Arlene
El salón principal del Hotel Wilson Park Lima, de propiedad de la familia Molina, se vestía de gala para recibir el año nuevo, en una de las celebraciones más esperadas del año. A esa majestuosa fiesta obviamente que tendría que asistir su mejor amiga, yo; Arlene Jackson, la princesa de Lima, la chica más deseada por todos y la que nunca fue capaz de mirar a nadie que no fuese de su misma clase social. Par algunos sigo siendo la misma presumida y cruel líder de las diosas de la universidad, pero eso quedó enterrado hace algunos meses, Estoy estrenando una nueva manera de vivir y mi primer objetivo es dar ese primer paso para conquistar a mi querido maestro Armando Vásquez. Un hombre joven, inteligente, de buena apariencia, que ha mostrado gran sensibilidad, sexy, con cierta intriga en su vida, lo que lo hace muy interesante. Sin duda un hombre solitario y misterioso que cualquiera quiere cazar.Y ahora presente en la fiesta más popular del momento, se luce radiante, con un traje azul marino y camisa blanca, que sobre esa piel morena lo hacían muy atractivo.Ha pasado desapercibido algunas horas entre los invitados, hasta que se acerca para ofrecerme una copa de Champaña. Debo confesar que estoy más que encantada con su repentina atención que no pudo resistirse a abrir mi corazón con ese bomboncito de chocolate. Y así sin darme cuenta inicia una agradable charla, que abarca todo, desde la invitación a la exclusiva fiesta y el futuro. Conforme pasaban los minutos me siento más atraída a él, quizás el tiempo que lo tuve que maestro en la universidad y aquellos roces groseros con el cuándo era la chica mala, están despertando ese interés dormido. Porque no voy a negar que siempre lo vi diferente al resto de los hombres que me han rodeado.—¿Así que te mudas a Colombia? —Pregunta sonriente el sexy maestro, tras conocer mis planes en las vacaciones.
—¡Si! Mis padres, manejarán un nuevo negocio, es la mejor manera de conocer otros lugares y ¿Quién sabe? Quizás, el amor. —expreso abiertamente, dejando una pequeña abertura de las puertas de mi corazón.—¡Eso sí que es coincidencia! —deja un ligero suspiro—Mi contrato en la católica se ha terminado, ya sabes, un maestro suplente no dura mucho tiempo. Así que me regreso a Colombia, mi país natal.—¿¡En serio!? —sonríe ansiosa.—Me gusta viajar, por esa razón me hice maestro. ¡Sé que dirás que el sueldo es una mirada! Pero existen posibilidades para acceder a un largo viaje y conocer el mundo, solo tomo la oportunidad. Desde que empecé a dictar clases supe que lo mío no era estar en un solo lugar. —Toma un trago de su copa —. Quiero esparcir mis conocimientos y al mismo tiempo disfrutar de la vida. Sé que piensa igual ¿O me equivoco?Vuelve a beber sin apartar sus ojos negros de mí ¡Joder! Estoy derritiéndome de emoción por ser yo la primera en estar al lado del bombón de chocolate y teniendo toda su atención.—Suena muy interesante, es una verdadera lastiman que no puedas seguir siendo mi maestro a donde voy.
—Pues, si gustas podría recomendarte a una universidad en Barranquilla.—¡Genial! —Grito emocionada —Disculpa, es que es ahí a donde iremos.—A eso si se llama destino. —Sonríe el moreno haciéndome suspirar.Cuando Mariana me invito a su fiesta, creí que sería una más de esas estúpidas reuniones aburridas a las que los Molina están acostumbrados a ofrecer por aparentar una intachable vida social. Pero resultó ser la más inolvidable de toda mi vida, pues el maestro más seductor de la universidad también estaba presente y después de mucho tiempo dejó su frialdad para convertirme en el centro de atención. Es entonces que me doy cuenta de que todo lo que deseaba, era estar a su lado. Cada segundo transcurrido escuchándolo hablar me enamoraba más, cada mirada profunda me desnudaba y cuando al fin nuestros labios se unieron en ese beso tan exquisito y ardiente, el mundo se desvaneció. Fue como si lo conociera de toda la vida, como si sus besos ya hubieses estado grabados en mi memoria, parecía que conocía cada centímetro de su boca, su sabor, su respiración agitada que me excitaba, el movimiento de sus manos sobre mi ropa, conocía ese perfume embriagador, conocía todo de él. Puede sonar a locura, pero estoy perdiendo la cabeza por Armando, mi hombre de chocolate que tiene el poder de derretir mi corazón con una sola mirada. Quizás por eso cuando me propone ir a su departamento, no lo dudo un segundo, abandono la fiesta a plena vista de mis padres, sujeta por su fuerte brazo hasta su auto.
