Les agradezco haberme acompañado hasta el final. Espero que hayan disfrutado esta historia tanto como lo hice yo al escribirla. Con mucho cariño SilvinaTracy
Mathías Blanco Tengo 28 años y estoy casado desde los veintitrés con Zoe Parrish, aunque eso no fue más que un dolor de cabeza para mi. Además de algo que me trajo grandes penas, bajó mi autoestima, me destrozó el ego y me hizo descubrir que lloraría amargas lágrimas por una mujer. Una serie de acontecimientos trajo a mi grandes cambios, pero tal como le sucede a muchas personas, mi esposa me abandonó en ese momento haciéndome sentir aún más miserable y perdido.-Matt alguien dejó esto para ti- Susana quien está en portería me dejó un sobre con una expresión contrariada -Gracias Su, eres muy amable- Agradezco y tomo el sobre para ir finalmente a mi apartamento después de un día agotador Entro y me quito la chaqueta junto a mi bufanda y los guantes. Preparo un café y me siento para mirar aquella correspondencia que me desconcierta y me genera cierta ansiedad.No doy crédito a lo que veo, en mis manos está la demanda de divorcio. Justo en el peor momento mi esposa, la única mujer a
MATHÍAS BLANCOZoe y yo trabajábamos demasiado y habiendo cumplido tres años de matrimonio sentía que estábamos pasando por un mal momento en nuestra relación. Sus besos eran más fríos, sus caricias casi inexistentes y no me decía algo lindo o agradable ni por casualidad. Suspirando mientras estaba en la oficina pensé en distintas maneras de enamorarla, yo la amaba y no podía imaginar una vida sin ella, ¿Qué podría hacer? Conocía sus gustos pero a la vez no sabía mucho de ella. Zoe había cambiado tanto que apenas si la reconocía. -Bro, ¿Estás sordo o qué?- Christopher, mi mejor amigo, entró a mi oficina sacándome de mis pensamientos.Había asumido la vicepresidencia y el tiempo restante que tenía se lo dedicaba a mi esposa y a maneras de enamorarla, o al menos lo intentaba porque ella poco iba a casa. -Perdona Chris, estaba pensando un poco, ¿Qué haces aquí? ¿Cuando llegaste?- Me levanté de inmediato para abrazarlo, hacía meses que no lo veíaChristopher Rouland, mi mejor amigo, vi
MATHÍAS BLANCOSostengo la bebida y miro a mi alrededor sintiéndome ajeno a éste lugar donde todos están felices, pero mis pensamientos están en mi esposa, si habrá llegado a casa. No me mandó ni un solo mensaje porque no llegué aún a dormir y ya pasa la medianoche. -Yo no se para que aceptaste venir si lo harías así. Bro, parece que estuvieras en un funeral- Christopher me reclama y aunque le busca diversión a su comentario y hasta ríe, se que está molesto-Tienes razón, debí quedarme en casa y esperar a Zoe. Seguro llega muy cansada de trabajar- Dejé el vaso que estaba por la mitad e hice el intento de irme -¿Y si no llegó aún? Hace mucho que no sales, disfruta una vez, además no estás engañándola con nadie, solo viniste a un cumpleaños- Reclama y tiene razón, así que desecho el deseo de irme y vuelvo a tomar mi bebidaChristopher habla con varias personas y hasta baila con algunas amigas de Azul, pero yo solo me quedo de pie mirando. -¿Quieres bailar?- una chiquilla que no apare
MATHÍAS BLANCOLlegamos a los cuatro años de matrimonio y Zoe me hiere con sus palabras, ¿Cuántas veces lo hizo? Ya he perdido la cuenta pero de verdad cada vez me lastima y hiere más con sus comentarios desprovistos de dulzura y amor. -Feliz aniversario hermosa mía- Le doy un ramo de rosas al tiempo que dejo un desayuno de su lugar favorito sobre la cama-¿Para eso me despiertas Mathías? Debiste dejarme dormir, siempre despierto temprano y ahora arruinas mi descanso con tu sentimentalismo barato- Escupe con tanta rabia y se sienta en la cama con brusquedad-Lo siento amor, pero este es un día muy especial, te amo- Mi corazón se rompe un poco más cuando en su mirada no hay ni un rastro de cariño o calidez, sino más desprecio que antes al escuchar mi confesión-Mathías yo debí aceptar este absurdo y estúpido matrimonio porque tus padres no tenían dinero para solventar el mal manejo que hicieron queriendo experimentar grandeza y poder en su vida diaria, pero ya sabes que eso solo es pa
