Renzo era muy conocido en Nueva York por sus salidas nocturnas, su fama de casanova y fiestero iba siempre un paso delante, creía conocer cada uno de los club y bares del mundo en general, incluso había llegado a un punto de aburrimiento, cuando todo se tiene… ya nada se desea, pero ahora, antes sus ojos un nuevo mundo se mostraba, aquel lugar era tan distinto a lo que él acostumbraba, todo ese lugar se mostraba como un misterio pero a la vez una revelación para este hombre, el hecho de ver tragos con alto contenido alcohólico, además de los cuerpos moviéndose y tocándose en la pista de baile, daba un claro aviso de que aquel lugar era un club, pero a la vez podía ver como en un lado las personas hablaban y reían, como si estuvieran en una cafetería, incluso en un rincón había algunos instrumentos raros a los ojos de Renzo, pero que ya había podido ver que la música que emitían era suave, como si estuviera en un maldito SPA, otra cosa que lo tenía alucinado era las mantas rojas con le
Mei se encontraba en la parte “más profunda” del club, escapando de la mirada de sus hermanos, al fin podía comportarse como lo que era, una joven que apenas estaba comenzando la adultez, años había dedicado a su entrenamiento y estudios, pensando que tendría al menos un par de meses para ser irresponsable y jovial, despreocupada y terca, antes de tomar su lugar como una garra más del clan, pero ahora la realidad era esta, no solo había sido presentada como cabeza del clan, ya su primer enfrentamiento había sucedido, sus manos estaban manchadas de sangre, podía con eso, claro que sí, tal vez la sed de sangre la llevaba en los genes Zhao, pero no podía enfrentarse con el conflicto que veía en los ojos de Huang, si su trueno era un ser bondadoso, tierno, compasivo, claro que iba a estar contrariado luego de matar por primera vez, pero lo peor de todo era que Mei tenía que hacer frente a la realidad y esa no era otra que el futuro que ya les estaba pisando los talones, ya no tendría mese
Dalia tenía una excelente memoria, podía jurar que había memorizado a la perfección el recorrido que horas antes había hecho, pero la joven no tenia en cuenta su escaso sentido del tiempo y distancia no era lo mismo estar sobre una limosina, a caminar sobre la calle sinuosa por más de media hora, se maldijo cuando un calambre se apodero de su pie, sus dedos se contrajeron de una manera nada natural y la castaña siseo de dolor. Solo entonces descubrió que no estaba sola, ya que el sonido de dolor, fue acompañado de risas demasiadas falsas y como si estuviera en una película de terror giro su cuerpo poco a poco, deseando que solo fuera su imaginación, jugándole una mala pasada; pero claro que no fue el caso, un grupo de cuatro hombres reían y la apuntaban, mientras que de sus labios salían palabras desconocidas para Dalia, pero aun así estaba segura que no eran cosas buenas en absoluto, tratando de mantener la calma giro nuevamente, aferrando sus zapatos con mayor fuerza, en el peor de
Shen:— Dalia.Sus ojos azules son un mar de emociones, uno que calman mi alma, no pierdo tiempo en esperar su respuesta, sé que no la tendré, está en shock, su cuerpo tiembla ante mi contacto, su vista sigue perdida, sus manos aferran sus pechos, y el solo hecho de recordar que tan cerca estuvo ese maldito de profanar su cuerpo me enerva una vez más, no debí esperar tanto para ir tras ella, pero se supone que es una chica lista, lo veo en sus ojos, ¿Cómo se le ocurre pensar o así sea sopesar la idea de que podría vagar sola por la noche? ¿en verdad creyó que por ser estas nuestras tierras estarían libre de peligro? Aunque debería ser el caso, siempre le dije a mi padre que su bondad y paciencia nos traería problemas y esto es una prueba de ello, se supone que nada debe suceder sin nuestro permiso y estoy seguro que mi padre alegara que aunque sean sus tierras no puede saber lo que un grupo de vagabundos piensa hacer, pero maldición, ellos casi… me niego a pensar lo que le habrían hec
