—¿Aló? ¿Aló? —dijo con insistencia para después darse cuenta de que la llamada se había cortado con la caída de su celular.
Ava se sintió abrumada por la propuesta que Daniel le acababa de hacer por teléfono. Sabía que su respuesta afectaría no solo su vida, sino también la del mismo Daniel, la de su familia y en general todo su mundo.Se fue a dormir sin cenar, con el corazón latiéndole a mil por hora. Su madre la notó muy extraña, pero pronto volvió a sus preocupaciones de siempre y decidió no cuestionarla, a lo mejor no era nada grave.Luego de una noche en la que se despertaba sin poder conciliar el buen sueño, ya en la mañana, Ava sabía que necesitaba aire fresco y salir a caminar para despejar su mente. Así que se levantó mucho más temprano de lo habitual. Su madre aun dormía y debido a lo cansada que estaba por la enfermedad de su esposo y padre de la joven.Mientras caminaba por el parque, recordaba cómo había comenzado todo, como Daniel se había enamorado de ella desde la primera vez que la vio en el restaurante donde trabajaba como mesera.¿Cómo podía ella, una chica de clase trabajadora, aceptar casarse con un hombre rico y poderoso? Sabía que su ofrecimiento podría llevar el dinero necesario a su familia ¿Cómo podría negarse a ayudar a su madre y padre, y a mejorar su vida?Pero también se preguntaba si Daniel la amaba de verdad, como decía ser, o si solo quería jugar con ella ¿Podría confiar en él? Después de todo, sentía que le había ocultado datos sobre su identidad y su vida, allí mientras conversaban de manera casual.¿Qué más podría estar ocultando?Ava se detuvo en una banca del parque y se sentó a reflexionar y suspiró sin saber realmente que hacer. De repente, escuchó una voz que la sacó de sus pensamientos.—¿M-me podría dar una ayudita económica, señorita? —una mujer desgarbada le pedía ayuda.La joven se palpó los bolsillos de su falda, pero no había sacado nada de dinero.—Lo siento, no tengo en este momento —La mujer hizo un gesto de dolor y decepción para retirarse, y Ava no pudo evitar visualizarse a ella misma en esa situaciónAcaso... ¿Los problemas económicos podrían llevarla a eso?Obviamente se veía en ese espejo en un futuro lejano, pero eso no importaba, importaba que se hiciese realidad.Ella despabiló de inmediato, intentando no pensar cosas caóticas y decidió regresar a casa.Ava entró se encontró con su madre en la cocina preparando el desayuno. Su padre, enfermo de cáncer, aun estaba en observación en el hospital, pero sabía que su madre lo iba a visitar cada día.—Mamá, ¿cómo estaba papá ayer? Perdona que ya no hablamos nada, pero sabes que siempre estoy pendiente —preguntó Ava, con preocupación.—Ayer no fue un buen día para él, hija mía. Tu padre apenas pudo dormir antenoche y su dolor no cesa —respondió su madre con tristeza.Ava se sintió desolada al escuchar esto. Además de la enfermedad de su padre, también se le vencía la hipoteca que su padre hizo de la casa, o pagaban o se quedarían en la calle y necesitaba conseguir dinero de inmediato.—Mamá, tengo que ir a trabajar. Necesito hacer todo lo posible para conseguir dinero y ayudar a pagar las deudas —dijo Ava con una expresión preocupada.—Sé que es difícil, hija, pero confió en que lo lograrás. Ten fe —respondió su madre con un tono alentador.Ava se arregló rápidamente y salió de la casa apresuradamente, sin desayunar. Mientras caminaba hacia su trabajo, su mente se llenó de pensamientos y dudas sobre la propuesta de matrimonio de Daniel.¿Sería la solución a sus problemas financieros? ¿Estaba dispuesta a casarse con alguien que no conocía y mucho menos amaba, solo por dinero?Llegó al restaurante donde trabajaba y comenzó su turno. Pero su mente seguía divagando en la propuesta de él, mientras atendía a los clientes.