Instrucción

—Estás acalorada. —dijo ella, mirándome fijamente.

Parecía que estaba leyendo mi alma con sus ojos. O quizás yo estuviera demasiado aterrada.

—Has venido a entrenarme. —me adelanté a decir, me di cuenta que de verdad me hallaba sonrojada.

—Sí cariño, no te apures. —Sophie caminó por toda mi habitación.

Ella llevaba un vestido de color rojo, con tela delgada, al igual que mi vestido. Tenía el pelo suelto.

—Lo lamento. —me senté, estaba tensa.

—De igual modo debes saber cosas o no estarías aquí. Me ahorrará tiempo. —sonrió, acostándose sobre la cama y echando su cabeza hacia atrás.

Miró el techo, como si esto fuera un juego.

—Sí, puedo derramar sangre cuando sea necesario. —dije, con los ojos puestos en ella, para leer sus gestos y tratar de adivinar lo que vendría.

Las advertencias de Scott habían sido más que claras. Allí no estaba a salvo.

—No creo que haga falta, mientras hagamos nuestro trabajo nada saldrá mal. Sabes, es extraño. Creí que Daemon no querría que hagas la misión, porq
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