"¡Este Miguel, es más considerado con extraños que con su propia madre!", pensó Fiona, aunque se guardó ese comentario para sí misma en lugar de compartirlo con Jenny.—Mamá, ¿en serio dijo eso? —las pupilas de Jenny se contrajeron mientras sentía una fuerte opresión en el pecho.¡No! ¡Era inconcebible que Miguel se hubiera enamorado de Laura! E incluso si así fuera, ella no permitiría que estuvieran juntos. ¿Aceptar tal cosa? ¡Jamás lo haría!—Sí, eso fue lo que dijo. Ya es tarde, será mejor que descanses —Fiona, deseando terminar la conversación, cortó la llamada de forma abrupta.Le inquietaba el excesivo interés que Jenny mostraba por los asuntos de Miguel. Algo no cuadraba en todo esto. Por un momento, una sospecha cruzó su mente, pero prefirió descartarla de inmediato, sacudiendo la cabeza.Tras colgar, Jenny explotó en un feroz ataque de rabia.Cuando la enfermera abrió la puerta en ese momento, tuvo que esquivar un cenicero que voló en su dirección. El susto fue tan grande que
En ese preciso instante, Patricia despertó sobresaltada y se encontró con unos ojos que desprendían una intención asesina. Su mente se aclaró al momento y gritó a todo pulmón:—¡Que alguien venga rápido!El hombre, sorprendido por su repentino despertar, intentó cubrirle la boca, pero ya era demasiado tarde. Tras evaluar la situación, optó por huir despavorido hacia la salida.En su prisa, se le cayeron la jeringa y la aguja.Al ver estos objetos en el suelo, Patricia tuvo una revelación repentina y, sin pensarlo dos veces, arrancó la aguja del brazo de Laura.Laura, que acababa de despertar, se quedó perpleja ante su ágil acción.—Patricia, ¿qué sucede?Patricia recogió la jeringa y la aguja del suelo, y volteándose hacia Laura, le explicó:—El hombre que acaba de entrar inyectó algo en tu bolsa de suero. Por precaución, vamos a suspender la infusión y mandar a analizar el contenido.Patricia había presenciado cantidad de situaciones turbias en las familias adineradas desde pequeña. L
Santiago sonrió levemente y se dio la vuelta para marcharse.Patricia lo seguía cuando, de repente, él se detuvo y giró con brusquedad. Ella, que no lo esperaba, casi choca con él. Después de recuperar el equilibrio y tomar aire, alzó altivo la mirada:—¿Tiene algo que decirme, señor Montero?—Estoy investigando a fondo lo ocurrido esta noche. Además, he asignado personal para vigilar a Laura. Si surge cualquier problema, solo griten y habrá quien las ayude —explicó Santiago preocupado y con una sombría expresión. Se sentía aliviado de que Laura estuviera bien. De lo contrario, no se lo habría perdonado.Patricia comprendió todo al instante. Quizás él ya tenía gente protegiendo a Laura desde hace tiempo. Por eso había aparecido tan rápido hoy. Laura se molestaría si se enterara de esto.—Laura se ha ganado tanto amigos como enemigos en estos dos años como abogada. Hay mucha gente que podría querer hacerle daño. Dile que debe mantenerse muy alerta —le advirtió Santiago en voz baja.Ade
"Hola, el número que usted marcó se encuentra apagado..."Al escuchar el mensaje automático en el teléfono, el rostro de Miguel se ensombreció.¿Laura pensaba que con apagar el teléfono él no la encontraría?Momentos después, Miguel se dirigió al vestidor.Luego de cambiarse, tomó su celular y salió apresurado de la habitación.Mario acababa de acostarse cuando recibió la llamada. Resignado, tuvo que de nuevo levantarse, vestirse y salir.Ya en el auto, intentó llamar a Laura.El resultado fue el mismo: el teléfono seguía apagado.Un mal presentimiento comenzó a invadirlo en ese instante.¡Esta noche algo malo iba a pasar!*En la habitación del hospital, Laura acababa de recibir el informe del análisis del suero. Su rostro tenso y su mirada aterradora eran idénticas a las de Miguel.¡Definitivamente eran tal para cual como esposos!Patricia también estaba furiosa, gritando: —¡¿Qué descarada se atrevió a hacer algo tan ruin a sus espaldas?! ¡Qué asqueroso!Laura respiró hondo y murmuró
