Tengo dos meses recluido en mi habitación, Daniela se acerca a despertarme, me trae el desayuno a la cama, porque no soy capaz de levantarme. Las ventanas están cubiertas por cortinas oscuras y solo permito ingresar a Gabriela cuando reemplaza a mi pequeño ángel.
Estoy sumido en una depresión terrible. Magaly intentó sacarme, pero no pudo conseguirlo de ninguna manera.
Luego de despedir a Camila y a mi hijo, no volví a ver la calle. El dolor se instaló en mi pecho como una constante. Me ha crecido el cabello, la barba, he descuidado mi apariencia totalmente.
Llaman a la puerta, no sé qué hora es. Ya no sé cuando es de día o de noche. Sin esperar a que hable, se asoma ella con su sonrisa llena de esperanza.
El último mes mi pequeño ángel ha batallado conmigo cada día, sin dejarse abatir por mi pena. Lo único que logró es que volviera a bañarme cada día, abrir la ventana y comer en mi habitación. Esto último a medias, porque el dolor no me deja pasar bocado.Antes de salir hoy por la mañana me dio una abrazo y me deseó suerte. El Chato me esperaba en uno de los autos de Magaly para llevarme, mi hermana no se encuentra en la ciudad.Gabriela me envió un mensaje desde su trabajo para darme ánimo y decirme que si tenía la oportunidad de darle un puñetazo en la cara a Alex, que lo hiciera.Eso me hizo sonreír, considerando que cuando lo intenté, ella se llevó un susto enorme y no me dejó
Día tras día la manera de iniciar mi día es el mismo: escuchar la puerta, escuchar su voz, acercarse a despertarme y traer mi desayuno.Desde aquella noche en que la espié llorar, he hecho un esfuerzo enorme por no hacerle la vida más difícil. Aunque cada uno de estos meses han sido horribles, llenos de un dolor inmenso, solo ella ha inyectado luz a mi vida.Abro los ojos, fijando mi vista al techo de una vez. Se ha convertido en mi vista favorita, mientras analizo cada una de las etapas de mi vida, tratando de buscar el punto de quiebre entre el hombre que fui y el que soy ahora. Siempre llego a la muerte de mis padres adoptivos, eso me marcó totalmente, porque me creía al fin feliz, tendría un trabajo bueno con una familia que me amaba.Podría a
Dentro del dolor, grito por ayuda para mi hermana y para Alex, Luca socorre a su cuñado, mientras yo veo a mi hermana partir de este mundo.Segundos después Luca se acerca a mí, me dice que debo presionar la herida, mientras está al teléfono pidiendo una ambulancia.-Gabriela, hermanita, por favor… no te duermas.-Marco… así es como llegué a este mundo, verdad – lucha por no cerrar sus ojos -. Entre tus brazos.-Sí, pero no será como te vayas – me siento mareado, la herida en la pierna me duele demasiado, pero trato de enfocarme en mantener consciente a mi hermana -.-Perdóname… Estas semanas para todos han sido fatales, dos semanas sin oír la risa y las ocurrencias de mi princesa, mi hermanita. La única luz en todo este dolor ha sido el apoyo que con Daniela nos hemos dado.Magaly se ha ido de nuevo de la ciudad, esta vez junto a José, ya que se dedicará a trabajar en la constructora, ya sin negocios turbios detrás, Francisco le ha dado duro y lo mejor es que la está llevando a otro mundo, uno más honesto y menos peligroso.Me quedo más tranquilo por mi hermana, cuando llegue a faltar, sé que estará en buenas manos.Estoy parado mirando por la ventana sin dejar de pensar en esta tarde. Salí de la habitación para ir por agua, encontré a Daniela llorando en la habitación de Gabriela y no pude evCapítulo 24: "Puede que sea tarde"
- ¡Te lo advertí! Te dije que no te metieras con ella… no debí dejarla sola contigo, pobrecita.-Magaly, de verdad que no sé cómo pasó todo esto… pero la quiero.- ¿La quieres? ¡¿La quieres?! La quieres un cuerno, tú no quieres a nadie más que a ti mismo.-No digas eso, sabes que a ustedes los amo.- ¿Y de qué me sirve eso? Tengo que lidiar con mucha gente que no quiere dejar a lo que me dedico, con la muerte de mi hermana menor, con el sufrimiento de mi hermana adoptiva y la ineptitud de mi hermano mayor… - se aprieta el puente de la nariz y lanza un bufido -. En verdad que trato de no matarte, porque homicida nunca he sido, pero me molesta que jugaras con ella
Con el pasar de las semanas conseguí adaptarme cada vez más al ritmo que aquí se lleva.El levantarse temprano, ducharse, desayunar, limpiar, lavar tu ropa a mano.Por medio de Ian, uno de mis compañeros de celda que tiene apenas dieciocho años, conocí a otros reclusos que estudian para terminar la secundaria. Me ofrecí a ayudarles, reforzando lo que no entienden, por lo que me gané el apodo de “El Profe".Pero al terminar todo eso, llega la nada, es como la publicidad de un refresco de hace un tiempo. Lo peor no es eso, cuando llega la nada, me invaden todos los sentimientos de culpa, el extrañar a mi hermanos, arrepentirme de todo lo que he hecho, pero lo que más me ataca es extrañar a mi pequeño ángel.
Dos semanas después…Estoy en la celda, acostado mirando el techo, pensando en que solo me quedan dos semanas para salir de aquí y lo primero que haré será buscar a mi mujer, besarle y arrodillarme frente a ella, para pedirle sea mi esposa, prometerle que jamás la dejaré sola ni la haré llorar.Estoy en eso, cuando golpean la puerta que siempre permanece abierta durante el día.-Russo, tienes visitas – me quedo embobado un segundo, hasta que el gendarme me grita -. ¡Ya pues, hombre, que la dama no debería estar aquí!¿Dama? Será que es ella…Salgo disparado de la cama y sigo al gendarme, miles de mariposas
ADEVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO PUEDE SER DE ALTO IMPACTO Y HERIR SUSCEPTIBILIDADES. LA AUTORA RECOMIENDA DISCRESIÓN, EN ESPECIAL PARA QUIENES PUEDAN ESTAR PASANDO UNA ETAPA DIFÍCIL EN SU VIDA.Han ido dos semanas de completa agonía, mañana ya me dejarán en libertad y no quiero enfrentarme a la realidad de no saber dónde está, de saber que se encuentra acompañada, volver a la realidad sin mi hermana.Me llaman a recoger el último paquete que podría recibir, me niego a aceptarlo, le digo a los gendarmes que se lo queden, en parte porque no quiero hacerme ilusiones de algo que no sucederá y otra parte por gratitud, porque conmigo fueron muy amables. Cuando me estoy retirando, me llaman para darme la ropa que venía allí.Último capítulo