hacia la puerta de salida de la habitación, mientras la cocinera se hacía a un lado.

__ Entonces te das cuenta que tengo razón.

__ No, Kagisho, no la tienes. Me gustaría que tuvieras razón créeme, porque así yo estaría feliz de estar aquí y no es así. Ojala fuera tan fácil falsificar documentos y ponerle mi apellido a otra joven de la aldea.__ le dijo Lea y se marchó.

__ ¿Qué quiso decir con eso?__ le dijo Kagisho a Lucy.

__ A quien le importa eso, preocúpate por ti mismo y olvida a la princesita. Quien le va creer el cuento de que no esta feliz aqui.

__ Ahora que dices eso, ¿A que vino tu interrupción? No entendí nada, me tuve que inventar la estúpida historia del asalto, cuando bien sabemos que eso no fue lo que me sucedió.

Lucy se sentó en una silla e iba a decirle de las amenazas de Jensen, cuando escucharon la voz de este fuera de la casa de servicio y se quedaron totalmente en silencio.

__ ¿Lea, que haces ahí junto a la ventana? No me digas que estas espiando al servicio.__ casi gritó Jensen para que los de dentro pudieran escucharlo.

__ Yo sería incapaz de hacer algo así, Jensen.__ le dijo Lea mirándolo con odio después de haber dado un respingo por el susto y la sorpresa de ser descubierta escuchando tras la ventana.

__ Eso pensé yo también, pero cuando te vi desde la casa era lo que parecía__ le dijo Jensen llegando junto a ella__ ¿No me digas que tienes quejas del personal de servicio?

__ Pues no te lo digo __ le dijo Lea caminando para alejarse de él, pero Jensen la tomó del brazo y la atrajo hacia si__ ¿Qué haces? __ le dijo ella tratando a toda costa de cortar el contacto físico.

__ Detenerte, te quiero pedir que me acompañes a dar un paseo por la propiedad, me gustaría que habláramos un par de cosas más.

__ Que más podríamos hablar, anoche quedó todo claro, mantendremos esta farsa hasta que cada uno pueda seguir su camino sin afectar los intereses del otro. En tu caso el dinero, en el mío las personas de mi pueblo.

__ Sí, Lea, pero no hablamos de los beneficios de nuestra unión de apariencias.

__ Ni los vamos hablar. Pues no creo que existan tales beneficios__ le dijo Lea soltándose de su agarre y echando andar.

__ ¿Pero por que eres tan reacia, mujer?__ le dijo Jensen saliendo tras ella__ Al menos demos el paseo hablando de otra cosa, por ejemplo ¿Cómo estuvo tu día hoy en ese estúpido hospital?__ Lea se detuvo y no pudo evitar reír.

__ Hasta para mostrar interés por las cosas de los demás eres fatal, un total desastre.__ le dijo Lea y siguió caminando.

__ Bueno al menos te hice reír y eso es algo que me encanta, me fascina el sonido de tu risa. Me da esperanzas de que algo entre nosotros tal vez sea posible.

__ ¿Ah, sí? Qué bueno saberlo para no reírme ante ti nunca más.__ Le dijo Lea en el momento que él le dio alcance y la tomo de la mano y entraron en la casa. Sin que ella pudiera hacer nada para impedir su agarre y su continuo asedio.

Rowina entró en un elegante pero apartado bistró, solo conocido por los negociantes oscuros de las altas esferas, vestía con el caro mal gusto de siempre. Colores estridentes y cortes de tela de estilos anticuados y geométricos siempre intentando ocultar las imperfecciones de su obeso cuerpo, pero sin obtener el resultado deseado. Tomó asiento y pidió una bebida refrescante an-alcohólica y encendió un cigarro. Unos minutos después llego un caballero al bistró las pocas mujeres que habían en el lugar no podían evitar sonreírle si cruzaban alguna mirada con él. Ninguna pudo salir del asombro cuando lo vieron sentarse a la mesa de la sin gracia Rowina Schoeman.

__ No sabe el honor que me hace habiendo aceptado hacer negocios conmigo.__ le dijo ella.

__ Miss I hope everything goes well! __ le respondió él, su voz era profunda y fuerte.

__ No veo motivo para que vaya de otra manera, he sabido de buena fuente que usted desea adquirir unas empresas a través del conglomerado de su antiguo socio Marcos Arlington.

