Alfa Caleb, como uno de los consejeros de confianza de la manada Luna Prohibida se encontraba asegurándose que cada uno de los desertores que eran quemados estuviera realmente muerto.

En este momento cada uno de los que estaban vivos era un arma para llegar más rápido al antídoto para detener todo esto.

“¿Dónde estás Lore?” Pensaba desesperado Alfa Caleb, aunque no quería aceptarlo cada desertor o cuerpo que revisaba era solo un consuelo que no se tratara de su hermana Lore.

La manada se estaba disminuyendo aceleradamente, aún no se recuperaban del último ataque de los desertores y ahora tenían muertos de nuevo.

En ese momento recibió un llamado por el lazo mental.

~Alfa~ dijo uno de sus subordinados ~Lita ha despertado~

~Finalmente~ respondió el Alfa al mismo tiempo que encargaba su lugar con otro consejero, “solo son cinco minutos” se dijo a sí mismo para justificar su ausencia.

Los pasillos eran pesados de transitar, se encontraban repletos de cuerpos de licántropos agonizantes.