La duda se apodera de mí, porque incluso para sus padres diferenciar a los gemelos es complicado. Por lo que, miro detalladamente la ropa que hay a nuestro alrededor y sonrío al ver que si es Noah.
— Tonto, por poco creo tu broma, no seas así, Noah. Por poco me da un infarto. — ¿Te molesta si no es una broma? — pregunta Noah mostrándome esos hoyuelos de la perdición. — Claro que va a molestarme, soy tu novia, es lógico que no esté así con mi cuñado. — Entonces, ¿Por qué no estuviste así conmigo antes? ¿Acaso no te excitaba antes? Solo cuando me pregunta eso, es que recuerdo que el dolor que siento en mi entrada, es debido a su polla. Una que no había sentido hasta ahora aunque tenemos un año de relación. — Sabes porque no lo hacía. — Refréscame la memoria, mientras entro en lo más profundo de ti. — dice Noah causando cosquillas en mi cuello, por su aliento golpeando esa piel que por su culpa ahora está sensible. — ¿Qué te pasa, Noah? Siempre has respetado lo que pienso y no haces este tipo de bromas. — digo y él besa mi cuello, lanzando una descarga eléctrica que me hace gemir aunque intenté no hacerlo. — ¿Qué te pasa, Marcela? Nunca habías gemido cuando te daba un beso. — Dice Noah y yo me ruborizo sabiendo que lo que dice es verdad. ‘¿Qué te sucede, Marcela? No has bebido alcohol para culparlo’ me digo mentalmente. Mientras peleo con mi mente por lo que estoy haciendo y no es correcto, Noah entra de un solo movimiento tan profundo en mí que gimo y grito mientras mi cuerpo cae sobre la pared. Es entonces que me doy cuenta de que no estoy sobre la cama, si no que, estoy encima de un escritorio donde varias consolas se caen cuando mi cuerpo se estremeció por la penetración que no creí posible. Lagrimas caen por mis mejillas, ante el dolor que siento, pero, la invasión y como esa parte de mi cuerpo palpita tanto hace que no me sienta tan molesta por lo que mi novio hizo aprovechándose de ese momento de distracción. — ¡¿Qué rayos…?! Antes de poder hablar, sus labios se apoderan de los míos con tanta pasión que es imposible para mí poder alejarlo, él, se mueve lentamente para salir de mí y mi respiración se corta cuando vuelve a invadirme con tanta fuerza que yo me aferro a mis brazos mientras llamo un nombre que no es. — ¡Nick! — digo en un gemido y eso hace que él se descontrole, atacándome con tanta fuerza que todo a mi alrededor se cae mientras yo intento aferrarme a algo que me impida perder la razón. — Eso, nena, llámame, poque soy yo, Nick, Tu único dueño, cuñada. — dice él y yo intento cubrir mi boca y no gemir, pero, sus ataques son tan salvajes que debo detenerlo primero antes de perder la razón. — Más despacio, por favor, duele. — susurro sin saber cómo fue posible para mí equivocarme tanto y justamente con mi cuñado, el promiscuo. Lágrimas caen por mis mejillas sabiendo que no hay manera de que esto sea un sueño, porque si lo fuera, no sintiera tanto dolor y placer ni mucho menos, me mojaría por algo que no es orina. El hombre que me agarra de la cintura para chocar con fuerza contra mi cuerpo, suda tanto que puedo ver como su camisa se torna traslucida por el sudor, entonces, es ahí donde veo los tatuajes que cubren su pecho, hombro y brazo derecho hasta su codo. No hay dudas, es Nick. ¡Mi cuñado Nick! Por eso, lo abofeteo aturdiéndolo tanto que puedo alejarlo y que así saliera de mí. El enojo, me recorre a tal punto que comienzo a golpearlo desde mi lugar, porque mis piernas no responden. — ¡Eres un maldito desgraciado! — grito y él de inmediato me muestra la sonrisa burlona. — Ya te había dicho quién era, no es mi culpa que no me creas. — dice Nick mientras yo maldigo por no haberlo diferenciado mucho antes. La habitación está oscura, pero, esa oscuridad rápidamente cambia por una luz que me revela lo peor: estoy en la habitación de Nick. El hombre que se supone que debo respetar, está frente a mí, con su cabello desordenado, sus pantalones hasta la mirada de sus muslos, su polla húmeda por mi líquido y su camisa blanca pegada a su cuerpo casi traslucida por el sudor. Si soy honesta conmigo, la vista es hermosa, pero, no puedo disfrutar algo así, cuando es mi cuñado quien está frente a mí y no mi novio. — ¡Nick! ¡¿Has visto a Marcela?! — grita Noah golpeando la puerta de la habitación de su hermano. Las lágrimas caen por mis mejillas, al comprender que el hombre que vi follando hace poco era mi novio y no mi cuñado y que quien me acababa de quitar la virginidad era exactamente Nick y no Noah. — ¿Para que la buscas? Yo te vi follando increíblemente con mi novia — dice Nick y yo comprendo