Habían pasado tres días, Alba no había salido de su habitación, en las noticias la gente hablaba de lo peligroso que era contagiarse de aquel virus que ahora estaba en todas partes. Las personas alrededor del mundo estaban confinadas en sus hogares y no había nada que hacer. Alba llamaba a Marco todo el tiempo para saber si él ya había oído sobre alguna cosa que hacer al respecto de la situación.
— Hola, amada Alba, aún nadie dice nada. Todo se ha puesto muy extraño, la gente está encerrada, tememos por nuestras vidas. Acá hay mucha gente contagiada.
— No puede ser, esto es terrible. Aquí también hay muchos contagiados. La incertidumbre es demasiada.
— Solo quiero que se resuelva pronto y puedas venir.
— Yo también, también
Marco comenzó a despertar al cabo de un par de horas. Sus signos vitales estaban bastante estables, cuando despertó solo vio a ala enfermera. Una mujer que en ese momento le pareció un ángel, era realmente hermosa, lo siguiente que hizo fue intentar mirar a su alrededor, pero fue difícil, apenas intento girar su cabeza un dolor inmenso recorrió su cuerpo, emitió un quejido ahogado y se quedó quieto. Estaba realmente confundido, no recordaba nada de lo ocurrido ni como había llegado ahí.—Por fin despertaste — Dijo la enfermera con una sonrisa.—¿Qué pasó? — Dijo el con una voz ronca y forzada.—Parece que alguien te atacó, te golpearon
Felipe fue esa tarde al hospital, Marco estaba despierto y pudo entrar a verlo. Se sorprendió mucho al encontrarlo con el rostro hinchado y lleno de moretones, le dolió verlo así, no pudo evitar derramar una lágrima por él.Hermano, ¿Pero que te han hecho? Dijo mientras se acercaba a Marco con preocupación.¿Hermano? — Dijo Marco confundido.Si, Marco, soy Felipe soy tu hermano mayor, sé que no me recuerdas, pero pronto lo harás.Si… quizás pudieras traerme unas fotografías… — Dijo Marco con dificultad aún adolorido.No tenemos muchas, pero te mostraré las que tengo en mi celular— Dijo Felipe mientras buscaba fotografías con su hermano. Encontró algunas, pero realmente no eran muchas. Hubo una que despertó un ligero recuerdo en Marco.Creo que recuerdo ese día, fuimos al parque, llevamos s tu perro, ¿verdad?¡SI! Lo recordaste, excelente. ¿Qué más recuerdas de ese día?No mucho, solo... creo que eso es todo.¿no recuerdas a Alba? Mírala está aquí con nosotros — Dijo mostrándole una fo
Los días seguían pasando y Alba no podía regresar a casa aún. Se comunicaba con sus padres a diario, quienes estaban realmente preocupados pero cada vez parecían perder más la esperanza de que su hija volviera pronto. A pesar de todo, nunca dejaron de culpar a Alba.Si no hubieras tomado una decisión tan impulsiva esto nunca hubiera pasado — Decía su madre.Es verdad, ahora estás pagando las consecuencias, nos desobedeciste — Decía su padre.Eso no es así, no es mi culpa que haya un virus que esté matando a la gente, eso era absolutamente impredecible — Decía Alba llena de frustración.Casi a diario ella llamaba a Marco, lo hacía solo cuando estaba Felipe ya que Marco aún no tenía su celular propio. Marco parecía recordar ciertas cosas muy leves, pero no podía recordar nada con claridad. Alba se sentía dispuesta a hacer todo lo posible por recuperar al antiguo Marco, no planeaba dejarlo. Ella también había estado buscando la forma de hacer justicia, estaba segura de que la persona que
Después de varias horas de viaje finalmente Alba había llegado a casa, sus padres la estaban esperando en el aeropuerto y también sus amigas. Alba no había sentido una tranquilidad y alegría tan grande como aquel instante cuando tocó el suelo de su país. A pesar de lo complicadas que se habían puesto las cosas con sus padres ellos la recibieron con un abrazo fuerte y con mucho sentimiento, las lágrimas no faltaron. Fue un momento muy ameno para todos, el reencuentro tan esperado con Alba por fin se había dado. Ella llegó a las once la mañana, por lo que sus padres le habían preparado un almuerzo especial, con la comida que a ella tanto le gustaba.Fue un momento muy agradable, sin embargo, Marco no estuvo ahí, sus padres no lo habían invitado a pesar de que sabían lo importante que era para su hija poder verlo. Alba no podía esperar más, el almuerzo terminó a las tres de la tarde y fue el momento en que Alba salió de casa para ver a Marco. Sus padres estaban realmente enfadados con la
