Alba casi de inmediato entró a la universidad, su elección de carrera, trabajo social, era exactamente lo que ella había imaginado. Le gustaba sentir que su vida tenía un propósito y que podría ayudar a otros con sus conocimientos. Alba pasaba sus días estudiando, le apasionaba enormemente su carrera, los aprendizajes que tenía la llenaban de alegría y y deseo profundo de seguir aprendiendo, es por eso que casi todo su tiempo estaba estudiando o realizando sus tareas.. Alba aún se encontraba de vez en cuando con Marcela y con Lía, Lía aún estaba en una relación con Carlos, pero las cosas no estaban nada bien hace tiempo. Una tarde que salieron a tomar café, Lía les habló de sus problemas con Carlos.
— Chicas, he pasado muy mal. Las cosas no están bien con Carlos — Dijo en un tono que sonó realmente desesperado.
— Bueno, pero las cosas ya iban mal ¿no? — Dijo Marcela con su forma siempre tan imprudente de decir las cosas.
— La verdad si, pero ahora todo es peor. Carlos, es muy celoso, no me deja salir, se enoja todo el tiempo, él no esta bien. Hasta se enoja cuando me maquillo. Ya ni me pongo ropa linda porque tengo miedo de que se enoje conmigo.
— Lía, eso es terrible, no puede quitarte tu libertad de esa manera, lo que él hace es violencia, tienes que dejarlo — Dijo Alba.
— Lo sé, pero no se que hacer, vamos casi cinco años juntos, no sé como dejarlo, me siento asustada y nerviosa. Quiero dejarlo, porque hace dos días atrás, él me dio una cachetada. Me golpeó, me golpeó realmente, nunca había hecho algo así y ahora tengo miedo.
— No puede ser eso posible, es algo muy grave — Dijo Marcela notablemente alarmada.
— Yo sé que sí, esto es muy difícil, es una situación horrible. No sé qué hacer, me siento tan indefensa frente a esto, pienso que él no me dejará dejarlo — Dijo Lía con lágrimas en los ojos.
— Tranquila, estamos aquí para ti, te apoyamos siempre, pero debes alejarte de él lo antes posible, podría matarte — Dijo Alba con preocupación.
— Chicas solo necesito tiempo, sé que lo puedo hacer, solo debo descubrir cómo hacerlo.
— Tienes que hacerlo y ya, rápido y sin pensar — Dijo Marcela. Lía suspiró.
— Lo haré pronto chicas, solo quería que lo sepan y quería saber que cuento con su apoyo.
La noticia fue muy dura para Alba y Marcela, ellas se sintieron realmente angustiadas al respecto, temían por la vida de Lía. Alba pensó en eso durante días, nunca imagino que Carlos se comportaría de esa manera. Alba había visto en las noticias a muchas mujeres que morían en manos de sus parejas y pensó en Lía, pensó en su seguridad y tuvo mucho miedo por ella. No supo de ella en varios días, Lía no contestaba el teléfono ni los mensajes. Al cabo de cinco días Lía respondió los mensajes.
“Alba, disculpa no haberte respondido antes, estaba muy ocupada. Te soy sincera, tuve que huir de Carlos, el día que le dije que se terminaba todo, enloqueció, me persiguió por la calle en la noche, corrí a casa y me siguió, quería entrar a mi casa, la policía llegó, pero solo lo detuvo ese día. Me buscó los días restantes, mis padres, al igual que yo, con miedo me enviaron donde mis tíos, estoy fuera de la ciudad” Fue el mensaje que envió Lía a Alba.
Alba se sintió tranquila de saber que su amiga estaba bien, pero se sintió preocupada de saber lo que había tenido que pasar Lía.
“Lía, me alegro de que hayas podido dejar a Carlos y me alegro de que estés a salvo. Me apena que hayas tenido que pasar por una situación tan angustiante y estresante. Te quiero mucho, eres mi hermana y te apoyo en todo, por favor cuando regreses por favor, avísame, quiero verte “. Fue el mensaje que dejó Alba para Lía.
Alba tenía mucho miedo de vivir una situación como esa, nunca había tenido una pareja, era muy tímida y temerosa para algo así. Sin embargo, durante su paso por la universidad conoció a Luis. Un muchacho sociable y agradable, que se acercó a Alba un día mientras ella comía un sándwich, antes de entrar a una clase.