__ Unfortunately this is no longer possible because, we have irreconcilable differences.

__Es un placer escucharlo hablar en inglés, tiene un acento muy agradable. Y no se preocupe por darme explicaciones, no me preocupan los desacuerdos que tuvo con su socio. Yo hare posible que esos negocios regresen a la normalidad y usted me ayudara a que Marcos este en mis manos.

__ Perfect, miss Schoeman, we have an agreement!

__ Por supuesto que tenemos un acuerdo.__ le dijo Rowina dejando ver su deforme sonrisa de dientes montados.

__I would just like to know you benefit?

__ Ya se lo he dicho, quiero a Marcos Arlington en mis manos.

__ Excuse me, I didn’t ask my question correctly. You want to have in your hands, for professional or personal reasons?

__ Por las dos razones, si quiere los detalles se los doy en nuestra próxima reunión.

__ Ok, but I decide the place of the next meeting.

__ De acuerdo no tengo ningún inconveniente.

Varios dias después…

A Lea quedaban dos días para que ella y Jensen estuvieran casados irremediablemente y sin retorno. Dejo caer al suelo el camisón de seda que le cubría y saltó en un clavado perfecto a la piscina, sin más traje de baño que su propia piel y aquel torbellino de pensamientos en la mente. Estaba sola en casa, los empleados tenían el día libre incluso a Gustav que vivía en la mansión, ella lo había liberado. Para que hiciera lo que mejor le conviniera con su tiempo. Y su futuro esposo estaba en el club de tenis en Joburg. Tenía la casa para ella sola al menos hasta que Jensen regresara. Así podía analizar todo lo que le había pasado en las últimas semanas y lo rápido que había cambiado su vida. En esos dos meses siguió trabajando, pero Jensen le dejo claro, que una vez casados no la dejaría. A veces no lo entendía, se comportaba tan posesivo, más de una vez intento llevarla a la cama sin resultado, por supuesto y ella creía que esto era lo que tanto lo frustraba. Él era sumamente apuesto, pero eso no bastaba para que quisiera irse a la cama con él. En ocasiones incluso la amenazaba y le decía “Cuando seas mi esposa no podrás negarte.” Acaso él no sabía en qué siglo estaban, aunque realmente ella debía irse acostumbrando a la idea o si no como tendrían hijos. En el testamento venía bien puesto, que al menos deberían tener dos y por mucho que quisieran ella y Jensen saltarse las reglas de aquel maldito juego del que eran victimas, salia otra clausala a bloquearles el camino cada vez. Nada, que por más que intentara buscar una solución, no la había. Estaba atrapada, ya fuera por el testamento o por Jensen. Era llevada y recogida de su trabajo para que no se desviara hacia otro lugar, Jensen había amenazado con hacerles daño a su hermano y a su abuelo si ella intentaba huir a o si decía como era su vida en la mansión. Él estaba totalmente desequilibrado, aunque se mantenía bastante tranquilo cuando ella era tolerante o le mostraba algo de afecto. Su último intento por escapar de todo aquello se había visto frustrado por otra reciente amenaza de Jensen a su familia. Nada que por ahora solo podía disfrutar de aquel único momento de paz, porque Jensen no la dejaba ir a la cascada que era donde ella acostumbraba nadar. El agua de la piscina no era igual, sin contar que siempre tenía la sensación de que alguien la miraba, eso también le ocurría cuando salía a trabajar. Y sus instintos no se equivocaban, pues como se había hecho ritual para ella bañarse desnuda los domingos cuando no había nadie en casa, para Jensen se había hecho ritual mentirle. Le decía que iba al club de tenis o al de golf, pero en realidad se quedaba apostado en la ventana de su habitación, viéndola bañarse desnuda. Imaginando que se bañaba con ella y que hacían el amor, que por fin ella dejaba de ser tan terca y se rendía a él. Pero era solo eso para Jensen, imaginación, lo único que podía hacer era tocarse mientras la veía nadar y tratar de alcanzar el orgasmo. En realidad más bien lo que hacía era torturarse, la primera vez que la descubrió nadando desnuda, él aun no le mentía y si asistía al club de tenis. Ese día había olvidado una de sus muñequeras y regreso a buscarla, al pasar junto a la ventana la vio, esa vez logro el orgasmo pero solo esa vez. Estaba seguro que había sido posible por la sorpresa, pero ahora ya no era igual necesitaba sentirla, estar dentro de ella, experimentar sus caricias, su goce. Pero Lea no quería, simplemente no lo deseaba, no le quedaba otra cosa que seguir acariciando su dolorosa erección y esperar a que ella fuera su esposa, entonces a ella no le quedaría de otra. Aunque esa idea le revolvía un poco el estómago, él quería que ella se acostara con él por amor, que se entregara y lo amara como él la amaba a ella. O que al menos fuera por mutuo deseo carnal. Una voz resonó en su cabeza “Demuéstraselo, sedúcela, enamórala” ¿Pero cómo?, había una barrera inmensa ante ellos y el propio Jensen había ayudado a crearla. Día tras día con cada una de sus acciones y sus palabras, con sus amenazas y sus prohibiciones. Había transformado la vida de los dos en un infierno y él lo sabía, intentaba contener su mal humor, sus celos y la rabia que le producía quererla, desearla tanto, cuando ella era tan indiferente a sus sentimientos. Esos arranques siempre lo hacían maltratarla y eso ponía cada vez más distancia entre los dos. Era tan duro para su ego, pero sobre todo para su corazón amarla, cuando ella por él solo sentía lastima, miedo y asco, si al menos sintiera odio podía sentirse mejor. Lo peor de todo es que él nunca había sido tan violento con ninguna mujer, cruel podía ser, arrogante y despectivo también pero violento no. Sentía que algo malo estaba creciendo en su interior, se sentía desequilibrado y no sabía el por qué. Siempre había sido alocado e irresponsable pero violento no.

