Despierto en una habitación completamente extraña. Pero, afortunadamente, tengo mi ropa que usaría para las grabaciones, por lo que, nadie ha intentado abusar de mí. No obstante, no me dice que estoy fuera de peligro.
Porque la brisa con olor a mar, me dice que no estoy cerca de donde me encontraba y eso lo confirmo al verme rodeada de mar. De inmediato, camino hacia la puerta que para mí fortuna, esta sin seguro. Al salir, nada me resulta conocido y aunque abro todas las puertas cerca, no encuentro un solo rastro de quien puede estar detrás de esto, ni mucho menos, donde me encuentro, causando que me sienta presa del pánico. — ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? — pregunto llena de temor. — Deberías ser cuidadosa cuando llamas por ayuda en un lugar desconocido, Marcela. Porque cuando pides ayuda no sabes si quien viene es para ayudarte o para causarte más dolor. — dice una figura que por la luz en su contra, solo puedo ver su silueta oscura. — ¿Quién eres? — pregunto preocupada. — ¿No me conoces, cariño? Soy el único hombre que ha entrado en tu interior. — dice él sonriéndome. Retrocedo de inmediato, viendo como en cada parte de su cintura hay una pistola. Se nota que es alguien peligroso y no precisamente por jugar conmigo con su hermano gemelo, si no, algo mucho más peligroso. — ¿Quiénes son ustedes, Nick? — No sabes cuanto disfruto que puedas reconocerme, querida. — dice Nick. — ¿A dónde me has traído? — pregunto seria. — Pensé que me dirías porque ya no me veo como el lujurioso actor que juega con varias chicas a la vez y ahora estoy armado. Pero, si quieres saber primero donde estás, te lo diré: estas en el faro Klessfleir. — Hablo en serio. — Yo también, Marcela. Estas en mi guarida, así que, te recomiendo que seas una buena chica, porque la guerra se ha desatado y ahora los Thompson debemos atacar sin mostrar debilidad. Intento procesar lo que me está diciendo, pero, lo que dice lo entiendo porque es en el mismo idioma que hablo, pero, no logro comprender lo que significa. — ¿Qué hago aquí? — Lo he dicho, no puedo mostrar mi debilidad cuando el enemigo quiere destruirme. — ¿Yo soy tu debilidad? — pregunto incrédula. — La de ambos. — ¿Ambos? — La de Noah y la mía, Marcela. — dice Nick y yo me comienzo a reír, porque es ilógico que me diga algo así. No puedo evitar reírme por los euros, uno de los locos Thompson acaba de decir. Porque es ilógico que una de las mujeres con las que ha jugado, sea su debilidad. — ¿Por qué te ríes? Estoy hablando en serio. — Sí, como no. — Te hablo en serio. Eres nuestra debilidad. — Se nota, porque sé la han pasado jugando conmigo por más de un año. — Es por eso que eres nuestra debilidad, porque nosotros jugamos con las chicas por un mes como máximo, como tampoco anunciamos que tenemos pareja, como si lo hizo Noah. — Entonces, ¿Debería agradecerles por jugar conmigo por más tiempo? — pregunto y Nick suspira profundo. Con cada paso que da, es más evidente que es el peligro del que debo huir, porque aunque el lugar sea totalmente desconocido, solo lo que conozco es lo que más emana peligro y ese es Nick. Por eso, corro sin saber hacia dónde huir, porque por mucho que tome las escaleras y huya, no hay manera de que pueda saber exactamente hacia donde me dirijo. — Marcela, por mucho que corras, no podrás marcharte a menos que tengas un barco. Ha estado lloviendo mucho, por lo que, el mar es un peligro y por eso, no es posible que puedas marcharte sin morir en el proceso. — ¿Qué te hace pensar que quedarme me salvará la vida? — Porque solo estamos tú y yo aquí, y yo no estoy interesado en causarte daño. — ¡Lo hiciste, Nick! ¡Me follaste haciéndome pensar que eras Noah! — Deberías ser honesta contigo misma, Marcela, porque sé perfectamente que solo le hiciste una mamada a mi hermano porque insistías que no estabas lista, pero, conmigo fue diferente. Eso es verdad, no lo pensé por un segundo y permití que hiciera conmigo lo que quisiera, cuando antes no había sido así y lo peor, es que no puedo culpar al alcohol porque no estaba bebiendo. — Me deseas, porque aunque tu mente no sepa diferenciarnos, tu cuerpo solo cede ante mí, ante Nick Thompson. — ¿Qué quieren de mí? Ya jugaron conmigo, así que, es momento que se detengan. — digo llorando mientras subo las escaleras, pero, apenas giro, él me abraza y cargándome como si nada, regresa conmigo. — Te lo diré pronto. — ¡Bájame! — grito golpeando su espalda, pero, él solo me baja cuando entramos a una especie de estudio donde en vez de libros, hay muchas fotografías y dinero. — Ahora