— Hola, ¿Me puedo sentar contigo? — Dijo él mientras se acercaba a ella.
— Claro, Hola — Dijo ella extrañada.
— Te vi comiendo sola y quise acompañarte.
— Gracias, ya mismo entro a clases.
— Te acompaño un momento en ese caso.
Con ese acercamiento tan espontáneo comenzó su historia. Luis era gracioso y eso fue lo que le gustó a Alba de él. A Luis le atrajo su personalidad tranquila y pacífica. Ambos se sintieron enamorados casi al instante el uno del otro, o eso fue lo que pensaron. A los pocos de días de conocerse Luis invitó a Alba al cine, fue una tarde donde se divirtieron mucho. Alba se sentía realmente contenta, toda la experiencia fue bastante inusual para ella ya que nunca había salido con un chico a una cita, solo con amigos y en grupo de personas. Se sentía algo nerviosa sin embargo dejó que la situación fluyera.
— Me he divertido mucho contigo, Alba — Dijo Luis mientras salían del cine al finalizar la película.
— Yo también, ha sido divertido — Dijo Alba con una sonrisa grande.
— Creo que nos llevamos muy bien, he pensado en eso varios días.
— Pues sí, tenemos una buena conexión.
— Quisiera preguntarte, ¿te gustaría tener algo conmigo?
— ¿A que te refieres con eso? ¿A ser como una pareja?
— ¡Si ¡— Dijo Luis con entusiasmo, Alba se quedó en silencio un momento hasta dar su respuesta.
— Pues creo que… me gustaría.
Luis estaba entusiasmad con la respuesta de Alba, ella le gustaba mucho. Por su lado, Alba, tenía algo de miedo, no estaba segura si era una buena decisión ya que lo conocía poco tiempo y siempre escuchaba las malas experiencias de sus amigas en relaciones, a pesar de eso Alba aceptó y continuó con su decisión en pie, ya que Luis también le gustaba y le parecía un buen muchacho.
Con el pasar de los días su relación se volvía más y más cercana. Alba tenía sentimientos muy fuertes hacia Luis, Luis a veces pensaba que amaba a Alba, pero otras veces sentía que no, de lo que si estaba seguro era que ella le parecía realmente hermosa. Él no sabía que sentir solo una fuerte atracción física no era suficiente para llevar una buena relación. Con el tiempo Luis comenzó a sentirse inseguro, pensaba que Alba sería infiel a su relación. La idea le rondaba la cabeza todo el tiempo, y quizás sus pensamientos tan obsesivos se derivaban en que él, por dos ocasiones había sido infiel a Alba, aunque ella no se había enterado. “Si yo pude hacer esto sin que ella sepa, ella podría estar haciendo lo mismo” pensaba. Pensaba siempre en la belleza de Alba y en lo fácil que sería para ella buscar a otro hombre en su vida. Su obsesión con ella comenzó a aumentar con el paso del tiempo.
Había pasado un año desde que ellos estaban juntos, Alba tenía 21 años y Luis 22. Alba se había convertido en una persona sin libertad y sin pensamiento propio. Ella había comenzado a evitar salir con sus amigas, e incluso con sus padres, ya que cualquier situación en donde Alba no estaba con Luis significaba una pelea. Luis siempre la culpaba de estar con otro hombre. Incluso en las ocasiones que ella se encontraba en su propia casa.
— ¿Dónde estás ahora? Seguramente estas con alguien — Decía él por teléfono.
— Luis, estoy en mi casa, tengo mucha tarea, no tengo tiempo para esto — Decía ella con la voz quebrada a punto de llorar porque estaba realmente cansada de la situación.
— Yo sé que estas con alguien, Alba. Dime la verdad.
— No estoy con nadie, tengo que acabar mis tareas.
Alba, hacía todo lo necesario para que Luis no se alejara de ella. Dejó de salir, no hablaba con ningún amigo o amiga, apenas terminaba clases corría a su casa. Se volvió una persona sin vida propia, dedico demasiado tiempo buscando las maneras de no tener problemas con Luis.
