Me levanté de la cama, mientras admiraba la cama revuelta sin poder evitar sonreír al recordar cómo me había vuelto a hacer suya sobre ella de nuevo.
Llevaba semanas jugando a dos bandas. Él lo sabía, Kevin. Podía notarlo en cada sacudida que me proporcionaba cuando estábamos haciéndolo, pero era demasiado cobarde para enfrentarme, para decirme que no le gustaba lo que hacía.
Solía quedar con Han Tae Sang para pasear, para hablar sobre nuestra historia juntos, sobre lo mucho que deseaba que volviera. Pero yo nunca le hablaba en claro, siempre tenía una excusa para marcharme. Sabía que no podía seguir huyendo mucho más.
No era cierto que no sintiese nada por Han Tae Sang, pero lo que sentía por Kevin crecía cada día, así que no podía aceptar a mi ex novio, aunque me lo negas
Kevin entró con chulería en la habitación de su amigo, mientras este dejaba el teléfono sobre la mesa y volvía la mirada hacia él.¿y bien? – preguntó con curiosidad, ya que le había llamado y le hacía pedido que viniese a verle en seguida. No entendía cuál era la urgencia, ya que estaba igual que siempre, no parecía haber nada diferente en él - ¿Cuál es la urgencia?¿tenías algo mejor que hacer? – Preguntó Han Tae Sang mientras se servía una copa de whisky. Admirando como Kevin se encogía, para luego sentarse sobre el sofá de mala gana – Ana estuvo aquí – admitió haciendo que él se enderezase y pusiese toda su atención en su amigo.¿y? – Preguntó con indiferencia mientras se levantaba
Aquella noche era hermosa, llovía con fuerza, pero aun así nunca había visto una noche tan bonita como aquella.Por primera vez en mucho tiempo me sentía libre. Ya no tenía nada que me atase a Han Tae Sang.Había llegado del hotel un par de horas antes y me sentía satisfecha de haber podido dejarle atrás.Ahora lo sabía, ya no sentía nada por él, tan sólo eran sentimientos del pasado, tan sólo eran recuerdos.Miré hacia abajo, hacia el pequeño buldog francés que había recogido de la tienda de animales aquella misma tarde. Era precioso, de un marrón chocolate y un blanco nuclear precioso.Lo cogí en brazos mientras notaba como la felicidad del animalillo crecía.Hola bebé – le llamé mientras el perro sacaba la lengua y me babeaba la na
La tienda estaba a rebosar aquel día, podía ver a miles de clientes pedir café mientras yo, sentada en uno de los sofás admiraba como mis trabajadores hacían su trabajo. Con aquel traje de rayas y aquellas zapatillas blancas que tanto adoraba. Intentando escuchar los consejos de mi abogado y amigo Philip, pero aquel día no podía parar de recordar el pasado, no podía dejar de acordarme de él…Hang Tae Sang el único hombre al que realmente había amado en toda mi vida, aquel al que abandoné cinco años atrás, aquel al que aún amaba con todo mí ser.Y sí, lo habéis adivinado, soy Ana, Ana Álvarez, retrasmitiendo desde la gran ciudad de Nueva York, donde vivía desde entonces.¿Qué cómo se torció todo entre aquel hombre y yo?Si os digo la verdad no lo sé,
Me encontraba sobre mi cama, con un sinfín de pintauñas sobre ella, intentando elegir cual era el acertado para la inauguración de mi nueva sala de café en la tienda, quería un tono discreto.Seguro que acabas escogiendo un color discreto – decía una voz tras de mí haciendo que mirase hacia él y sonriese. Me sentía a salvo en aquella habitación, con el cabello alborotado y aún con su camisa puesta. – seguro que escogerás el dorado, y los sorprenderás a todos con ese vestido negro que me cautivó. - añadía mientras yo me reía a carcajadas.El dorado está pasado de moda, me gusta más este rojo borgoña – admití mientras le mostraba el color al que me refería.No esperaba otra cosa, siemp
Aquella mañana desperté temprano, el aún dormía, la noche anterior habíamos hecho el amor desenfrenadamente hasta altas horas de la noche, es normal que estuviera exhausto.Me vestí rápidamente y bajé al salón para desayunar.Agarré un poco de café que acababa de calentar y lo serví en mi taza preferida. Caminé hacia el sofá y me senté sobre él, dejando la taza sobre la mesa, percatándome entonces de que su teléfono móvil se encontraba allí.Una lucecita azul se encendía intermitentemente, indicando que un nuevo mensaje había llegado.Una curiosidad crecía en mí en aquel momento, aunque una parte de mi sabía que ese mensaje me haría daño, necesitaba saciarlaCogí el teléfono móvil y lo desbl
CAPÍTULO 4 – Superando una vieja etapa.Esperaba en el aeropuerto a ser llamada para el vuelo a España, había llegado demasiado temprano, pero el miedo que tenía a ser encontrada por el en casa no me traía tranquilidad.Miraba hacia el suelo, mientras sentía que mi cuerpo temblaba al sentir una nueva punzada de dolor en mi corazón, de nuevo pensaba en él, en cuando había sentido que todo había sido una mentira, cuando había reconocido que tan sólo era alguien con quien perder su tiempo…Caminaba hacia el comedor, donde había quedado con mi suegro para ir a la finca que tenían, allí era donde el hombre solía pasar la mayor parte del tiempo, plantando higos y tomates, lejos de su cruel y mandona esposa, y de su mangoneado hijo.Madre, &iques
Mi hermana estaba decidida a casarse con aquel paga-fantas de James, es obvio que no me caía bien.La verdad, no era mal tío, pero yo pensaba que mi hermana valía mucho más, que merecía a alguien mejor que él.Cenábamos tranquilamente, mientras Lian hablaba de lo que había conseguido para la ceremonia, parecía realmente entusiasmada, pero Marcos tenía un tema mucho más importante en aquel momento que su boda, y eso fue lo que más molestó a Lian, que el tema de la noche cambiase, que ella dejase de ser el centro de atención…Debemos estar agradecidos, ¿no crees papá? Ana ha vuelto a casa – admitía el muchacho mientras mi padre sonreía hacia mí, se veía que mi llegada le había sentado bien, parecía más animado que de costumbre, o eso me transmitió mi he
Me sentía en paz en aquel lugar, me irradiaba tanta calma que me sentía feliz allí, junto a aquella persona que tanto cuidaba de mí.Él era el mejor amigo de mi hermano, siempre tuvimos una relación especial, siempre supe que era más que un amigo, desde el principio, pero no podía ser nada más que un amigo, en mi corazón sentía que no era suficiente lo que sentía por el como para que el renunciase a la amistad de mi hermano por mí.Así fue como dejé de acostarme con él.Pero entonces entré en la armada, y allí estaba él de nuevo para sanarme. Después de todas esas atrocidades que me obligaban a hacer por mi país, el estaba ahí para curarme, para hacerme ver aquello tan sólo era un trabajo y que debía seguir adelante y perdonarme a mí misma