- Padrino, la mamá de Analí y tú… - Logan no termina la pregunta. Olga llega con una bandeja y vasos con té helado que la verdad necesito con urgencia pues siento la boca seca. Tomo un vaso y me siento invitando con la mirada a Logan y la chica, no logro recordar su nombre, para que hagan lo mismo. Después de mirarse por un segundo realmente largo, ambos se sientan juntos en el sillón frente a mí. Olga se retira igual que llegó dándonos privacidad. - Supongo que es el momento de contarte todo, Logan. Todo pasó mientras tú estabas estudiando en Providencia, así que no tuviste oportunidad de conocerla, estuviste todo el año lejos de aquí. - Amal era dulce, inteligente, bella y auténtica. Lo noté desde la primera vez que la vi. Y la deseé de un modo puramente físico. Pero ella era diferente, no era el tipo de mujer con el que puedes hacer pisa y corre. Sentirme más que atraído por ella me tomó desprevenido. Después de Ela decidí que nunca me volvería a enamorar. Nunca lo p
- Padrino, Ela? Te refieres a mi… a mi mamá? - dice Logan con la voz cascada. Doy un largo y profundo suspiro y respondo mirándolo a los ojos. - Si, Logan. Yo estaba enamorado de tu madre desde que éramos jóvenes y durante mucho tiempo mantuvimos una relación extramarital. Tu papá fue a Marejada cuando descubrió que Ela lo engañaba conmigo. - La mirada de Logan se desencaja y puedo ver cómo la chica toma su mano y la aprieta conteniendo su reacción. - No sabes toda la verdad. Y estoy dispuesto a decírtela en este momento pero antes, antes quisiera saber porque Analí pensaba que yo maté a Amal. Cuando Amal murió, traté de hacerme cargo de su hija pero ella desapareció de la faz de la tierra. Al parecer, Amal tenía un fideicomiso que Analí utilizó para vivir. La última vez que la vi fue en el entierro de su madre. No quiso hablar conmigo y se fue antes de que pudiera hacerme cargo de ella. Jamás imaginé, jamás vi en el rostro de tu novia, la cara de la Analí de 15 años
Logan se levanta desencajado y me encara. - Pero, como pudiste? Por qué me engañaste todo este tiempo? - - Logan, como te dije, cuando ellos murieron no tenía caso destapar esas verdades. Hay verdades que, al ser dichas, pesan más que el silencio, yo solo quería protegerte. - - No. No lo acepto. Yo, yo necesito salir de aquí. - Logan mira a la chica, cómo diablos se llama, por un instante y sale dejándonos solos. Siento que el peso de las verdades reveladas ha caído sobre mí de golpe. De repente me siento tan cansado, pero esto está lejos de terminar. Aún quedan demasiadas cosas por aclarar. Frente a mí está la hija de Logan, tan parecida a él. Es como reencontrarme con un fantasma, y sin embargo, frente a mí hay alguien real, alguien en quien mi amigo dejó su huella más profunda. La miro fijamente y logro hablar, aunque sé que lo que digo apenas roza la superficie de lo que realmente estoy sintiendo. - Tu padre era… la mejor persona del mundo. - digo con voz grave, rom
Alguna vez pensabas decirme la verdad? - digo con voz calmada pero repleta de emociones mientras aprieto las manos en puños en un intento de mantener el control y no dejarme llevar por la furia y la tristeza. Es un momento tenso, donde el peso de la traición de mi padrino, alguien que representaba amor y estabilidad para mí, parece aplastar mi pecho mientras mi cuerpo entero muestra la resistencia de quien intenta mantenerse en pie, a pesar del golpe recibido. Por un momento, las preguntas se quedan atrapadas en mi garganta, pero una sensación de traición y desorientación empieza a invadirme. Mi padrino, alguien que siempre consideré mi familia y que respetaba, ahora es otra persona a mis ojos. - Cómo pudiste cargar con este secreto? - Un secreto que cambia por completo mi visión de la vida que tuve hasta ahora. Pienso con pesar mientras observo su postura consternada. Mi padrino suspira pesadamente. Se nota visiblemente afectado por el peso de sus propias decisiones. Sin levan