lo que ha hecho. Se ha vengado. Su hermano tomó a su novia y él tomó la suya, entonces, yo fui la usada por su retorcida mente. — No molestes, estuvo buena pero, no como tus otras novias. — dice Noah y yo cubro mi boca para no gimotear por el llanto que se intensifica. — Si Marcela se entera que yo soy quien atrae las presas, pero, tú eres quien se las come, se moriría. Mi pecho duele, al comprender que he quedado en manos de unos gemelos, entonces, el deseo de tomar mi ropa y marcharme, es más grande que la falta de fuerzas en mis piernas y es por eso que me bajo de donde me encuentro para tomar mi ropa completamente arruinada. Como lo esperaba, caigo de rodillas y eso hace que me gire al saber que mi trasero ha quedado expuesto a uno de los retorcidos gemelos, por eso, apenas me giro, veo la mirada de deseo, su polla más dura y su sonrisa que parece una burla para mí. — Daría todo lo que tengo por tener esa hermosa vista todos los días de mi vida. — susurra Nick — Deja de decir tonterías y dime si la has visto. — dice Noah, recordándome que no estamos solos. — Entra y te lo diré. — dice Nick y yo entro en pánico cuando el pomo de la puerta se mueve, entonces, todo se vuelve negro para mí.Mi mente es un caos, no sé dónde me encuentro, pero, si sé que estoy atormentada por todo lo que descubrí antes de desmayarme, sin embargo, por mucho que lo piense, Ninguna solución donde no termine hecha pedazos se me ocurre.Así que, una luz aparece en medio de mi oscuridad y yo despierto en la misma habitación donde me desmayé, sin tener aun una solución al problema en el que ciegamente caminé como si supiera como lidiar con algo así.— Ha desertado mi dulce cuñada, ¿Qué tal estuvo tu sueño? — pregunta Nick frente a mí con un pantalón de pijama sin ropa interior, porque puedo ver perfectamente su cada vena en su polla.El pecho desnudo y sudado, me dice que no ha estado mucho tiempo sentado en la silla frente a mí, pero, aunque sea un segundo el que haya estado así, me siento malditamente mal.De inmediato, miro debajo de las sábanas y noto que además de estar limpia, tengo una camisa de Nick como ropa. Algo que lógicamente no tenía y a juzgar por lo atrevido que son los gemelos, é
Despierto en una habitación completamente extraña. Pero, afortunadamente, tengo mi ropa que usaría para las grabaciones, por lo que, nadie ha intentado abusar de mí. No obstante, no me dice que estoy fuera de peligro.Porque la brisa con olor a mar, me dice que no estoy cerca de donde me encontraba y eso lo confirmo al verme rodeada de mar. De inmediato, camino hacia la puerta que para mí fortuna, esta sin seguro.Al salir, nada me resulta conocido y aunque abro todas las puertas cerca, no encuentro un solo rastro de quien puede estar detrás de esto, ni mucho menos, donde me encuentro, causando que me sienta presa del pánico.— ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? — pregunto llena de temor.— Deberías ser cuidadosa cuando llamas por ayuda en un lugar desconocido, Marcela. Porque cuando pides ayuda no sabes si quien viene es para ayudarte o para causarte más dolor. — dice una figura que por la luz en su contra, solo puedo ver su silueta oscura.— ¿Quién eres? — pregunto preocupada.— ¿No me conoc
Tranquila, espero el dolor o al menos el impacto de la bala, pero, eso no pasa. Solo puedo sentir el frío del material del arma, pegada a mi cabeza, como si nuca hubiese apretado el gatillo para morir.Por eso, abro lentamente los ojos intentando comprender que es lo que sucede y lo que encuentro es a un hombre ligeramente sorprendido, que sonríe como si mi decisión también le causara risa.— Vaya, no lo pensaste dos veces, nada mal para alguien que nunca ha disparado.— He tenido escenas donde he disparado, Nick.— Eso no se compara a disparar, porque no lastimas a alguien, solo es un teatro mal montado, pero, ahora, todo es diferente. — dice Nick levantándose de su silla para intentar quitarme el arma.— ¡Apártate ahora mismo, Nick! ¡Ya tomé una decisión!— En realidad, estoy ayudándote a decidir. — dice él quitándome el arma.— ¿Qué?— Tiene el seguro, pero, ya se lo he quitado, así que, vuelve a intentarlo. — dice Nick entregándome el arma.Trago duro y esta vez, cuando tomo el ar
