Dos meses después...En un hotel de lujo ubicado en una isla privada, con una esplendorosa vista al mar y al exterior lleno de flora tropical, se encontraba una pareja disfrutando de la agradable sensación de intimidad. Allí no había nada ni nadie que interfiriera aquel momento lleno de amor y pasión.La habitación estaba iluminada por los rayos del sol, esos que casi anunciaban el mediodía, pero no cabía duda que la pareja de enamorados no deseaba salir aun de aquel refugio que era exclusivo para los dos.Un par de batas blancas estaban tiradas en el suelo de la entrada de la ducha y sobre la mesa que aun estaban las bandejas del rico desayuno que Daniel y Ava habían compartido hacía un par de horas.Dentro de esas cuatro paredes resonaban los sonidos de palabras melosas, besos húmedos y gemidos en distintas intensidades.La pareja de conyuges enamorados estaba embelesada en su momento, sin importarle lo sudorosos que ambos se encontraban, ya que llevaban la tercera sesión del día y p
Daniel Busch consultó su reloj por tercera vez, la ansiedad y la anticipación lo carcomían. Estaba a punto de reunirse con su antigua rival comercial y para colmo su ex amante, Karen Hastings; ella lo citó para una reunión importante. La última vez que hablaron fue en una conferencia en Nueva York y no terminó bien. Ahora, se reunían en un elegante restaurante en el corazón de la ciudad de Barcelona, y él no estaba deseando que llegara, sabía que ella traía algo entre manos. Al entrar al restaurante, lo recibió el aroma de una comida deliciosa, el tintineo de vasos y el sonido de una hermosa melodía de piano de fondo. La anfitriona lo dirigió a una mesa cerca de la ventana, desde donde podía ver la bulliciosa calle afuera. Daniel se sentó y esperó a Karen Hastings, su mente rebosante de pensamientos del pasado y del presente. De repente, notó que una mujer joven se acercaba a su mesa. Era menuda y hermosa, con cabello largo y rizado y una cálida sonrisa. —Buenas noches, señor. Mi n
—¿Aló? ¿Aló? —dijo con insistencia para después darse cuenta de que la llamada se había cortado con la caída de su celular. Ava se sintió abrumada por la propuesta que Daniel le acababa de hacer por teléfono. Sabía que su respuesta afectaría no solo su vida, sino también la del mismo Daniel, la de su familia y en general todo su mundo. Se fue a dormir sin cenar, con el corazón latiéndole a mil por hora. Su madre la notó muy extraña, pero pronto volvió a sus preocupaciones de siempre y decidió no cuestionarla, a lo mejor no era nada grave. Luego de una noche en la que se despertaba sin poder conciliar el buen sueño, ya en la mañana, Ava sabía que necesitaba aire fresco y salir a caminar para despejar su mente. Así que se levantó mucho más temprano de lo habitual. Su madre aun dormía y debido a lo cansada que estaba por la enfermedad de su esposo y padre de la joven. Mientras caminaba por el parque, recordaba cómo había comenzado todo, como Daniel se había enamorado de ella desde la
Ava se sentía abrumada por la responsabilidad que había asumido al aceptar la propuesta de matrimonio de Daniel Busch esa misma mañana.Luego de salir del trabajo llegó a casa, saludó con rapidez y se dirigió a su alcoba, pronto entró en ansiedad. Su corazón iba a mil.Sentía sus manos sudorosas y frías, el clima tampoco le ayudaba para tantos nervios por el porvenir de sus decisiones. Estaba a punto de decirle a su familia sobre su compromiso falso, pero no sabía cómo empezar ¿Cuáles eran las palabras correctas? Mientras se preparaba para salir de casa, sonó su teléfono y contestó de inmediato. —¿Ava? ¿Cómo estás? —era la débil voz de su padre, quien estaba en el hospital recuperándose aún por el tratamiento de su cáncer. —No te preocupes por mí, estoy mejorando cada día —le dijo. Ava sintió un nudo en la garganta al escuchar la voz de su padre, sabiendo que su madre le había dicho lo mal que se encontraba. Él siempre había sido su roca, su fuente de apoyo en momentos difíciles, p