Salir de la casa dejando atrás a mi padrino se siente como una ruptura que no es solo física, sino afectiva. El aire es fresco y tiene un aroma a tierra húmeda, como si el bosque acabara de despertar tras una ligera llovizna; lo único que acompaña el eco de nuestros pasos es el crujido de las hojas secas bajo nuestros pies. Sostengo su mano, cálida, temblorosa pero firme, mientras caminamos juntos hacia el lago. La luz del atardecer se filtra entre las ramas de los árboles, bañándolos en tonos dorados y anaranjados, proyectando sombras alargadas sobre el sendero que se extiende delante de nosotros. Jesan camina a mi lado, callada, pero su respiración, profunda y algo irregular, habla más que cualquier palabra. Sus ojos se cruzan con los míos por un instante, reflejando la misma mezcla de incertidumbre y determinación. A medida que avanzamos, el sonido del agua nos da la bienvenida, suave al principio, como un murmullo, hasta que llegamos al claro. El lago se extiende frente a
Amal lo descubrió todo. Y Analí también. Cómo pude ser tan tonto?- digo con pesar. Miro incrédulo cada uno de los papeles. Siento una mezcla de tristeza, rabia, frustración e impotencia. Cómo pudo Amal descubrirlo! El archivo es un legajo de documentos meticulosos, detallados, que desenmascara el fraude dentro de la empresa. La letra pequeña, los números escondidos entre balances inflados… todo está aquí, como un rompecabezas ya resuelto. Ella lo descubrió. Y por eso murió. No puedo evitar sentirme observado por el peso de ese silencio, por la sombra de mi propio reflejo en el cristal de la ventana. ¿Cómo no lo vi antes? ¿Cómo fui tan ciego? Porque, al final, todo apuntaba a mí. Era yo quien tenía acceso a esos números. Yo, quien conocía el sistema de arriba a abajo. Yo, quien firmaba esos papeles. Y cuando alguien más se tomó el tiempo de revisar, las piezas encajaron perfectamente para señalarme como el único culpable. - Cómo permití que esto ocurriera bajo mi nariz? - T
Todo apunta a él y su expresión no hace más que reforzar las dudas. —¿De verdad esperas que crea eso? — Su mandíbula se tensa y sus ojos finalmente me miran, casi desafiantes. —Sí, espero que me creas, porque estoy diciendo la verdad —responde, pero el tono de su voz es una mezcla de desesperación y rabia contenida. Camino lentamente hasta llegar frente a él. —Entonces explícamelo. Explícame cómo todas estas pruebas dicen lo contrario. Explícame por qué tu firma está en todos los documentos. Él respira hondo, como si estuviera reuniendo fuerzas. —Es más complicado de lo que parece —dice finalmente, pero la frase suena vacía, como si estuviera ganando tiempo. —¿Más complicado? —repito, dando un paso hacia la mesa. ¿O más culpable? - El silencio llena la habitación y en su rostro hay una lucha interna que no puede disimular. - Padrino, necesito saberlo, necesito saber la verdad. Dos personas murieron por esto. Por favor, dime que no tuviste nada que ver con sus mue
Toma mi mano y besa mis nudillos suavemente. Siento un cosquilleo en la entrepierna. Después de todo, hace mucho que no tengo sexo. Su mirada profunda me taladra por completo. El cosquilleo se extiende a mi estómago. Cómo quisiera que soltara mi mano, que besa como si nunca hubiera visto una, y me besara de una buena vez. Añoro su beso duro, profundo, fuerte. El canto de los pájaros ameniza nuestro encuentro que no pasa de suaves y tiernos besos en la mano. Comienzo a molestarme. En este momento tengo la urgencia de que me tome sin miramientos y me haga gritar tan fuerte que me quede ronca una semana. Lo único que sube de intensidad es el canto de los pajaritos. Hacía mucho que no los escuchaba, siempre me levanto antes que ellos. Siempre me levanto antes que ellos!Carajo!Mi alarma no sonó a la hora. Acostumbrada a despertar con ella, no me levanté como siempre. Generalmente duermo temprano pero justo anoche me desvelé porque a mi cerebro se le ocurrió preguntarse si realmente quie