Alba y sus padres no habían cruzado palabra en un par de días. Pero ella no le dio mayor importancia porque sabía que lo que ella pedía era justo y que sus sentimientos servían. No estaba arrepentida de nada de lo que había dicho, su corazón estaba tranquilo.Esos días, Alba había estado mucho tiempo con Marco, intentando que él recupere algún recuerdo. En el tercer día en que habían estado juntos, por fin ocurrió algo.Mira esto — Le dijo Alba mientras le mostraba una fotografía de ambos en un parque de diversiones. Ella no tenía mucha esperanza porque le había mostrado varias fotos y ninguna despertó un recuerdo en él.Si… ¡Si! ¡Si! Recuerdo esto, recuerdo ese día, contigo. Subimos a los carros chocones y al carrusel.¡Dios mío, si! — Dijo Alba con una emoción desbordante.Alba te recuerdo y veo ese día en mi memoria, también puedo ver más días junto a ti en mi mente, no puedo creerlo. Esto se siente muy extraño, es como si acabara de despertar de un extraño sueño — Marco se sentía
Alba temblaba de rabia mientras sostenía el teléfono y esperaba a que Marco atendiera. Él contestó finalmente con un tono bastante alegre.Hola, hermosa Alba, que bueno que me llamas — dijo con entusiasmo.Hola Marco… — Dijo ella con un tono de voz bastante apagado.¿Qué ha pasado? Suenas triste.Si, es solo que… bueno ahora debes recordar que mis padres no estaban tan felices con nuestra relación.Si, lo tengo claro. Pero nunca le dimos mayor importancia a eso.Lo sé, es solo que ahora ellos están más molestos que nunca, no puedo entender sus motivos y quieren que me aleje de ti.No puede ser, pero nosotros somos adultos, no pueden impedirte eso.Eso es lo que más me molesta de todo. No soy una niña y ellos actúan como si lo fuera.¿Estás segura de que hablan en serio?Si, muy en serio. Solo estoy demasiado cansada de la situación con ellos, no lo aguanto más. Me siento ahogada.Lo sé, cariño, pero un tiempo más podremos irnos a vivir juntos.Quiero hacerlo ahora.¿Qué?Vámonos Marco
Había pasado ya un mes desde que los muchachos se fueron de casa y nadie había llegado a buscarlos, la mujer de la casa no parecía haber notado que se los estaba buscando, se sentían bastante tranquilos, pero no tenían ningún plan para después. No podían quedarse allí tanto tiempo, sus vidas estaban algo estancadas, sin comunicación con el mundo, sin trabajo, sin un plan verdadero.La vida se había vuelto bastante monótona y quieta. Aunque el lugar era maravilloso, veían todo tipo de animales y plantas, flores y demás. Era encantador, pero sus vidas no avanzaban a ningún lado. Era una situación desesperante para ambos, aunque hasta ese momento no lo habían hablado.Cierto día, Alba, con algo de temor y dudas se acercó a Marco con una noticia.Cariño... — Dijo dudosa, Marco, quien estaba lavando los platos de la merienda la regreso a ver con atención — Debo decirte algo.¿Qué ocurre? — Dijo con preocupación.Seré directa, estoy embarazada — Él se quedó en silencio unos segundos.¿Estás
Alba era una niña muy tranquila y silenciosa, vivía en un barrio pacífico con sus padres, Ramiro y Perla. Había vivido en la misma casa desde que nació. Cuando Perla quedó embarazada, Ramiro se encontraba terminando su carrera de medicina, el embarazo coincidió con su graduación, por lo que recibieron a Alba en medio de la celebración de la graduación de su padre. Perla dejó sus estudios en idiomas, y cinco años después del nacimiento de su hija los retomo, sin embargo, ese regreso a la universidad fue muy difícil para ella. A veces Perla se arrepentía de haber tenido a Alba, lo pensaba con culpa, se sentía avergonzada con ella misma por tener pensamientos así, porque amaba a su hija, pero la realidad es que ella siempre soñó con viajar por el mundo y nunca se había proyectado como una mujer casada y con una hija y nada resultó como ella esperaba. Aunque no era infeliz, ni le iba mal en su vida de madre y esposa, muchas veces su mente divagaba en las cosas que hubiera hecho si nunca s
