Lilia.La sensación dulce que me dejaron los labios de Chris, me derritió tanto que casi me dejé caer. Él me sostuvo de la cintura.¿Qué es lo que hice? ¿Por qué me dejé llevar así?No...¿Estaba mal disfrutar?Su lengua encontró la mía, y debido al asombro que sentí, abrí los ojos un poco. No entendía cómo una parte del cuerpo podía activar miles de cosquillas placenteras que me hacían suspirar.La pasión que emanaba de su boca me dejó sin aliento, así que tuve que separarme y lo miré con deseo. Estaba desesperada por ir más allá con Chris, ¿qué era lo que tenía él que me atraía tanto? ¿O le había puesto una poción de amor a la comida?No, eso sonó muy fantasioso.—No pienso detenerme, Lilia —sentenció, lamiéndose el labio inferior.Yo estaba tan nerviosa por tantos sentimientos encontrados, que mis labios temblaron al responderle:—C-Chris, esto...Él agarró mi brazo sin presión.—¿Te arrepientes? Dime, ¿por qué me dijiste lo de antes? ¿Sientes algo por mí o no? —interrogó, con las
Lilia.Chris empezó quitando mi camisa con lentitud, ninguno estaba apurado. Ambos nos habíamos acostado en la cama y yo no dejaba de sentirme ansiosa.No podía creer que iba a hacerlo con el hombre que me secuestró, ¿me había vuelto loca? Seguramente iría al infierno después de eso...—No dudes en decirme si quieres que me detenga, ¿sí? —habló, besando mi cuello—. Lo menos que pretendo es hacerte daño.—C-Chris, estamos en un momento tan íntimo que hablar no es necesario.Él rio.Su boca sobre mi piel me volvía loca. Necesitaba que fuera un poco más agresivo, no lo sé... Agh, cerré mis ojos para disfrutar de lo que él me hacía.Un momento, ¿yo no tendría que excitarlo a él también?Mis ojos viajaron hasta su entrepierna ya que Chris estaba acostado a mi lado, apoyándose un poco sobre mí. Su miembro estaba cubierto con el pantalón y una correa que lo rodeaba.—¿Qué tanto miras ahí abajo?Maldición, se dio cuenta.—Nunca he visto uno.—¿Un pene?Mis mejillas ardieron porque lo dijo sin
Chris.Desperté y Lilia estaba apoyando su cabeza sobre mi brazo entumecido. Mis ojos se sentían pesados, ¿qué hora era?La moví con cuidado para no despertarla, pero fue en vano porque ella abrió los ojos con pereza.—¿Mmh?—No quería despertarte, puedes seguir durmiendo —Acaricié su cabello.—No te vayas —Me rodeó con su brazo, molesta.Tenía que admitir que se veía adorable. Desde que Lilia llegó a la mansión, mis sonrisas eran cada vez más frecuentes.Sin ella, todo estaba oscuro y sin colores. Lilia era la luz en mi vida, esa que me daba motivos para seguir adelante con tal de verla reír. —Shh, no me iré, no me iré —La abracé más fuerte.—¿Qué se supone que somos ahora? ¿O solo me usaste? —interrogó, frunciendo el ceño.—¿Qué dices? —Negué—. Yo nunca te usaría, Lilia. Me importas lo suficiente para ir en serio contigo.—¿Entonces?—Eres mi prometida, ¿se te olvida? —dije, con obviedad.Ella parpadeó varias veces, recordándolo.—Lo había olvidado.—Tengo que reunirme con Deus hoy
Ethan.Estaba cenando tranquilamente junto a mis padres, el silencio era un tanto incómodo porque ya le había exigido a mi padre que no buscara a otra mujer para mí, que me dejara escoger esta vez.No quería cometer el mismo error y perderla para siempre...—¿Aún nada? —cuestionó el castaño, mirándome.Alcé una ceja, ya sabía a lo que se refería, me hice el tonto.—¿Nada?—Tu padre se refiere a tu vida amorosa, Ethan... Nos preocupas —Mamá me vio con aflicción.Las arrugas en su frente se marcaron y yo tuve que suspirar porque extrañaba cuando la pasábamos bien en familia, sin presiones.Dejé los cubiertos de lado.—Necesito un poco más de tiempo, no puedo encontrar al amor de mi vida de la noche a la mañana —confesé, apretando los labios.—No te obligaré, Ethan. No importa si es una chica de una familia pobre o importante, lo que me interesa es centrar la atención de la sociedad en ti de manera que impresiones —explicó papá, haciendo un movimiento extraño con su mano—. Después de lo