te diré lo que quiero, Marcela. Pero, antes te diré quién soy: mi nombre es Nick Thompson y con mi hermano Noah, tenemos el título de príncipes de la mafia. Hace pocas horas, han secuestrado a mi padre para que cedamos el control de nuestro negocio, pero, no vamos a ceder y por eso, te he traído aquí. — ¿Qué clase de broma me estás diciendo? — No es broma, Marcela. Mi familia es la líder de la mafia y por eso, nos están buscando para matarnos por no querer ceder el control. Ahora que sabes quién soy, te diré que quiero de ti: cásate conmigo o muere ahora mismo. — dice Nick, sacando una de sus armas que carga encima, para colocarla a un lado de un documento. Aturdida, me acerco a su escritorio y noto que el documento sobre este, es un acta de matrimonio que tiene ya la firma de Nick, a su lado, está el arma y del otro, hay un bolígrafo. — Dicen que un lápiz es más poderosa que un arma, así que, tómalo y dime que serás poderosa sin importar la decisión que tomes. — Entonces, me estás diciendo que si no firmó el acta que me convierte en tu esposa, debo morir, ¿verdad? — Sí. Es justamente eso lo que quiero decirte. Sin dudarlo un poco, tomo el arma y me disparo en la frente. ‘Ni estando muerta me casaría con él.’ Digo decidida.Tranquila, espero el dolor o al menos el impacto de la bala, pero, eso no pasa. Solo puedo sentir el frío del material del arma, pegada a mi cabeza, como si nuca hubiese apretado el gatillo para morir.Por eso, abro lentamente los ojos intentando comprender que es lo que sucede y lo que encuentro es a un hombre ligeramente sorprendido, que sonríe como si mi decisión también le causara risa.— Vaya, no lo pensaste dos veces, nada mal para alguien que nunca ha disparado.— He tenido escenas donde he disparado, Nick.— Eso no se compara a disparar, porque no lastimas a alguien, solo es un teatro mal montado, pero, ahora, todo es diferente. — dice Nick levantándose de su silla para intentar quitarme el arma.— ¡Apártate ahora mismo, Nick! ¡Ya tomé una decisión!— En realidad, estoy ayudándote a decidir. — dice él quitándome el arma.— ¿Qué?— Tiene el seguro, pero, ya se lo he quitado, así que, vuelve a intentarlo. — dice Nick entregándome el arma.Trago duro y esta vez, cuando tomo el ar
¿En qué momento dejé de tener opción? Podría decir que fue cuando me dijo sobre ser su esposa, pero, la realidad es que es mucho antes. No fue cuando lo confundí con Noah y dejé que entrara en mí, tampoco fue cuando me besaba con Noah o planeábamos un futuro juntos.Así que, regreso al pasado y confirmo que tampoco fue cuando acepté ser la novia de Noah, porque si los dos se comparten todo y él no me quiso compartir, es porque desde antes de ser novios, ya tenía todo planeado y solo fui el pájaro que siguió el rastro de pan sin darme cuenta de que me llevaban a una jaula.— ¿Por qué me hacen esto? Yo no tengo algo que darles, no soy mafiosa o lo que sea que ustedes sean, tampoco tengo familia o amigos. Debuté como actriz porque en la biblioteca de la universidad hicieron unas cuantas tomas donde yo me veía de fondo y los internautas preguntaron por mí.— Lo sé.— No tengo riquezas, tampoco sé quiénes de mis familiares quedan y si hablamos de belleza, hay muchas mujeres más hermosas qu
Mi cuerpo se siente como si hubiese corrido una maratón de la que claramente no estoy listo. Por eso, gimoteo mientras alguien golpea levemente mi rostro llamando mi nombre, implorando que me despierte.—Marcela, despierta, por favor.—No va a despertar así, quizás si le doy un beso como en los cuentos. — dice alguien.—Inténtalo y entonces, serás el príncipe con un tiro en la cabeza. — responde alguien más.—Ella es mía, hermano. Por mucho que te enojes me elegirá Noah.Me quejo porque mi cabeza amenaza con explotar, mientras ellos discuten tonterías que a mi parecer, no son lógicas. Al parecer, se dan cuenta sobre lo que estoy haciendo, porque siento varias manos cargándome a no sé qué lugar.—¡Aleja tu mano de mi mujer!—Es mi mujer, Noah.—Deja de decir tonterías.—Dejen de pelear. — digo molesta con mi voz áspera y mis ganas inmensas de golpearlos a ambos.—¡Marcela! — gritan al unísono y yo quiero tener un poder para pegarles.Todo es demasiado para mí en est
