TessaLas piernas me temblaron durante cada segundo que demoró el trayecto del elevador, desde la recepción hasta el noveno piso, donde se encontraban los puestos ejecutivos. Fueron minutos eternos, en los que tuve tiempo de sobra para masticar lo terrible que era aquello. La verdad era, que nunca me pareció exactamente una idea fantástica, ¿pero que podía hacer?Cameron, me amenazó con contarle todos nuestros secretos de mal modo a su hermano. Cosa que no quería que ocurriese, aunque finalmente luego de la pelea y el manto de dudas que caía sobre mí, dudaba que Alex, volviese a hablarme. No hasta que me citase para botarme, probablemente. Me iba a dejar, eso seguro y quizás fuese lo mejor. Ya no soportaba la presión o la tensión que nos rodeaba. ¿Y ahora qué ocurriría? ¿Dimitir?Sacudí la cabeza, yo nunca abandonaba. Puede que finalmente me echasen, que Alex decidiese que prefería que cualquiera ocupase el puesto, antes que yo. De todas maneras, probablemente ya no confiase en mí.
CameronUn hombre nuevo, le había dicho a Tess, que me convertiría en un hombre completamente nuevo. El problema es que no tenía idea de cómo coño podría llegar a ser la persona que la mereciese. Mi primer intento, acababa de fracasar estrepitosamente.Al ofrecerme para acompañarla a hablar con el ejecutivo de Astenrt Bank, Monty me dijo que no estaba lo suficientemente loco como para permitirlo. Después de que llevase a cabo mí magnifico plan titulado: no vamos a negociar un car@jo y somos nosotros quienes pondremos los términos para la refinanciación.El plan no funcionó y el llorón de Aldrich le fue con el cuento, diciendo que era muy grosero y petulante. Por lo que desesperado por mantener las cuentas a salvo, mientras Callum mejoraba, envió a Tessa como una dulce caperucita a lidiar con el lobo feroz.En cuanto Aldrich la viese con ese vestido negro y la forma en la que se ajustaba a su redondo trasero, o como dibujaba la línea de sus turgentes pechos, iba a firmar lo que fuese c
TessaCuando Penélope, me dijo que el despacho de Cameron y el mío estarían conectados, no creí que yo sería la primera en cruzar aquella línea. Y además que iría echando chispas.Cameron, ni siquiera se molestó en levantar la vista de los sumarios que estaba corrigiendo a pesar de que entré repiqueteando mis zapatos con fuerza solo para hacerlo saber lo enfadada que estaba. No lo hizo, continuo trabajando tal como si yo no estuviese allí, lo que me hizo sentir más furiosa.Me crucé de brazos, dando golpecitos en el piso de mármol y carraspee, esperando que reaccionase. No lo hizo.—¿Tienes un minuto? —Le pregunté finalmente.Realizó unas notas en el documento que tenía frente a sí, como si no tuviese prisa. Lo que me dio la oportunidad de repasarlo a mi antojo.—Creo que es evidente que estoy a la mitad de algo. —Me respondió sin dejar de escribir, las venas de sus manos se marcaban, mientras apretaba la pluma y tuve que contener un gemido, al recordar esas mismas manos tomando mis
TessaAntes de Alex, tuve muchas relaciones fugases, que se limitaban a unas cuantas salidas y sex0 sin compromiso. Nunca me arriesgaba a que alguien me rompiese nuevamente el corazón. No quería volver a sentir dolor y tener tanto miedo de perder a una persona que me sintiese desbordada o fuera de control.Usaba a los hombres, como uno de ellos, me usó a mí y procuré volverme tan dura como el acero. Pero entonces llegó él.Alex, se convirtió en mi mejor amigo y luego en el novio perfecto. Lo quería, muchísimo. Por mucho tiempo desee que lo nuestro fuese real y para siempre. Porque me hacía bien, creí que estando juntos podría dejar el pasado atrás, que los malos recuerdos desaparecerían y comenzaría a sanar. Por supuesto que nunca imaginé que era un Hamilton. ¿Cuántas probabilidades habían de dar con el hermano pequeño de quien me destruyó?Al parecer más de las que yo creía.No solo, no logré dejar atrás el pasado. Si no que estaba más vivo que nunca. Y eso me llevó hasta aquí, uno d