—Maldición, ¿por qué tiene que ser tan difícil? —se quejó en silencio.Ava sabía que la propuesta de Daniel era una oportunidad única en la vida, pero también sabía que no era la forma en que quería vivir su vida. Pero entonces, el recuerdo de ver a su padre enfermo y la hipoteca que estaba por vencerse, y comenzó a cuestionarse si realmente tenía una opción.Ava se sintió abrumada y confundida por su situación, pero sabía que tenía que encontrar una solución pronto. Así de pronto su jornada terminó sin mayor problema.Al llegar a casa, saludó a su madre, quien esta vez lloraba porque la condición de Harry, su padre, había decaído a la décima potencia. Corría el riesgo de fallecer en cualquier momento, su cuerpo no daba para más.Ava se fue a llorar a su habitación y repentinamente su celular vibró. Se sorprendió al escuchar a Daniel en el otro extremo de la línea.Aunque había pasado todo el día pensando en su propuesta, no esperaba una llamada tan pronto. Se quedó en silencio unos segundos antes de responder.—Siento haberte cortado la llamada la vez pasada. Gracias por llamar —dijo Ava en un tono un poco frío.—Ava, por favor, escúchame —respondió Daniel con urgencia—. No quiero que te sientas presionada por mi propuesta anterior. Sé que fue impulsiva y que no te di tiempo suficiente para pensarlo bien. Pero necesito que sepas por qué te lo pedí.Ava se acostó en la cama, sin saber qué decir.—Mi empresa está en serios problemas financieros —continúa Daniel—. Y en verdad necesito urgentemente una solución para evitar la bancarrota. Al principio, la idea de casarme por negocios me pareció terrible, pero después de hablar contigo, me di cuenta de que lo que más quiero es estar contigo... para siempre. Esto que estoy sintiendo por ti no es ni medio normal, me tienes loco.—Daniel, yo... no sé qué decir —dijo Ava con sinceridad—. La verdad es que estoy muy confundida en este momento. No estoy segura de, si aceptar sería lo correcto. Además, ¿en qué te beneficiarías? Yo no tengo bienes, no soy rica ni nada por el estilo.—Ava, tu clase social es lo de menos en este momento, y no te estoy pidiendo que decidas de inmediato —respondió Daniel—. Tómate el tiempo que necesites para pensarlo bien. No quiero que te sientas presionada.Daniel suspiró y se pasó una mano por el cabello. Estaba aturdida por todas las emociones que está sintiendo en este momento.Por un lado, estaba hablando con un casi desconocido. Por otro, está su familia, que necesita urgentemente su ayuda económica.—Daniel, hay algo más que necesitas saber —dijo Ava finalmente—. Mi familia está pasando por un momento muy difícil. Mi papá está enfermo y tenemos una hipoteca que se vence en dos semanas. Necesito trabajar más horas para poder ayudar, uno de mis hermanos está desempleado y mi madre está de lleno en el cuidado de mi padre.Daniel se quedó en silencio por un momento, procesando esa información.—Yo, no sabía nada de eso —dijo Daniel con voz suave—. Por favor, déjame ayudarte. Si aceptas mi propuesta, no tendrás que preocuparte más por el dinero. Te prometo que cuidaré de ti y de tu familia.Ava se sentía abrumada por la oferta de Daniel. Era difícil resistirse a alguien que te ofrece todo lo que necesitas en un momento de crisis. Pero al mismo tiempo, no podía ignorar su propio corazón.—Daniel, yo... acepto —dijo Ava finalmente, con voz temblorosa—. Pero solo si prometes que nunca me harás daño. Y si prometes que siempre serás sincero conmigo.El hombre suspiró de alivio al escuchar esas palabras. Había esperado dos semanas para escuchar a Ava aceptar su propuesta, y ahora finalmente lo había hecho. Pero sabía que su trabajo no había terminado todavía.