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Capitulo 5: "lo habia olvidado" (parte uno)

"El eco de la lluvia suena en la tormenta del alma, mientras la distancia crece y la impotencia consume al que espera sin respuestas."

Oshin Itreque

Estaba desesperado, ya habían pasado días desde que ella escapó de la casa. La hemos buscado por todos lados, incluso se me ocurrió preguntarle a las otras razas por medio de las líneas de comunicación que teníamos, obviamente ocultando el detalle de que ella era ella, porque si no, la buscarían para matarla, como siempre lo planeamos. Pero ya no sé qué hacer al no tener respuesta sobre su ubicación.

Suspiro pesado, frotando mi cara. Riu se fue a su manada ayer a buscar entre los lugares que ellos frecuentaban antes de que viniera aquí, donde vivían antes también, para preguntarle a los padres adoptivos de ella si sabían algo...

Cuando se conocían allá, donde vivía antes. Me frustra saber que él puede encontrarla y yo no puedo hacer absolutamente nada. Mi mente está llena de pensamientos contradictorios. Quisiera estar ahí con él, enfrentando todo lo que venga, pero lo cierto es que mi impotencia me consume. El solo pensar que él, alguien que a veces parece más confiable que yo, tenga más posibilidades de hallarla, me devora por dentro.

Me siento tan vacío, tan miserable desde que ella se fue... Y más sabiendo que es mi puta culpa, otra vez. Me atormenta la idea de que podría haber dicho algo diferente, pero cada vez que lo pienso, me parece que el daño ya está hecho. No hay forma de deshacer lo que dije. El vacío se agranda en mi pecho. La culpa se enreda en mi estómago, y cada vez que trato de avanzar, siento que todo me arrastra hacia abajo. Soy el responsable de que ella se haya ido, y eso es lo que más me duele. Es difícil seguir adelante sabiendo que la decisión que tomó nos ha separado de una forma irreversible.

Me levanté de la silla giratoria donde estaba y agarré la cadena que estaba al lado de mi computador ahora cerrado. La cadena que nunca le entregué. Aquel recuerdo de que ni siquiera pude cumplir con algo tan sencillo, como entregar un objeto que significaba tanto para mí, para el"nosotros", me golpea como una bofetada.

Esa cadena... parece tan simple, pero la dejé ahí, mientras todo se desmoronaba. No pude, y me odio por eso. Mi cuerpo entero se siente drenado, incapaz de hacer lo que debería. Esa misma impotencia que siento al mirar la cadena, la siento en todo mi ser, como si fuera un recordatorio constante de que hice lo suficiente.

Una tristeza me inunda, ni Dai ha podido localizarla por la conexión de mates, como si el lugar donde se encuentra estuviera protegido por una barrera para que nadie pueda localizarla, o como si ya estuviera muerta. Pero no quiero considerar esa opción, y no me sorprende, la verdad, al saber quién es ella en realidad. Después de todo, es el ser más poderoso del universo, luego del creador...

Pensar en eso solo hace que la preocupación crezca. Es imposible pensar que algo tan simple como un hechizo o una barrera podría detenerla, pero al mismo tiempo, la idea de que esté en peligro, de que haya algo más grande que ella que no pueda controlar, me pone los nervios de punta. Sé lo que ella representa, y el solo hecho de imaginarla vulnerable me hace sentir como si el mundo se estuviera cayendo a pedazos. La vi tan fuerte, tan tranquila , tan segura de sí misma...

¿Cómo pudo ser tan fácil para ella irse? No puedo evitar cuestionarme si la conocí realmente. La imagen que tengo de ella ahora es distorsionada, porque lo que quiero pensar es que ella siempre tiene todo bajo control, pero no estoy tan seguro.

Ella se llevó esos libros que leía la vez que se adentró en la biblioteca, y tanto me arrepiento de todo lo que le dije ese día, una m****a. Así como algunas cosas de las que había traído inicialmente en la maleta y una pequeña porción de comida de la cocina... Pensaba que no importaba, que lo material nunca sería importante para ella, pero ahora que lo pienso, tal vez lo era. Tal vez esas pequeñas cosas eran una forma de demostrar que realmente no estaba segura de nada. Tal vez lo que dejé pasar por alto eran los últimos vestigios de lo que era ella. Y si lo hubiera entendido, tal vez habría podido evitar que se fuera.

