El tiempo trascurría con rapidez. En menos de un parpadeo, Alba se encontraba graduándose del colegio. Se graduaba con las mejores calificaciones y honores. Sus padres, aunque poco expresivos, se sentían muy orgullosos. Alba se sentía bastante temerosa de esta nueva etapa en su vida. Siempre había sentido bastante miedo a crecer, la adultez siempre se veía bastante lejana, pero había llegado más pronto de lo que imagino. No se lo dijo a nadie, pero en su interior solo había miedo y angustia por todo lo que estaba ocurriendo. Le costaba asumirlo, además extrañaba a Alicia, quien se había jubilado hace unos meses atrás y se había ido de casa. “Estoy tan sola ahora” pensaba Alba con nostalgia. Sus padres casi no expresaron mayor emoción por lo acontecido, ellos siempre parecían demasiado ocupados en sus trabajos.
— Lo has hecho muy bien, Alba — Dijo su padre en el auto, en el camino a casa después de la ceremonia de graduación.
— Así es hija, muy bien — Siguió su madre.
— Gracias, por fin terminé.
— ¿Ya sabes en cuál universidad quieres ingresar? — Preguntó su madre.
— No, mamá, estoy buscando opciones, pero sé que estudiare labor social.
— Es una profesión muy noble, me alegra – Dijo su padre.
Eso fue todo lo que dijeron ellos. Alicia, por su parte, aunque no fue a la ceremonia llamó a Alba por teléfono.
— Hola hija, ¿Cómo estás? — le dijo apenas Alba contesto.
— Hola Alicia, muy bien, hoy me gradué.
— Si, me acorde que era hoy. Me alegro mucho, sé que lo hiciste con buenas notas porque siempre has sido la mejor, te quiero mucho, te espera un futuro brillante.
— Gracias por tus palabras, espero que si vengan mejores cosas. Te quiero y te extraño mucho.
— Yo también a ti, pero ya sabes que estoy vieja y ahora es difícil para mi salir de casa.
— Lo sé, pero un día te podré ir a ver.
Alba tenía un cariño profundo hacia Alicia, sentía su energía materna y sus cuidados, los que nunca sintió por parte de Perla. Alba tenía muchas emociones debido a su graduación del colegio. Sentía aquella transición a la adultez con dureza y nostalgia. Le costaba mucho pensar que había dejado su niñez atrás. En medio de eso, tuvo un breve recuerdo de Marco, su primer amigo real, tuvo en su memoria imágenes de aquellos juegos y risas en el parque, pero el pensamiento se desvaneció con rapidez al dejar que otros pensamientos desplacen el de Marco. Comenzó a pensar en su época colegial y se dio cuenta que aquella etapa fue bastante aburrida en comparación a la de sus amigas. Recordaba a Marcela saliendo con sus amigos, yendo a fiestas, experimentando de todas las maneras conocidas. Lía conoció el amor y descubrió muchas emociones nuevas, por su lado, Alba tuvo muy pocas experiencias nuevas o situaciones similares a las de sus amigas. Ella sintió cierto remordimiento del tiempo que ella sentía perdido. Tenía una gran necesidad de sentir que hacía algo con su vida, quería sentir que su vida tenía un sentido, hace poco había comenzado a sentir un extraño vacío en su pecho que no comprendía, una confusión sin sentido, era algo nuevo en ella pero que la hacía sentir desanimada, sobre todo no tenía mucha confianza en ella misma y en lo que era capaz de hacer.
Marco, por otro lado, estaba a un año de graduarse. Sin embargo, para él, eso no era importante, nunca le preocuparon sus calificaciones ni pensaba en como sería el futuro. Estaba concentrado totalmente en sus amigos y en las cosas que hacía con ellos, en sentirse fuera de la realidad, en buscar el amor y en estar lejos del circulo convencional de personas. Sus padres, ya no luchaban por tratar de educarlo, o de reeducarlo. Victoria había comenzado a ir a casa de su hermana de manera mucho más constante, buscaba alejarse de casa, al igual que Marco. Para José la ausencia de ellos en casa no había sido realmente notoria, él siempre pensaba en su trabajo, en el dinero y en tener lo suficiente, era su prioridad diaria, él casi no había notado la ausencia de su familia.