De pronto dejo de tocar su erección y guardo su miembro en sus bóxers. Descorrió la cortina totalmente para ver mejor que pasaba y quien era aquel hombre que estaba disfrutando de la desnudes de Lea y le ofrecía una toalla de pie junto a la piscina. Corrió a ponerse la ropa de jugar tenis debía bajar las escaleras cuanto antes y llegar a la terraza. La opresión que sentía en el pecho le decía que su situación titubeante con Lea estaba a punto de ponerse mucho peor y no sabía porque.

No podía ser cierto lo que veían sus ojos, pensó Lea en cuanto lo vio a través del velo de agua que corría por su rostro mientras emergía de la piscina. Él estaba soberbio dentro de su traje Armani azul añil, con el cabello rubio peinado hacia atrás y su profunda mirada azul lacerándola. Nadó sin timidez hacia él y salió totalmente de la piscina y agarró la toalla se envolvió en ella y pasó junto a él rumbo a la casa, pasando también junto a Jensen que venía saliendo.

__ Te estaba buscando... __comenzó a decirle él, pero Lea siguió de largo y le dijo.

__ Ahí está uno de tus invitados, ya comenzó a llegar tu gente __ Jensen no pudo evitar mirarla mientras se alejaba. Cuando llegó finalmente a la piscina pudo ver a su primo Marcos que ya venía en dirección de la casa. Los dos se saludaron con una efusiva sonrisa y un fuerte y caluroso abrazo con las sonoras palmaditas en la espalda.

__ ¡Me enteré que te casabas y aquí me tienes de padrino justo como pediste!__ bromeo Marcos con una alegría que estaba lejos de sentir, al ver que todas sus sospechas eran ciertas.

__ ¡Maldito cabrón! te iba a colgar de los huevos si no venias, tu invitación fue la primera que envié y fuiste el último en confirmar. A pesar de que cuando hablamos por teléfono no estabas bien con los negocios, no te iba perdonar que faltaras. Tú eres el único que ha venido porque me quiere, los demás solo lo harán por compromiso.__ le dijo Jensen abrazándolo de nuevo totalmente feliz.

__ Pues bien, entonces cuéntame ¿qué tal te haces la idea de ser un hombre casado? __ Le dijo Marcos sonriendo con sinceridad, a pesar de que se estaba muriendo por dentro y su cabeza no paraba de hacerse preguntas. El amor y cariño que sentía por su primo era genuino. Pero la mujer que iba a casarse con Jensen era su Anekka, su cirujana y eso lo atormentaba.

__ De maravilla, acaso viste el mujerón que herede __ le dijo Jensen cubriendo las apariencias tal y como había acordado con Lea __ ¡Ven, vamos a instalarte! después nos ponemos al día con uno de los vinos del primo Armand, me sorprendió mucho que los enviara.

__ Son su regalo de bodas para ti__ le dijo Marcos__ No esperaba menos de mi hermano.

Los dos jóvenes entraron en la casa, donde estaban por vivir la guerra de sus vidas.