Al llegar a su vehículo lo que menos hacemos fue alejarnos, en cuanto la puerta se cierra pone el seguro y aprovechando la oscuridad del lugar, su pasión ardiente me lleva al mismo cielo.Sentada sobre sus rodillas, saboreando sus besos dulces con un ligero gusto a alcohol, me pierdo en el más grande e insaciable deseo de ser suya. Sus manos me desnudan con destreza y se encargan de tatuarse en mi piel, sus besos húmedos ruedan por mi cuello hasta el centro de mi pecho despertando esa fiera dormida en mí. Cada segundo transcurrido me convenzo más de haberlo amado en otra vida, mi mente reconoce todo él.Para cuando nos miramos directamente, sus ojos, con la respiración agitada por el terrible deseo que nos consumía, pude ver mi destino; sería mi perdición. Pero me gustaba demasiado como para alejarlo de mí, y no solo lo decía por el fantástico momento que me estaba haciendo vivir al sentirlo dentro, desgarrándome con su gran polla por primera vez. Había descubierto al tipo malo que guardaba mi encantador maestro Armando, sus ojos negros que ahora destellaban como dos luceros, me mostraban ese fuego mortal capaz de volver cenizas lo que fuera. Pero al mismo tiempo, sus manos fuertes causaban en mí las más grandes emociones con un solo roce y los “te amo” que susurraba me decían que el fantástico, era sueño.Y sin sentir el correr de las horas, bañados en sudor escuchando solo los latidos de nuestros corazones, terminamos abrazados disfrutando el más grandioso de los orgasmos, sin duda el mejor de toda mi vida.Luego de vestirnos como pudimos, condujo improvisando nuestra primera locura de amor.—Ya que los dos dejaremos el país en unos días, ¿Por qué no nos vamos juntos de vacaciones a otro destino? —propone con esa voz tan seductora que me eriza la piel.
—¿Intentas decirme que escapemos? —sonrío.—Podría tomarse así, pero solo serán las vacaciones, volveremos a Colombia para tus clases, así que no sería fugarse. —Acaricia mi mano, mientras sus ojos brillan de felicidad.Una propuesta indecente, muy tentadora, que no fui capaz de despreciar cuando sus labios volvieron a besarme.
Casi al amanecer llegamos al aeropuerto Jorge Chávez y nos dirigimos a la zona exclusiva, “¡Dios mío! Parece que esta chica linda tendrá un vuelo privado”¿Si estoy nerviosa? ¡Pues, mucho!, es normal sentir miedo cuando haces algo impulsivo guiado por el corazón. Puedo arrepentirme y… viajar con mis padres desperdiciando la única oportunidad que me ofrece la vida de tener la más grandiosa aventura romántica jamás vivida. Mis piernas siguen temblando, pero siento que nada malo va a pasarme mientras siga sujeta de su mano.— ¡Arlene, preciosa! —truena los dedos para sacarme de mis pensamientos—, llámale a tus padres para que sepan que estarás bien, no quiero que se preocupen. —sonríe soltando mis manos, para dirigirse al sujeto atractivo que parece esperarlo a unos metros.¡Qué tierno y considerado! Sin embargo tomando en cuenta el carácter de mis progenitores, mejor les enviaré un mensaje claro y conciso.“Sé qué pensarán que es una locura lo que voy a hacer, pero tómenlo como un viaje adelantado, donde no tienen que cargar con todo mi equipaje. Solo les pido que no llamen a la policía, porque ya soy mayor de edad y no estoy fugando, solo adelantándome a nuestro destino”Un mensaje medio tonto con una grito desesperado de “Estaré bien, no llamen a la policía, por favor” ¡En fin! No espere tener respuesta aprobatoria conociéndolos como son.Por unos segundos acaricio la idea de apagarlo, si leo el testamento de reproches y los exagerados “peros” estoy casi segura que mi conciencia empezará a torturarme.En eso, la contestación entrante a mi teléfono me sobresalta ¡joder! Mi corazón se acelera y mis dedos tiemblan antes de abrirlo ¡Oh, qué decepción!“Confiamos en tus decisiones, ya estás creciendo y creemos que es tiempo de que extiendas tus alas. Cuídate mucho, princesa, te amamos. Nos reencontramos en unas semanas en Barranquilla”