A la mañana siguiente Perla, llamo insistentemente a Alicia, pero ella no respondió. Aunque Perla en un principio se sentía molesta con la ausencia de Alicia, luego comenzó a preocuparse porque parecía que algo le hubiera pasado. Alba se sentía triste de que Alicia, su primera amiga y cuidadora haya desaparecido de esa manera. No podía entender porque se fue y no le dijo nada.Perla se sentía muy nerviosa, se comenzó a sentir como solía sentirse durante su adolescencia, cuando tenía ataques de pánico y ansiedad. Con los años había superado aquella situación, pero lo ocurrido con Alicia le había comenzado a poner a flote esas emociones de nuevo. Pidió que la reemplacen en su trabajo por un par de días y se quedó con Alba, la llevo a la escuela y al taller. Sin motivo especifico, quería estar cerca de su hija y alejarse lo menos posible. En esos días, una tarde, cuando regresaban del taller de pintura, se encontraron con Marco en el parque. Él se acercó con entusiasmo y saludo a Alba al
La nueva casa de Alba era realmente lejos de su anterior casa y de Marco. La niña se sentía exageradamente triste. Ahora sería muy difícil ver a Marco, sus padres trabajan mucho como para llevar a Alba a visitar a su amigo y el padre de Marco trabaja mucho y su madre, quien casi siempre está en casa, no sabe conducir, y Marco tampoco le pediría ningún favor por el temor que le tenía. Apenas llegó a su nuevo hogar Alba planeaba llamar a Marco, pero el teléfono no funcionaba. La línea estaba inactiva y sus padres tenían que ir a la compañía de teléfonos para solucionar. Al cabo de tres días, por fin el teléfono funcionó, Alba buscó el número de Marco, pero no lo hallaba, buscó desesperadamente y no pudo encontrarlo. Su libreta definitivamente no estaba en donde ella pensó haberla guardado. Alba no se dio cuenta, pero al subir al auto para irse aquel día, su libreta se resbalo de su bolsillo. Marco la recogió, pero ya era muy tarde para devolvérsela Marco guardó aquella libreta con much
El tiempo trascurría con rapidez. En menos de un parpadeo, Alba se encontraba graduándose del colegio. Se graduaba con las mejores calificaciones y honores. Sus padres, aunque poco expresivos, se sentían muy orgullosos. Alba se sentía bastante temerosa de esta nueva etapa en su vida. Siempre había sentido bastante miedo a crecer, la adultez siempre se veía bastante lejana, pero había llegado más pronto de lo que imagino. No se lo dijo a nadie, pero en su interior solo había miedo y angustia por todo lo que estaba ocurriendo. Le costaba asumirlo, además extrañaba a Alicia, quien se había jubilado hace unos meses atrás y se había ido de casa. “Estoy tan sola ahora” pensaba Alba con nostalgia. Sus padres casi no expresaron mayor emoción por lo acontecido, ellos siempre parecían demasiado ocupados en sus trabajos.— Lo has hecho muy bien, Alba — Dijo su padre en el auto, en el camino a casa después de la ceremonia de graduación.— Así es hija, muy bien — Siguió su madre.— Gra
Alba casi de inmediato entró a la universidad, su elección de carrera, trabajo social, era exactamente lo que ella había imaginado. Le gustaba sentir que su vida tenía un propósito y que podría ayudar a otros con sus conocimientos. Alba pasaba sus días estudiando, le apasionaba enormemente su carrera, los aprendizajes que tenía la llenaban de alegría y y deseo profundo de seguir aprendiendo, es por eso que casi todo su tiempo estaba estudiando o realizando sus tareas.. Alba aún se encontraba de vez en cuando con Marcela y con Lía, Lía aún estaba en una relación con Carlos, pero las cosas no estaban nada bien hace tiempo. Una tarde que salieron a tomar café, Lía les habló de sus problemas con Carlos.— Chicas, he pasado muy mal. Las cosas no están bien con Carlos — Dijo en un tono que sonó realmente desesperado.— Bueno, pero las cosas ya iban mal ¿no? — Dijo Marcela con su forma siempre tan imprudente de decir las cosas.— La verdad si, pero ahora todo es peor. Carlos, es