TessaMe deslicé lentamente, de forma casi imperceptible, siguiendo el borde de la encimera. Mientras mi mente buscaba desesperadamente una forma de escapar de ella. Necesitaba un plan, uno que mantuviese ese enorme cuchillo alejado de mi cuello, si es que eso era posible.—No tienes por qué hacer esto —, dije intentando ganar tiempo —simplemente puedo desaparecer, ya lo hice una vez y podría volver a hacerlo. Te juro que nunca volverían a verme. Entre Cameron y yo, ya no hay nada.—¡Mientes! —Levantó el cuchillo, proyectando el filo de la hoja y mis piernas se aflojaron —. Los he visto… —Se llevó una mano al pecho —, la forma en que te mira… ¡Nunca me miró de ese modo! —Sonrió fríamente, acortando la distancia —. Por eso, me tengo que asegurar de que ya no pueda verte más. Creí que había sido lo suficientemente clara, Theresa —. Agitó el cuchillo en el aire —. Para quitarte de su mente, tengo que sacarte de este mundo, fácil —. Sacudí la cabeza aterrada —no pongas esa cara, será ráp
TessaMe quedé acurrucada contra el muro, encogiéndome cuanto me era posible, temblando, aun sacudida por lo que acababa de ocurrir. Las luces rojas y azules, parpadeaban en la calle, y los bomberos casi habían logrado controlar el fuego.Cerré los ojos con fuerza, ya no aullaban las sirenas, no se escuchaban gritos de angustia, ni el crujir de las llamas consumiendo el coche. Mi coche. Yo era quien debía conducirlo y era quien debía estar entre las llamas en ese preciso momento. De alguna forma, Nicole, me había salvado la vida y no podía sentirme más culpable por lo que le ocurrió.—Tess —, me llamó, Cameron suavemente. Podía escucharlo, pero no reaccionar, así que, me quedé en posición fetal justo donde me encontraba —. Vamos al coche —. Me tomó de los codos para ayudar a levantarme y colocó uno de mis brazos en su cuello, mientras me sostenía por la cintura. —Te he salvado dos veces en una semana —, bromeo — lo estoy anotando en tu cuenta. —Hice un enorme esfuerzo por sonreír porq
TessaEncendí el pequeño televisor de la habitación y no me molesté en cambiar el canal, solo esperaba lograr amortiguar la conversación, solo por si acaso. Si Bianca tenía malas noticias, no quería que fuésemos dos los preocupados.Luego de lo que le había ocurrido a Nicole, pasamos dos semanas duras.Por fin, comenzábamos a superarlo, ya no nos obsesionábamos buscando noticias sobre el caso o imaginando escenarios alternativos, donde nada de todo aquello hubiese ocurrido. Cameron, se culpaba frecuentemente, porque de no haber llamado a los federales, quizás podríamos haber actuado con mayor cautela. Además, le esperaba un gran día y lo necesitaba enfocado.Comenzaban a creer que habíamos salido del país, por eso, era el momento exacto para dar el golpe.—¿Qué tal las cosas? —Bianca, resopló del otro lado del móvil.—Apenas si pude salir, con las cosas que me pediste. Tu departamento, era un caos. Ni siquiera tuve el coraje para encender las luces. ¡Que locura!—¿Pudiste hablar con
CameronEl auto paro frente al Bac of California, uno de los bancos donde Hamilton Global, realizaba la gran mayoría de transferencia y depósitos en su día a día. Muchos de esos depósitos eran fruto de su larga lista de delitos. También era donde Callum, tenía una caja de seguridad con tres millones en efectivo.Para ser honesto, nunca había entendido porque defendía con tanta pasión para la idea de tener tanto dinero en efectivo en una caja de seguridad. Hasta ese momento, comprendí que era su bote salvavidas, una forma segura de escape.Pues que mal por él, ahora era mi bote salvavidas.Sonreí al imaginar su rostro cuando los federales llegasen a la compañía. ¿Intentaría escapar? ¿Acudiría a ese dinero?Esperaba que así fuese. Porque, entonces, descubriría que lo había robado. Incluso llevaba una nota en el bolsillo del pantalón que dejaría dentro de la caja. Decía: «Feliz estadía en la cárcel, Callum». Sonreí al imaginarlo, apretando la nota con rabia.El automóvil se detuvo lentam