Estaban a milímetros de distancia, Ava sentía que su corazón estaba a punto de salirse de su pecho cuando Daniel notó su nerviosismo, se separó un poco para verla mejor y la escrutó con sus hermosos ojos azabaches.Él la tomó suavemente de las manos mientras acariciaba con dedicación el diamante del anillo que él mismo había colocado en su dedo anular, suspiró y le dijo: —Ava, sé que esto es un compromiso falso, pero quiero que sepas que te respetaré y te trataré con el mayor de los cuidados.Ella asintió con la cabeza, sintiéndose abrumada por el gesto de Daniel.De repente y sin decir nada, él se inclinó hacia ella y le dió un beso suave en los labios, presionó con delicadeza y un suspiro salió de él por inercia. Ava intentó ocultar su sorpresa, pero no pudo evitar seguirse sintiendo un tanto incómoda, a diferencia de él.Cuando Daniel se separó de ella, sus labios emitieron un sonido chasqueante. Ava miró con discreción a su alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera observ
Transcurridos unos días y después de una larga jornada de trabajo, Daniel y Ava llegaron al apartamento del empresario, ubicado en uno de los edificios más lujosos de la ciudad. Ella jamás había entrado, así que el nerviosismo se hizo presente en su pecho. Él se dio cuenta de inmediato y sonrió para tomarle la mano y ambos comenzaron a recorrer las instalaciones. Una vez dentro, Ava se quedó sorprendida al ver la decoración opulenta y elegante, la cual contrastaba completamente con su hogar humilde y modesto. Daniel la llevó al dormitorio que había apartado exclusivamente para ella y le mostró una colección de vestidos de alta costura, cada uno más hermoso y sofisticado que el anterior. Ava se sintió un poco intimidada por la situación, pero trató de mantener una actitud positiva y agradecida. —Estos son para ti —dijo Daniel, señalando los vestidos—. Quiero que te veas espectacular en nuestra próxima cena de negocios. Ava estaba abrumada por la atención y el dinero que Daniel
El personal del restaurante, elegantemente vestido con trajes italianos tradicionales, se movía con gracia y eficiencia, atendiendo a los comensales con cortesía y profesionalismo. Cada plato era presentado con exquisitez, reflejando la atención al detalle y la pasión por la gastronomía italiana. En realidad, todo el ambiente sería un sueño hecho realidad, de no ser porque la presencia de Karen comenzaba a arruinar la estancia de Ava en ese pomposo lugar. —Karen, esto es una sorpresa. ¿Qué haces aquí? —preguntó Daniel, con una sonrisa forzada. —Daniel, para mí sí que es una sorpresa verte aquí. Y con una hermosa compañía —dijo Karen, mirando a Ava con un dejo de desprecio. Ava sonrió, tratando de mantener la compostura, pero su incomodidad comenzaba a hacerle estragos el alma, aun así, ella hizo todo su esfuerzo por no quebrantar su semblante. —Hola, mucho gusto, Karen. Es un placer conocerte finalmente —dijo ella, educadamente. Karen arqueó una ceja y se dirigió a Daniel de nue
Ava se encontraba sentada en silencio en la amplia limusina de regreso al apartamento lujoso de Daniel. Sus ojos pasaban de ver el faldón de su vestido lujoso, a ver el paisaje de la ciudad, a ver de reojo a Daniel, que también permanecía callado, como perdido en sus pensamientos.El ambiente estaba cargado de tensión y ansiedad después del incidente en la cena de negocios. Ava se sentía llena de remordimiento por su reacción impulsiva hacia Karen y preocupada por las posibles consecuencias que esto podría tener para su relación con Daniel y su reputación en la empresa.Volteó a ver de reojo un vez más y observó cómo Daniel miraba por la ventana, su rostro mostrando evidentes señales de molestia. Podía notarlo por sus comisuras tensas y su ceño fruncido totalmente. Verlo de esa manera le oprimió el pecho, no la ayudaba a calmar lo que sentía.Decidida a aclarar las cosas y disculparse, Ava tomó una profunda inspiración y rompió el silencio.—Acerca de lo que pasó en la cena... Quiero