El tesoro ya estaba seguro en un lugar de Finlandia que sólo conocían Agnes y Mikhail, fuera de Helsinki, y cuidadosamente dividido en partes iguales. Una pequeña fracción fue vendida en el mercado negro, dándoles capital suficiente para mejorar sus negocios sin llamar demasiado la atención, y para que Kasparov hiciera una compra que aún no le revelaba a su esposa. Aunque sólo sería cuestión de tiempo para que alguien se percatara de sus nuevas inversiones y comenzara a hacer molestas indagaciones.Sin embargo, a partir de ahora, lo más importante era que tenían la compleja tarea de descifrar el nuevo mapa.Una tarea para la que Mikhail se consideraba completamente inútil, pero para la que, afortunadamente, su esposa tenía más astucia.Cuando la observaba enfrascada en la lectura, y haciendo anotaciones, él no podía evitar pensar en que, aún con el mapa, un sujeto como Jasha no habría encontrado nada. Por algo Dmitry no lo había intentado.La mente de Agnes recorría caminos inusuale
Durante los días siguientes, ambos podían sentir cierta euforia, resultado de lo que habían conseguido estando juntos. Mikhail, frío y despiadado sólo con sus enemigos, le ofrecía a Agnes un afecto del que nunca se había creído capaz. Continuaban entrenando juntos, aumentando la experiencia y resistencia de Agnes, pero la tensión entre ellos ya no era incómoda, podían besarse, acariciarse…Sin embargo, no habían repetido un encuentro como en el Cáucaso, por una causa que la mujer aún no descifraba. Tal vez se sentía incómoda en esa ciudad, no se sentía libre, a pesar de que consideraba cerrado el capítulo de abusos y violencia de Fred y sus amigos.Tal vez, las cicatrices de su alma necesitaban otro remedio.O quizá sólo era cuestión de tiempo y de cambio de ambiente.Kasparov era paciente, pero ahora que ya la había tenido una vez, envolviendo con calidez su hombría, la ansiaba de nuevo con premura, y no le era tan sencillo contenerse.Por eso, planificó con cuidado un regalo para
Esa mañana, Agnes se despertaba exhausta y hambrienta, abriendo los ojos lentamente para encontrarse con la figura magnífica del hombre a su lado, que la observaba dormir con un brillo de deseo.Había descubierto, una vez liberado, el apetito insaciable que Mikhail tenía por ella, haciendo que de verdad se sintiera amada en cada caricia, y en la manera en que la buscaba y satisfacía, aunque aún albergaba dudas en su corazón. A menudo, Agnes sentía que él estaba ocultando algo importante, algo tal vez sobre su pasado, o sobre sus verdaderas intenciones con ella.Se habían dicho que se amaban, pero aunque ella estaba segura de la sinceridad de sus sentimientos, los de Kasparov eran un misterio todavía.Sin embargo, eso no había impedido que durante la última semana, Mikhail se hubiera encargado de cansarla más que en cualquier sesión de entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, de jiujitsu, natación o lo que fuera.Hacer el amor con él era verdaderamente intenso y revelador.Había llev
Agnes había estado ocupada toda la mañana con el trabajo, junto a Kiana, en un asunto que su amiga no podía resolver sola.No porque no fuera capaz, si no porque los hombres con quienes debía tratar, se habían empecinado en conversar directamente con Kasparov.No era común, pero solían subestimarla a menudo, y el propio Mikhail la había preparado para eso.Parte de su poder y respeto vendría aparejado por el simple hecho de ser la esposa del joven mafioso, aquella por la que había destrozado sin miramientos a Benito Murano, despreciando cualquier convenio comercial.Eso daba una clara señal de que no era sólo un juguete en su cama. Pero otra parte de ese respeto debería forjarlo ella misma, aprendiendo a infundir algo del terror que brillaba en los ojos de muchos ante la sola presencia de su esposo.Y estos tres ingenuos y necios hombres frente a ella, no entendían que esas mujeres estaban a cargo e insistían en hablar con Kasparov. Por supuesto, no sería así, pero ella no tendría m