Era una familia completamente fracturada, pero ninguno de ellos era consciente de ello, o no querían serlo. Preferían vivir en una comodidad incómoda, a la que ya estaban acostumbrados, Ninguno de ellos quería hacer nada para cambiar la realidad en que vivían. Una noche que Marco llegaba de visitar a una amiga, encontró a su padre en la cocina, tomando una taza de café, no era tan tarde, casi las once de la noche.
— Hola, hijo, ¿Qué tal te fue? — Dijo José con pesadez.
— Hola, papá, bien, estaba con Julia — Dijo Marco con extrañeza.
— ¿Quién es Julia?
— Es una amiga que conocí hace un tiempo, el otro día estuvo aquí.
— Ella es… ¿Tu novia?
— Mmm… No exactamente, pero quizás lo sea a futuro.
— Debes ponerte más serio hijo, ya casi eres un adulto, no puedes ir de mujer en mujer, dando saltos.
— Papá, yo solo busco el amor, quisiera algo real y hermoso, y no lo encontrare sin probar.
— El amor no es algo que se busca Marco, eso llega a ti sin avisar, sin buscar, llega cuando menos lo imaginas. Mientras más lo buscas, más se alejará de ti.
Marco no dijo nada, aunque en ese momento no le parecía que su padre hablaba con sentido, años más tarde lo entendería. Marco solo se alejo y se fue a su habitación. Olvidó la conversación con su padre y pensó en Julia. Una muchacha muy bella, de cabello oscuro, muy corto, de estatura pequeña y ojos grandes. Julia era dos años mayor que Marco, no estudiaba aún, no sabía que carrera seguir. Por el momento hacía artesanías y era realmente hábil para eso. Vivía con una amiga, y sobrevivía de lo poco que ganaba en una cafetería donde era cajera. Marco y Julia se conocieron en una fiesta, en medio del humo de tabacos, mareo y algo de confusión. A él le pareció una muchacha realmente interesante y se acercó a ella. Después de aquella tarde junto, Marco pensó que podría ser ella el amor de su vida. Julia se sentía también atraída hacia Marco, le gustaba como él le hacia sentir, sin embargo, ella no conocía sobre relaciones estables, nunca había tenido una, tenía miedo del amor y no comprendía como se puede tener una pareja de manera sería y equilibrada.
Con el paso de los días, ambos se volvieron más y más cercanos. Querían estar todo el tiempo juntos, se sentían realmente bien el uno con el otro. Su relación se torno como la de una pareja, aunque nunca establecieron si eran novios o no, solo dejaron que las cosas se dieran poco a poco. Pasaron cinco meses hasta que Marco decidió preguntar que estaba pasando con la relación.
— Juli, quiero preguntarte algo —Dijo Marco una tarde mientras estaban dando una vuelta en el parque.
— Dime.
— ¿Nosotros somos novios? — Julia se quedó en silencio unos minutos, hasta responder.
— No lo sé, creo que no es importante saberlo, somos felices ¿no?
— Lo somos, pero quiero saber realmente qué tipo de relación es esta. Quiero saber a dónde va esto.
— Pues eso solo lo sabremos con el tiempo.
— No puedo esperar para saber que está pasando, puedo tomar decisiones en base a esto.
— Haz lo que tengas que hacer con tu vida. No pienses en mí.