¡Qué diablos fue eso! Se supone que así no reaccionan las personas que dicen que te aman, a menos que estén artos de mis gastos y… ¡Ay, no! ¿ y si están viendo en este viaje la oportunidad para deshacerse de mí?—Todo bien, cariño. —se acerca Armando para tomarme de la mano y levarme al jet privado.—Un poco enojada, más bien decepcionada, parece que mis padres acaban de despedirse de mí con palabras tiernas.—¿Por qué lo dices?—Es que , al ser su única hija, creí que este viaje los pondría furiosos y … ¡Olvídalo! Creo que no les interesa mi ausencia o quizás están felices de tener un tiempo a solas.—Es lo más probable.Armando sonríe y deja un beso en mi frente.—Quiero pensar que saben que estarás a salvo. —susurra.— ¿Y adónde iremos?—A un paraíso. —responde feliz.Sin duda el mejor de los lugares que pude haber imaginado para mis primeras vacaciones a su lado, fue Brasil. ¿A dónde exactamente? Lo supe en cuanto llegamos. El hermoso Salvador de Bahía, Aeropuerto Internacional Diputado Luís Eduardo Magalhães .Lo primero que hicimos al bajar del avión, fue ir de compras, comer algo rico y luego a un hotel precioso, donde la idea de descansar fue descartada. Resulta que Armando es la tentación en persona, ¿Desde cuándo me volví tan débil ante una mirada seductora y llena de deseo? ¡Oh mi dios! No quiero imaginar la agitada vida que llevaré esos meses, en estas tierras del pecado.—Existe una razón para haber llegado aquí—De repente habla muy serio durante la cena, haciéndome detener el cubierto cerca de la boca— y te la contaré muy pronto. — Esta vez su voz me dio escalofríos, se dio cuenta de ello y cambio de un segundo a sus gestos alegres —Suelo entrenar duro en las vacaciones y esta vez te enseñaré algunas cosas. ¡Será divertido! —Termina muy emocionado.Pero ya la duda asalta mi corazón, ¿Me estoy equivocando?Meses después Los días han trascurrido más que geniales, debo confesar que temía que todo se fuera a la m****a, ¡pero no! He hablado con mis padres seguido y lo que más he amado son las video llamadasen los diferentes puntos del país. Quitándole lo duro de los entrenamientos a los que me ha sometido como si me preparara para la guerra, debo decir que estas semanas han sido de ensueño.Y hoy nos encontramos en el puerto de Manaos a punto de subir a un crucero por el río negro y tener una última aventura recorriendo la Amazonia antes de volver a casa. —Llegó el momento de hablar de algo muy importante. —Me lleva a un lado apretándome fuerte del brazo. ¡Joder! De esta manera tan brusca cualquiera deja sus más profundos pensamientos y vuelve a la realidad. Dejo salir mi agudo grito de dolor, pero parece no importarle, me arrastra hasta un pequeño callejón, como escondiéndose. —
ArleneNo pienso en lo que pasara conmigo al salir del auto, solo activo mi instinto de supervivencia como me lo enseñó Armando, sin miedo, sin dudas y a lo que Dios quiera. Por suerte empiezo rodando por una pequeña colina, ¡mierda! En las películas de la tele no se ve si hay rocas, ramas, insectos, espinos. ¡Maldita sea! Pero son ellos o mi vida, no quiero acariciar la idea del lugar la que iré si me atrapan. Mi corazón está acelerado, estoy muriendo de miedo y terror al escuchar a los malditos autos detenerse y al estúpido,carade mono gritar “¡Vamos, sepárense y busquen a esa maldita perra! ¡Muévanse, que estamos retrasados!”Solo trato de cubrir mi cara y aguantar el dolor de los raspones, ¡créanme que poner la mente en blanco no ayuda! Pero si lo hace el miedo a ser asesinada. Me leva
Alex —Perú Hace unos días Armando se puso en contacto conmigo; cosa extraña, pues dijo que solo lo haría cuando estuviese en peligro. Pero no se escuchaba como un desesperado agente descubierto;sinocomo un hombre preocupado por el futuro de su mujer.—Quiero que me prometas que llegado el momento cuidaras deArlene.—¡Espera! ¿Estás comprometido? —Me resulto extraño que en su trabajo tan arriesgado decidiera darse un tiempo para el amor, cuando había renunciado a ese sentimiento.—Ella es especial y está en peligro. Te enviaré algunas direcciones y contactos en Colombia. Por ahora estamos en Brasil, pero no por mucho. Memoriza o codifica los datos, tienes que deshacerte de todo.—¿Estás enviándome una misión acaso? No estoy de vacaciones, sabes que…—No te preocupes por el jefe, hablaré con él.— ¿En qué líos te metiste ahora?—En los peores mi amigo, los del corazón.