El deseo de que se llevara la cocina entera si quería, y así estar seguro de que no le faltaría nada, al menos hasta que estuviera bien en donde sea que iba o que la encontrara...

La comida... es una de esas cosas que nunca pensé que sería tan importante. Ahora, con cada día que pasa, me doy cuenta de que cualquier cosa, por pequeña que fuera, podría haber marcado una diferencia. Quiero que esté bien, pero siento que no puedo hacer nada para asegurarme de eso. La ansiedad se apodera de mí.

¿Está bien alimentándose?

¿Está sana?

¿Está cuidándose?

Todo me parece incierto, y me desespera no poder ofrecerle ni siquiera la mínima seguridad.

¿Ya habrá comido hoy?

¿Descansará bien?

¿Llegó a ese dichoso lugar pendejo?

¿Tendrá frío?

¿La habrán atacado?

En el bosque hay demasiados peligros. Rogers, vampiros, ninfas, duendes y más...

Los pensamientos no dejan de darme vueltas. Cada uno de ellos me consume aún más. La lluvia parece caer más fuerte, como si toda la tristeza que estoy sintiendo se desbordara en gotas pesadas que no puedo detener.

¿Qué está haciendo ella?

¿Piensa en mí, aunque sea un segundo?

Esas preguntas me atormentan. Y lo peor es que no tengo respuestas. La impotencia me está matando lentamente. No puedo soportar la idea de que el tiempo pase y yo esté aquí, esperando, sin hacer nada.

¿Por qué no fui más fuerte?

¿Por qué no hice lo que era necesario para evitar que esto pasara?

¿Por qué no me di cuenta de las señales?

Apreté la cadena en mi mano, impotente por no poder responder ninguna de esas preguntas. El hermano y padre de ella no los he encontrado para contactarlos, ya que habían salido de "viaje" el mismo día que nosotros, hacia la otra manada. O eso fue lo que dijeron a Fumiko antes de despedirse de ella. Pero sé que hay algo más detrás de su salida, pero no quise indagar más por respeto a ellos.

Aunque una vez los escuché hablar sobre los Ángeles, o algo así...

El pensamiento de los Ángeles, aunque vago, me da escalofríos. Si hay algo de verdad en eso, ¿cómo puede alguien tan... normal como yo, enfrentar algo tan grande? Es otra de esas preguntas que me arrastran hacia la incertidumbre.

Tengo ganas de agarrar la botella y empezar a beber hasta perderme en la tristeza, o llorar hasta quedarme dormido. Incluso ir a buscar a cualquiera y follarla hasta destrozarle las caderas y que no pueda caminar en una puta semana, solo para sacarme este sentimiento de m****a que tengo ahora mismo estancado en el pecho.

Las palabras suenan vacías, incluso para mí. Quiero escapar, pero sé que no hay ninguna escapatoria. Los impulsos que se cruzan por mi mente son solo intentos de evadir lo inevitable. Y lo inevitable es la realidad de que no puedo hacer nada para encontrarla.

Pero sé que ninguna de esas cosas me ayudará a encontrarla. Ni siquiera lo que quiero hacer, ni la peor de las decisiones, me llevará a ella más rápido. Lo peor es que todo lo que podría hacer, lo dañaría a ella. Así que aquí estoy, atrapado en un ciclo interminable de desesperación, impotente y roto, con la sensación de que la vida está pasando mientras yo sigo esperando... sin respuestas.

Ni la última botella de alcohol me da consuelo. Ni siquiera el dolor físico podría liberar mi mente de esta tormenta que nunca cesa. Ya destrocé todo el despacho cuatro veces. Y para no tomarme las botellas de alcohol, las he estrellado contra la pared, quedando la habitación manchada con el color amarillo característico del vodka. Cada golpe me hace sentir un poco mejor, pero sé que en algún momento el vacío será aún más grande, y entonces nada quedará.

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