El Dolor del Adiós

MATHÍAS BLANCO

Es doloroso perder lo que tanto amamos y yo en mi matrimonio me perdí a mi mismo junto a todo lo que me representaba y tanto quería.

Ya no había nada por qué luchar, ni el patrimonio familiar, tampoco mi título universitario, aquel que gané con tanto esfuerzo porque no fui solo un estudiante rico en la mejor universidad; sino que tuve buenas calificaciones por mi gran dedicación. Amaba la idea de dirigir todo, ser un CEO justo y también de enorgullecer a mis padres, pero esos sueños se habían roto.

Quise obtener explicaciones de mi esposa pero ella nada me dijo. No me dijo por qué deseaba separarse, ni siquiera me agradeció por el tiempo compartido. Solo me envió los papeles del divorcio sin aviso, eso dolía aún más, ¿Después de cinco años juntos no merecía ni que me deseara una buena vida, un agradecimiento o una mínima explicación para saber en qué fallé?

Pero no hubo nada, ni un simple mensaje de texto. Cuando mi móvil sonó perdí toda esperanza de que fuera ella porque ví un número que desconocía y al atender era la voz de un hombre mayor.

-¿Hablo con Mathías Blanco?- Preguntó y me senté aún más rígido en el sofá temiendo que fueran pésimas noticias

-Si, ¿Con quién hablo?- Creí que podría ser alguien portando malas noticias y automáticamente pensé en mis padres. Fue duro perder todo lo que tanto amaban, tal vez algo les había sucedido...

-Soy Pedro Villavicencio, abogado. El señor Christopher me pidió ayuda para su divorcio- Soltando un suspiro sentí profundo dolor porque cada minuto que transcurría se volvía más real éste día que parecía no tener final

-Si, el me dijo que me ayudaría, supongo que espera que le cuente lo sucedido. Hoy me llegó la demanda de divorcio de mi esposa Zoe Parrish y no se que exige, ya no tengo dinero. Mi familia quebró, no tengo ni empleo- Admití derrotado sintiendo como el peso del fracaso y de toda la situación me asfixiaba

-Estaré llegando a la ciudad mañana por la mañana para tomar su caso formalmente. El señor Christopher me dió su dirección, es muy importante que usted no contacte a su esposa porque eso podría acabar en alguna demanda que no quiere afrontar. Hasta luego señor Blanco- El hombre colgó dando así por terminada nuestra conversación

Miré cada lugar del apartamento sabiendo que ya no volveríamos a vivir jamás juntos. En el perchero estaba el último abrigo que le había visto usar aún con su fragancia impregnada en él. Ese perfume tan dulce que adoraba sentir en su piel cada vez que le podía hacer el amor. Su fragancia siempre estaba en la cama, en su almohada. Sería una noche larga tener que dormir solo en la que fue nuestra cama.

Fui a la cocina para buscar algo que comer, incapaz de preparar algo porque podía recordar cómo ella siempre esperaba que cocinara mientras terminaba algún trabajo pendiente en su laptop. Amaba cocinar para ella, la amaba con todas sus virtudes y defectos que ahora podía notar más.

Creía que ella podía ser la madre de mis hijos pero ahora se que todo fue un sueño que jamás estuvo destinado a cumplirse.

Fui a la cama sintiendo su perfume, viendo sus cosas allí. Miré mi teléfono y entré a la última conversación iniciada dónde no hubo respuesta pero si había leído lo que escribí ignorándome, así como a todos los sentimientos que solo estaban destinados a ella.

Miré que estaba en línea pero recordé lo que me dijo el abogado, no debía escribirle más. Me parecía más que increíble que cinco años de matrimonio pudieran acabar así, con ella ignorando mi existencia como si fuera el más insignificante de los hombres. Le había dado tanto, pero jamás lo valoró lo suficiente.

Di mil vueltas en la cama hasta que el sueño me venció pero no pude descansar porque Zoe estaba en mis sueños y en mis pesadillas. Si hubiese sabido que amar podía doler tanto, jamás me habría enamorado, nunca.

Éste matrimonio me había mostrado otra parte de mi, una que solo conoció mi esposa y que quedará en el olvido cuando pudiera darle el divorcio a Zoe. No volvería a ser dulce con nadie y jamás volvería a pensar en una mujer hasta olvidarme de mi. Nunca sería el mismo de nuevo porque eso solo me trajo dolor del más puro.

Desperté temprano para ver al abogado que me representaría legalmente en lo que no creía que pudiera ser fácil. Zoe no era alguien sencillo de tratar, era dura y fuerte, bastante despiadada. Seguro pudiera ver cuánto me desprecia, mucho más de lo que me mostró en el último tiempo juntos. No sé por qué no pudo amarme, no lo entiendo, ¿Qué más necesitaba?

Después de algunos días y de la resolución que tomó el divorcio obtuve un dinero, el apartamento que compartíamos debió venderse, para ella la mitad de lo obtenido no era más que una mísera cantidad que de nada servía, pero para mí era una insignificante cantidad que demostraba lo poco que yo valí para ella en todo ese tiempo.

-Espero no verte nunca más en la vida, tu me das asco y te odio, fue un desacierto que me hayan casado contigo- Fue lo último que me dijo y la miré asombrado sintiendo como mi corazón se rompía aún más de lo que ya estaba. Éste ser hermoso por fuera estaba vacío por dentro y ya nada nos unía, aunque yo seguía amándola

-Te deseo suerte y felicidad Zoe Parrish- Intenté mantener la compostura y me di media vuelta para marcharme cuando su voz me detuvo

-No necesito nada de ti, ni tus buenos deseos. No eres más que un perdedor, haberte quitado de mi vida ya hizo que me sintiera mucho mejor. Todo lo que venga será éxito después de quitarme un bueno para nada como tú de mi lado- Sentía que dagas afiladas atravesaban aún más mi corazón junto a un dolor en el pecho

-Vamos señor Blanco- El abogado vino después de ver con desaprobación a quien fue mi esposa y salimos de ese lugar que rompieron mis últimas esperanzas

Mis padres supieron que nos habíamos divorciado así como toda la ciudad y el país porque Zoe se encargó de que la noticia fuera titular en diarios y revistas.

Con el dinero que recibí y lo que mis padres me dieron después de haberme divorciado tenía que buscar un lugar donde vivir acorde a mi nuevo estatus y a la difícil situación de no encontrar empleo en lo que había estudiado.

Comprendí que Zoe tuvo que ver con mi desempleo porque cuando entraba a cada lugar solo con mirarme me negaban hasta una entrevista.

Decidí ir a ver a Christopher porque ya estaba cansado de no poder salir del círculo vicioso donde me encontraba. Necesitaba despejarme y así poder encontrar una salida a todos mis problemas.

Allí fue que él me comentó que comenzaría a dar capacitaciones con matrícula profesional para masajistas y me invitó a participar en el curso. Tal vez así me relajaba y podía pensar en otra cosa, además de ayudarme a olvidar a la única mujer que amaba.

"Lo que yo no sabía era que allí mi vida cambiaría tanto..."

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