Luis, veía a Alba como su trofeo, un premio, algo que era suyo y que debía cuidar a toda costa. Nunca había estado con una chica como ella, tan tranquila, pacífica, enfocada en sus estudios. Nunca había sentido que era realmente importante para alguien, hasta que conoció a Alba, ella le ponía toda la tención que podía y para él eso era invaluable. Ella era totalmente diferente a lo que conocía, y es justamente por eso que él no podía perderla. Inventó miles de maneras de mantenerla con él, sobre todo comenzó a manipularla con todo lo que podía y se le ocurría. Luis le decía que nunca nadie la amaría de nuevo como él lo hace, le decía que ella no era lo suficientemente bonita para estar con alguien más, prácticamente, quería que ella creyera que estar con él era un privilegio, para que así no lo dejara y efectivamente es lo que Alba comenzó a pensar. No se sentía suficiente para nadie, ni para ella misma y tenía la sensación de que Luis era un gran hombre, perderlo sería una tragedia, pensaba que después de Luis no había nada más para ella, estaba convencida que él era el amor de su vida, a pesar del trato que él tenía con ella y de lo aprisionada que se sentía junto a él. Miles de veces se cuestionaba si aquel muchacho realmente la amaba tanto, como decía, porque realmente no sentía ese amor, todo el tiempo. A veces él tenía un par de gestos lindos y agradables con ella y para Alba eso era suficiente, por un tiempo, hasta volver a sentir esa prisión y esa angustia constante de ser su pareja.
El tiempo pasaba y la relación con Luis era cada vez peor. Hace uno meses atrás, Luis había insistido en tener relaciones sexuales con ella. Alba realmente no quería, no se sentía lista. Luis buscaba todas las maneras posibles de convencerla, para él eso sería fundamental para mantenerla cerca, de su propiedad. Él necesitaba que su amor y su compromiso sea reafirmado de esa manera, además pensaba que, al ser su primera vez, él sería esa persona única y especial con quien tuvo esa experiencia y ella jamás lo olvidaría.Alba nunca había tenido relaciones sexuales con nadie, nunca había estado interesada en tenerlas y tampoco había tenido ninguna oportunidad de intentarlo. Sus amigas hablaban todo el tiempo de lo divertido que era y lo mucho que les gustaba. Alba las escuchaba, intentaba comprender porque para ella era totalmente desconocido. Buscaba información en internet, porque sus padres nunca le habían hablado de sexo y la información de la escuela era precaria. Sus amigas tenían i
Alba y Marco comenzaron a chatear constantemente y a diario, sin embargo, había un problema y era que Alba no podía dejar que Luis viera que ella estaba chateando con un amigo. Luis haría todo lo posible por alejar a Marco si es que se llegara a enterar y eso era algo que Alba no quería. Sabía perfectamente que Luis haría un problema enorme al saber de la existencia de Marco en su vida así que ella hacía lo posible por hablar con Marco cuando Luis no estaba junto a ella.Alba y Marco habían comenzado a recordar todas las cosas que su infancia y cuanto se divertían. Alba le dijo a Marco lo agradecida que estaba de que él haya querido ser su amigo en aquella época que para Alba era muy difícil hacer amigos y divertirse un poco. Marco se sentía también agrade
Alba y Marco habían estado chateando durante tres meses. Era la primera vez, después de todo ese tiempo, en que se verían en persona. Alba estaba muy nerviosa, no sabía que hacer ni cómo reaccionar ante el encuentro. Aunque hacía un poco de frío, se puso un vestido que le gustaba mucho, era negro con pequeñas flores blancas, trato de peinar un poco sus rizos, pero fue un tanto complicado, se puso perfume y algo de labial. Tomó un autobús para encontrarse con Marco en la plaza central de la ciudad. Un lugar bastante concurrido donde había almacenes y restaurantes. Alba casi ni recordó que Luis podía llamarla en cualquier momento, hacerle miles de preguntas acerca de donde estaba y con quien. Ella olvidó esa posibilidad, sin embargo, aquel día Luis, se había ido
