Entre la calma inquietante que la rodeaba, Elisa comenzó a abrir los ojos, y muchos recuerdos comenzaron a golpearla por su frialdad y la situación tan dolorosa en la que estaba.

Correr para salvarse del ataque de los mismos integrantes de la manada, la misma manada que debería respetarla.

Descubrir que Alfa Joan estaba vivo y la rebelión que podría arrancarle el lugar a Braham, incluso antes de tomarlo.

Al enfocar mejor se encuentra con el techo y paredes que reconoce, y no son las del lugar en donde estaba la última vez.

Estaba en su habitación.

— ¿Qué hago aquí? — Preguntó ella confundida al mismo tiempo que identificaba a Beta Olam en una de las esquinas más alejadas de la habitación, de pie recargado en la pared esperando de manera paciente.

— Descansar, ha estado inconsciente por varios días.

Avisa Beta Olam, acercándose con precaución.

— ¿Lita? — Elisa recuerda que ella estaba acompañada y no la veía en ningún lado.

Al estar tan concentrada buscando a su amiga no pudo notar q