ARLENEEn manos de Ramiro Gaviria o “Tiberio” como se le conoce en la zona, en estos días he llegado a conocer mucho de mi padre; el famoso Dios de la heroína. Ahora sé perfectamente de donde ha salido cada centavo de la fortuna que amasado y lo que pretende hacer conmigo y pues, en cualquiera de los dos bandos estoy perdida. Lo que aún no sé es quien es mi madre y es un tema que no me quita el sueño, en estos momentos lo que me interesa es buscar la mejor manera de escapar. Estos días me han servido para estudiar y analizar el panorama, he sido buena niña, he dicho solo lo que quiere escuchar y después de ver todas las posibilidades para lograr un buen escape; al fin puedo decir que tengo una pequeña probabilidad con un mínimo margen de error. Ya estoy lista para irme de este maldito infierno.Según Tiberio, parece que mi famoso padre tiene gente infiltrada en sus filas, por eso corrió
Alex —tres semanas después Los días han transcurrido rápido y no puedo decir que me he aburrido, mis grandes nuevos amigos se han encargado de desvelarme todos los días para torturarme con los rudos entrenamientos, obviamente que mi preparación me ha ayudado a deslumbrarlos con mi rápido aprendizaje. ¡Joder! Puedo presumir que soy un maldito genio.¡Si tan solo supieran quien soy en realidad!En fin, he recorrido la hermosa Cartagena y sus alrededores en mi propio automóvil, digamos que me han dado libertad para trasladarme y no por confianza, sino porque saben que no puedo escapar.¡Qué locura! No quiero hacerlo, ahora que sé que Arlene está en la ciudad desde hace varios días huyendo de Tiberio. Tal como lo dijo Armando, la pequeña princesa se las ingenió para escapar de sus garras y ahora tanto ellos como nosotros la buscamos.La gente de Dionisio ha peinado el área al centí
En cuanto entramos por la parte de atrás del Club Placeres, coloco el seguro a la puerta. Y la miro silenciando mis labios con un dedo, dejándole entender de que no debe hacer ruido, los hombres están afuera y lo primero que hicieron fue intentar abrirla. Nos quedamos mirando la puerta unos segundos hasta que la voz de mi contacto nos sobresalta—¡Ah, eres tú! —Al girar notamos que nos apunta con una escopeta. — ¿Quién es ella? —Su voz ronca de sargento no va con esa cara linda con exceso de maquillaje. Arlene me apriete la mano, quizás fue solo por la tensión del momento, porque un segundo después se aparta dejando un gesto de desagrado.—Es la mujer de la que te hable. —respondo caminando al interior del local, no sin antes arrastrar conmigo a la pequeña gatita.—Puedo caminar sola —aparta su mano enojada.—Y es tan desagradable como la describiste. —Agrega Luca con su voz dulce, caminando delante meneando las caderas.— ¿Qué?
Alex Deja de forcejear, su cuerpo se relaja, es entonces que insisto en repetir que no quiero entregarla con su padre. Su mirada cambia y creí que podíamos empezar a tener esa charla amena; pero me equivoqué. Me hizo creer eso y sin esperarlo me deja un rodillazo en la entrepierna que me aleja lo suficiente para dejarme ese agradable golpe en la mandíbula. ¡Joder! Pierdo un poco el equilibrio por lo inesperado del movimiento. La veo saltar como liebre en dirección a la salida. Cuando creo que se saldrá con la suya; Luca aparece para salvar la situación.Antes de que sus manos tocasen la puerta, se abre y veo la cara sonriente de mi buen amigo. “ No dejes que vaya” grito reincorporándome.Mi contacto reacciona como un ninja y sin soltar la bandeja que trae en las manos. Levanta la pierna sin importar su falda corta y ceñida que se levanta dejando ver su bulto entre las piernas bajo
Dionisio No puedo creer que haya perdido más de tres docenas de mis mejores hombres en una búsqueda que la teníamos ganada. La tenía tan cerca simplemente estos incapaces la perdieron y se atreven a ponerse frente a mí suplicando clemencia por su vida cuando el precio por el fracaso es la muerte y mi decisión jamás es cuestionada. —No requiero en mis filas a una bola de inútiles como ustedes —saco mi arma y les a punto —Tengo jóvenes que se preparan desde hace mucho para ocupar sus lugares. Así que si no tienen un argumento válido, morirán. Muevo el arma apuntando a la fila de izquierda a derecha, viendo como el miedo en aquello cobarde sale a flote. Y de repente inicio con el primero de la izquierda; un tiro perfecto en la frente termina con la vida de… ¡Al diablo! Ahora me doy cuenta de que ninguno de estos perro tiene nombre en cuanto se puso el uniforme, solo fue un número más en mi cuartel.