Capítulo 113
Lo de Santiago y ella... no era algo que se pudiera explicar tan fácilmente.

Miguel le clavó una fulminante mirada:

—¿Por qué te tocas el vientre? ¿Estás embarazada?

Laura sintió que se le helaba la sangre y respondió de forma atropellada:

—¡Me duele el estómago, por eso me lo toco! ¡Siempre nos cuidamos, es imposible que esté embarazada!

Su tono desesperado la hizo sonar aún más sospechosa.

Miguel se tornó más furioso:

—Más te vale no estar embarazada, porque si no...

Era cierto que siempre se cuidaban y las pocas veces que se les había olvidado, Laura tomaba apresurada la pastilla del día siguiente.

Si Laura estaba embarazada, ¿de quién era ese bebé?

Laura no se imaginaba lo que Miguel estaba pensando. Solo se concentraba en cómo ocultar su embarazo.

¡Temía que al enterarse, Miguel la obligara a abortar!

¡Era su bebé y no dejaría que nadie le hiciera daño!

Sandra trajo de inmediato la sopa y al ver a Laura distraída, le susurró:

—Señora, la cena está servida.

Laura volvió en sí y tom
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