Huang:Camino por el bosque que pertenece a mi familia, la noche es agradable, y aunque el día de ayer llovió, el follaje a mis pies evita que el lodo ensucie mi ser, aunque de nada sirve, porque me siento sucio, cada vez que veo mis manos, el rojo las adorna, y es cuando me pregunto ¿que está mal conmigo? ¿Por qué soy tan diferente a mis hermanos? ¿Cuánta vergüenza deberá tolerar mi familia por mi culpa? ¿no es suficiente con traer la vergüenza a nuestro clan gracias a mis gustos amorosos, también debe dolerme la muerte de nuestros enemigos? ¿Cómo podre ayudar a mi hermana? Esta garra es inservible, solo un punto débil en el gran clan del tigre blanco.Siento mi pecho arder ante mi descubrimiento, soy un estorbo, un punto débil, algo que no es indispensable y que sin embargo es un peso para los demás, y es cuando tomo mi decisión, mi mano viaja a mi cintura, allí, en medio del prado a poco menos de un par de metros de mi hogar, sé que no tardaran más de unas horas en encontrar mi cue
Mei:Estoy segura de que mis dientes se romperán de un momento a otro, ¿Cómo es que mi gran noche de despedida a la diversión termina de esta forma? Yo queria divertirme, queria ser feliz, una maldita vez, solo una vez.— O por dios, ¿son personas muertas? — rubia tenía que ser, claro que están muertas, si sus cabezas están esparcidas por la calle.— Lo son, lo más probable es que se cruzaran con Shen o Huang.— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo estas tan segura que fue alguno de ellos? Dios mío, ¿dónde está Dalia?— Tranquila rubia, se cómo matan mis hermanos y lo más seguro es que Dalia este con uno de ellos. — al menos eso espero, porque una extranjera caminando sola por aquí, es mujer muerta, quisiera sentirme mal por la regordeta Bach, pero no puedo, a decir verdad, ya tengo la mejor tortura para Dalia, hacerla hacer ejercicio, una tonta risilla sale de mí, y la rubia me ve confusa, pero solo la ignoro, adiós humor, no podría decir eso ni siquiera de broma a mis hermanos, se espera tanto de
La boca de Dalia se mostraba dudosa ante la pasión que demostraba la de Shen, su cuerpo temblaba, por las emociones pasadas y las presentes y Shen solo pudo sostenerla aún más fuerte, sintiendo el momento en el que Dalia finalmente se rindió a él, dejo que sus labio se amoldaran a los de Shen, sin pelear por el control del beso, dejando en claro su inexperiencia, pero eso solo complico las cosas, porque mientras más inocente descubrió que Dalia era, más la deseo.El oriental ni siquiera se molestó en cerrar la ducha, solo comenzó a dirigirla a la habitación, aun devorando su boca, disfrutando de su piel suave y cálida entre sus manos, mientras su mente le gritaba que era una pésima idea, sin embargo, su miembro se alzaba como una lanza lista para la lucha, suplicante de poder hundirse en semejante mujer, suave, cálida, agradable al tacto y a la vista.— Esto no está bien. — murmuro Dalia, agitada, cuando de un hábil movimiento Shen la coloco sobre la cama.— Lo que está bien o mal, es
Renzo:Lo estaba besando, una vez más, como hace semanas atrás, y la suavidad de sus labios me trasportaba a otra dimensión, donde nada estaba mal, donde el permitirme sentir algo por él, era lo más correcto del mundo y por muy raro que pareciera, mi mente estaba en calma, al igual que mi corazón tenía paz, Huang era eso, la tranquilidad que no sabía que necesitaba, fueron solo segundos, los más preciados de mi existencia, hasta que sentí como se alejaba de mí, y aunque lo que más deseaba era tomarlo entre mis brazos y mantenerlo pegado a mi cuerpo, no me atreví a abrazarlo, porque sé que no lo merezco.— ¿Qué rayos haces Renzo? — su susurro bien podria pasar por el murmullo de una suave brisa. — ¿Cuándo la locura ingreso en tu cabeza?El rencor baila en sus ojos, el desagrado se refleja en las comisuras de sus labios y ante mi silencio causado por el dolor que todo eso me provoca, Huang solo se aleja y como aquel día, solo puedo verlo, como lo que es, un dios, una deidad, aun mas irr