En su habitación Lea Anekka, se bañó de prisa y comenzó a secar su cabello previamente desrizado para la boda con una secadora que saco del closet bien surtido, del baño de su habitación. Se sentía morir ansiosa y fatigada, no lograba creer que él estuviera aquí. Que su Marcos Arlington estuviera en la mansión, ella lo había chequeado bien y él había estado en Norte América y Brasil en las últimas semanas atendiendo sus negocios y a inicio de semana tenía una convención en Portugal. Él no iba a estar en su boda y esto era lo único que le daba valor para continuar, pero ahora Marcos estaba aquí y ella solo podía pensar en que estaría imaginando él de ella. Seguro le estaría diciendo a Jensen que ella era una aprovechada, que se la pasaba coqueteando con él durante su recuperación en el hospital. Y no era que le preocupara la opinión de Jensen, pero la de Marcos sí. Se sentía frustrada y necesitaba salir de allí, después de secarse el cabello se puso unos jeans y una camisa holgada. Pensó en llamar un taxi, pero luego cambio de idea y bajo las escaleras rezando por no encontrarse con ninguno de los dos y por esta vez tuvo suerte. Llegó al garaje y saco su moto uno de los pocos gustos que se había dado con el dinero que le regalo su familia cuando se recibió como médico y que por el momento Jensen no había sentido el deseo de desaparecerla. En la Indian que se había comprado, se apreciaba un chasis multitubular de acero CRMO4130 con basculante simple y un amortiguador central en cantiléver, que acogía un bicilíndrico en uve a 60º de 1133 cc con escapes elevados S&S y salida por el lateral derecho, y que iba equipado con suspensiones multirregulables Öhlins en ambos trenes, con frenos de disco lobulados Lyndall Crown con pinzas Brembo y llantas RSD de carreras de 19 pulgadas. Y neumáticos Dunlop DT3 de dirt-track y la minimalista carrocería de dos piezas en fibra de carbono con luces de tipo LED incorporadas delante y atrás. En cuanto salió del camino de la mansión y cogió la carretera, el aire fresco la hizo sentirse un poco mejor. Hacía bastante que no la montaba desde que Jensen puso a Kagisho a su servicio como chofer, se sentía tan bien poder correr en ella de nuevo. En un inicio no sabía a dónde ir, entonces decidió que le haría la visita a Leslie en Joburg, a pesar de que ellas estaban un poco distanciadas después de que Leslie se negara a enviarle los datos de Marcos en aquel mensaje de texto. Pero a fin de cuentas era la única amiga que tenía y aunque Jensen echara espuma por la boca de disgusto, ella no iba a compartir con su invitado.

Cuando Marcos estuvo solo en su habitación, tiro las maletas y las pateo con fuerza. La ira se estaba adueñando de él, como era posible que la Lea de su primo fuera su Anekka. Aquello era mal karma o una maldición, no era posible que se hubiera enamorado de la mujer del único familiar por el que sentía verdadero afecto. La única persona por la que estaba dispuesto a ceder el paso, pero por el dolor agudo que estaba sintiendo en el pecho sabía que esta vez no se apartaría para cederle el lugar a Jensen. Si fuese así, no tendría aquella angustia, simplemente hubiera hecho como si nunca la hubiera visto y no se acordaría ni siquiera de su nombre, como le había sucedido con tantas otras. Pero esta vez era diferente. Ahora se maldecía por no haber prestado más atención, por no buscar la historia de ella a detalle y dar por sentado de que se había casado con un miserable cualquiera al que él podía sacar del camino sin problema con un poco de dinero. Mataría a Atticus por haber trabajado tan mal aquel asunto. Y aunque ella al parecer no lo reconoció o estaba demasiado avergonzada por su espléndida desnudes, y por eso había salido huyendo. El no renunciaría a ella. O tal vez era que Anekka se había enamorado de Jensen y por eso estaba estableciendo barreras. No, no podía ser ese el motivo, Jensen era atractivo, pero fuera de eso, era un perfecto imbécil. Y Anekka era una mujer inteligente, para nada banal, no se deslumbraría con Jensen y su dinero ¿O sí?

__ ¡Por dios! ¿En qué estoy pensando? Que soy capaz de llamar imbécil a Jensen ¡Maldita sea esa mujer! __ dijo en voz alta al tiempo que se deshacía de su ropa y se iba a tomar una ducha fría, totalmente excitado por el recuerdo de Anekka desnuda en la piscina. Ni en sus mejores fantasías mientras estaba en el hospital y después cuando fue dado de alta y tubo que añorarla mientras atendía sus negocios fuera y dentro del país, la imagino tan espectacular como la acababa de ver en la piscina.