—Ava López, te lo prometo —dijo Daniel con el corazón a mil por hora.Ava se sentía abrumada por la responsabilidad que había asumido al aceptar la propuesta de matrimonio de Daniel Busch esa misma mañana.Luego de salir del trabajo llegó a casa, saludó con rapidez y se dirigió a su alcoba, pronto entró en ansiedad. Su corazón iba a mil.Sentía sus manos sudorosas y frías, el clima tampoco le ayudaba para tantos nervios por el porvenir de sus decisiones. Estaba a punto de decirle a su familia sobre su compromiso falso, pero no sabía cómo empezar ¿Cuáles eran las palabras correctas? Mientras se preparaba para salir de casa, sonó su teléfono y contestó de inmediato. —¿Ava? ¿Cómo estás? —era la débil voz de su padre, quien estaba en el hospital recuperándose aún por el tratamiento de su cáncer. —No te preocupes por mí, estoy mejorando cada día —le dijo. Ava sintió un nudo en la garganta al escuchar la voz de su padre, sabiendo que su madre le había dicho lo mal que se encontraba. Él siempre había sido su roca, su fuente de apoyo en momentos difíciles, p
Estaban a milímetros de distancia, Ava sentía que su corazón estaba a punto de salirse de su pecho cuando Daniel notó su nerviosismo, se separó un poco para verla mejor y la escrutó con sus hermosos ojos azabaches.Él la tomó suavemente de las manos mientras acariciaba con dedicación el diamante del anillo que él mismo había colocado en su dedo anular, suspiró y le dijo: —Ava, sé que esto es un compromiso falso, pero quiero que sepas que te respetaré y te trataré con el mayor de los cuidados.Ella asintió con la cabeza, sintiéndose abrumada por el gesto de Daniel.De repente y sin decir nada, él se inclinó hacia ella y le dió un beso suave en los labios, presionó con delicadeza y un suspiro salió de él por inercia. Ava intentó ocultar su sorpresa, pero no pudo evitar seguirse sintiendo un tanto incómoda, a diferencia de él.Cuando Daniel se separó de ella, sus labios emitieron un sonido chasqueante. Ava miró con discreción a su alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera observ
Transcurridos unos días y después de una larga jornada de trabajo, Daniel y Ava llegaron al apartamento del empresario, ubicado en uno de los edificios más lujosos de la ciudad. Ella jamás había entrado, así que el nerviosismo se hizo presente en su pecho. Él se dio cuenta de inmediato y sonrió para tomarle la mano y ambos comenzaron a recorrer las instalaciones. Una vez dentro, Ava se quedó sorprendida al ver la decoración opulenta y elegante, la cual contrastaba completamente con su hogar humilde y modesto. Daniel la llevó al dormitorio que había apartado exclusivamente para ella y le mostró una colección de vestidos de alta costura, cada uno más hermoso y sofisticado que el anterior. Ava se sintió un poco intimidada por la situación, pero trató de mantener una actitud positiva y agradecida. —Estos son para ti —dijo Daniel, señalando los vestidos—. Quiero que te veas espectacular en nuestra próxima cena de negocios. Ava estaba abrumada por la atención y el dinero que Daniel
El personal del restaurante, elegantemente vestido con trajes italianos tradicionales, se movía con gracia y eficiencia, atendiendo a los comensales con cortesía y profesionalismo. Cada plato era presentado con exquisitez, reflejando la atención al detalle y la pasión por la gastronomía italiana. En realidad, todo el ambiente sería un sueño hecho realidad, de no ser porque la presencia de Karen comenzaba a arruinar la estancia de Ava en ese pomposo lugar. —Karen, esto es una sorpresa. ¿Qué haces aquí? —preguntó Daniel, con una sonrisa forzada. —Daniel, para mí sí que es una sorpresa verte aquí. Y con una hermosa compañía —dijo Karen, mirando a Ava con un dejo de desprecio. Ava sonrió, tratando de mantener la compostura, pero su incomodidad comenzaba a hacerle estragos el alma, aun así, ella hizo todo su esfuerzo por no quebrantar su semblante. —Hola, mucho gusto, Karen. Es un placer conocerte finalmente —dijo ella, educadamente. Karen arqueó una ceja y se dirigió a Daniel de nue
