Lilia.—¿Cómo que Boulevard? —Fruncí el ceño.Chris estaba jugando con sus dedos porque me quería llevar al cine a ver Boulevard. Parecía un niño pidiendo su dulce favorito.—Por favor, Lilia... No pensé que habías leído ese libro —Hizo un puchero infantil.Rodé los ojos.—Fue bastante malo el final, digo, pudieron haber acabado con el protagonista de otra manera —bufé, negando con la cabeza—. Pero ya que insistes y eres el que pagará todo, acepto. Necesito salir de aquí.Chris se lanzó sobre mí y terminé acostada boca arriba en la cama. Él me estaba abrazando como si le hubiera dado permiso para ir a una fiesta en su adolescencia.Parpadeé varias veces.—¡No sabes cuánto te amo, Lilia! —exclamó, restregando su cabeza en mis pechos.—¡Oye, oye! ¡Mira dónde tocas! —Traté de empujarlo con mis manos para quitarlo de encima.Uff, ¿por qué se comportaba como un niño conmigo? Se suponía que era un aterrador mafioso que cargaba una pistola al lado de su pantalón todos los días.Vaya psicópat
Chris.Lo que vi me dejó frío, pasmado y pálido por no poder creerlo. Mi mente se había quedado en blanco, hasta que Lilia me hizo reaccionar y la saqué a la fuerza de ese lugar antes de que me volviera débil.Mi corazón estaba latiendo más rápido que nunca, y al mismo tiempo mis manos temblaban de pudor. ¿Qué hacían ahí? ¿Por qué no estaban muertos?—¡Me estás lastimando! —se quejó, la solté de golpe.Definitivamente, yo era el peor por no haberme dado cuenta de que hice mucha presión en Lilia por la rabia que sentía.Mi mundo se desmoronó, y antes de poder llegar a mi auto, me dejé caer de rodillas en el duro suelo de cemento. Por suerte, no habían personas pasando por el estacionamiento.—¡¿Chris?! —Lilia se agachó, con su mano en mi espalda.Su ceño estaba fruncido y se veía asustada. Yo no podía formular alguna palabra porque, ¿cómo le decía que vi a unas personas que tenían que estar muertas? ¿Ya estaba delirando?Cubrí mi rostro con ambas manos, encogido para más seguridad.—Y
Chris.***Todavía recordaba con claridad el día que fui adoptado por ellos, una familia que me mostró una sonrisa amigable, haciéndome creer que de verdad me darían amor.Yo tenía once años, cuando me sacaron del orfanato.—Hola, Chris, a partir de hoy seremos tus padres —expresó una mujer de cabello negro, se inclinó un poco para llegar a mi altura.Los nervios por no saber cómo me tratarían al ser adoptado, me invadieron. Yo extrañaba mucho a mis padres biológicos, todos los días lloraba por volver a verlos. —Nuestro querido Robert quiere un hermanito, y casualmente eres el único de su edad —comentó el hombre—. Yo soy Elliott, y ella es mi esposa Rebeca. Señaló a la mujer a su lado. —Serán tu nueva familia, Chris. La señora ya no puede tener más hijos... Y quieren adoptarte a ti —informó la cuidadora—. ¡Felicidades! No tenía idea de que esa familia se convertiría en mi perdición... Durante los primeros dos años, todo fue color de rosas y me llevaba muy bien con Robert, mi herm
Chris.Quedé casi destruido por culpa de mi padre ese día. Me utilizó como si yo fuera un saco de boxeo, hasta sentí que me rompió una costilla por el inmenso dolor e hinchazón generado en esa zona.—Vuelve a tocarle un pelo a Robert, y te irá peor —amenazó, esculpiéndome al final.Mi ojo estaba hinchado, no podía abrirlo por completo. Lo miré una última vez, agonizante y solo arrugó la boca con asco.Él se marchó, dejándome tirado en el suelo casi inconsciente. Necesitaba ir al hospital o podía morir... La golpiza que me dio fue la peor de todas, estaba sangrando por distintas partes del cuerpo.Me levanté con mucha dificultad y con mis piernas temblando. Ya no podía seguir en ese lugar. Esa noche, había decidido escaparme.—L-Lilia... —Recordarla me mantenía estable.En cierto punto llegaba a crear una Lilia imaginaria que me animaba en los peores momentos. Ella me decía que siguiera mi corazón, que me fuera de esa casa o terminaría muerto y rompería nuestra promesa.Me senté en la