Agnes era una mujer que difícilmente podría pasar desapercibida, aunque no se propusiera resaltar.Ya lo había vivido cuando trabajaba como barwoman en Viborg, tratando siempre de ocultarse para evitar problemas con los clientes ebrios.Sin embargo, no siempre era consciente de esa atracción que despertaba y que con frecuencia la podría en peligro.Vestida con cierta nueva formalidad de mujer de negocios, adquirida desde que vivía en Helsinki, con camisa de seda y una falda ceñida pero elegante, ese mismo día se había encargado en persona de un par de aficionados que la subestimaron.Claro, aprendía del mejor, un temible Mikhail Kasparov que, de traje y corbata, podía ser un demonio insensible, pero con el meticuloso y frío aspecto de un empresario.Así vestida, con su largo cabello negro suelto sobre sus hombros, y enmarcando su rostro engañosamente inocente, adornada sólo con un par de aretes que cualquier ojo mínimamente experto notaría que valían una pequeña fortuna, parecía la cl
Mikhail no lograba entender qué sucedía con Agnes desde el día en que la encontró en el club para mujeres junto a sus amigas.Sus hombres no la perdían de vista, y también se encargó de averiguar más sobre el tal Karim Malik, pero ella eludía cualquier contacto con él.A pesar de que creía conocerla bien, no descifraba cuál era el motivo por el que Agnes parecía evitarlo a toda costa.Si tan solo le permitiera entrar a su habitación una noche y hablar cara a cara, todo se resolvería. Mikhail sabía por sus miradas fugaces que todavía ella sentía algo y él sería capaz de hacerla ceder.Pero precisamente por eso, su sagaz esposa se encerraba en las noches, bajo llave, y salía temprano de la casa para no cruzarse en su camino.Lo peor de todo, fue descubrir que Yuri estaba dándole, a su mujer y socia, diferentes trabajos que no podía rechazar, por ser parte de Zorro Blanco. Lo único que lo tranquilizaba era saber que la mantenía alejada de Demian, y que le permitía llevar a sus hombres d
Agnes viajó a Turquía con un mal presentimiento. Algo en todo ese asunto le olía fatal.Se trataba de convencer a sí misma de que, tal vez, era la sensación horrible de estar, después de tantos meses juntos, lejos de Mikhail, en una tierra en la que su madre se había esfumado del mapa, y con una misión asignada por el propio jefe de la organización. Un paso en falso, y todo lo construido junto a Kasparov podría destrozarse. Incluso tener éxito en este trabajo, implicaba un riesgo, ponerse en la mira de otros líderes de la organización que vieran con malos ojos su ascenso.Interponerse, por ejemplo, en el camino de Demian.Su malestar con toda la situación no mejoró al conocer finalmente al "señor Marcos" en su enorme plantación en lo más recóndito de Turquía. El hombre, apuesto, moreno y con algunos cabellos blancos en sus sienes, era amable con ella y disfrutaba notoriamente de su compañía aunque la observaba de un modo extraño.Sin embargo, a pesar de su cordialidad y la hospitalid
-¿A qué te refieres con qué perdiste a Mikhail?La voz de Karim Malik resonaba indignada en el teléfono, mientras Loren lloriqueaba del otro lado de la línea, cómoda en su departamento mientras él hacía el trabajo sucio.-No lo sé, Karim… no tengo idea de dónde está. Terminó unos negocios en Helsinki y desapareció… Se fue… Me dejó…La ex amante sollozaba enfureciéndolo.-Ay, Loren, eres una estúpida. No hay que ser un genio para darse cuenta de que Kasparov no tardará en aparecerse por aquí detrás de su linda mujercita, que lo tiene comiendo de su mano. Lo vuelve loco, pude notarlo en el club A pesar de lo que le dije a su esposa, sé que ya no busca jovencitas en Valkyr… ¿Creíste que tus encantos lo retendrían? Una mujer como Agnes no se suelta así como así… Pudiste esforzarte más por retenerlo… ¡Basta!... Deja de gimotear. Por tu culpa tendré que apresurar las cosas… No podré hacerlo a mi modo…La rubia apenas podía hablar, pero logró recomponerse.-Lo siento… Miky es difícil de comp