Anekka desemboco en una de las calles más lujosas y tranquilas de Sandton, dejo su moto en la acera de entrada del garaje de una lujosa casa de dos pisos, busco una llave dentro de la tercera maceta de la entrada, abrió la puerta y entró. Después de vagar por la casa como si buscara algo o a alguien, reparo en un almanaque que había en la cocina que tenía varios días marcados. Entonces subió las escaleras y entró directamente en la habitación de su amiga. Encontró a Leslie desparramada en la cama en ropa interior, profundamente dormida, como si hiciera un siglo que no lo hacía. La observó con cariño por unos instantes y de pronto arremetió contra ella con la almohada más cercana. Leslie se despertó sobresaltada sentandose de un tiron, la miro desconcertada y luego le sonrió volviéndose a tirar sobre la cama boca arriba, Anekka se sentó a los pies de la cama y suspiró.

__ Es bueno saber que a pesar de que dentro de poco vas a ser la mujer más rica de este mundo todavía recuerdas a las amigas.

__ Nunca vas a dejar de ser una estúpida, Leslie, el que va a ser o ya es rico no lo sé, es mi futuro marido. Yo solo voy a ser un fantasma de lo que fui, una mujer condenada.

__ Un momento, Anekka, párale a tu tren ¿Que espíritu derrotista es ese? Que me ofendas es normal ya estoy acostumbrada, pero a los cambios en tus acciones en estas últimas semanas no me acostumbro ¿Me quieres enloquecer, qué pasó con la mujer que me pidió que fuera su dama de honor y que me dijo que entre ella y su prometido todo estaba arreglado? __ le dijo Leslie sentándose de golpe en la cama otra vez.

__ Se la comió una Inkanyamba² hace un rato ¿Recuerdas a Marcos Arlington?

__ Sí, Anekka, lo recuerdo, el millonario que salvaste del atentado en la carretera. Del que querías los datos personales, que no te di ¿Qué hay con él?

__ Es primo de Jensen.

__ Sí, de tu prometido__ comenzo a decirle Leslie con calma y grito de pronto ¿QUÉ? ¿Pero eso ya lo sabías o recién te enteras?__ le dijo sin poder dar crédito__ Es que resulta increíble, como siempre te refieres a tu novio por su nombre o por cualquier calificativo despectivo, no asocie el apellido.

__ Sí, entiendo, yo también estaba muy sorprendida cuando lo confirme.

__ Ah, bueno, Lea, entonces para ti ya es historia antigua.

__ No, no lo es, Leslie, yo deje el asunto de los datos personales, porque los tome yo misma cuando te negaste, pero eso no viene al caso ahora. Lo que importa ahora es que él llegó hoy a la mansión yo estaba nadando en la piscina y…

__ Asumo que te vio como viniste al mundo, tú y tu mala costumbre ¡Civilizaste mujer! Ya sé lo que te pasa te removió todo lo que pasó en el hospital cuando lo viste. Pero acaso no recuerdas lo que le estaba diciendo la loca aquella que fue a visitarlo y perdona la sinceridad pero él no te defendió. __ le dijo Leslie saliendo de la cama__ No hagas pucheros ok, ya sé lo que vamos hacer. Pesaremos el resto del domingo en un Spa y por la noche nos iremos a Melville y haremos toda una juerga.

Inkanyamba² es una serpiente legendaria que se dice vive en un área de la cascada del lago en los bosques del norte cerca de Pietermaritzburg con mayor frecuencia en la base de la cascada Howick, Sudáfrica.

__ Sí creo que una salida de chicas es justo lo que necesito. Ya que contigo es imposible hablar, a veces me pregunto porque somos amigas__ le dijo Anekka sintiéndose un poco mejor__ La verdad yo pensé que el no vendría, y eso me daba fuerzas para seguir con esta farsa adelante, es justo eso lo que me descontroló.

__ Pero la Fuerza se busca, ya verás que día magnifico vamos a pasar.

__ Tienes razón, Leslie, que se vayan al carajo los dos primos__ le dijo a su amiga, que más daba ella se iria a pasarlo en grande soltera y feliz por última vez.

El día se fue rápido, con todo lo del Spa y el respectivo cotilleo para ponerse al día en todo lo referente a Leslie, pues Lea prefirió no hablar de sus asuntos. Aunque de vez en cuando se deprimía al pensar que aquello parecía una despedida de soltera. Incluso Leslie sería una de sus damas de honor dentro de un día cuando finalmente se casara con Jensen.

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