Al ver su brazo hinchado, Jenny casi se desmaya del susto.¿La había mordido una serpiente? ¡¿Acaso iba a morir?!Jenny, sin atreverse a pensar más, llamó desesperada a Miguel.Una, dos, tres veces...Llamó más de diez veces seguidas.La cabeza comenzaba a darle vueltas.Temiendo quedarse dormida y no despertar jamás, siguió llamando desesperada a Miguel mientras rogaba en silencio: ¡contesta el teléfono por favor!¡Si no contestaba pronto, moriría!Por fin, se escuchó la voz impaciente del hombre: —¿Qué diablos quieres?—Miguel, me golpearon y me abandonaron en medio de la nada. Algo me mordió la mano y tengo todo el brazo hinchado. ¡Ven rápido a rescatarme! —Al final, Jenny sentía la lengua entumecida y apenas podía articular las palabras.Hubo dos segundos de absoluto silencio al otro lado antes de que respondiera con voz grave: —Envíame tu ubicación, voy por ti ahora mismo.Jenny temblorosa le mandó la ubicación por WhatsApp.Después de enviarla, todo se oscureció y su cuerpo se de
En la habitación no había señales de forcejeo: o bien Jenny conocía a sus captores y los siguió de manera voluntaria, o eran profesionales, guardaespaldas quizás, que actuaron con rapidez y eficiencia para someterla.Miguel frunció el ceño profundamente.Mientras tanto, en otra habitación, Patricia no podía quedarse quieta, revisando constante su teléfono.¡¿Por qué no había noticias?!¿Los habrían descubierto?En ese preciso momento sonó su teléfono.Patricia se sobresaltó demasiado y contestó de inmediato.—No encontramos a nadie, te devolveremos el adelanto.—¿Cómo que no la encontraron? ¡Les dije exactamente dónde estaba!—Fuimos a la habitación que indicaste, pero no había nadie, así que nos retiramos.—Ah, está bien —Patricia se extrañó, ¿acaso Jenny había sido dada de alta?Poco después le devolvieron el dinero.Patricia miró sorprendida el depósito en su teléfono, algo pensativa.Había contratado gente para darle una lección a Jenny, pero ni siquiera pudieron encontrarla.¿Qué
El hombre permanecía inmóvil en el umbral a contraluz, haciendo imposible distinguir su expresión, pero se podía sentir el frío que emanaba de su presencia.Laura se quedó paralizada al ver a Miguel aparecer de repente.—Laura, si quieres me puedo quedar yo a hablar con él y tú te vas —susurró Patricia mientras cariñosa le apretaba la mano. —Patricia, mejor vete tú, no te preocupes por mí —respondió Laura con una leve sonrisa.Ella había hecho un trato personal con Miguel para que dejara en paz el estudio de Patricia, y después de haber pagado semejante precio, no iba a permitir que nada amenazara el negocio de su amiga.Patricia lo negó sin soltar su mano. Temía que pudieran lastimar a Laura si la dejaba sola. Al menos estando presente podría ayudar de alguna manera.—Ve rápido al estacionamiento y avísale a Santiago que se vaya, que yo me comunicaré con él después —le susurró Laura al oído. Sabía que con Miguel allí la conversación se alargaría y no quería hacer esperar a Santiago.
—Laura, ¿por qué vomitas otra vez? ¿Estás embarazada? —los profundos ojos negros de Miguel se clavaron justo en el pálido rostro de Laura con intensidad.Laura respiró discretamente para calmar su nerviosismo y respondió con cierta indiferencia: —Hueles a Jenny y, me da náuseas.Aunque no lo hubiera visto, podía adivinar que Miguel había estado con Jenny anoche. Era normal que después de pasar la noche juntos, él llevara su aroma.—¡No estás en posición de criticarme! —se burló Miguel con frialdad.Esta mujer había estado con Santiago anoche, ¿con qué cara lo juzgaba?—Miguel, ¿a qué viniste exactamente? Mejor dilo directamente, resolvamos esto de una vez por todas y me voy a trabajar, tengo una audiencia ahorita en la mañana —Laura cambió de tema intencionalmente, temiendo que la conversación revelara su embarazo.Miguel apretó con fuerza los labios: —¿Por qué estás hospitalizada?Anoche había dicho que no le dolía el vientre.—Fuiste muy brusco y me lastimaste con severidad. Como el