MATHÍAS BLANCODesesperado, es la palabra que mejor me define en mi situación actual. No sé que hacer de ahora en más. He intentado seguir adelante pero no sé cómo, todo lo que he conocido ya no está, y eso era el trabajo de toda la vida de mis padres y el mío porque no trabajé para nadie más. Fue tanto mi interés en el negocio familiar que solo me he concentrado en eso desde temprana edad y ahora estoy perdido.Estoy desilusionado de mi mismo, yo debería de haber encontrado otra manera de evitar este desastre; y aunque se que hice cuánto pude y se me ocurrió no fue suficiente. No logro comprender por qué cada estrategia fracasó estrepitosamente pero me gustaría averiguarlo. Cuando dimos por acabado el negocio y a cada empleado le otorgamos su liquidación con un pequeño bono, que fue todo lo que pudimos hacer a quienes estuvieron con nosotros hasta el final, volví a casa buscando consuelo tal vez. Era aún temprano para que Zoe estuviera en casa pero sorpresivamente ahí estaba sentada
MATHÍAS BLANCOEs doloroso perder lo que tanto amamos y yo en mi matrimonio me perdí a mi mismo junto a todo lo que me representaba y tanto quería. Ya no había nada por qué luchar, ni el patrimonio familiar, tampoco mi título universitario, aquel que gané con tanto esfuerzo porque no fui solo un estudiante rico en la mejor universidad; sino que tuve buenas calificaciones por mi gran dedicación. Amaba la idea de dirigir todo, ser un CEO justo y también de enorgullecer a mis padres, pero esos sueños se habían roto. Quise obtener explicaciones de mi esposa pero ella nada me dijo. No me dijo por qué deseaba separarse, ni siquiera me agradeció por el tiempo compartido. Solo me envió los papeles del divorcio sin aviso, eso dolía aún más, ¿Después de cinco años juntos no merecía ni que me deseara una buena vida, un agradecimiento o una mínima explicación para saber en qué fallé?Pero no hubo nada, ni un simple mensaje de texto. Cuando mi móvil sonó perdí toda esperanza de que fuera ella po
ARIADNA FALCONIMe llamo Ariadna y tengo 23 años. No he podido sentirme bien últimamente y eso se debe al embarazo que perdí por una golpiza de quién fue mi esposo. Soy rubia, delgada. 1.70 de estatura, linda figura y piel blanca, mis ojos turquesas son muy llamativos, creo que el atractivo más lindo que poseo heredado por mi madre. Tenía una linda vida, llena de sueños y deseos, aspiraciones. Muchos ideales que me fueron imposibles de alcanzar y todo fue por amar a la persona equivocada. Además también por conocer a un idiota. Mi pesadilla comenzó cuando conocí a un estúpido que me hizo ganar una apuesta por ser un amargado de lo peor, el que después hizo que rompiera mis zapatos y me enviara más dinero para que comprara algo de mayor calidad. Mathias Blanco, un idiota que de lindo tenía lo mismo que de amargado e idiota. Gracias a ese par de zapatos rotos fui a una zapatería para comprar otro par que costara un poquito más y tuviera mejor calidad, si el me había dado ese dinero
ARIADNA FALCONICreí que con el paso del tiempo nuestro matrimonio sería mejor y más sólido. Nos habíamos casado recientemente y aunque en todas las parejas los primeros tiempos eran color de rosas no creía que en todos los casos fuera de igual modo, nosotros éramos prueba de eso. A medida que el tiempo transcurrió yo comencé a pensar que tal vez la inseguridad de Bautista cambiaría, que sería reemplazada por seguridad y confianza; aunque lo único que cambió fue que se volvió más controlador y con un carácter que me daba miedo a veces. Lo que creí un gran detalle de su parte, como lo era pasar a recogerme al instituto donde estaba cursando para convertirme en Masoterapeuta (Masajista) para protegerme de los posibles delincuentes, no fue más que una manera de controlarme porque en verdad estaba celoso. Sentía verdadero pesar cada vez que teníamos una discusión, ¿De que manera podría evitarlas? Él no hacía más que molestarme y hacerme una escena de celos al llegar a casa por verme con