Clara Isabel no le responde las llamadas ni los mensajes de texto y José Luis está urgido por saber si ellos se encuentran bien. Tuvo que preguntarle al chofer que le tenía preparado, que si se fue con él y que para donde se la llevó. Él le comentó que cuando iban en el auto, ella le llamó a una tal Yeni, y le dijo que iba para su casa, entonces él la fue a dejar a la casa de su amigo Alberto.— Tengo que trasladarme hasta allá para poder hablar con ella, y ojalá que yo esté de suerte y que ella me crea para que se venga a mi casa, porque siento que desde ya me hacen mucha falta ellos. —Comentó para sí mismo.José Luis, al ver que la chica no le quiere atender sus llamadas, le dijo a su chofer que lo llevara hasta la casa de su amigo Alberto. Con la ayuda del hombre, él se subió a su auto y pronto estuvieron estacionados en las afueras de la casa antes mencionada.José Luis llamó a la puerta, y cuando la joven Yeni abrió y lo hizo pasar, se escucharon los fuertes llantos del bebé, lla
Alberto se ha quedado confundido y a la vez molesto, él cree que ahora su mujer le está pagando mal con otro hombre.— ¡Qué! ¿Cómo que a tu amorcito? —Preguntó tan alterado que ha dejado caer al suelo el vaso con agua que sostenía en su mano.— Ufff, ya me descubriste, cariño. Bueno, te cuento que el hermano de Clara Isabel me gustaba mucho, bueno mejor dicho, ambos nos gustábamos y también estábamos muy enamorados, pero luego pasó lo del accidente y… aquí estoy extrañándolo. —habló la chica, aprovechando para desahogarse, y para su sorpresa esta vez ya no lloró como lo ha hecho cada vez que lo recuerda en silencio. Eso la emocionó en gran manera porque entonces significa que ya lo ha superado con el amor que le tiene a su ahora pareja, Alberto.— Está bien corazón, supongo que es normal recordar los buenos momentos que se viven junto a la persona que en su momento fue muy especial y que ahora ya no está.— Sí, pero ahora te tengo a ti, tú te has aparecido en mi vida para darle color
Alberto trata de que su amigo le diga la verdad acerca de los sentimientos que tiene por Clara Isabel, pero este se niega a reconocer lo evidente.— Me agrada. —respondió su amigo, en forma tajante y sin deseos de ahondar más en el tema.— Ya cuéntame, por favor. Soy tu amigo del alma y merezco saber de primera mano sobre lo que está pasando en ese cerebro de pendejo que tienes. —insistió Alberto.— Olvídate de ello y mejor salgamos porque a mí me urge hablar con Clara Isabel, ya que, la pobre cree que por estar con aquella chica, la voy a dejar a ella.— Si no la quieres, suéltala José Luis. Deja que ella sea libre como las aves y tú solo encárgate de ayudarle con la manutención del hijo de ambos. —habló el joven Alberto, pero ahora en tono serio por la delicadeza del asunto.Muy despacio, el joven José Luis se bajó de la cama y apoyado en el bordón que aún le toca usar, se dirigió junto a su amigo hasta la sala en donde las chicas están leyendo un libro que se llama “Atrapada en la
Un rato después de haber cedido a sus deseos sexuales y carnales, ambos se levantaron del suelo y se vistieron, él tomó a su hijo en brazos y los tres salieron de la habitación con la esperanza de que sus amigos no se dieran cuenta de lo que acaban de estar haciendo en casa de ellos.Para José Luis no es ningún impedimento que alguien se entere de lo que estaba pasando en el interior de esa habitación, porque eso le eleva el orgullo de macho empoderado, pero lo hace de tener precaución porque sabe que a su esposa sí le dará pena porque todavía no tiene mucha confianza con Alberto.Cuando llegaron a la sala no estaban sus amigos, luego se percataron de que en la puerta hay un papel pegado en el cual los chicos les comunican que ellos han salido al supermercado y que si se van antes de que ellos lleguen, que procuren dejar la puerta bien cerrada porque al parecer está con una falla y hay que fijarse bien.— Si hubiese sabido de qué ellos no estaban, te juro que te hubiese dejado que gri