Lilia.Explorar la mansión se había vuelto mi pasatiempo favorito porque los lugares inexplorados no se acababan. En un punto llegué hasta la cocina, donde me jalé de los cabellos con una mujer que molestaba a Samira, y le dejé en claro que si lo seguía haciendo, haría que la despidieran.Me sentía una diosa en ese lugar porque después de ese evento, me veían con terror en sus ojos. Aunque terminé recibiendo un regaño por parte de Chris por meterme en una pelea.Iba caminando por un pasillo largo, estaba segura que me perdería... Al cruzar una esquina, choqué con un pecho duro y una figura que duplicaba mi tamaño.—Discúlpame, ¿estás bien?Era un hombre de cabello negro y piel morena. Tragué saliva porque su fornido cuerpo logró intimidarme. Una de sus manos fácilmente era del tamaño de mi cabeza.—M-mi error...—¿Eres nueva? Puedo guiarte. Por tu aspecto, parece que te asignaron como sirvienta —murmuró, con una mano en el mentón.Me ofendió.—¿Cómo que por mi aspecto? ¿Qué clase de r
Chris.Estaba de camino a la habitación de Lilia, le había dicho que iba después porque fui a recoger un ramo enorme de rosas solo para ella.—¿Crees que sea exagerado? —le pregunté a Deus.—Mi hermanito está completamente enamorado —se burló, caminando junto a mí—. Espero que no te moleste mi compañía, me agradaría ver su reacción.—Sigues siendo igual de entrometido en mi vida que cuando recién me adoptó Charles —Negué, acomodando una rosa.¿Le gustaría? ¿Qué pensaría de mí luego de regalarle flores? Jamás imaginé que haría algo cursi como eso, pero se trataba de ella... Hacerla feliz era mi prioridad.Me dolería tanto verla deprimida, así que me esforzaría al máximo para que eso no sucediera.—Jamás olvidaré ese día —Sus ojos oscuros se iluminaron—. No sabes cuánto me emocioné al verte, y más cuando Charles me dijo que te tratara como a un hermano menor.Deus me rodeó con su brazo y despeinó mi cabello con diversión, yo tuve cuidado de que el ramo no se dañara, era más grande que m
Lilia.Íbamos en el auto de Chris hacia la ciudad vecina, en donde yo había nacido y me crie toda mi vida. Miraba por la ventana, viendo cómo se hacía de noche.Me preocupaba el estado de mi padre, y lamentaba no haber estado presente para él en un momento difícil como ese. ¿Qué me diría?—Evita hablar con tu madre —comentó, de repente.Fruncí el ceño.—¿Por qué?—Haré lo que pueda para que te cueles en la habitación de Jax, solo te pido que no intentes ir a la sala de espera porque seguramente tu madre y demás conocidos estarán ahí —explicó, viendo la carretera.Chris estaba serio al manejar, ¿le preocupaba que pudiera traicionarlo? Ya habíamos compartido tantos momentos juntos, que no me veía lejos de él.Me hizo sentir mariposas en los dos meses que llevaba junto a él, cosa que Ethan no hizo.Puse mi mano sobre la suya, en apoyo.—No van a reconocerme.—Es tu madre, Lilia... Ella sabrá que eres tú aunque tengas un corte distinto. Y tu padre igual —resopló, se escuchaba ansioso—. N
Lilia.Me acerqué hasta quedar de rodillas y apoyar mis brazos sobre la camilla, llorando desconsolada porque papá estaba vivo.Una máquina detectaba su pulso, y estaba estable, por lo que me sentí agradecida con el universo.—G-gracias a Dios —balbuceé, con el moco flojo.Él como pudo levantó su mano izquierda y me acarició la cabeza con nostalgia.—Sabía que vendrías a verme... —habló, con una sonrisa a penas notoria—. ¿Cómo has estado?La expresión inocente en mi padre me rompió el corazón por haberlo dejado atrás. Yo no quise... Fue en contra de mi voluntad, pero no iba a poner el secreto de Chris en peligro.Tenía que tragarme todo eso si quería mantener a salvo a mis padres.—¿Cómo supiste que era yo? —Me quité el tapabocas.Sequé las lágrimas.—Soy tu padre, ¿de verdad pensaste en ocultarte de mí? —rio con dificultad—. Cuéntame, ¿estás comiendo bien? ¿Tienes dinero suficiente?Me tragué el nudo que se formó en mi garganta porque mi padre no parecía estar enojado conmigo como pe