CameronComencé a reír cuando la tomé desprevenida, echándola sobre mi hombro, antes de subir al elevador.—¡¿Qué te pasa con eso de levantarme como si fuese una niña?!—Se quejó cuando las puertas se abrieron e ingresamos. La sentí luchando para encontrar el aliento que le había robado al tomarla por sorpresa. —Bájame de una vez, Cameron, te lo advierto. —Se retorció en mi hombro, patentado mi pecho con las piernas.—No voy a soltarte, me encanta la vista. Además es por precaución, no quiero que vuelva a dolerte la rodilla. —La aseguré colocando un brazo sobre sus muslos para asegurarla y le di una nalgada con la palma abierta. —De hecho creo que te llevaré así a todos lados. Me gusta y la vista es fantástica.La apreté un poco, riendo por lo bajo.—Estoy hablando muy enserio, Cameron Hamilton. Juro que voy a destrozarte. Todavía no conoces mis movimientos especiales, pero si no me sueltas, voy a estar encantada en presentártelos. —Volvió a sacudirse. —¿Qué van a pensar si ven que me
Tessa—Hola, Tess…El corazón se me aceleró de golpe y tuve que sentarme en el filo de la taza del baño para no caer, luego de atender y escuchar la voz de Bianca, del otro lado.Nunca, ni en mis más locas fantasías, hubiese imaginado a mi Nona, aceptando dándole mi número nuevo a alguien que le caía tan mal como mi ex mejor amiga.—¿Hola…? ¿Estás allí? —Titubeo, luego de esperar unos cuantos segundos incomodos, en donde ninguna de las dos se atrevió a decir nada y yo apreté los dientes furiosa al escuchar el tono aterciopelado que me resultaba tan familiar.Siempre lo usaba cuando quería que la perdonase luego de haberla cagado y enseguida tuve la certeza que su llamada me traería problemas. Le había dicho a mi Nona un millón de veces que no quería volver a verla por el resto de mi vida. Luego de haberme dejado tirada en las Vegas, no podía volver a perdonarla. Aquella fue la gota que rebalso el vaso. De no ser por Cameron, probablemente aun hubiese estado tras las rejas. Sin embar
Tessa—¿Estás enojado conmigo? —Le pregunté luego de varios kilómetros en los cuales nos encontramos sumidos es un silencio incómodo.Sentí que el pecho me dolía con cada segundo que lo intuía más y más distante.—¿Por qué piensas que estoy enojado? —Me pregunto sin apartar la vista de la carretera.Sacudí la cabeza, tragándome las lágrimas y apoyé la frente sobre el cristal para evitar que viese mi rostro. No quería que supiese que estaba al borde del llanto e intentaba desesperadamente ocultar lo mucho que me afectaba.No quería parecer una cría de nuevo, me había prometido comportarme como una mujer, y no como una chiquilla histérica. ¿Pero cómo lo conseguía? Si me aterraba perderlo.Yo ni siquiera sabía cómo, sin embargo estaba enamorada hasta los huesos. Me entraban ganas de tirarme al piso llorando y pataleando de solo pensar que un día podría dejar de sentir el timbre un poco ronco de su risa o sus manos recorriéndome.—Porque estás distante, frio y casi no me hablas. —Tragué s
TessaCameron aún continuaba blanco como la cal, cuando su ex novia se colgó de su cuello, plantándole un beso en los labios y toda la determinación que tenía por comportarme como una mujer madura se esfumó en un instante.Parpadee varias veces al ver que él no reaccionaba de inmediato dejándose besar por más tiempo del que podía soportar. No la rechazó de inmediato y fue justo eso lo que detonó una explosión de rabia, inseguridad e indignación que arrasó con todo en mi interior. Por lo que incapaz de contenerme, la cogí por el cabello, tirando de ella hacia atrás, arrancando sus brazos, que parecían tenazas sobre cuello de mi chico.—¡Hay! —Chilló al sentir que la jalaba con todas mis fuerzas. —¡Cameron, ayúdame! ¡Me lástima!—Gimió aferrándose e intentando sostenerse de él, al sentir que estaba cayendo hacia atrás. —¡¿Qué estás haciendo, salvaje?! ¡Ladrona y vulgar! Eso es lo que eres…—Cuando desprenderse de Cam, fue inevitable, logró tomarme de la muñeca y darse la vuelta antes de