Marco no supo que decir, sintió su corazón romperse, no esperaba una respuesta así, ni aquella indiferencia tan dolorosa de parte de ella. Marco decidió dejar de hablar con ella, corto toda comunicación, aunque le dolió intensamente el corazón. Evito enviarle o responder mensajes de Julia, prefería hacer eso a explicarle lo que pasaba. Marco sabía que si hablaba con ella o si se encontraban, no sería lo suficientemente fuerte y se desmoronaría frente a ella, y él no quería eso. Se despidió en silencio de quien pensó sería el amor de su vida, después de tantas otras relaciones. Se sintió decepcionado y totalmente defraudado, realmente pensaba que Julia sería su pareja ideal, pero nada de eso era cierto. El amor es difícil de encontrar, el amor real y genuino, no los enamoramientos breves o momentáneos que se asemejan la amor y confunden a la gente. Marco vivía en un mar de confusión con amores que llegaban y se iban igual de rápido, dejando pequeños vacíos en su corazón. Tenía una extraña sensación de confusión e incertidumbre cuando terminaban sus relaciones, muchas veces se había cuestionado si sería él el problema en sus relaciones, si estaría haciendo algo mal o algo indebido. Pero él no se daba cuenta que el amor no se debía buscar tan frenéticamente como él lo hacía, simplemente aquello era algo que llegaba a uno como por arte de magia y en el momento menos esperado.
Marco no estaba aún listo para comprender aquello, había tenido que aprender con mucho dolor y cicatrices. Pronto esas enseñanzas serían útiles para su vida, aunque él no sabía eso todavía.
Alba casi de inmediato entró a la universidad, su elección de carrera, trabajo social, era exactamente lo que ella había imaginado. Le gustaba sentir que su vida tenía un propósito y que podría ayudar a otros con sus conocimientos. Alba pasaba sus días estudiando, le apasionaba enormemente su carrera, los aprendizajes que tenía la llenaban de alegría y y deseo profundo de seguir aprendiendo, es por eso que casi todo su tiempo estaba estudiando o realizando sus tareas.. Alba aún se encontraba de vez en cuando con Marcela y con Lía, Lía aún estaba en una relación con Carlos, pero las cosas no estaban nada bien hace tiempo. Una tarde que salieron a tomar café, Lía les habló de sus problemas con Carlos.— Chicas, he pasado muy mal. Las cosas no están bien con Carlos — Dijo en un tono que sonó realmente desesperado.— Bueno, pero las cosas ya iban mal ¿no? — Dijo Marcela con su forma siempre tan imprudente de decir las cosas.— La verdad si, pero ahora todo es peor. Carlos, es
El tiempo pasaba y la relación con Luis era cada vez peor. Hace uno meses atrás, Luis había insistido en tener relaciones sexuales con ella. Alba realmente no quería, no se sentía lista. Luis buscaba todas las maneras posibles de convencerla, para él eso sería fundamental para mantenerla cerca, de su propiedad. Él necesitaba que su amor y su compromiso sea reafirmado de esa manera, además pensaba que, al ser su primera vez, él sería esa persona única y especial con quien tuvo esa experiencia y ella jamás lo olvidaría.Alba nunca había tenido relaciones sexuales con nadie, nunca había estado interesada en tenerlas y tampoco había tenido ninguna oportunidad de intentarlo. Sus amigas hablaban todo el tiempo de lo divertido que era y lo mucho que les gustaba. Alba las escuchaba, intentaba comprender porque para ella era totalmente desconocido. Buscaba información en internet, porque sus padres nunca le habían hablado de sexo y la información de la escuela era precaria. Sus amigas tenían i
Alba y Marco comenzaron a chatear constantemente y a diario, sin embargo, había un problema y era que Alba no podía dejar que Luis viera que ella estaba chateando con un amigo. Luis haría todo lo posible por alejar a Marco si es que se llegara a enterar y eso era algo que Alba no quería. Sabía perfectamente que Luis haría un problema enorme al saber de la existencia de Marco en su vida así que ella hacía lo posible por hablar con Marco cuando Luis no estaba junto a ella.Alba y Marco habían comenzado a recordar todas las cosas que su infancia y cuanto se divertían. Alba le dijo a Marco lo agradecida que estaba de que él haya querido ser su amigo en aquella época que para Alba era muy difícil hacer amigos y divertirse un poco. Marco se sentía también agrade