Nunca había visto a los gemelos Thompson pelear, pero, no sería lo primero que apenas veo de ellos. Ya que, parece que saben esconder perfectamente todo lo que sin duda, ayudaría a uno a saber que son realmente.Noah, se lanza sobre su hermano y este lo que hace es inmovilizarlo, mientras se burla porque la fuerza de los dos es tan similar que no hay manera de que pueda detenerlos por mucho que quiera.Los golpes comienzan a escucharse con tanta fuerza, que puedo escuchar como algo cruje cuando uno de ellos golpea a su hermano. Sin saber que hacer miro a mi alrededor, pero, como se esperaba, no hay manera de que pueda usar algo para separarlos.— ¡Deténganse! — grito desesperada, mientras intento levantarme, pero, mi cuerpo duele y yo me quejo.De inmediato, todo queda en silencio, mientras yo observo que parte del cuerpo duele, entonces, noto que tengo un corte a un lado de mi torso que no sé en qué momento me lo hice.— ¡Marcela! — gritan los dos al ver como la sangre sale del corte
El rostro de Noah cambia a uno completamente serio, por lo que, intento alejarme de él, pero, no soy tan rápida como él para poder huir de él. Por eso, termino sobre sus piernas mientras sus brazos me abrazan con fuerza. — Oh, no, querida. No voy a permitir que me dejes. — dice Noah mientras un ruido fuerte se escucha anunciando que la lluvia será más fuerte de lo que ya es.— Y yo no permitiré que sigamos juntos, hemos terminado Noah.— Para terminar necesitamos estar de acuerdo los dos, así como estuvimos de acuerdo con empezar una relación.— Una relación a base de engaños.— No fueron engaños, solo omití mis verdaderas intenciones.— ¡Me fuiste infiel, Noah! — grito golpeándolo en el pecho, pero, me detengo al sentir como la herida duele.Noah, me deja de inmediato en el mueble y se marcha sin decir una sola palabra. Molesta e indignada por todo lo que está sucediéndome, comienzo a llorar deseando despertar pronto de esta pesadilla.‘No me importa si al despertar no soy la novia
Sonrío, porque no sé si Noah es descarado, atrevido, idiota o una mezcla de todo eso con otras cosas más. Pero, lo que logro es que ellos celebren quizás pensando que he aceptado algo que ni en mi momento de mayor cordura aceptaría.— Me alegra que comprendas que debemos permanecer juntos…— No he dicho que sí — digo interrumpiendo a Noah— Pero, estabas sonriendo.— Sonreí por la locura que mencionaste porque yo no me he casado con Nick ni soy tu novia, Noah. — digo con seriedad.La sonrisa de Noah cuando aclaré la tontería que dijo Nick desaparece cuando también aclaro mi relación con él.— Entonces has mentido.— No del todo, porque en realidad, me estoy anticipando a mi futuro. Porque Marcela será mi esposa.— Sigue soñando. — dice Noah y yo me levanto, causando que vuelva a lastimarme.— Mejor vamos a curar esta herida.— ¿No hay alguien más que pueda hacerlo?— Solo somos nosotros tres en esta casa, Marcela. Es mi escondite, por lo que, no dejo que nadie conozca su ubicación aun
No bromeaba, de eso no hay duda, porque su mirada cargada de mucho deseo y la forma en que recorre mi cuerpo, me da a entender que está pensando en esa imagen que acaba de mencionar.—¡Detente, pervertido! — digo cubriendo mis pechos y mi intimidad con mi mano y brazos.—¿Por qué tanto decoro, Marcela? Ya te he visto todo y te juro, que puedo dibujarte de nuevo solo para pensar en cómo podría tenerte mientras te…—Sigue así, Nick y entonces, me darás motivos para escoger a Noah.—Inténtalo y entonces, lo mataré. Así solo seremos tú y yo.—¿Qué crees que pienso de ti si hace un segundo dijiste que me compartirías con tu hermano y ahora dices que lo matarás si lo escojo?Nick, se acerca a mí y yo retrocedo golpeando mi cabeza y trasero, con la pared que me impide distanciarme más de Nick.—Porque una cosa es aceptar que te folle porque quiero complacerte completamente y otra que lo escojas a él. Puedo darle sobras de lo que desees, pero, no dejaré que te tenga. Así que, dil
‘¿Qué castigo estaré pagando yo para tener la atención de estos gemelos completamente desquiciados?’ me pregunto mentalmente mientras veo como ellos hablan entre sí susurrándose.—¿Van a hacer su fiesta de té en la puerta de la habitación de alguien más? — pregunto curiosa.—En realidad, estábamos discutiendo ciertas cosas…—Lo bueno de todo esto es que mi padre ha sido secuestrado.—Y que las manos de Marcela son pequeñas, para nalguear fuerte.‘¿Cuándo podré coincidir con sus pensamientos? ¿Acaso no pueden pensar como los demás?’ me pregunto mentalmente.—Chicos, ¿realmente escucharon lo que les dije?—Sí, lo escuchamos perfectamente, por eso, estamos mirando las ventajas de todo esto. —Creí que se molestarían porque mencioné a su padre.—Si quieres ser mi madrastra, podemos hacer un juego de roles y…—Por Dios, no puedo seguir hablando con ustedes. Así que, mejor vayan a pelear, besarse o lo que deseen, pero, lejos de aquí. — digo con seriedad.No se molestan p