Tessa—Una mentira más y juro que iré al infierno —masculló Landon, luego de que le explicase en el lío en el que me encontraba metida.Estaba mucho más obstinado que de costumbre y se negaba de redondo a ser mi cómplice. Quizás era su instinto protector de hermano mayor. Porque no podíamos negar lo evidente, nos habíamos adoptado hacia seis años atrás. O solo quizás no confiaba una pizca en mí.Como él siempre decía; no podía ser mi padre porque era muy joven, pero como si lo fuera. Me conocía al dedillo.—Tú, no crees en el infierno, Landon —rodé los ojos.—Ahora sí que creo —. Siempre era bueno y comprensivo, sin embargo en está ocasión estaba completamente negado a cubrirme, y comenzaba a pensar que nada en el mundo iba a hacerlo cambiar de opinión. —Ya no puedo mentir más, Tessa — parecía molesto y preocupado.—Solo una vez más —, le pedí usando mi tono más suave —. Solo debes apoyarme, decirle que estabas al tanto de mi viaje a Nueva York para trabajar en el informe y reunirme c
TessaCameron tomó a su hermano por la camisa y le dio un puñetazo en el rostro. Aun llevaba el traje que tenía puesto cuando lo vi salir por la mañana, aunque estaba completamente arruinado; los pantalones cubiertos de lodo, la camisa salpicada con sangre, se le pegaba al pecho, marcando los músculos tensos e hinchados que se expandían con cada jadeo entrecortado. Parecía un animal furioso, mantenía lo puños cerrados, y una aterradora expresión, que me decía que atacaría en cualquier instante. Nunca había visto un hombre tan dispuesto a todo. Eso hizo que mi corazón se detuviese por una fracción de segundos.—Te dije que si le volvías a tocar un pelo, iba a matarte —, escupió, empujándolo con cólera, contra su coche. Su cuerpo impactó con fuerza y la camisa se le levantó ligeramente. Fue cuando me di cuenta de que él no sabía sobre la pistola que Alex llevaba en la cinturilla del pantalón y entré en pánico, de inmediato.Quise advertiré, sin embargo, apenas si logré graznar un quejid
TessaMe arrellené en el asiento del acompañante, sintiendo el castañeo de mis dientes, retumbando en mis oídos.Cameron, estaba muy enfadado, lo sabía por la forma en la que apretaba el volante, sus nudillos se habían tornado blancos y su mandíbula se veía crispada. Respiró profundamente para calmarse, antes de hablarme.—¿Estás bien? —Me preguntó, colocando su mano sobre mi muslo con ternura —. Lamento haber tardado tanto, cuando salí del banco ya había pasado el mediodía y luego tuve que ocuparme de validar la declaración jurada que entregaremos como evidencia contra Callum y Acher. — No estaba enojado conmigo como creí, estaba furioso por lo ocurrido y quizás se encontraba demasiado asustado, por lo que estuvo a punto de ocurrir. —. Lo siento mucho, no sabes cuánto… —Su voz se quebró.Sentí una fuerte opresión en el pecho al detenerme en su rostro contraído por el dolor, se sentía culpable.—No tienes que explicarme nada, lo entiendo —. Hubiese deseado decir que era mi culpa, per
Tessa—Que quede muy claro que esto me parece una pésima idea —le dije mientras me apoyaba sobre la superficie de mármol del lavabo del cuarto de baño de mujeres —. Te apuesto que la seguridad del aeropuerto, estará aquí en menos de diez minutos, probablemente vieron a un hombre completamente irracional entrando al baño de señoras —. Le colocó una silla a la puerta para trabarla y puso su mochila sobre ella.Se quitó la gorra dejándola con la mochila, antes de pasarse la mano por el cabello y se dio la vuelta mirándome con lascivia, con una sonrisa astuta en los labios.—Diez minutos son más que suficientes —meneo la cabeza suavemente y me dedico una sonrisa burlona. No iba a mentir, cada vez que sonreía de esa manera, tenía la profunda necesidad de borrarle la sonrisa a besos.El deseo por comérmelo aumento exponencialmente, cuando caminó hacia mí, acariciándome con su mirada. Se veía desalineado y excitado. Él siempre me parecía guapísimo con los trajes hechos a medida, pero era com