Estoy con Daniela estudiando en la sala, Gabriela se encuentra en su habitación después de un día de trabajo, estamos concentrados en una de las últimas asignaturas, enfermería de urgencia. Con esta termina su semestre y debe prepararse para su internado y proyecto de investigación.
Escuchamos unos ruidos extraños fuera de la casa, hombres gritando, autos parando en seco y se abre la reja de la casa. Nos paramos de inmediato, vemos a través de la ventana. Antes de que entienda lo que sucede, Daniela ya está abriendo la puerta y corriendo hacia mi hermana.
Magaly viene apoyada en los hombros de El Chato y Pepito, sus dos apoyos en sus andadas. La veo herida en el costado izquierdo, salgo disparado hacia ellos, no sé de dónde saco fuerzas, la tomo en mis brazos y mando a Daniela a
Es el llamado número cuatro de Camila.Me he dado el lujo de no responder, porque Daniela no está en casa, salió sin decir a dónde, lo que me hace sentir fatal.¿Y si tuvo una cita?Solo espero que llegue luego, porque mientras más se demora me hace pensar que se reunió con otro hombre. Es una mujer especial, se nota nada más verla, el que no lo haga es un ciego de primera.La única razón de no luchar por ella es la amenaza de Magaly.¡Mentira!La razón es saber que no soy hombre digno de ella.Una quinta vez y decido responderle a Camila.
Tengo dos meses recluido en mi habitación, Daniela se acerca a despertarme, me trae el desayuno a la cama, porque no soy capaz de levantarme. Las ventanas están cubiertas por cortinas oscuras y solo permito ingresar a Gabriela cuando reemplaza a mi pequeño ángel.Estoy sumido en una depresión terrible. Magaly intentó sacarme, pero no pudo conseguirlo de ninguna manera.Luego de despedir a Camila y a mi hijo, no volví a ver la calle. El dolor se instaló en mi pecho como una constante. Me ha crecido el cabello, la barba, he descuidado mi apariencia totalmente.Llaman a la puerta, no sé qué hora es. Ya no sé cuando es de día o de noche. Sin esperar a que hable, se asoma ella con su sonrisa llena de esperanza. El último mes mi pequeño ángel ha batallado conmigo cada día, sin dejarse abatir por mi pena. Lo único que logró es que volviera a bañarme cada día, abrir la ventana y comer en mi habitación. Esto último a medias, porque el dolor no me deja pasar bocado.Antes de salir hoy por la mañana me dio una abrazo y me deseó suerte. El Chato me esperaba en uno de los autos de Magaly para llevarme, mi hermana no se encuentra en la ciudad.Gabriela me envió un mensaje desde su trabajo para darme ánimo y decirme que si tenía la oportunidad de darle un puñetazo en la cara a Alex, que lo hiciera.Eso me hizo sonreír, considerando que cuando lo intenté, ella se llevó un susto enorme y no me dejóCapítulo 21: El divorcio
Día tras día la manera de iniciar mi día es el mismo: escuchar la puerta, escuchar su voz, acercarse a despertarme y traer mi desayuno.Desde aquella noche en que la espié llorar, he hecho un esfuerzo enorme por no hacerle la vida más difícil. Aunque cada uno de estos meses han sido horribles, llenos de un dolor inmenso, solo ella ha inyectado luz a mi vida.Abro los ojos, fijando mi vista al techo de una vez. Se ha convertido en mi vista favorita, mientras analizo cada una de las etapas de mi vida, tratando de buscar el punto de quiebre entre el hombre que fui y el que soy ahora. Siempre llego a la muerte de mis padres adoptivos, eso me marcó totalmente, porque me creía al fin feliz, tendría un trabajo bueno con una familia que me amaba.Podría a
Dentro del dolor, grito por ayuda para mi hermana y para Alex, Luca socorre a su cuñado, mientras yo veo a mi hermana partir de este mundo.Segundos después Luca se acerca a mí, me dice que debo presionar la herida, mientras está al teléfono pidiendo una ambulancia.-Gabriela, hermanita, por favor… no te duermas.-Marco… así es como llegué a este mundo, verdad – lucha por no cerrar sus ojos -. Entre tus brazos.-Sí, pero no será como te vayas – me siento mareado, la herida en la pierna me duele demasiado, pero trato de enfocarme en mantener consciente a mi hermana -.-Perdóname… Estas semanas para todos han sido fatales, dos semanas sin oír la risa y las ocurrencias de mi princesa, mi hermanita. La única luz en todo este dolor ha sido el apoyo que con Daniela nos hemos dado.Magaly se ha ido de nuevo de la ciudad, esta vez junto a José, ya que se dedicará a trabajar en la constructora, ya sin negocios turbios detrás, Francisco le ha dado duro y lo mejor es que la está llevando a otro mundo, uno más honesto y menos peligroso.Me quedo más tranquilo por mi hermana, cuando llegue a faltar, sé que estará en buenas manos.Estoy parado mirando por la ventana sin dejar de pensar en esta tarde. Salí de la habitación para ir por agua, encontré a Daniela llorando en la habitación de Gabriela y no pude evCapítulo 24: "Puede que sea tarde"
- ¡Te lo advertí! Te dije que no te metieras con ella… no debí dejarla sola contigo, pobrecita.-Magaly, de verdad que no sé cómo pasó todo esto… pero la quiero.- ¿La quieres? ¡¿La quieres?! La quieres un cuerno, tú no quieres a nadie más que a ti mismo.-No digas eso, sabes que a ustedes los amo.- ¿Y de qué me sirve eso? Tengo que lidiar con mucha gente que no quiere dejar a lo que me dedico, con la muerte de mi hermana menor, con el sufrimiento de mi hermana adoptiva y la ineptitud de mi hermano mayor… - se aprieta el puente de la nariz y lanza un bufido -. En verdad que trato de no matarte, porque homicida nunca he sido, pero me molesta que jugaras con ella
Con el pasar de las semanas conseguí adaptarme cada vez más al ritmo que aquí se lleva.El levantarse temprano, ducharse, desayunar, limpiar, lavar tu ropa a mano.Por medio de Ian, uno de mis compañeros de celda que tiene apenas dieciocho años, conocí a otros reclusos que estudian para terminar la secundaria. Me ofrecí a ayudarles, reforzando lo que no entienden, por lo que me gané el apodo de “El Profe".Pero al terminar todo eso, llega la nada, es como la publicidad de un refresco de hace un tiempo. Lo peor no es eso, cuando llega la nada, me invaden todos los sentimientos de culpa, el extrañar a mi hermanos, arrepentirme de todo lo que he hecho, pero lo que más me ataca es extrañar a mi pequeño ángel.