La tienda estaba a rebosar aquel día, podía ver a miles de clientes pedir café mientras yo, sentada en uno de los sofás admiraba como mis trabajadores hacían su trabajo. Con aquel traje de rayas y aquellas zapatillas blancas que tanto adoraba. Intentando escuchar los consejos de mi abogado y amigo Philip, pero aquel día no podía parar de recordar el pasado, no podía dejar de acordarme de él…
Hang Tae Sang el único hombre al que realmente había amado en toda mi vida, aquel al que abandoné cinco años atrás, aquel al que aún amaba con todo mí ser.
Y sí, lo habéis adivinado, soy Ana, Ana Álvarez, retrasmitiendo desde la gran ciudad de Nueva York, donde vivía desde entonces.
¿Qué cómo se torció todo entre aquel hombre y yo?
Si os digo la verdad no lo sé, no sé en qué momento dejó de amarme, en qué momento se aburrió de mí. Pero lo cierto es que él ya no era el mismo, parecía cansado de aquella relación, de tener que compartir su vida conmigo, parecía que estar viviendo junto a él era una carga.
Así que me fui, sin mirar atrás, pretendiendo que nada me importaba, que ya no le amaba, pero lo cierto era que, si lo hacía, aún le seguía amando.
No estoy preparada para hablaros de cómo sucedieron las cosas, de que sucedió la noche en que me marché. Aún duele demasiado pensar en ello. Pensé que el dolor se marcharía con el tiempo, pero no fue así, seguía tan atormentada como al principio, y la horrible herida de mi corazón parecía no sanar del todo.
Así que tan sólo nos centraremos en mi abogado, que comenzaba a mirarme con interés, adivinando que no le estaba prestando atención alguna.
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Salí de mi casa media hora después de lo esperado, estaba deslumbrante, llevaba un largo vestido negro con media pierna descubierta y adornos dorados. Mi cabello peinado y alborotado a un lado, y maquillada con un ahumado, cómo solía hacerlo cada vez que tenía un evento.
Me monté en el auto con mis altos tacones, y le indiqué al chofer (que mis amigos habían alquilado) que podíamos irnos.
Al llegar al restaurante todos me estaban esperando en la mesa, Philip se levantó para ayudarme a sentarme en la mesa, pero mi hermano fue más rápido. Se acercó y me abrazó entusiasmado, ya que llevaba bastante tiempo sin verme, dos años y medio para ser exactos.
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La cena había estado exquisita, incluso las copas de vino que nos habían puesto después. Mis amigos querían ir a bailar y yo no tenía apenas ánimos de ello, pero no podía negarme después de la fiesta que me habían preparado.
La discoteca estaba a rebosar, había muchos chicos guapos, o así me lo hizo llegar Jeane, la lianta del grupo y una excelente reportera de cotilleos, era toda una profesional en su trabajo.
Lo miré con cara de pocos amigos, pues siempre tenía que llevarme la contraria en todo. Agarré el margarita que el camarero acababa de servirme y caminé hacia las chicas, que se encontraban en una mesa junto a la pista y cuchicheaban nerviosas.
Le miré con desgana mientras me bebía la copa de un trago y dejaba el vaso sobre su mano, para luego caminar hacia la pista y comenzar a bailar. Quería olvidarme de todo, tan sólo quería disfrutar.
Lo habían conseguido, me había olvidado de todos mis problemas y ahora bailaba animadamente en la pista junto a mis amigas, algo borracha cabe destacar ya iba por mi décimo margarita.
De nuevo aquel coro que me importunaba, mis amigas cuchicheaban, me acerqué a ellas sin poder parar de bailar la canción de Justin Bieber – What do you means
Marcos volvió a agarrarme de la cintura para seguir bailando conmigo. Pero levanté el brazo para impedir que lo hiciera.
M****a decía algo dentro de mí, si seguía allí el me descubriría, y no quería encontrármelo después de lo que había pasado, después de haberle abandonado.
Sí, como lo oís después de descubrir que él no me quería, esa misma noche, la noche en la que lo nombrarían CEO del complejo, me marché sin decir una sola palabra. Estaba cansada de ser tratada como una imbécil. Sencillamente no me apetecía volver a ver su cara, volver a sentir como volvía a fingir delante de mí que me amaba cuando delante de otros tan sólo era una más.