Cameron El padre de Nicole me atravesó con la mirada, antes de concentrarse en su hija nuevamente, para colocarle hielo bajo el ojo, donde se le había formado un cardenal violeta-azulado. Tenía el cabello enmarañado y la ropa hecha jirones, luego de la paliza que recibió.Aunque no era inocente, se fue de lengua y recibió su merecido. Nicole, había provocado a Tessa, mi esposa no era del todo responsable, aun así estaba seguro de que eso no importaba, lo que hizo era exactamente lo que esperaban que hiciese. Hacerla perder los papeles para que actuase como alguien violento.Me pregunté si a eso se refería mi padre cuando dijo que la vería como lo que realmente era y entendería así, que no me convenía.Tenía la sensación de haberla traído directamente a la trampa y por me culpé por eso.—¿Cómo has podido, Cameron? ¿Qué coño…? —Habló entre dientes el señor Acher.—No fue culpa de Cam, papá. —Me defendió su hija y él resopló. —Ya sabes
Parpadee varias veces sin poder creerlo. Era demasiada información la que debía procesar. Por un lado, el hombre por el que mi ex me había botado, simplemente la descartó. Quizás debería haberme alegrado, no obstante, la verdad es que me apenaba por lo que había pasado. A pesar de que ya no sentía nada por Nicole, no podía dejar de sentirme un poco responsable por la humillante situación que estaba viviendo.Y por otro, no podía creer que se hubiesen complotado para ir en contra de Fletcher, luchando por el máximo puesto político.No tenía idea de que le habían ofrecido a Callum, pero estaba seguro de que era algo muy grande como para que aceptase ser patrocinador de aquella cruzada.—¿A qué se refiriere exactamente; con el apoyo de mi familia? —Pregunté luego poner en orden lo que acababa de decir.—Financiaré la campaña de Acher, como candidato a presidente. —Intervino mi padre, alzando una ceja. —Se convertirá en mi candidato y va a ganar, eso puedo asegurarlo. —Callum que aún con
TessaAmelia no me parecía para nada la bruja malvada que me pintaba Cameron. Puede que fuese porque en aquel momento el único que me parecía un ogro malvado, era él. Mientras él me había dejado sola, aterrada y con el corazón hecho trizas. La mujer de su padre, intentó tranquilizarme, me dio agua y se comportó como una verdadera amiga.Cameron, no paraba de decirme que no confiase en ella, que me anduviese con cuidado porque era una arpía. Sin embargo, no me lo parecía.En cambio, me resultaba agradable, dulce y parecía entenderme, como si ya hubiese estado en mi lugar. —¿Qué crees que está pasando? —Le pregunté, cuando sentimos como las voces resonaban fuerte en la biblioteca a varios metros de donde nos encontrábamos en su habitación; la que compartía con el padre de Cameron.—Nada bueno, seguramente. —Dijo atusándose el cabello. —Siempre que se encierran en la biblioteca es lo mismo, pelean como perros y gatos. Luego Cameron sale furioso azotando la puerta para perderse nuevamen
CameronElla hablaba todo el tiempo, nunca se cansaba, ni se daba por vencida. Aunque me quejase por ello o estuviese terriblemente cansado y la escuchase a medias.Me contaba sobre sus libros, como si de eso dependiese su vida.Siempre tenía algo que decir, pero no esa noche, no después de todo lo ocurrido.Tessa continuaba a mi lado, pero una parte de ella, ya se había marchado.Un silencio incómodo y melancólico nos envolvió lentamente. Entonces, dándose por vencida, dejó caer su frente, pegándola al cristal, mientras nos movíamos en dirección a la casa de Landon, aunque ella todavía no lo sabía. Así fue hasta que comenzó a dormirse y yo sentí un enorme deseo de tirarme a un costado para llorar a lágrima viva, golpeando el volante hasta que los nudillos me sangrasen.Un par de veces a lo largo del camino, pensé en despertarla, porque aquella era probablemente nuestra última noche juntos y me parecía injusto no poder escucharla hablando de todo y nada por última vez. Ni siquiera me