Clara Isabel volvió a preguntar qué es lo que le quiere decir, ella desea saciar su curiosidad. Hasta que al fin y después de varios chantajes en los cuales ella cayó con facilidad, su amado le dio la respuesta.— Quiero que me respondas si ya tienes el lugar elegido para hacer tu práctica profesional.— Claro que sí, desde hace unos días llevé la solicitud a una empresa y debido a mis buenas calificaciones, de inmediato me dieron el visto bueno. —dijo la chica muy contenta.— ¿Cómo es eso que, siendo mi esposa, te fuiste a otra empresa y no a la mía? —preguntó José Luis, muy molesto.— Ya te dije que me dio temor tu reacción, por eso es que ni siquiera te había dicho que estaba estudiando, siempre me refugiaba en la habitación de mi hijo para poder recibir las clases o si no, lo hacía cuando tú andabas en la empresa. —explicó la chica, sintiendo un inmenso alivio al saber que él le va a dar todo su apoyo en este trayecto.— Mañana mismo, a primera hora, quiero que llames a esa dichos
La chica fue a la habitación del pequeño Toni, y como lo encontró dormido, entonces se dirigió a su pieza en donde ya la estaba esperando su marido para entrar juntos a darse una merecida ducha y por primera vez lo hacen como pareja de esposos, sin pena.— ¡Mi amor, ayúdame a quitar el pantalón y el bóxer, por favor! —Bromeó el hombre.— ¿Perdón? ¿Y como le has hecho todo este tiempo que has estado enfermo y no necesitabas de la ayuda de otra persona? —preguntó la chica colocando sus manos en la cintura en señal de indignación.— Ayúdame mi vida, es que en estos días atrás no me sentía tan adolorido como me siento ahora ¡Y todo por la culpa de una conejita que no dejaba de saltar encima de mí y que pedía a gritos que luego yo la montara! —Comentó, haciendo sonrojar a la chica.— Deja de mentir idiota, nada de lo que tú dices es cierto. —Es más, yo me voy y te dejo aquí solito para que te duches con tranquilidad. —no te soporto. —dijo la chica, y tomó el pomo de la puerta para abrirla
Es el primer día de su pasantía y la chica va un poco nerviosa. Llegaron a la empresa, pero no lo hicieron juntos, Clara Isabel le pidió que la dejara bajarse a una cuadra antes de llegar a las instalaciones, y aunque José Luis no lo quería hacer, pero al final ella salió ganando y se bajó para irse caminando ante la atenta mirada de su marido que la va siguiendo a una corta distancia para cuidarla de cualquier malandro de la calle que se le ocurra tocarla.— ¡Buenos días, señorita! ¿En qué le puedo ayudar? —Preguntó la sexi chica que está en el área de recepción.— ¡Buenos días!, soy la señorita Clara Isabel Mejía, y estoy aquí porque hoy es mi primer día como asistente del presidente de esta empresa. —Respondió Clara, haciéndose pasar como cualquier empleado y no como la esposa del dueño.— Perdón, pero no estoy enterada de que se haya contratado un nuevo personal para la empresa. —dijo la señorita, frunciendo el ceño.— No estoy contratada, vengo a hacer mi práctica profesional. —l
— ¡Joder! Pero quien se atreve a aparecer en un momento como este. —Se quejó José Luis cuando uno de sus empleados tocó la puerta pidiendo el acceso para entrar.— Te dije que nos cacharían. —Le recriminó la chica, dándole un golpe en el hombro.— Ve al baño por mientras el visitante se va, aunque si prefieres quedarte sería magnífico.Como a la velocidad de un rayo, la chica se acomodó su ropa interior al igual que la falda y se encaminó hasta el baño, pero antes de llegar, un fuerte brazo la detuvo y le dio la vuelta para darle un delicioso beso húmedo en los labios, acompañado de una fuerte manotada en su trasero haciendo que ella de un salto.— ¡Adelante! —Dijo finalmente José Luis.— ¿Por qué tardaste tanto en abrir la puerta? —Preguntó el joven Alberto.— Jodas hermano, si hubiera sabido que eras tú no te dejo entrar tan pronto. —Habló José Luis, dedicándole una sonrisa para disimular su malestar por la interrupción.— Estoy molesto contigo porque me involucraste en el mismo cos