Tessa—Una mentira más y juro que iré al infierno —masculló Landon, luego de que le explicase en el lío en el que me encontraba metida.Estaba mucho más obstinado que de costumbre y se negaba de redondo a ser mi cómplice. Quizás era su instinto protector de hermano mayor. Porque no podíamos negar lo evidente, nos habíamos adoptado hacia seis años atrás. O solo quizás no confiaba una pizca en mí.Como él siempre decía; no podía ser mi padre porque era muy joven, pero como si lo fuera. Me conocía al dedillo.—Tú, no crees en el infierno, Landon —rodé los ojos.—Ahora sí que creo —. Siempre era bueno y comprensivo, sin embargo en está ocasión estaba completamente negado a cubrirme, y comenzaba a pensar que nada en el mundo iba a hacerlo cambiar de opinión. —Ya no puedo mentir más, Tessa — parecía molesto y preocupado.—Solo una vez más —, le pedí usando mi tono más suave —. Solo debes apoyarme, decirle que estabas al tanto de mi viaje a Nueva York para trabajar en el informe y reunirme c
TessaCameron tomó a su hermano por la camisa y le dio un puñetazo en el rostro. Aun llevaba el traje que tenía puesto cuando lo vi salir por la mañana, aunque estaba completamente arruinado; los pantalones cubiertos de lodo, la camisa salpicada con sangre, se le pegaba al pecho, marcando los músculos tensos e hinchados que se expandían con cada jadeo entrecortado. Parecía un animal furioso, mantenía lo puños cerrados, y una aterradora expresión, que me decía que atacaría en cualquier instante. Nunca había visto un hombre tan dispuesto a todo. Eso hizo que mi corazón se detuviese por una fracción de segundos.—Te dije que si le volvías a tocar un pelo, iba a matarte —, escupió, empujándolo con cólera, contra su coche. Su cuerpo impactó con fuerza y la camisa se le levantó ligeramente. Fue cuando me di cuenta de que él no sabía sobre la pistola que Alex llevaba en la cinturilla del pantalón y entré en pánico, de inmediato.Quise advertiré, sin embargo, apenas si logré graznar un quejid
TessaMe arrellené en el asiento del acompañante, sintiendo el castañeo de mis dientes, retumbando en mis oídos.Cameron, estaba muy enfadado, lo sabía por la forma en la que apretaba el volante, sus nudillos se habían tornado blancos y su mandíbula se veía crispada. Respiró profundamente para calmarse, antes de hablarme.—¿Estás bien? —Me preguntó, colocando su mano sobre mi muslo con ternura —. Lamento haber tardado tanto, cuando salí del banco ya había pasado el mediodía y luego tuve que ocuparme de validar la declaración jurada que entregaremos como evidencia contra Callum y Acher. — No estaba enojado conmigo como creí, estaba furioso por lo ocurrido y quizás se encontraba demasiado asustado, por lo que estuvo a punto de ocurrir. —. Lo siento mucho, no sabes cuánto… —Su voz se quebró.Sentí una fuerte opresión en el pecho al detenerme en su rostro contraído por el dolor, se sentía culpable.—No tienes que explicarme nada, lo entiendo —. Hubiese deseado decir que era mi culpa, per
Tessa—Que quede muy claro que esto me parece una pésima idea —le dije mientras me apoyaba sobre la superficie de mármol del lavabo del cuarto de baño de mujeres —. Te apuesto que la seguridad del aeropuerto, estará aquí en menos de diez minutos, probablemente vieron a un hombre completamente irracional entrando al baño de señoras —. Le colocó una silla a la puerta para trabarla y puso su mochila sobre ella.Se quitó la gorra dejándola con la mochila, antes de pasarse la mano por el cabello y se dio la vuelta mirándome con lascivia, con una sonrisa astuta en los labios.—Diez minutos son más que suficientes —meneo la cabeza suavemente y me dedico una sonrisa burlona. No iba a mentir, cada vez que sonreía de esa manera, tenía la profunda necesidad de borrarle la sonrisa a besos.El deseo por comérmelo aumento exponencialmente, cuando caminó hacia mí, acariciándome con su mirada. Se veía desalineado y excitado. Él siempre me parecía guapísimo con los trajes hechos a medida, pero era com
