Me sostengo muy fuerte apretando las manos en el borde del sillón. Me siento muy incómoda y avergonzada. Por más que quisiera desaparecer o fingir que no está pasando, el calor en mis mejillas me delata, es imposible ocultarlo. Bajo la cabeza, rehuyendo la mirada de Logan, tratando de analizar lo que acaba de pasar. Esta visión fue diferente porque tengo la certeza de que era yo. Era mi cuerpo y mi rostro y mis sentimientos por Logan. No era yo sintiendo y viendo a Analí. Era yo, éramos Logan y yo haciendo algo que no ha pasado, algo que no debemos hacer. Mi corazón late desbocado y gruesas lágrimas comienzan a brotar y bajar por mi rostro. No puedo evitarlo. Cubro mi rostro con las manos tratando de ocultar mi cara cuando Logan se acerca y se arrodilla frente a mí. Puedo notar que intenta no tocarme y lo agradezco. Aún así me repliego para evitar sentir se presencia que irradia ese calor que me estremece. - Tranquila, Jesan. Lo sé, esto es… demasiado. Necesitas descansa
Aunque todo parece irse aclarando, queda un detalle que complica la situación y que tal vez no permita que el nombre de mi tío quede del todo limpio. Después de todo, es su palabra contra la de un muerto. Don Smith murió hace un año en un accidente automovilístico. Pero aún así es el único con las posibilidades de estar involucrado en la muerte de Amal y de Analí. - Me resultó muy extraña la insistencia de Smith por esos documentos, pero si algo he aprendido en la vida es que a veces la paz vale más que la lógica; así que accedí. Después de todo no era gran problema, sabía que contaba contigo para recogerlos. - Mi padrino me mira con cautela cuando no le respondo, mientras hojeo las páginas que a mí, particularmente, no me dicen absolutamente nada. Él ya hizo algunas llamadas y el lunes a primera hora, un auditor de su confianza revisará el estado actual del despacho. No hay nada más que podamos hacer al respecto. La muerte de Amal se registró como envenenamiento accidental
Miro al infinito sentada en la cocina, la taza de té entre mis manos apenas está templada. Logan parece inmerso en el mismo estado de desolación frente a mí. El silencio es incómodo, nunca me acostumbraré a esto, pienso mientras nos embarga un vacío lleno de emociones no dichas. Aunque hemos tratado de mantener límites, el vínculo que habíamos compartido antes de saber la verdad sigue presente, una sombra persistente que ninguno sabe cómo disipar. Es increíble cómo han cambiado las cosas desde que nos conocimos y las visiones comenzaron. Seth está en la sala revisando documentos financieros; ahora que se ha descubierto el fraude, no pasará mucho tiempo antes de que el despacho caiga en el escándalo. Aunque estamos seguros de que el fraude lo cometió el señor Smith, el problema no se detuvo con su muerte. Alguien más sigue sacando provecho de las operaciones fraudulentas y debemos descubrir al culpable. —No tiene sentido —murmuro tratando de salir del letargo de mis pensamientos.
—Acabo de hablar con mi padrino —dice Logan, dejándose caer en el sillón frente a mí—. El auditor que contrató revisó los libros contables. Encontró exactamente lo mismo que tú descubriste. Las cuentas falsas, las firmas falsificadas… todo. - Cansada, levanto la mirada, pero mi expresión no muestra sorpresa. —Sabía que lo encontraría. No hay forma de ocultar algo tan grande por tanto tiempo. Pero… —hago una pausa, dejando caer los hombros— eso no cambia lo que ya pasó. Logan me mira con preocupación, pero aún así no se acerca a mí ni un centímetro más. —Seth dice que esto lo confirma todo. Quiere llevarlo ante un juez lo antes posible. Jesan, tú has hecho más que suficiente. Esto ya no depende de ti, ni de mí ni de nadie más que de las autoridades. - Asiento lentamente, pero mi mente sigue atrapada en el recuerdo de Amal y Analí. Ambas dieron sus vidas por descubrir la verdad y aunque yo he logrado lo que ellas no pudieron, el costo es insoportable. —Lo sé —murmuro, apart
Viktor frunce el ceño, pero intenta mantener la calma. Me inclino hacia adelante, mirándolo fijamente y el tono de mi voz baja, volviéndose más grave. Cruzo los brazos, inclinándome ligeramente hacia adelante y digo: - Viktor, debo admitir que tu habilidad para lograr resultados es… impresionante. De hecho, diría que eres casi demasiado competente. - Viktor frunce el ceño, ladeando la cabeza y responde, aun con arrogancia - ¿Demasiado competente? No sabía que eso pudiera ser un problema. - - Oh, claro que no lo sería… en circunstancias normales. Pero ya sabes, cuando alguien tiene esa… capacidad especial para convertir cualquier obstáculo en una oportunidad, incluso si la solución no siempre es… convencional, a veces se generan preguntas. - Viktor esboza una media sonrisa, desafiante - ¿Preguntas, dices? Qué curioso, porque yo pensaba que los resultados hablan por sí mismos. - Me levanto muy lentamente y doy un paso hacia la ventana mirando hacia fuera con fingida calma.