Alba y Marco habían estado chateando durante tres meses. Era la primera vez, después de todo ese tiempo, en que se verían en persona. Alba estaba muy nerviosa, no sabía que hacer ni cómo reaccionar ante el encuentro. Aunque hacía un poco de frío, se puso un vestido que le gustaba mucho, era negro con pequeñas flores blancas, trato de peinar un poco sus rizos, pero fue un tanto complicado, se puso perfume y algo de labial. Tomó un autobús para encontrarse con Marco en la plaza central de la ciudad. Un lugar bastante concurrido donde había almacenes y restaurantes. Alba casi ni recordó que Luis podía llamarla en cualquier momento, hacerle miles de preguntas acerca de donde estaba y con quien. Ella olvidó esa posibilidad, sin embargo, aquel día Luis, se había ido
Aquella noche Alba pensó en Marco demasiado, casi no pudo dormir pensando en lo que había pasado esa noche. Solo fue un beso, pero nunca había sentido algo así de intenso. Los pensamientos tan intensos no la dejaban dormir, cada vez que cerraba los ojos volvía a ver el rostro de Marco, con su mirada tan penetrante y su gran sonrisa, pero sobre todo pensaba en su carisma tan característico de él. Oía su risa y su voz, recordaba sus manos entrelazadas y deseaba estar cerca de él. Pensó un momento en Luis, y se dio cuenta que no sintió culpa ni remordimiento, no tuvo lástima de él ni de su relación. “Tengo que terminar con él” dijo para sí mismo pensando en Luis, sintiendo que finalmente podría dejarlo con toda la seguridad. Eran casi las cuatro de la madrugada cuando finalmente pudo conciliar el sueño, el día que llegaba era viernes y tenía que ir a clases.Por su lado, Marco, también pensó en Alba aquella noche, no podía olvidar lo bien que se sintió durante toda esa tarde, pensaba en
Un principio y un finalAl día siguiente Alba despertó de nuevo con un mensaje de Marco, eso la puso muy feliz y al mismo tiempo le dio tranquilidad. Nunca había sentido tanta atención y preocupación hacia ella, ni siquiera sus padres habían demostrado tal preocupación, únicamente en momentos específicos, eso la hacía sentir especial. Aquel sábado ella estaba decidida a hablar con Luis y dejar todas las cosas en claro con él. Marco quería verla también ese día, él había comenzado a sentir que quería ver a Alba todo el tiempo y estar cerca siempre de ella, la paz que sentía junto a Alba era incomparable.Marco había pasado una gran parte de su vida buscando sobrevivir, desde los quince años se había dedica
Perla y Ramiro habían comenzado a molestarse por la dinámica de la relación que llevaba su hija. Ella por lo general acompañaba a Marco a hacer cientos de cosas durante el día, él se ocupaba de diversas maneras todo el tiempo. Ellos temían por su hija, pensaban que algo podía pasarle, recordaban que Marco había sido un niño muy travieso e inquieto, se enteraron de que en su adolescencia fue muy rebelde y problemático eso no les gustaba de él en absoluto y se sentían nerviosos todo el tiempo al pensar que estaba en una relación con Alba.Comenzaron a pedirle a Alba que se quedara en casa y a prohibirle incluso que saliera con él en algunas ocasiones.—Alba, has salido toda la semana. Hoy no te vas — Dijo una noche su
La relación de los muchachos era casi perfecta, su conexión y entendimiento mutuo era innegable y envidiable. Tenían un amor que crecía día a día. A pesar de la insistencia de los padres de Alba en que se aleje de él, ellos habían tomado una actitud bastante nefasta frente a Marco. Lo miraban con desprecio, lo trataban con disgusto cada vez que el iba a visitarlos, sin embargo, él estaba dispuesto a soportar todo aquello por el amor que tenía hacia Alba. De hecho, ya casi ni le molestaba la actitud de Perla y Ramiro.Por su parte, los padres de Marco eran bastante indiferentes con su hijo y con su vida. Desde que se fue de casa, no han tenido mucho contacto, solo habían hablado en pocas ocasiones y temas muy puntuales. Ellos casi no tenían mayor interés en la vida priva