Aquella noche Alba pensó en Marco demasiado, casi no pudo dormir pensando en lo que había pasado esa noche. Solo fue un beso, pero nunca había sentido algo así de intenso. Los pensamientos tan intensos no la dejaban dormir, cada vez que cerraba los ojos volvía a ver el rostro de Marco, con su mirada tan penetrante y su gran sonrisa, pero sobre todo pensaba en su carisma tan característico de él. Oía su risa y su voz, recordaba sus manos entrelazadas y deseaba estar cerca de él. Pensó un momento en Luis, y se dio cuenta que no sintió culpa ni remordimiento, no tuvo lástima de él ni de su relación. “Tengo que terminar con él” dijo para sí mismo pensando en Luis, sintiendo que finalmente podría dejarlo con toda la seguridad. Eran casi las cuatro de la madrugada cuando finalmente pudo conciliar el sueño, el día que llegaba era viernes y tenía que ir a clases.Por su lado, Marco, también pensó en Alba aquella noche, no podía olvidar lo bien que se sintió durante toda esa tarde, pensaba en
Un principio y un finalAl día siguiente Alba despertó de nuevo con un mensaje de Marco, eso la puso muy feliz y al mismo tiempo le dio tranquilidad. Nunca había sentido tanta atención y preocupación hacia ella, ni siquiera sus padres habían demostrado tal preocupación, únicamente en momentos específicos, eso la hacía sentir especial. Aquel sábado ella estaba decidida a hablar con Luis y dejar todas las cosas en claro con él. Marco quería verla también ese día, él había comenzado a sentir que quería ver a Alba todo el tiempo y estar cerca siempre de ella, la paz que sentía junto a Alba era incomparable.Marco había pasado una gran parte de su vida buscando sobrevivir, desde los quince años se había dedica
Perla y Ramiro habían comenzado a molestarse por la dinámica de la relación que llevaba su hija. Ella por lo general acompañaba a Marco a hacer cientos de cosas durante el día, él se ocupaba de diversas maneras todo el tiempo. Ellos temían por su hija, pensaban que algo podía pasarle, recordaban que Marco había sido un niño muy travieso e inquieto, se enteraron de que en su adolescencia fue muy rebelde y problemático eso no les gustaba de él en absoluto y se sentían nerviosos todo el tiempo al pensar que estaba en una relación con Alba.Comenzaron a pedirle a Alba que se quedara en casa y a prohibirle incluso que saliera con él en algunas ocasiones.—Alba, has salido toda la semana. Hoy no te vas — Dijo una noche su
La relación de los muchachos era casi perfecta, su conexión y entendimiento mutuo era innegable y envidiable. Tenían un amor que crecía día a día. A pesar de la insistencia de los padres de Alba en que se aleje de él, ellos habían tomado una actitud bastante nefasta frente a Marco. Lo miraban con desprecio, lo trataban con disgusto cada vez que el iba a visitarlos, sin embargo, él estaba dispuesto a soportar todo aquello por el amor que tenía hacia Alba. De hecho, ya casi ni le molestaba la actitud de Perla y Ramiro.Por su parte, los padres de Marco eran bastante indiferentes con su hijo y con su vida. Desde que se fue de casa, no han tenido mucho contacto, solo habían hablado en pocas ocasiones y temas muy puntuales. Ellos casi no tenían mayor interés en la vida priva
La relación de Alba y Marco parecía cada vez estar más y más comprometida. Alba había comenzado a quedarse a dormir donde Marco. Eso a sus padres les molesto mucho, no entendían como enfrentar la independencia de su hija, ella jamás había pasado una noche fuera de casa de esa manera, solo cuando había viajes. Temían que ella se fuera, que decidiera que quería mudarse de casa. Ellos no querían ni pensar en eso, les costaba demasiado ver que su hija, casi de un día a otro se había convertido en un adulto.— Me preocupa Alba, no sabe que está haciendo con su vida — Le dijo Ramiro a Perla.— A mi también, aún es muy joven, no se que pasará con esa relación.— Yo estoy cansado de ese tal Marco, corrompe a mi pequeña hija.— Es cansado todo esto, pero no creo que podamos hacer nada al respecto.— Tengo que hacer algo, Perla, no me puedo quedar así.Ramiro se sentía realmente angustiado incluso más que Perla, quería que su hija se separe inmediatamente de Marco y vuelva a ser