ANDY—Se suponía que esa señora estaba siendo vigilada por las autoridades. ¿Ahora, con qué cara se atreven a decirme que no la encuentran? Le grité por teléfono al jefe de policía el día que le tocaba a mi suegra presentarse a la audiencia inicial por el delito que le impuso el juez anterior.—Disculpe, señor. Todo se salió de nuestras manos, en realidad, ella sí estaba siendo vigilada por nuestros hombres, pero en un momento de cambio de turno se escapó y la seguridad no se dio cuenta.—Quiero que encuentren a esa señora y la refundan en la cárcel, de lo contrario, yo mismo la buscaré y, créame que no le irá nada bien. Desde ya, se lo advierto, oficial, cometeré un delito grave y no quiero que me persigan por haber hecho el trabajo que a ustedes les corresponde.Lancé mi teléfono con fuerza al suelo, lo vi partirse en pedazos, pero no me importó. Raquel se asustó y corrí a abrazarla para que se tranquilizara. Creo que todo esto que estamos pasando le está generando mucho estrés a el
RAQUELEstoy llorando de impotencia, llena de miedo, estos hombres me están amenazando con matarme si Andy no les entrega el dinero dentro de quince minutos. Algo que considero que no va a suceder porque no goza de esa cantidad. Los minutos corren cada vez más rápido y la hora que ellos establecieron ya se está agotando.Ni siquiera me tienen amarrada o vendada, solo sentada en una silla, y un maldito me vigila. Un maldito enano al que hace rato estoy planeando darle una patada en los testículos y poder escapar.Al parecer está borracho, en ocasiones se tambalea y en una de esas yo aproveché y puse en marcha mis planes y pensamientos. El hombre cayó al suelo revolcándose de dolor cuando con mi zapato de punta fina le acaricié su entrepierna.Salí corriendo cuando miré que los otros dos hombres estaban descuidados hablando por teléfono. Corrí lo más que pude y claro que descalza, porque los zapatos quedaron botados por no ser de ayuda en mi intención de huir.Me está tocando correr por
Era de noche, una llamada entró en mi celular en la cual me informaban que mi madre había tenido un accidente y estaba agonizando. Sinceramente, me dolió el corazón, pero preferí no tomarle importancia y así se lo hice saber a la enfermera que me contactó.—Señora, su madre ha dicho que los quiere ver a usted y su esposo porque tiene algo muy importante que confesar y no se quiere morir sin que antes ustedes lo sepan. —insistió.Vi la hora en mi teléfono, eran casi las doce de la noche. Pensé que Andy estaba dormido, no quería despertarlo para contarle la noticia que acabo de recibir. Pero, me intriga saber qué es lo que ella nos tiene que decir.Andy ya estaba despierto cuando me di la vuelta según yo para hablarle, el timbre del teléfono había jugado a su favor y ahora me mira con preocupación.—Dicen que mi madre está por morir. —anuncié.—¿Quieres que te lleve para que estés a su lado? —Preguntó. Eso lo sentí muy comprensible de su parte a sabiendas de lo mal que ella nos ha trata
Dos meses despuésMe estoy recuperando satisfactoriamente de mis heridas externas, pero la herida que me dejó mi bebé con su partida esa no la puedo sanar ni con todo el oro del mundo.Durante este tiempo me he mantenido de pie gracias a mi niño Jaime, él es quien me consuela y me dice que papá pronto estará en casa con nosotros. Les cuento que estoy en tratamiento contra la depresión y, juro que es muy difícil culparme por la muerte de mi segundo bebé, si tan solo no hubiera atendido aquella maldita llamada en la que me pedían que fuera a ver a mi madre, si tan solo hubiese presionado el botón rojo y lo hubiese ignorado, el niño seguiría en mi vientre.Abrazo fuerte la almohada y le susurro que extraño a mi marido para que me ayude a llevar este dolor. Lloro en silencio, lloro a cada instante lamentando lo sucedido. No tengo otro apoyo más que el del pequeño Jaime y sí, sé que dirán que ese es suficiente, pero no crean, siempre necesitamos de una mano adulta y madura que nos sostenga