Lilia.Desperté sintiendo un calor inmenso por estar abrazada a alguien.Un momento, ¿abrazada?Abrí los ojos al ver que mi brazo rodeaba un corpulento torso. Chris estaba a mi lado y yo tenía una pierna montada sobre las suyas.¡¿En qué momento lo abracé de esa forma?!Que vergüenza.Me separé un poco para calmar los latidos de mi corazón y él estaba profundamente dormido. Quién diría que ese rostro angelical podía hacer todo tipo de maldades.Tragué saliva.Sus labios estaban un poco resecos, pero llevé la yema de mi dedo a sus comisuras... Chris era atractivo, tenía que admitirlo, incluso mucho más que Ethan.—¿Por qué no admites que te gusto? —cuestionó.Pegué un brinco hacia atrás y mi respiración se ahogó por el susto que me dio. Terminé cayendo de culo en la fría cerámica del suelo.—¡No me asustes así!Él sonrió.—Me dio tanta ternura ver que me estabas abrazando, por eso no quise despertarte —confesó, incorporándose.Inflé las mejillas y me levanté, dispuesta a ir al baño.—N
Lilia.Al final, no pude decirle nada a Chris ese día.Estábamos almorzando como era costumbre y mis ojos viajaban a su rostro cada cierto tiempo. Su concentración estaba encima de su celular.—¿Tengo algo en la cara? —cuestionó, alzando un poco el mentón.¿Cómo me descubrió? —No es nada.¿Era yo o estaba actuando más serio que de costumbre?—Lilia, sé que me dijiste que no sentías nada por Ethan —habló—. ¿Qué piensas de él ahora?Fruncí el ceño.Yo que estaba a punto de confesarme y él que metió a Ethan en la conversación. Inhalé hondo para no alterarme y empezar a contradecirlo.—Todavía le debo una explicación por dejarlo plantado en el altar —respondí, terminando mi plato.Bebí un sorbo de jugo.—¿Y qué le dirías?—No entiendo por qué de repente te importa saber sobre mi relación con Ethan —dije, extrañada.—Es que me gustaría mostrarte algo.Me crucé de brazos, no lo estaba entendiendo.—Pues... Ese día sí quise huir de la boda, no pensé que se haría realidad mi deseo de una for
Lilia.La sensación dulce que me dejaron los labios de Chris, me derritió tanto que casi me dejé caer. Él me sostuvo de la cintura.¿Qué es lo que hice? ¿Por qué me dejé llevar así?No...¿Estaba mal disfrutar?Su lengua encontró la mía, y debido al asombro que sentí, abrí los ojos un poco. No entendía cómo una parte del cuerpo podía activar miles de cosquillas placenteras que me hacían suspirar.La pasión que emanaba de su boca me dejó sin aliento, así que tuve que separarme y lo miré con deseo. Estaba desesperada por ir más allá con Chris, ¿qué era lo que tenía él que me atraía tanto? ¿O le había puesto una poción de amor a la comida?No, eso sonó muy fantasioso.—No pienso detenerme, Lilia —sentenció, lamiéndose el labio inferior.Yo estaba tan nerviosa por tantos sentimientos encontrados, que mis labios temblaron al responderle:—C-Chris, esto...Él agarró mi brazo sin presión.—¿Te arrepientes? Dime, ¿por qué me dijiste lo de antes? ¿Sientes algo por mí o no? —interrogó, con las
Lilia.Chris empezó quitando mi camisa con lentitud, ninguno estaba apurado. Ambos nos habíamos acostado en la cama y yo no dejaba de sentirme ansiosa.No podía creer que iba a hacerlo con el hombre que me secuestró, ¿me había vuelto loca? Seguramente iría al infierno después de eso...—No dudes en decirme si quieres que me detenga, ¿sí? —habló, besando mi cuello—. Lo menos que pretendo es hacerte daño.—C-Chris, estamos en un momento tan íntimo que hablar no es necesario.Él rio.Su boca sobre mi piel me volvía loca. Necesitaba que fuera un poco más agresivo, no lo sé... Agh, cerré mis ojos para disfrutar de lo que él me hacía.Un momento, ¿yo no tendría que excitarlo a él también?Mis ojos viajaron hasta su entrepierna ya que Chris estaba acostado a mi lado, apoyándose un poco sobre mí. Su miembro estaba cubierto con el pantalón y una correa que lo rodeaba.—¿Qué tanto miras ahí abajo?Maldición, se dio cuenta.—Nunca he visto uno.—¿Un pene?Mis mejillas ardieron porque lo dijo sin