Vi a Gustaff que acababa de venir con su recién pedida copa, y se la quité de las manos mientras me la bebía entera, haciendo que el muchacho me mirase asombrado.
En aquel momento ya no sabía si reía porque me estaba divirtiendo o porque estaba tan borracha que ya no sabía si reír o llorar.
Sospechaba que a Sophi le había gustado mi hermano, pero él estaba demasiado enamorado de mi cuñada como para responder a las insinuaciones de mi amiga.
Estaba totalmente congelada en aquel momento, no sabía cómo reaccionar ante aquello y estaba claro de que él no iba a decir nada más. Así que aquel silencio estaba resultando bastante incómodo.
De nuevo aquel silencio nos invadía y yo sentía que me ahogaba allí dentro. Aquella situación me estaba superando. Estar frente al hombre al que amaba, con aquel con el que había compartido tanto y pensar que en aquel momento se sentía como si fuésemos dos desconocidos, era algo que no me hacía daño.
Caminé hacia la pista, dejándole atrás, hacia Joseph, que mantenía su recién pedida copa en alto, se la arrebaté y volví a bebérmela de un trago.
Me sentía mareada, quería que todo aquello cesase de una vez, pero el destino no estaba dispuesto a dejarme marchar tan fácilmente.
Han Tae Sang volvió a tirar de mí, dándome la vuelta, para luego tirar de mí hacia el exterior.
En ese momento no pude evitarlo, levanté la mano y le di una cachetada, haciendo que el tirase de mí y me acercase a él
Acercó su rostro al mío lentamente y me besó, haciendo que olvidase todo, en aquel momento sólo quería estar con él, abrazarle, sentirme suya, no me importaba lo que pasaría después, ni siquiera me importaba volver a ser engañada, tan sólo quería volver a sentirme amada una vez más, aunque todo fuese mentira después.
Me aferré a él, a sus besos y entonces todo cesó.
El agarró mi mano con fuerza y tiró de mí hacia el otro lado de la calle, donde paraba un taxi y me empujaba al interior…
Me encontraba sobre mi cama, con un sinfín de pintauñas sobre ella, intentando elegir cual era el acertado para la inauguración de mi nueva sala de café en la tienda, quería un tono discreto.Seguro que acabas escogiendo un color discreto – decía una voz tras de mí haciendo que mirase hacia él y sonriese. Me sentía a salvo en aquella habitación, con el cabello alborotado y aún con su camisa puesta. – seguro que escogerás el dorado, y los sorprenderás a todos con ese vestido negro que me cautivó. - añadía mientras yo me reía a carcajadas.El dorado está pasado de moda, me gusta más este rojo borgoña – admití mientras le mostraba el color al que me refería.No esperaba otra cosa, siemp
Aquella mañana desperté temprano, el aún dormía, la noche anterior habíamos hecho el amor desenfrenadamente hasta altas horas de la noche, es normal que estuviera exhausto.Me vestí rápidamente y bajé al salón para desayunar.Agarré un poco de café que acababa de calentar y lo serví en mi taza preferida. Caminé hacia el sofá y me senté sobre él, dejando la taza sobre la mesa, percatándome entonces de que su teléfono móvil se encontraba allí.Una lucecita azul se encendía intermitentemente, indicando que un nuevo mensaje había llegado.Una curiosidad crecía en mí en aquel momento, aunque una parte de mi sabía que ese mensaje me haría daño, necesitaba saciarlaCogí el teléfono móvil y lo desbl
CAPÍTULO 4 – Superando una vieja etapa.Esperaba en el aeropuerto a ser llamada para el vuelo a España, había llegado demasiado temprano, pero el miedo que tenía a ser encontrada por el en casa no me traía tranquilidad.Miraba hacia el suelo, mientras sentía que mi cuerpo temblaba al sentir una nueva punzada de dolor en mi corazón, de nuevo pensaba en él, en cuando había sentido que todo había sido una mentira, cuando había reconocido que tan sólo era alguien con quien perder su tiempo…Caminaba hacia el comedor, donde había quedado con mi suegro para ir a la finca que tenían, allí era donde el hombre solía pasar la mayor parte del tiempo, plantando higos y tomates, lejos de su cruel y mandona esposa, y de su mangoneado hijo.Madre, &iques