ANDYDespierto y lo primero que se me viene a la mente es el nombre de Brenda. Recuerdo que ella es mi prometida. La enfermera me comentó que tuve un accidente de tránsito junto a mi esposa. No recuerdo que haya sucedido tal cosa, solo sé que me encuentro aquí, solo. Le aclaro a la enfermera que Brenda todavía no es mi esposa, es mi prometida.Ella sonríe confundida, parece que me ocultara algo y no lo quiere decir. Pero así lo dejo, total, ahora lo que me importa saber es que si mi prometida se encuentra bien.Un rato después me informaron que ya habían llamado a mi hombre de confianza. Según dijeron, su número quedó registrado para cualquier emergencia, siento que todos me están ocultando algo.Estuve esperando a que él llegara, pienso que mi padre anda de viaje de emergencia y por eso lo dejó asignado a él para que cuidara de mí en su ausencia.La que me visitó fue una mujer que dice ser mi esposa, también menciona a un niño, pero yo no la recuerdo a ella ni a la persona que mencio
Más tarde no podía creer lo que estaba pasando, quería decirle a mi mente que todo era falso, pero sabía que todo era real. Brenda estaba entrando por la maldita puerta con una semejante maleta con la intención de instalarse para siempre aquí. Sonrió de burla y ni siquiera me saludó, pasó directo a la habitación de mi marido y cerró la puerta.Todos los empleados me voltearon a ver, quizá sentían lástima por mí. Me defendí de la vergüenza diciéndoles que todos debíamos de tener paciencia, ya que él estaba atravesando momentos duros.Así fueron pasando los días en esa casa, ya los empleados no me llaman, señora, porque él se los prohibió y ese título ha dicho que dentro de una semana se lo dará a Brenda. Sí, ha dicho que se casarán, aunque su padre no le responda las llamadas porque está de viaje.Recordé que durante este tiempo no ha preguntado por su padre. Él no sabe que ya no nos acompaña, no quisiera darle esa noticia, que lo haga la estúpida de Brenda, es a ella a quien la consci
ANDYNo entiendo por qué esa mujer sigue diciendo que soy su esposo. Hasta un supuesto anillo de matrimonio me entrega como si eso fuera a afectar mi matrimonio que se celebrará en un par de horas.Cuando ella salió, me quedé observando detenidamente el anillo que tiene nuestros nombres grabados y una fecha. Esa mujer lo planeó todo con cautela para hacerme creer que es mi esposa.Una punzada en la cabeza me hace caer sobre la cama, es un dolor muy fuerte que casi me hace gritar. En ese lapso de tiempo a mi mente llegan escenas borrosas de una mujer besándome, estamos en una playa con mi padre y junto a él hay una señora. Vuelve a pasar otra imagen donde estoy en una cama haciendo el amor con una mujer, pero no logro ver su rostro. Todo es muy borroso y sin querer me quedé dormido.Veo que ando en un campo lleno de flores corriendo junto a un niño. Una mujer embarazada se acerca a nosotros y nos grita que ya es la hora de la merienda. Nosotros volvemos a ella, le doy un beso y nos sen
Saber que para mi madre solo he sido un fracaso desde que mi padre nos abandonó no es nada fácil de admitir. Aunque, ahora ella se ha ganado la lotería al casarse con un hombre multimillonario al que es obvio que solo quiere por su dinero.Mi ahora padrastro tiene un hijo que es un par de años mayor que mí, y aunque no lo conozco, tengo miedo de que no me acepte en su círculo familiar y nos acuse a mi madre y a mí de ser unas oportunistas.—Raquel, ahora que eres mi hija, quiero que conozcas a mi hijo. Esta noche vendrá a nuestra casa a cenar. —Me informó mi padrastro.—Está bien, señor. —Acepté, con nervios, al saber que por fin conoceré a su famoso hijo, al que tanto elogia que le va muy bien con sus estudios en el extranjero.—Recuerda que él es tu hermano mayor desde que tu madre y yo nos casamos y debes de respetarlo como tal. No quiero que en algún momento los rumores digan que mis hijos han cometido el pecado de enredarse entre las sábanas. —Me advirtió en modo de broma.—No se