El sol de la mañana se filtra a través de las cortinas, puedo sentirlo aún sin abrir los ojos. Me siento atrapada entre dos mundos: el peso de lo que pasó aún oprime mi pecho, pero el alivio de haber llegado a su fin también está ahí, tímido, asomándose entre las grietas. La luz que atraviesa la ventana parece demasiado brillante, casi intrusiva, como si me pidiera que me enfrente a un día que aún no estoy lista para afrontar. Prefiero quedarme aquí, con los ojos cerrados, aferrándome al último rincón de paz que la cama me ofrece. El miedo a lo que viene ahora no desaparece del todo, pero el simple hecho de saber que atrapamos al culpable me hace sentir tranquila, aunque sea por un momento. Me debato entre quedarme en esta burbuja o abrir los ojos y encarar el mundo una vez más. Y, aunque la duda persiste, sé que eventualmente la luz será imposible de ignorar. Aunque atrapamos a Viktor, el peso de todo lo ocurrido sigue sobre mis hombros. Por un instante, permito que la calma se a
El motor del auto ruge suavemente mientras avanza por la carretera, mis manos se aprietan firmes en el volante, aunque el nudo en mi pecho me hace sentir como si apenas pudiera respirar. A mi lado, Jesan esta sentada en el asiento del copiloto con el rostro vuelto hacia la ventana y sus ojos fijos en el paisaje que pasa rápidamente. Parece absorta en sus pensamientos, pero sé que ella está tan consciente de mi presencia como yo lo estoy de la de ella. El silencio entre nosotros es pesado, casi tangible, como si cada kilómetro recorrido estuviera cargado con todo lo que no nos atrevemos a decir. Hay tantas palabras enredadas en mi garganta, tantas cosas que deseo expresar, pero cada vez que abro la boca para hablar, las palabras se desvanecen, ahogadas por el dolor de lo inevitable. Jesan no ha dicho nada desde que subió al auto. Entró con la misma calma aparente que ahora proyecta, pero puedo sentir su tristeza como una ola silenciosa que llena el espacio entre nosotros. Su postur
Mi padrino me mira, comprensivo, sentado frente a mí. La luz dorada del atardecer entra por la ventana de mi departamento pero no logra atenuar ni un poco la desazón que siento. Puedo sentir mi espalda tensa por el peso de todo lo que ha pasado. - Cómo estás, Logan? - pregunta mi padrino rompiendo el silencio que parecía eterno. Suelto una risa amarga mirando hacia el suelo. - No lo sé, padrino. Aunque Viktor está en la cárcel no siento alivio, solo vacío. - Mi padrino asiente lentamente y se inclina hacia adelante para acercarse a mí. - Te entiendo, hijo. Incluso cuando el culpable paga por lo que hizo, eso no borra el daño ni cura las heridas. Y tú… tú has estado cargando con demasiadas cosas, Logan. No solo por lo que hizo Viktor, sino por todo lo demás. - Levanto la mirada y miro sus ojos oscuros que reflejan una tormenta interna. Todo lo demás. Ha pasado tanto últimamente. Mi padrino suspira y asiente de nuevo. Sé perfectamente a qué se refiere. - Yo, yo sé