Tessa—Ninguno de los dos es exactamente un santo. —. Fue una afirmación. Emitió un leve suspiro, rozando con su respiración mi pómulo húmedo y luego se inclinó mordisqueando delicadamente mi mandíbula—, somos personas, no santos. Todos hacemos cosas malas, por buenas razones. —Murmuro —. Todos —. Repitió—. Saber cuáles han sido mis pecados, ¿te permitiría confiar en mí? ¿Podrías perdonarme? —Susurró, estrangulado por el deseo —. ¿O solo me recordarás por ello cuando haya acabado? —No supe que responder y tampoco me dio tiempo a analizar lo que estaba ocurriendo. Era muy fácil bajar la guardia con uno de los Hamilton. Ese par de hombres exudaban sensualidad.Su cuerpo se inclinó más, cerniéndose sobre mí, persiguiendo mis inhalaciones. Con un toque casi imperceptible, rozó la comisura de mis labios.No podía percibir nada más que el errático golpeteo de mi corazón, nuestra respiración trabajosa y la tentación que significaban su boca entreabierta y húmeda.Su mano gravitó hacia mi cu
TessaMe separé bruscamente, buscando con desesperación mis prendas y una vez que di con ellas, comencé a vestirme con rapidez al ver que Alex, se perdía en la habitación y esperaba poder estar lista para huir antes de que apareciese nuevamente. Sin embargo, para mi mala suerte, unos minutos después, irrumpió en el salón con una camiseta blanca y pantalón de chándal negro, antes de que lograse darme a la fuga.Entonces, sentí que el mundo se derrumbaba a mí alrededor y me dejé caer en la mullida moqueta, desolada, agotada de huir, del estrés de aquella situación. Alex se quedó parado en el umbral, apoyó la frente contra este, dándose un par de cabezazos, antes de darse la vuelta para mirarme con el rostro completamente contraído.Comencé a temblar, cuando lo vi parpadear varias veces, como si al verme sollozando, acurrucada en el suelo, con las rodillas contra mi pecho, llorando como una Magdalena. Hubiese entrado en shock. Sentí un dolor punzante a verlo dar vueltas, hasta que al
TessaCrack.Fue lo único que logré sentir al ver a Alex, estrujando el móvil en su mano. Su hermano me había dejado un mensaje de voz y él lo oyó a pesar de mis suplicas. Fuese lo que fuese que le acababa de decir Cameron en ese audio, lo había puesto aún más temperamental.¿Era mi móvil haciéndose trizas en su mano lo que escuchaba o mi corazón rompiéndose al llamarme put@ una y otra vez?—¿Cómo pudiste traicionarme de ese modo? —Se acercó apretando el aparato con rabia —. Después de todo lo que te he contado sobre mi hermano y como me sentí desplazado por mis padres por él cuando era un niño —, miró el móvil que había comenzado a vibrar nuevamente en su mano y lo lanzó contra la pared con todas sus fuerzas. Este se hizo añicos y cayó al suelo completamente hecho pedazos: —¡PUTA! —Volvió a gritar y me estremecí —.Estoy harto de que me trates como un idiota al que puedes manejar a tu antojo. Todo este tiempo —, apretó los dientes —me has tenido engañado con el cuento de que necesi
Tessa—¿Estás completamente segura de que eso se toma así? —Bianca realizó una mueca al ver que me tomaba en menos de tres horas dos nuevas pastillas para combatir la gripe que había pescado. —Creo que te tragaste dos de esas hace menos de tres horas, dudo bastante, que se tomé de ese modo. —Me apoyé contra la superficie fría del elevador, me sentía ardiendo y me llevé una más a la boca. —No, definitivamente no es así como se toma.—No puedo darme el lujo de enfermarme —, dije dándole un largo trago al botellín de agua y ella alzó las cejas.—Ya —, rodó los ojos —lamento decirte que es un poco tarde, porque estás enferma, te ves terrible. —Suspiró. —Deberías ir a casa, darte un baño y meterte a la cama. Necesitas descansar, no atiborrarte con pastillas de dudosa procedencia, no creo que sea justamente una buena estrategia. Señora ocupada.—Estoy bien. —Me sequé el sudor que perlaba mi frente. —Mi prioridad es terminar con esto. No quiero tener que volver a este sitio, voy a encontrar