Alba y sus padres no habían cruzado palabra en un par de días. Pero ella no le dio mayor importancia porque sabía que lo que ella pedía era justo y que sus sentimientos servían. No estaba arrepentida de nada de lo que había dicho, su corazón estaba tranquilo.Esos días, Alba había estado mucho tiempo con Marco, intentando que él recupere algún recuerdo. En el tercer día en que habían estado juntos, por fin ocurrió algo.Mira esto — Le dijo Alba mientras le mostraba una fotografía de ambos en un parque de diversiones. Ella no tenía mucha esperanza porque le había mostrado varias fotos y ninguna despertó un recuerdo en él.Si… ¡Si! ¡Si! Recuerdo esto, recuerdo ese día, contigo. Subimos a los carros chocones y al carrusel.¡Dios mío, si! — Dijo Alba con una emoción desbordante.Alba te recuerdo y veo ese día en mi memoria, también puedo ver más días junto a ti en mi mente, no puedo creerlo. Esto se siente muy extraño, es como si acabara de despertar de un extraño sueño — Marco se sentía
Alba temblaba de rabia mientras sostenía el teléfono y esperaba a que Marco atendiera. Él contestó finalmente con un tono bastante alegre.Hola, hermosa Alba, que bueno que me llamas — dijo con entusiasmo.Hola Marco… — Dijo ella con un tono de voz bastante apagado.¿Qué ha pasado? Suenas triste.Si, es solo que… bueno ahora debes recordar que mis padres no estaban tan felices con nuestra relación.Si, lo tengo claro. Pero nunca le dimos mayor importancia a eso.Lo sé, es solo que ahora ellos están más molestos que nunca, no puedo entender sus motivos y quieren que me aleje de ti.No puede ser, pero nosotros somos adultos, no pueden impedirte eso.Eso es lo que más me molesta de todo. No soy una niña y ellos actúan como si lo fuera.¿Estás segura de que hablan en serio?Si, muy en serio. Solo estoy demasiado cansada de la situación con ellos, no lo aguanto más. Me siento ahogada.Lo sé, cariño, pero un tiempo más podremos irnos a vivir juntos.Quiero hacerlo ahora.¿Qué?Vámonos Marco
Había pasado ya un mes desde que los muchachos se fueron de casa y nadie había llegado a buscarlos, la mujer de la casa no parecía haber notado que se los estaba buscando, se sentían bastante tranquilos, pero no tenían ningún plan para después. No podían quedarse allí tanto tiempo, sus vidas estaban algo estancadas, sin comunicación con el mundo, sin trabajo, sin un plan verdadero.La vida se había vuelto bastante monótona y quieta. Aunque el lugar era maravilloso, veían todo tipo de animales y plantas, flores y demás. Era encantador, pero sus vidas no avanzaban a ningún lado. Era una situación desesperante para ambos, aunque hasta ese momento no lo habían hablado.Cierto día, Alba, con algo de temor y dudas se acercó a Marco con una noticia.Cariño... — Dijo dudosa, Marco, quien estaba lavando los platos de la merienda la regreso a ver con atención — Debo decirte algo.¿Qué ocurre? — Dijo con preocupación.Seré directa, estoy embarazada — Él se quedó en silencio unos segundos.¿Estás
Alba era una niña muy tranquila y silenciosa, vivía en un barrio pacífico con sus padres, Ramiro y Perla. Había vivido en la misma casa desde que nació. Cuando Perla quedó embarazada, Ramiro se encontraba terminando su carrera de medicina, el embarazo coincidió con su graduación, por lo que recibieron a Alba en medio de la celebración de la graduación de su padre. Perla dejó sus estudios en idiomas, y cinco años después del nacimiento de su hija los retomo, sin embargo, ese regreso a la universidad fue muy difícil para ella. A veces Perla se arrepentía de haber tenido a Alba, lo pensaba con culpa, se sentía avergonzada con ella misma por tener pensamientos así, porque amaba a su hija, pero la realidad es que ella siempre soñó con viajar por el mundo y nunca se había proyectado como una mujer casada y con una hija y nada resultó como ella esperaba. Aunque no era infeliz, ni le iba mal en su vida de madre y esposa, muchas veces su mente divagaba en las cosas que hubiera hecho si nunca s