CameronMe obligaron a sentarme en una silla, y escuché a Tessa suplicándoles desde el otro lado de la puerta. Les pedía que me dejase ir, golpeando ferozmente. Estaba seguro de que no se rendiría, porque así era mi chica.A pesar de que ella estaba del otro lado de la puerta, no iba a negar que estaba muy nervioso. Las palmas de las manos me sudaban y sentía la boca seca. Después de todo, mi antiguo jefe se convertiría en algo así como mi suegro y Landon, quería a Tess como su hermana. Debía ganármelos o sería demasiado incómodo para todos y me negaba a comenzar con mal pie. No obstante, sería un trabajo duro, considerando que ya me odiaban por lo que creían de mí.—Landon, por favor —Le pidió, Tess. Golpeando la puerta, cada vez más nerviosa. —Juro que si no lo dejas ir, no voy a volver a hablarte en lo que resta de nuestra vida.—No se irá hasta que le abramos la puerta, —bufó Landon, mirándome con recelo.No confiaba en mis intenciones, ni un poco.¿Cómo se reconquistaba la conf
CameronDormía tan profundamente que sentí pena por despertarla. Aun así, toqué suavemente el hombro de Tessa y ella se exaltó, abriendo repentinamente, los ojos, asustada. —¿Qué estás haciendo, aquí? —Parpadeo varias veces, intentando entender que sucedía.Me llevé el dedo índice a los labios y le pedí que guardase silencio.—Shhh… —le indiqué con un gesto que los demás estaban durmiendo —. Tina y Bianca, duermen. Debemos salir muy callados o la dictadora de tu amiga nos encontrará. Solo sal de la cama y vamos. —Ella se llevó la mano a la boca para reprimir una risita nerviosa, sonrojándose —. ¿Soñabas conmigo? —Le pregunté y Tess, solo rodó los ojos en respuesta, antes de que tirase de su mano para levantarla.—No piensas sacarme de la habitación en pijama, ¿o sí? —Me interrogó, aterrorizada por la idea de recorrer el pasillo así como estaba —. Debo cambiarme, al menos.—No, así estás perfecta, siempre lo estás —la atraje hacía mí con fuerza, para obligarla a incorporarse.Llevaba
Tessa Tomé la llave electrónica, el móvil y mi bolso, antes caminar hacia Tina y Bianca que me esperaban en la puerta de la habitación.Tina me extendió un vaso de café y me guiñó un ojo.—¿Mala noche? —Sonrió.—Todo lo contrario, fue un sueño maravilloso y todo fue gracias a ti —murmuré para que Bianca no nos escuchase, aceptando el café. Le di un largo sorbo y ella se mordió el labio, para no comenzar a chillar de emoción al ver el anillo de compromiso que ahora adornaba mi dedo —¿Qué ocurre con la licencia matrimonial? —Cambié de tema y me volví hacia Bianca que se encontraba enviando un mensaje.—El inmaduro del padrino de tu novio dice que la capilla se hace cargo por un pago extra. Solo espero que así sea, no confío ni un poco en ese pelmazo —realizó una mueca torcida —. Me parece tan…Tan…—¿Atractivo? —Bromee y ella frunció el ceño.—Atractivo —repitió, realizando una sonrisa irónica —. No creo que exista una palabra más inexacta para describir a Rhys —nos dirigimos
TessaAunque la capilla estaba muy cerca del hotel, tuve que luchar durante todo el trayecto por no comerme las uñas, mientras nos movíamos por las Vegas Boulevard en la limusina blanca que nos habían enviado de la capilla, para recogernos. Finalmente, al bajarnos del auto y caminar hacia la capilla, sentí que las piernas me temblaban. Fuera se encontraba otra enorme limusina blanca, estacionada y la capilla resplandecía, completamente iluminada. Era mucho más pequeña de lo que recordaba, aun así, me pareció sumamente acogedora. El color blanco del edificio, contrastaba perfectamente contra el cielo purpura y rosa. Todo era mágico.Allí habíamos dado el sí, por primera vez, hacía seis años y de alguna manera nos pareció romántico, volver a unirnos nuevamente en el lugar que comenzó todo.No recordaba mucho de esa noche, estaba demasiado ebria, al igual que Cameron y Rhys, aunque si sabía qué; Elvis no me llevó al altar. Sonreí al recordar como Cameron lo contaba, entusiasmado en el av