Capítulo 121
Sandra se tranquilizó al ver a Miguel cargando a Laura. Parecía que su relación había mejorado y ya no tendría que preocuparse de que la señora se fuera.

Laura ocultaba el bello rostro en el pecho de Miguel mientras su mente trabajaba a toda velocidad. Antes de que pudiera pensar más, ya estaban en el baño. Sintió el frío y al volver en sí, se encontró justo frente al espejo.

Se alarmó y dijo apresurada:

—Necesito ir al tocador.

Miguel entrecerró los ojos:

—Ah, ¿sí? —su tono sonaba peligrosamente sugestivo.

Laura se estremeció por un momento al encontrarse con su mirada llena de deseo:

—Volveré pronto.

Miguel le acarició el rostro:

—¿Me estás provocando a propósito?

—¡Me da pena! —Laura desvió al instante la mirada con fingida timidez.

Miguel sonrió complacido:

—Después de tres años de matrimonio, ¿todavía te da pena?

Aunque debía admitir que su timidez lo seducía y lo hacía desearla aún más.

—¡No es cierto! —sus mejillas enrojecieron más. Al principio de su matrimonio, solía admirar s
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