¿En qué momento dejé de tener opción? Podría decir que fue cuando me dijo sobre ser su esposa, pero, la realidad es que es mucho antes. No fue cuando lo confundí con Noah y dejé que entrara en mí, tampoco fue cuando me besaba con Noah o planeábamos un futuro juntos.Así que, regreso al pasado y confirmo que tampoco fue cuando acepté ser la novia de Noah, porque si los dos se comparten todo y él no me quiso compartir, es porque desde antes de ser novios, ya tenía todo planeado y solo fui el pájaro que siguió el rastro de pan sin darme cuenta de que me llevaban a una jaula.— ¿Por qué me hacen esto? Yo no tengo algo que darles, no soy mafiosa o lo que sea que ustedes sean, tampoco tengo familia o amigos. Debuté como actriz porque en la biblioteca de la universidad hicieron unas cuantas tomas donde yo me veía de fondo y los internautas preguntaron por mí.— Lo sé.— No tengo riquezas, tampoco sé quiénes de mis familiares quedan y si hablamos de belleza, hay muchas mujeres más hermosas qu
Mi cuerpo se siente como si hubiese corrido una maratón de la que claramente no estoy listo. Por eso, gimoteo mientras alguien golpea levemente mi rostro llamando mi nombre, implorando que me despierte.—Marcela, despierta, por favor.—No va a despertar así, quizás si le doy un beso como en los cuentos. — dice alguien.—Inténtalo y entonces, serás el príncipe con un tiro en la cabeza. — responde alguien más.—Ella es mía, hermano. Por mucho que te enojes me elegirá Noah.Me quejo porque mi cabeza amenaza con explotar, mientras ellos discuten tonterías que a mi parecer, no son lógicas. Al parecer, se dan cuenta sobre lo que estoy haciendo, porque siento varias manos cargándome a no sé qué lugar.—¡Aleja tu mano de mi mujer!—Es mi mujer, Noah.—Deja de decir tonterías.—Dejen de pelear. — digo molesta con mi voz áspera y mis ganas inmensas de golpearlos a ambos.—¡Marcela! — gritan al unísono y yo quiero tener un poder para pegarles.Todo es demasiado para mí en est
Nunca había visto a los gemelos Thompson pelear, pero, no sería lo primero que apenas veo de ellos. Ya que, parece que saben esconder perfectamente todo lo que sin duda, ayudaría a uno a saber que son realmente.Noah, se lanza sobre su hermano y este lo que hace es inmovilizarlo, mientras se burla porque la fuerza de los dos es tan similar que no hay manera de que pueda detenerlos por mucho que quiera.Los golpes comienzan a escucharse con tanta fuerza, que puedo escuchar como algo cruje cuando uno de ellos golpea a su hermano. Sin saber que hacer miro a mi alrededor, pero, como se esperaba, no hay manera de que pueda usar algo para separarlos.— ¡Deténganse! — grito desesperada, mientras intento levantarme, pero, mi cuerpo duele y yo me quejo.De inmediato, todo queda en silencio, mientras yo observo que parte del cuerpo duele, entonces, noto que tengo un corte a un lado de mi torso que no sé en qué momento me lo hice.— ¡Marcela! — gritan los dos al ver como la sangre sale del corte
El rostro de Noah cambia a uno completamente serio, por lo que, intento alejarme de él, pero, no soy tan rápida como él para poder huir de él. Por eso, termino sobre sus piernas mientras sus brazos me abrazan con fuerza. — Oh, no, querida. No voy a permitir que me dejes. — dice Noah mientras un ruido fuerte se escucha anunciando que la lluvia será más fuerte de lo que ya es.— Y yo no permitiré que sigamos juntos, hemos terminado Noah.— Para terminar necesitamos estar de acuerdo los dos, así como estuvimos de acuerdo con empezar una relación.— Una relación a base de engaños.— No fueron engaños, solo omití mis verdaderas intenciones.— ¡Me fuiste infiel, Noah! — grito golpeándolo en el pecho, pero, me detengo al sentir como la herida duele.Noah, me deja de inmediato en el mueble y se marcha sin decir una sola palabra. Molesta e indignada por todo lo que está sucediéndome, comienzo a llorar deseando despertar pronto de esta pesadilla.‘No me importa si al despertar no soy la novia
Sonrío, porque no sé si Noah es descarado, atrevido, idiota o una mezcla de todo eso con otras cosas más. Pero, lo que logro es que ellos celebren quizás pensando que he aceptado algo que ni en mi momento de mayor cordura aceptaría.— Me alegra que comprendas que debemos permanecer juntos…— No he dicho que sí — digo interrumpiendo a Noah— Pero, estabas sonriendo.— Sonreí por la locura que mencionaste porque yo no me he casado con Nick ni soy tu novia, Noah. — digo con seriedad.La sonrisa de Noah cuando aclaré la tontería que dijo Nick desaparece cuando también aclaro mi relación con él.— Entonces has mentido.— No del todo, porque en realidad, me estoy anticipando a mi futuro. Porque Marcela será mi esposa.— Sigue soñando. — dice Noah y yo me levanto, causando que vuelva a lastimarme.— Mejor vamos a curar esta herida.— ¿No hay alguien más que pueda hacerlo?— Solo somos nosotros tres en esta casa, Marcela. Es mi escondite, por lo que, no dejo que nadie conozca su ubicación aun