Ava se encontraba sentada en silencio en la amplia limusina de regreso al apartamento lujoso de Daniel. Sus ojos pasaban de ver el faldón de su vestido lujoso, a ver el paisaje de la ciudad, a ver de reojo a Daniel, que también permanecía callado, como perdido en sus pensamientos.El ambiente estaba cargado de tensión y ansiedad después del incidente en la cena de negocios. Ava se sentía llena de remordimiento por su reacción impulsiva hacia Karen y preocupada por las posibles consecuencias que esto podría tener para su relación con Daniel y su reputación en la empresa.Volteó a ver de reojo un vez más y observó cómo Daniel miraba por la ventana, su rostro mostrando evidentes señales de molestia. Podía notarlo por sus comisuras tensas y su ceño fruncido totalmente. Verlo de esa manera le oprimió el pecho, no la ayudaba a calmar lo que sentía.Decidida a aclarar las cosas y disculparse, Ava tomó una profunda inspiración y rompió el silencio.—Acerca de lo que pasó en la cena... Quiero
Ava se deslizó en la lujosa cama, sintiéndose inquieta y temerosa después de la discusión que había escuchado entre Daniel y la señorita Franklin, posiblemente, en realida ni siquiera estaba segura que fuera ella, todo parecía tan confuso en sus recuerdos. La voz estruendosa de Daniel resonaba en su mente, una faceta de él que jamás había experimentado en el mes que habían estado juntos como prometidos. A pesar de su agotamiento, su mente estaba llena de preocupación y ansiedad. Trató de encontrar una posición cómoda, pero sus pensamientos tumultuosos le impedían relajarse. Pasaron varios intentos antes de que finalmente el cansancio la venciera y el sueño comenzara a arrastrarla. Sin embargo, su descanso fue lejos de ser reparador. En su sueño, se encontraba en medio de la cena de negocios nuevamente, pero esta vez Karen la rodeaba con una sonrisa malévola. Ava podía sentir el desprecio y la humillación emanando de su presencia. —¿Crees que Daniel te quiere de verdad? Eres una esc
¡Advertencia! Sutil contenido +18 en este capítulo. Lee bajo tu propio criterio. —Ava… no puedo evitar quererte así, me vuelves loco —murmuró Daniel a su oído, su voz estaba cargada de pasión y anhelo. Las caricias de Daniel comenzaron a aumentar en intensidad, y Ava sintió su corazón latir con más fuerza cuando esa mano varonil, en necesidad de mucho más, se deslizó por debajo de su ropa para tocar la tibia y tersa piel de su abdomen, que comenzaba a vibrar a causa del contacto de las yemas de sus dedos. Aquella tensión entre ellos era palpable, y aunque se encontraba en conflicto consigo misma, no podía evitar responder a las caricias y al beso profundo que compartieron, ese que la dejó sin aliento. Daniel iba a pasos agigantados, la tenía atrapada contra su anatomía grande, que no pudo evitar sentir el roce de algo duro y grande que parecía querer salir de los pantalones del susodicho; Ava no pudo ni reaccionar, porque su boca estaba siendo devorada por la de él. —Mi Ava… quítat
A medida que el sol comenzaba a filtrarse por las cortinas, Ava se despertó lentamente, con una sensación reconfortante en su pecho. Debía reconocer que había dormido plácidamente, aun no sabía el por qué, si su mente se sentía tan abrumada al comenzar a conciliar el sueño. Parpadeó con pesadez y se restregó los ojos, disfrutando la suavidad de las olorosas sábanas y de la cama que la rodeaba. Un delicioso aroma a rosas llenaba el aire, y cuando giró la cabeza hacia su mesa de noche, quedó asombrada por lo que divisó. Ante sus ojos un enorme jarrón adornado con rosas de todos los colores imaginables se alzaba frente a ella. Las flores parecían brillar bajo la luz de la mañana, y el vibrante espectáculo de colores y aromas llenó la habitación. Ava no podía creer lo que estaba viendo, y una mezcla de sorpresa y gratitud la invadió por completo. «No puedo creerlo...», murmuró para sí misma, su voz apenas un susurro mientras contemplaba las flores con asombro. Se sentó en la cama, sin