Mi hermana estaba decidida a casarse con aquel paga-fantas de James, es obvio que no me caía bien.La verdad, no era mal tío, pero yo pensaba que mi hermana valía mucho más, que merecía a alguien mejor que él.Cenábamos tranquilamente, mientras Lian hablaba de lo que había conseguido para la ceremonia, parecía realmente entusiasmada, pero Marcos tenía un tema mucho más importante en aquel momento que su boda, y eso fue lo que más molestó a Lian, que el tema de la noche cambiase, que ella dejase de ser el centro de atención…Debemos estar agradecidos, ¿no crees papá? Ana ha vuelto a casa – admitía el muchacho mientras mi padre sonreía hacia mí, se veía que mi llegada le había sentado bien, parecía más animado que de costumbre, o eso me transmitió mi he
Me sentía en paz en aquel lugar, me irradiaba tanta calma que me sentía feliz allí, junto a aquella persona que tanto cuidaba de mí.Él era el mejor amigo de mi hermano, siempre tuvimos una relación especial, siempre supe que era más que un amigo, desde el principio, pero no podía ser nada más que un amigo, en mi corazón sentía que no era suficiente lo que sentía por el como para que el renunciase a la amistad de mi hermano por mí.Así fue como dejé de acostarme con él.Pero entonces entré en la armada, y allí estaba él de nuevo para sanarme. Después de todas esas atrocidades que me obligaban a hacer por mi país, el estaba ahí para curarme, para hacerme ver aquello tan sólo era un trabajo y que debía seguir adelante y perdonarme a mí misma
Estábamos en medio del cuarto polvo mañanero. Yo sobre él, me movía de arriba abajo, mientras él echaba su aliento sobre mi boca y me miraba con deseo y placer.Me miró con lujuria, para luego darme la vuelta y posicionarse sobre mí mientras sonreía con chulería. Gemí al sentir como su penetración me llenaba completamente al mismo tiempo que un sonido nos distraía. Ambos volvimos la cabeza hacia la mesilla de noche, deteniéndonos, para luego mirarnos el uno al otro.No lo cojas – me pidió para luego volver a metérmela, haciendo que volviese a gemir despacio.Marcos está insistiendo demasiado – le espeté preocupada, mientras alargaba la mano para coger el teléfono. Como había esperado era él. Descolgué y respondí a a
Luis vino a casa al día siguiente. Estaba preocupado por cómo habían acabado las cosas, y sospechaba que también de si habría vuelto o no con Han Tae Sang.Le recibí en el jardín, mientras ponía a punto mi moto, ya que me apetecía mucho volver a cogerla.¿Qué tal fue tu conversación con el coreano? – Preguntó dubitativo, mientras yo dejaba de pasarle el trapo a la moto y miraba hacia él divertida.He quedado con Pope para ir a las tres cruces (un merendero que había cerca de dónde vivía), ¿te vienes? – le pregunté, dejando claro de que me gustaría mucho que viniese. Y de que no tenía muchas ganas de hablar sobre el tema Han Tae Sang.Tengo que pasarme por mi casa antes...- comenzó con tranquilidad, indic&a
Había llegado el gran día. Mi hermana pequeña se casaba. Parecía mentira que así fuese, siempre había pensado que la benjamina tardaría mucho más en encontrar a alguien, ya que siempre solía poner pegas a cualquier chico que se le presentaba.Recordaba que su gran amor había sido Jaime, mi prometido. Sabía lo duro que había sido para ella renunciar al hombre que amaba para que su hermana, es decir yo, se casase con su amado.Y más tarde se había fijado en Tae Sang, el hombre del que yo estaba enamorada. Recordaba también lo mucho que ella había sufrido cuando se había enterado de que él me correspondía a mí de la misma forma.Si hubiese sabido que todo con él acabaría de aquella forma nunca hubiese renunciado a tantas cosas como renuncié por él.